Pay asiático

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-Es como un pay de moras.

Le dice Kojiro a su amigo virgen Kaede. Ambos, vírgenes hasta el copete, están desesperados porque ya van a entrar a la universidad y aún no han cogido con ninguna chica. Sus otros dos amigos, Arata y Hoshi están igual. Ellos tienen la convicción de que, si no pierden la virginidad antes de empezar la madurez, lo que ellos llaman ‘llegar a la universidad’, simplemente nunca lo harán hasta volverse viejos y amargados como el vecino de Kaede.

-¿Cómo así?

Le pregunta Hoshi escuchando la conversación entre Kojiro y Kaede.

-Ya sabes, se siente dulce, esponjoso.

-O sea que tú lo has probado.

Concluye Kaede decepcionado.

-Claro que no, nunca lo he hecho, ya quisiera. Miren…

Kojiro señala hacia un grupo de chicas que reconoce al instante. Se trataban de Ai y sus dos amigas: Akari y Utena. Las tres son lindas por igual, pero Kojiro fantaseaba más con Ai. Una pelirrubia fanática del j-pop y gayru hasta más no poder. Tiene pocos pretendientes, cosa que le da ventaja a Kojiro. Por otro lado, su amigo Kaede prefiere a Utena, ya que es calmada, refinada y le gusta su cabello corto teñido de púrpura.

-Vaya gustos tienes.

Dice Hoshi

-Pamplinas.

Comenta Arata. Todos se le quedaban mirando. Él explica que, si de verdad deseaba dejar de ser virgen, lo mejor es fijarse en la compatibilidad.

-Eso lo has inventado tú idiota.

Le acusa Hoshi.

-Es verdad, no solo es en la belleza, sino también en su delicadeza. Creo que la mejor forma de perder la virginidad con una chica es por medio verbal, luego ya si quieres, te hace el oral y…

Callan al ver a un profesor cerca, estaba hablando por teléfono. Arata vuelve a ver hacia Ai y su grupito de amigas y luego…

-Vaya gustos tienes.

Repite Hoshi dándole unas palmaditas. A él le gustaba más comparar el sexo con algo más referencial como una dona, ya saben: el agujero, el glaseado, lo dulce y suave que es, todo un símil perfecto. Por otro lado, su mejor amigo Arata, apodado El Cerebro por sus buenas calificaciones, no es de mucha poesía, aunque le gusta leer a Haruki Murakami. Todo lo que sabe de sexo oral lo aprendió con él en Tokio Blues.

-Bueno caballeros…

Comienza a decir Kojiro como un político ansioso. Sus tres amigos le prestan atención.

-… ya tengo un plan. ¿Recuerdan que les dije que mi primo organizará una fiesta en una discoteca?

Si que lo recordaban, se estuvo toda la semana pasada hablando de eso. El primo de Kojiro, que planea irse al extranjero a tener cinco novias como bien dice la leyenda urbana americana, le ha seguido el juego a su primito y le ha organizado una fiesta de despedida de graduados en una discoteca que él mantiene. Como es super popular y se graduó hace un año en la misma escuela que Kojiro con plata hasta para limpiarse el trasero, muchas de las chicas del instituto asistirán con creces.

-Ve al punto.

Le pide Kaede desesperado y mirando de reojo a Utena alejarse mientras se reía por algún chiste de su amiga.

-A lo que quiero ir es que esa fiesta en la discoteca será el momento perfecto para nosotros.

-¿Cómo dices?

El interés se despertó de repente. Kojiro ya lo había planeado: su primo organiza una fiesta, ellos van, asisten muchas chicas que ellos conocen, pero que nunca tuvieron la oportunidad de hablarles. Ninguno de ellos es feo dentro del estereotipo común, la verdad es que son re simpáticos, solo les falta algo de confianza. El plan consistía en prepararse la semana previa a la fiesta, acumular recursos, conocimiento y mucha actitud para que cuando llegue el domingo, puedan pasarlo en bomba.

-Dices que encontraremos pareja y follaremos en esa fiesta, ese es tu plan. Suena tonto.

Confiesa Arata.

-No amigo, no será tonto si te preparas. Esta semana será nuestro simulacro, practiquen con masturbadores o con pelis porno. Tú seguro practicarás con Tokio Blues ¿no?

