back to top
InicioTransexualesAna Cecilia (2): El plomero me destapa el caño

Ana Cecilia (2): El plomero me destapa el caño
A

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 10 minutos

Después de la primera vez que el plomero me culeo salvajemente desvirgando mi culito mi mentalidad cambió completamente, ahora yo había dejado de ser "señorita" para convertirme en toda una mujer, la tremenda culeada que recibí había borrado cualquier signo de masculinidad en mí, ahora orinaba "sentada" como toda una mujercita, depilaba todo mi cuerpo constantemente y aplicaba cremas suavizantes, arreglaba mis pies para mantenerlos libres de asperezas, cuidaba mucho mi cabello y decidí dejar que me creciera, me lavaba diariamente la colita por dentro usando un producto para lavado vaginal… Así mi colita siempre olía rico, para trabajar y salir a la calle siempre iba vestido de chico, pero debajo de mi ropa de hombre siempre usaba delicada y sexy lencería, todo el día andaba cachonda recordando cada detalle de mi desvirgación anal. Antes de la terrible culeada que recibí yo acostumbraba abordar el metro en la estación bellas artes porque era la más cercana a mi domicilio, pero ahora utilizaba la estación Allende para pasar frente al taller de mi plomero tratando de verlo, porque yo estaba ansiosa por probar nuevamente su deliciosa verga después de un mes logré verlo en la puerta del taller platicando con una mujer, cuando me vio se limitó a saludarme muy formalmente:

– Buenos días joven Jorge… Ya se va a trabajar?

– Buenos días señor Ramón… Gusto en saludarlo.

Me dio mucho coraje que me saludara de manera tan fría, pero comprendí que no quería que la gente se enterase que me había cogido, en varias ocasiones se repitió la misma escena… Pero me di cuenta que casi siempre estaba acompañado por alguna mujer, la mayoría más bien feas… Hasta que un día lo vi abrazando a la dueña de la fonda donde yo acostumbraba desayunar los sábados, así que el siguiente sábado mientras desayunaba en la fonda le hice la plática a la señora:

– Oiga doña Lola, el otro día la vi muy platicador con don Ramón el plomero… Es su marido?

– Jajaja… No joven Jorge ese cabrón lo único que quiere es cogerme pero la verdad es que no se le va a hacer, porque es muy mujeriego… Anda con un chingo de viejas y yo la verdad no estoy para aguantar a un cabrón borracho… Qué lo conoce usted?

– Pues… Si en alguna ocasión me tomé unas cervezas con él y me pareció un tipo muy agradable doña Lola.

– Pues ojalá allá y usted no tenga los mismos gustos de ése cabrón, si viera que viejas tan feas se anda cogiendo… No es para menos pues don Ramón está bien feo y panzón, en cambio usted se ve muy finito y educado no confíe mucho en ese guey.

Con la información que me dio doña Lola decidí jugármela, estaba deseando que me cogieran otra vez y el único macho disponible para mí era el plomero, me hubiera gustado darle las nalgas a un hombre más guapo… Pero aún me daba miedo exhibirme ante otros hombres así que era: buscar a Ramón o quedarme con las ganas de probar verga. Recurrí al viejo truco de solicitar otra reparación en el baño. El sábado después de repasar mi depilado y lavarme la colita fui a buscar al plomero… Cuando llegué sonriendo socarronamente Ramón me dijo:

– Qué tal joven "Jorgito"… Qué se le ofrece?… No me diga que quiere que le destape el caño otra vez, jejeje.

Sentí como me ruborizaba y haciendo un esfuerzo para no mostrarme nerviosa le dije:

– No don Ramón ahora quiero que me arregle la regadera porque está goteando mucho… Puede ir hoy por la tarde a repararla?

– Como no joven voy a su casa como a las 2 de la tarde… Sirve que me invita a comer jejeje.

– Bueno don Ramón está bien lo espero a las 2 de la tarde… No me vaya a fallar.

En chinga me fui directo a la vinatería… Compré 2 botellas de vodka, jugos, cervezas y cigarros, el chico que me atendió me dijo:

– Qué… Vas a tener fiesta?

– No… Sólo es una reunión con unos amigos.

– Oye tu vienes todos los sábados a comprar cervezas y vodka… Que eres muy fiestero? a ver si algún día me invitas.

– Si cuando haya una oportunidad te invito a mi casa para tomarnos una cerveza, bueno hasta luego gracias.

