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Sexo con maduros
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RELATO DESTACADO

Sexo con maduros - Pág. 1

La no muy inocente Laurita

Su piel quemaba y al tacto de mis caricias se estremecía agitada, no paraba de gritar escandalosamente. Mis envestidas fueron ganando ritmo, mis manos la manoseaban con locura, nuestras lenguas jugueteaban con desenfreno. Todo su cuerpo empezó a temblar sin control y empecé a joderla frenéticamente. La corrida fue mutua y brutal, mi polla le explotó por dentro y ella

Exhibiendo a mi esposa (2)

No lo pensó y dejo caer todo su peso sobre mi mujer penetrando con vigor su ano, ella soltó un grito y después mordió las sábanas tratando de ahogar el dolor, pues la verga de nuestro amigo era demasiado gorda, empezó nuevamente a castigar a mi mujer con sus vigorosas penetradas, hasta que se corrió en su ano, salió de

Trabajando para mi suegro

Estuvieron follando un rato en esa postura, a él se le veía que se sentía en la gloria, iba a descargar en cualquier momento. Entonces él la pidió que se saliera y que se tumbara en el sofá con las piernas bien abiertas, Sonia lo hizo él se arrodilló a la altura de su coño y desde esta postura introdujo

Una joven accidentada y un hombre maduro (3 de 3)

No quería mover la lengua, ni la boca, ni los labios, me encontraba totalmente pegado a él, notando su calor, y notando casi las palpitaciones que su clítoris sentía a cada golpe de latido de su corazón. Retiré suavemente la boca mientras iba cerrando los labios tras de cada centímetro que me retiraba, notando cómo mis labios eran los que

Una joven accidentada y un hombre maduro (2 de 3)

De hecho, mi ansia al besarla venía motivada por la paja tan monumental que me estaba haciendo. Ni mis propias pajas mañaneras que algunos días me regalaba, tenían la habilidad de en cada movimiento, pasar por tantos puntos diferentes. Y sentir la juventud de esa mano, también ayudaba a que mi excitación fuera en aumento, haciendo que mi polla se

Una joven accidentada y un hombre maduro (1 de 3)

Y diciendo esto, su mano se dirigió a mi cinturón, que abrió de manera lenta y sugerente, mientras alternaba su mirada a mis ojos con otras miradas a lo que iba apareciendo a cada gesto que sus manos hacían. Desabotonó mi pantalón... y bajó suavemente la cremallera, dejando a su vista unos slips negros, pero que dejaban ver la erección

El papá de mi mejor amiga (1)

-Los hombres solemos ser todos así a una determinada edad –yo no podía dejar de mirarlo. No paraba de desearlo. Quería sentir ese abdomen sobre mí, esos hombros redondos, esa espalda ancha, bombeándome. Quería sentir su sudor, su piel… su sexo. Cada tanto miraba de reojo su bulto. Parecía haber crecido, aunque al no poder mirarlo con detenimiento, no podía

Un viaje apretado con final feliz

Apenas de reojo me di cuenta que era un señor de unos 50 años que se amoldó perfectamente a mí pues no era alto. Con el vaivén del viaje sentí como su pito se fue poniendo duro y me lo repegaba mucho. Zorra como era y soy, decidí disfrutar el momento, aunque pensé que en algún momento se bajaría en

Lluvia y calentura en una ciudad extraña

Le mamé su pito lentamente y le lamí toda la macana y hasta sus testículos. Seguí haciéndolo un rato más pues estaba encantado de esa mamada. Posteriormente me acerqué a su cara y le puse mi coño en su boca y él lo lamió como todo un experto. Realmente sentí mucho placer y comencé a gemir. La lluvia volvió fuerte

Fantasía de una mujer casada con un hombre mayor (parte 5)

Sin sacar el miembro de Sergio de mi boca, me quedé en 4, sobre el asiento del coche. Sergio, estaba con la espalda apoyada contra la ventanilla derecha trasera. Poco antes de arrancar de nuevo el vehículo, haciendo un escorzo, Pepe, se giró. Sacando una mano, me dio un azote. Duro. Muy duro. Resonó en todo el vehículo. O eso

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