Se lo preguntaba a Arata quien se sonroja por aquel comentario.

-Bueno, esta es su última oportunidad muchachos. Aprovéchenla, aquí nadie va a obligar a nadie, aunque eso sí, después no se quejen de que algo sale mal.

Con aquellas palabras, Hoshi, Arata y Kaede imaginaron todas aquellas sesiones de películas porno que tuvieron los jueves, todas esas veces que se prometían que antes de la graduación tendrían novia y cogerían como bestias. Todas esas promesas rotas por ser cobardes. Kojiro ahora mismo es el maestro de ceremonias, ellos son los intérpretes en el circo ¿qué harán? dejar que el show continue sin ellos o vencer el miedo e ir a dar un gran espectáculo.

Fue entonces que los tres jóvenes tomaron la mejor decisión de todas sus vidas: levantarse y aceptar la petición de Kojiro. Al parecer, esas promesas del pasado no habían sido por nada.

Entonces quedaron así. Cada quién se regresó a su casa para comenzar la semana de simulacro.

(Durante la semana)

No les voy a aburrir contando con detalle lo que cada uno hizo para impresionar a la chica seleccionada y tener sexo con ella. Todos hicieron casi las mismas cosas, pero en distinto momento. Te contaré la forma de practicar de cada uno.

Con Kojiro las cosas eran algo calmadas debido a lo confiado que es, así que solo practicó mirando anime hentai en una página secreta a la cual solo puedes ingresar con un código especial. Durante la semana, se vio una maratón de sus animes con fetiches favoritos, como los tentáculos, juguetes sadomasoquista y los videos de inflación. Toda una gama de fetiches raros que harían huir a todas las chicas del mundo por el constante morbo.

Con Kaede su práctica consistió en pláticas con su reflejo, simulando ser una chica, algo extraño, pero con él funcionaba. El truco consistía en grabar unos audios de su voz para después ponerse una peluca larga de mujer y una mascarilla.

-Parezco la kuchisake-onna.

Se decía posando sensualmente al espejo. Kaede no era un chico, que digamos, muy masculino, algunos incluso piensan que es gay, cosa que él ha negado en repetidas veces. Una vez, para demostrárselo a su grupo interno de amigos, compró en un quiosco una revista porno y se masturbó con ella recortando la foto de una modelo desnuda a la altura de la boca. Ese día, Arata también demostró no ser marica llevando un masturbador y una loción.

Hablando de Arata, él se encontraba mirando videos fetichistas, así como Kojiro. Es más, podríamos decir que Kojiro le recomendó algunos videos, incluso le pasó en enlace en el chat privado de Line. El martes de la semana de práctica intentó algo nuevo, algo que nunca se le pudo haber ocurrido y fue al mismo tiempo en que su madre le decía que saldrá al trabajo y le deja dos donas en la cocina.

“Donas” pensó Arata y recordó lo que Hoshi le comentó una vez sobre el orificio de las donas y el glaseado, una bien espeso y jugoso como el elixir de la vida que solo una mujer te puede otorgar, como esa Ambrosía inalcanzable que solo el apto para ser Dios puede beber. Otro ejemplo a su favor eran las mandarinas, pero eso más cuando se trataba de un romance lésbico, porque si algo aprendió gracias a las películas y los libros, es que un hombre prefiere mejor morder que chupar.

Una vez su vieja madre se retiró, Arata baja a la cocina y saca la caja de las donas. Las de chocolate y fresa siempre fueron sus favoritas, así como su padre, que en paz descanse. Coge una, la de fresa, siempre come primero esa. “Es como una dona, ya sabes” recordó esa vez en que Hoshi metió tres dedos de la manos en el orificio de la dona simulando una penetración.

-¿Será verdad?

Se preguntaba si es verdad aquella sensación de dulzura como cuando comes un pay de moras o una dona cremosa. Estudia la dona, luego la mira desde abajo, sujetándola por encima de su cabeza. Entonces, con su mente y su perversa imaginación, transformó aquella inofensiva dona en un suculento y mojado coño que chorreaba de placer. “¿Qué esperas Arata? Sabes lo que hay que hacer, así que hazlo” decía la voz de Akari, la dulce Akari. Esa tía de aspecto inocente con un gran futuro por delante, así como cualquier otra chica en realidad.