Salí de la vinatería y me dirigí a la farmacia para comprar una caja de condones. En cuanto llegué a la casa guarde las cervezas en el refrigerador y de inmediato me quite mis horribles ropas de hombre, decidí usar ropa muy provocativa para excitar a Ramón, primero me unte mucha vaselina en mi hoyito, me puse una tanga rosa con muchos holanes, medias súper transparentes color natural sujetas con un ligero también rosa, un brassier haciendo juego después me puse una faldita de mezclilla muy cortita que apenas me cubría las nalgas me puse una blusita blanca con los hombros descubiertos, una peluca rizada que llegaba hasta media espalda, maquillaje, perfume, aretes, pulseras y listo! Estaba lista para ser culeada. Comencé a cocinar mientras tomaba vodka con jugo de naranja, quería emborracharme porque sabía que estando ebria estaría más desinhibida, estaba extremadamente cachonda urgida de verga mi culito me hormigueaba de excitación… Como presintiendo la verguiza que iba a recibir aproximadamente a las dos y media llegó Ramón mientras me encontraba en la cocina, como yo había dejado la puerta entreabierta entró diciendo:

– !Yuju!… Joven Jorge, señorita Cecilia… Ya llegó el plomero para destaparle el caño! Jejeje.

Desde la cocina le grité:

– Pasa Ramón… Cierra la puerta… Estoy en la cocina.

Se asomó a la cocina y recorrió con la mirada de pies a cabeza y me dijo:

– Ahorita vengo voy a revisar la regadera… No me tardo.

Y cargando su caja de herramientas se dirigió al baño, yo lo seguí diciéndole:

– No hace falta que revises el baño… Todo funciona perfectamente, volteó a verme y me dijo:

– Entonces para que chingados me hiciste Venir?

– No te hagas pendejo Ramón… Te llamé para que vinieras a cogerme, o qué estoy tan fea y jodida que sólo me desquintaste y luego me botaste así no más?… He visto a las pinches viejas que te andas cogiendo y aunque no soy mujer te aseguro que estoy mejor que cualquiera de esas pinches brujas.

– Huy mamacita no me digas que estás celosa… ¡No mames Cecilia! Si te cogí fue porque tú me rogaste que te rompiera el culo… ¡Yo sólo te hice el favor no mames! Sólo falta que quieras que me case contigo, eso me pasa por andar de caliente cogiéndome putos.

– ¡Puto… Puto?! Mírame bien cabrón… Dime si parezco hombre, estoy más buena que cualquiera de tus pinches brujas!!!

– Ya, ya… Cálmate, tranquila no grites y dime… Que chingaos quieres.

– Lo único que te pido es que me dediques un poco de tiempo que me vengas a coger de vez en cuando, no te pido mucho… Solo que vengas a visitarme y que no me botes así nada más… Porque eso me hace sentir como una basura.

– Ok mamacita… Invítame una cerveza y platicamos con calma… OK?

Logró tranquilizarme y llevé su cerveza y mi vaso con vodka y naranja, prendimos sendos cigarros y comenzamos a hablar.

– Mira María Cecilia… Agarra la onda me gustó mucho culearte pero no me conviene que alguien se pueda enterar, imagínate como mis amigos se burlarían de mí, sé que vestido de mujer te ves muy buena y que estás mejor que la mayoría de las viejas que me cojo, pero ponte en mi lugar, no me conviene que se enteren que te meto la verga. Si no fuera por eso vendría seguido a meterte la verga, disfrute mucho con tus nalguitas y muchas veces me pongo caliente cuando me acuerdo de la verguiza que te di.

– Bueno tienes razón… Pero si tú no le dices a nadie yo menos, no quiero que la gente se entere de que me visto de mujer y que me gusta mucho que me cojas, así que nadie se va a enterar… Solo quiero que sepas que cuando quieras yo siempre estaré disponible para darte las nalgas.

– Bueno pues no se hable más y trae esas ricas nalguitas para acá.

No tuvo que pedírmelo dos veces, de inmediato fui y me senté en sus piernas, comenzó a meterme mano principalmente en mis piernas y nalgas, besándonos con mucho gusto mi falda era tan cortita que no le costó mucho trabajo llegar a mis nalguitas, corrió el hilo de la tanga y metió un dedo en mi hambriento culo, yo solo suspiraba y lo dejaba dedearme a su gusto. Sólo dejamos de besarnos para beber, después de un tiempo me dijo:

– Ahora si mamacita saca la verga de mi pantalón y mámame la verga.

En chinga me puse de rodillas y temblando de emoción y calentura saque de la trusa esa hermosa verga que tanto me había hecho sufrir y gozar, como loca me puse a lamer a, besar y a chupar esa deliciosa verga, mientras mi macho se las arregló para alcanzar mis nalgas con una mano, así mientras yo mamaba con entusiasmo él metía sus ásperos dedos en mi colita, después de un tiempo me dijo:

– Órale mami vamos a la cama ya me pusiste bien caliente y quiero meterte la verga.

Mientras él se desnudaba en la recámara yo llevé las bebidas y cigarros depositándolos en el tocador, ya estaba completamente desnudo fumando con la verga bien tiesa, con mucha prisa me quite la falda y la blusa lanzándome como loca sobre esa rica vergota, comencé a chupar con desesperación y cuando se sintió listo me dijo:

– Órale mamacita ponte en cuatro patas como perrita porque ahí te va la verga.

Cuando me empine en el colchón de inmediato apoyé mi cara y mi pecho en la cama jale los cachetes de mis nalgas y abierta de patas y elevando mi trasero le dije listo papi taládrame el fundillo

– Sientes la punta de la verga en tu culo mamacita.

– ¡Ay si papacito ya clávame tu rica vergota! ¡Quiero que me la metas hasta los huevos! ¡Me estoy muriendo de ganas de que me culees! ¡Cógeme ya papi no me hagas sufrir! ¡Cógeme, Cógeme ya papito por piedad! ¡Necesito tener tu verga en el culo!

– pues afloja las nalgas mami porque ahí te va la verga.

De un solo golpe me clavó toooda la verga hasta el fondo, yo no pude evitar lanzar un gritito pues me dolió:

– Te dolió mamacita… Quieres que te lo saque?

– ¡No, no lo saques sigue cogiéndome! ¡Cógeme más duro quiero sentir tu verga dentro de mi cola! ¡Culéame más fuerte rómpeme el culo papacito!

– pinche Cecilia te estás volviendo bien puta se ve que te gusta la verga.

– ¡Ay si papi me ENCANTA tu verga! ¡Cógeme, cógeme más lléname el culo de leche!

Mi adorable picador sacaba casi toda la verga de mi hoyito y de golpe me la volvía a clavar hasta el fondo, sentía como sus peludos huevotes chocaban con mis nalguitas provocándome mucho placer y dolor, estaba quemándome de cachonda me sentía de lo más puta siendo culeada de forma tan rica, minutos después le dije a mi macho:

– Papi déjame sentarme encima de ti… Quiero darme de sentones en tu verga, si papi?

Aceptó y desenchufándonos se acostó boca arriba y de inmediato me puse en cuclillas y tomando su adorada verga con mi mano la dirigí a mi hambriento culo y poco a poco me fui empalando en la verga de mi plomero, sentía como mi ano iba tragando centímetro a centímetro esa delicia de verga hasta que mis nalgas toparon con su panza, apoyé mis rodillas y acomodándome bien comencé a moverme…

Primero lentamente disfrutando del placer de sentir esa linda verga perforando mi culo, mi pene estaba a punto de reventar de lo tieso, conforme mi fundillo se adaptaba fui aumentando la velocidad de mis movimientos hasta que de plano me daba ricos sentones recorriendo toda la longitud del camote de mi macho… El acariciaba mis piernas y mis nalgas abriéndolas para facilitar el delicioso mete y saca, me hubiera gustado tener chiches para que mi macho me las chupara, pero me conforme con sentir sus manos estrujando mis pezones sobre el brassier.

La culeada continuó unos minutos hasta que mi macho me pidió que me acostara de espaldas en la cama porque me quería coger "de patitas al hombro" me desclave y rápido me puse las almohadas bajo mis nalgas, entonces mi macho tomó mis tobillos y los apoyó en sus hombros, yo guie su dura verga hacia mi abierto culo y me la clavó toda hasta los huevos, yo lo abracé por el cuello jalándolo hacia mí y comencé a besarle la boca mientras le decía al oído:

– Ay papi que rico me coges… te gusta cogerme papi? Te gustan mis nalgas papito?

– Si mamacita estás bien rica… Me gusta tu culito y me encantan tus nalguitas tan suavecitas.

– ¡Cógeme, Cógeme más fuerte papi! ¡Rómpeme el culo como la primera vez! ¡Dame verga papi clávame tu verga hasta el fondo!

Mi macho estaba aguantando mucho ya teníamos más de una hora cogiendo y él no se venía y yo estaba a punto de tener un orgasmo mi verga comenzó a pulsar anunciando mi inminente venida jadeando le dije:

– Ya me voy a venir papacito! Ay papi que rico! ¡Cógeme más fuerte que me voy a venir! ¡Métemela toda cógeme más fuerte! ¡Ay que rico me coges! ¡Métemela toda ay que rico! ¡Me vengo papi! ¡Cógeme!

Entonces mi verga comenzó a arrojar chorros de leche mojando la barriga de mi macho, tuve un orgasmo espectacular, quedé totalmente despatarrada debajo de mi hombre hasta que pude recuperar el aliento, entonces me ordenó:

– Límpiame la panza con tu lengua quiero que te tragues todos tus mocos.