-En serio ¿deseas hacerlo?

Pregunta y en su cabeza la voz de Akari responde: “Claro, penétrame, este coñito es tuyo, haz con él lo que quieres” y entonces eso hizo, introdujo su enorme polla en aquel túnel sagrado donde solo encontraba paz si es que se esforzaba. Debía seguir penetrándola hasta que eyacule en su bolsita y la llene de amor.

Mientras tanto, ya faltando unos días para la fiesta en la discoteca, Hoshi se preparaba un café tibio mientras seleccionaba en Netflix películas de corte pornográfico mientras leía revistas hentai, sí, miraba tele y revistas al mismo tiempo. Pero no solo eso, sino que, gracias a su difunto padre, que también andaba de cachondo antes, le dejó una gran reliquia familiar que pasó de generación en generación: el Sacrosanto Texto del Buen Amor.

Su padre ya le había dicho de antemano cómo conseguirlo, simplemente debía buscar un mecanismo oculto en su estantería privada y encontraría un cofre que contenía a dicho libro resguardado de su madre. El libro era un tochaso lleno de escritos desde 1832, a nombre de un autor anónimo. El contenido del libro era glorioso, tanto que Hoshi agradeció a Dios haber vivido hasta ese momento.

Estaba bien detallado todo lo que una mujer deseaba de un hombre que quiere sexo, como identificar a las ninfómanas, palabras para sexo por teléfono, fotos y dibujos de hombres desnudos y mujeres denudas, con los detalles de la posiciones favoritas de las mujeres a la hora de hacer el amor, las prevenciones contra embarazo y mucho más, todo un ecosistema de texto lleno de conocimiento valioso. Como diría el villano de Vuelta al futuro 2: esta información vale millones.

Se pasó toda la semana leyendo aquel texto y practicando con un masturbador pequeño que encontró en una tienda.

Todos, los cuatro amigos, se la pasaron practicando como quien dice estudia para un examen. Nunca habían aprovechado mucho tiempo de esa forma, nunca en sus vidas se habían esforzado tanto por algo como esto.

(El domingo)

El primo de Kojiro, como lo prometió, preparó la fiesta en la discoteca e invitó a todas las chicas guapas que pudo encontrar por ahí.

Antes de zarpar hacia el gran mar y encontrar el One Piece, Kojiro, Kaede, Arata y Hoshi compraron varios preservativos, lociones, dildos, grabadoras pequeñas y gel desinfectante. Por si acaso, Arata llevó píldoras abortivas.

-Bueno, ya saben, cada uno con sus precauciones, con cuidado, no se lancen se frente a pedir sexo, deben insinuarlas, cortejarlas y cuando estén muy tomadas, convénzanlas de ser el chico perfecto y se la tiran.

-Suena feo diciéndolo así.

Comenta Kaede.

-Vamos muchachos, no nos preparamos una semana para arrepentirnos ahora.

Era verdad, todo ese tiempo ahorrado en prácticas no iban a ser en vano. Kojiro junta las manos de todos y hacen un pacto.

-Ninguno saldrá de esta fiesta sin haber perdido la virginidad ¿tienen sus grabadoras?

Todos las tenían, era para grabar con sutileza el gran encuentro entre ellos y su chica ideal, como evidencia. Todos sellan el pacto chocando los puños, de ahí se giran y…

-Que comience la fiesta se ha dicho.

Los cuatro amigos entran como san pedro por su casa y una vez llegan al pasillo principal, se separan deseándose suerte en el proceso. Hoshi se fue por un pasillo, Arata por el otro pasillo, Kojiro siguió de frente y Kaede tomó otro pasillo que conectaba el baño de los vestuarios. Cada uno en su zona, listo como un depredador para atacar.

Lo que ellos ignoraban es que Ai, Utena y Akari también estaban en planes de perder la virginidad en esa fiesta, aunque a diferencia del cuarteto principal, ellas no practicaron absolutamente nada la semana previa a la fiesta. Ahora mismo, estaban mirando a un chico rebelde intentando ligar con Momo, la chica ‘sexy’ por así decirlo que destacaba por su perfecto cabello lacio azabache y ese flequillo perfectamente formado, además de sus ojos celestes, todo un bombón.