Se tumbó a mi lado boca arriba y de inmediato me puse a lamer toda su panza comiéndome mi propia leche mientras le sobaba la verga y los huevos, cuando terminé salí de la cama y preparé unos tragos, bebimos y le dije:

– Oye papi tú no te has venido…

– No… Pero así puedo seguir culeándote un poco más, así que acuéstate de ladito en la cama porque te voy a coger de cucharita.

Terminamos nuestros tragos y fuimos a la cama hice lo que me pidió y se colocó tras de mi me hizo levantar mi pierna mientras él dirigía su verga a mi culo con su mano libre me sujeto de la cintura mientras me clavaba su rica vergota, cuando su panza topó con mis nalgas sujetó mi pierna para mantenerla levantada y comenzó un delicioso mete y saca riquísimo yo lanzaba mi fundillo hacia él tratando de que su verga entrara más, me gustó mucho está posición, desde atrás el besaba mi cuello y orejas diciendo:

– Te gusta cómo te meto la verga Cecy? A poco no te encanta como te culeo… Te estoy volviendo bien puta… Te gusta ser una puta comevergas?

– Ay si papacito me encanta sentir tu vergota rompiendo mi colita… Ay es tan rico tener una verga tan rica en mi colita… Es tan rico estar completamente ensartada… Me gusta cómo me coges papi! Hazme lo que quieras! ¡Mi culo es tuyo papi! ¡Quiero ser tu puta! ¡Me gusta ser puta! ¡Cógeme, cógeme más fuerte! ¡Ay papi me matas! ¡Me encanta como me rompes el culo!

– ¡Huy mamacita que rico culito tienes! ¡Se ve bien rico como te tragas toda mi verga por ese rico culito! ¡Nunca imaginé que fueras tan puta! ¡Toma verga puta! ¡Te voy a dejar el culo abierto como pozo puta! ¡Aprieta el fundillo puta porque ya me voy a venir!

Sentí que mi macho aceleró sus estocadas y supe que se iba a venir, automáticamente apreté mi culo y comenzó a llenarme el fundillo de rica leche, poco a poco fue bajando la intensidad de la culeada hasta que se dejó caer sobre mi completamente exhausto. Sentir todo su peso sobre mi cuerpo y la sensación de su verga parada completamente hundida en mi culito despertó sensaciones muy agradables para mí, me gustó sentirme avasallada y sometida por ése macho.

Finalmente su verga perdió rigidez y de mi abierto culo comenzó a escurrir parte de la leche que mi macho había descargado dentro de mi cola, me levanté de la cama y sin limpiarme y con las piernas temblorosas después de la feroz culeada fui a la cocina para preparar la comida para mi hombre, la leche fluía por la parte interna de mis piernas empapando mis medias, me ponía cachonda esa imagen de mí, despeinada, con el culo abierto y la leche escurriendo por mis piernas…

Yo era la viva imagen de la puta recién cogida, radiante de felicidad serví la mesa y llamé a mi hombre para que se sentara a comer… Comió completamente desnudo, me encantaba ver su verga flácida colgando, porque me sentí orgullosa de haber ordeñado esa hermosura con mi boca y mi culito, es una sensación de orgullo muy excitante saber que a los hombres se les ponga dura la verga, es muy gratificante que los hombres te vean con lujuria y quieran meterte la verga aun sabiendo que no eres mujer, cuando te culean tu satisfacción es doble porque te están satisfaciendo sexualmente y la satisfacción mental porque sabes que eres capaz de poner calientes a los muchos… me sentí como una auténtica mujercita dando de comer a su esposo después de una tremenda culeada.

Después de comer mi macho se bañó, se vistió y se despidió prometiendo volver el sábado siguiente… Se despidió de mí con un buen beso y azotó mis nalgas desnudas fuertemente dejando la marca de su mano en mi trasero…

Pensé que por fin iba a tener mi ración de verga cada sábado… Pero fue una falsa ilusión porque el pinche plomero primero vino a cogerme después casi un mes, después se ausentó casi tres meses… Esta última vez me culeó, me pidió dinero prestado… Se lo di y jamás volvió… jamás. Yo estaba completamente perdida de calentura hice algo que jamás imaginé fui a conseguir un consolador, me costó mucho trabajo pero por fin conseguí uno, negro de látex de 30 centímetros de largo, el tipo del bazar donde lo compré me vio como bicho raro pero a mí me valió madres, ahora podría quitarme lo cachonda, casi todas las noches me masturbaba mientras me clavaba el consolador en el culo, no era igual que una verga de verdad pero de momento me servía, porque siempre andaba muy cachonda y deseosa de verga.

Eran memorables mis noches de soledad… Añorando la verga perdida y destrozando mi culo furiosamente con el consolador hasta que me venía copiosamente para terminar comiendo mis propios mocos… Solo así podía dormir tranquila.

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.