-Mírenla, caprichosa engreída ¿qué se cree? La Marilyn Monroe de Japón.

Reclama Akari celosa de su compañera y cómo no, Momo ha sido declarada como la chica más hermosa de la escuela.

-Déjala ya Akari, es solo una muñequita que pronto caerá.

Comenta Ai.

-¿Cómo dices?

-Una muñequita…

-No, lo otro, ‘que pronto caerá’ ¿cómo es eso?

Estaba claro que Akari no era de ver dramas románticas de ‘chica bella inconquistable’. Siempre, o casi siempre, la chica que se cree la más hermosa termina cayendo en los estereotipos mundanos y solo queda como eso: una cara bonita. Sin eso, ella no es nada.

-Hay no.

Ai se lamentaba, se cubre el rostro con ambas manos y sus amigas al ver a la distancia descubren por qué. Kojiro estaba mirándolas, muy estudiosamente la exploraba con los ojos, como la mosca que se explora la tarta de moras a punto de echarse a perder. Sus amigas se hicieron la idea de que Ai detestaba que un hombre superficial como Kojiro le mire de esa manera, pero la realidad era otra: Ai no le gustaba cruzar mirada con Kojiro porque está enamorada de él. Esto nadie lo sabe y piensa dejarlo así.

-Amiga ¿quieres ir a otra parte? Hay moscas por aquí.

-Okey.

Akari y Utena conducen a su querida amiga hacia el baño de mujeres que es justo por donde se encontraba Kaede, practicando lo que planeaba decirle a Utena, incluso compró un chocolate. Al momento de cruzarse, casi por accidente, Kaede tropieza con Akari…

-Disculpa… perdón, no te vi.

Era la excusa perfecta, casi no se veía nada en esa discoteca. Akari casi cae a un lado, pero Utena la sujeta. Ambos intercambian miradas y se reconocen.

-Vaya Kaede, el chico malo de la escuela.

Con ‘chico malo’ se refería a su destreza en el basketball. Kaede es un buen deportista, que digo bueno, excelente, incluso sus profesores tuvieron la ilusión de llevarlo a los nacionales, pero él pasó de esa idea, planea graduarse en psicología en la universidad de Tokio en un año.

Utena, por su lado, es una chica un tanto tímida, no tanto como Akari, pero sí, tímida. Le gusta mucho el cosplay, por lo que a veces la detestan por ser tan friki, sin embargo…

-Oye Utena ¿cómo andas?

-Pues bien ¿por qué?

Kaede estaba con la lengua trabada, metafóricamente claro está, las palabras no le salían. Akari pide permiso para irse, no quería interrumpir aquel momento, además que tenía mejores cosas que hacer. Más adelante, por el pasillo, dos jóvenes comentaban vulgarmente lo sensual que se veía la madre de Kojiro. Decían cosas como ‘quiero cogérmela’ o ‘vaya modelito sexy’ y ¿cómo culparlos? La madre de Kojiro es la famosa modelo y actriz de 38 años Midori Kawabata, ya saben, la típica mujersona de pechos enorme, cabello lacio con flequillo, piel clara y libre de imperfecciones, además de parecer más joven de lo que se ve.

A Akari le tocó pasar por ese lado, ella es de esas que no les agradan los chicos vulgares, pero tan pronto como se decía que los hombres son unas bestias lascivas incurables, choca con el joven más amistoso que haya conocido en su vida: Hoshi Hoshino.

Por otro lado, Kojiro tomaba un poco de gaseosa mientras su primo se colgaba de él para decirle que esta noche era suya.

-Estamos en lo más alto.

-¿Estás ebrio?

-Aún no, ni siquiera hay licor aquí. Vamos, sé que quieres coger, anda por allá y encontrarás a decenas de chicas hermosas que desean hacer el frutidelicioso.

-Eso hago.

Gruñe quitándoselo de encima. Ai le estaba siguiendo, entre tanto hombre mañoso se sentía desprotegida, pero por alguna razón, pensar en Kojiro le hacía sentirse bien. “Debo hacerlo, si no es ahora, no será nunca” se decía avanzando hacia el joven de cabello teñido.

Cada macho encontró a su hembra, o al revés, excepto Arata Tendo, el Cerebro, el más inteligente y el que sí se tomó la molestia de explorar a Haruki Murakami y sus obras llenas de sexo juvenil. “Es como un pay de moras” así había dicho Kojiro refiriéndose al sexo.

-Eso busco, el pay de moras perfecto.

No basta decir que a Arata le gusta mucho el pay de moras, se lo come casi todos los fines de semana. Nunca probó lo que Hoshi sí se atrevió a probar y ahora mismo se estaba arrepintiendo de no haber tomado literal lo que Kojiro le dijo, porque sí que tenía un pay de moras esperando en casa en el frigorífico.

-Vaya, hoy no es mi día.

Sin embargo, mientras la voz de Junko Jabami se oía por los altavoces, a la distancia, una misteriosa mujer con sombrero, gabardina y gafas de sol se le acerca por detrás. Al Cerebro le tomó por sorpresa cuando sintió una enorme mano sobre su hombro.

-Disculpe joven.

Al girarse ahí estaba, una mujer enorme con sombrero y gafas de sol que Arata comparo con la leyenda urbana del Hachishaku-sama.

-Buenas tardes.

-Buenas tardes joven, estoy algo perdida, me preguntaba si quisieras guiarme el camino hasta la suite privada.

Hoshi conoce la suite privada, la había visto antes, incluso había un letrero allí. Entonces, sin perder más tiempo y porque no tenía algo más que hacer, guía a la mujer hasta la suite privada, custodiada por un enorme gorila. Ella enseña una tarjeta y le dejan pasar, pero Hoshi se queda afuera.

-Oye ¿no vienes?

Le pregunta la misteriosa mujer en la entrada.

-No tengo permiso.

-Yo te doy el permiso, déjenlo entrar.

Le dice al gorila, este asiente y deja a Hoshi entrar. El joven estaba nervioso, nunca había entrado a un lugar así. Una vez adentro, la mujer entra con él a un habitación llena de posters.

-¿Qué hacemos aquí?

-Me agradan los jóvenes, nunca pude hacerlo cuando tenía trece. Cuando Kojiro nació, su padre murió en un accidente de auto, ni siquiera llegó al hospital.

-¿El padre de Kojiro? ¿usted conoce a Kojiro?

-Si…

Se quita el sombrero y las gafas, también se soltó el cabello. Se trataba de una mujer de 38.

-… se podría decir que lo llevé en mi seno por nueve meses.

Entonces Hoshi pudo ver de quién se trataba.

-Usted es la madre de Kojiro.

-¿Sorprendido?

-No en realidad, ya lo estaba sospechando.

La mujer se desabrocha la gabardina rebelando que solo llevaba un brasier por debajo, muy ajustado.

-Dios, esto me aprieta ¿me ayuda joven?

-¿Quiere que yo…?

La mujer le sonríe pillamente. Hoshi siente una erección en su entrepierna. “Genial” piensa acercándose a la mujer cuyos pechos presumían su copa XL, tal vez más.

Ahora mismo, cada uno estaba formando su propio camino. Arata había logrado toparse con Akari y ahora mismo, ambos estaban yendo hacia el baño. Kojiro es detenido por Ai quien le abraza por detrás y le muerde la oreja a la vez que lo invitaba a su habitación privada para jugar un rato. Kaede hablaba con Utena mientras caminaban hacia el baño también y Hoshi ayudaba a la madre de Kojiro, Midori Kawabata, a quitarse su brasier.

Por otro lado, el primo de Kojiro, de nombre Take, estaba bebiendo soda y le entraron ganas de ir al baño. Una vez termina de hacer sus necesidades, afuera del pasillo tropieza con alguien.

-¡Oye!

Grita la persona que resultaba ser una chica. Take se gira para pedir perdón.

-Lo siento.

-Fíjate idi…

Al mirarse las palabras quedan mudas. La persona con la que Take había tropezado fue su exnovia Momo, apodada la chica sexy de toda la escuela.

-Vaya, miren quién es.

-Wow, hola Momo, lindo vestido. Creo que el que nos encontremos indica que el destino nos quiere unidos.

-Ya tengo quién me lleve idiota.

-¿En serio? Que conmovedor.

Take tenía cierta experiencia con chicas, pero no se podía decir lo mismo de Momo, ella prefería mejor hablar con chicas. La razón de su rompimiento fue que Take se pasaban de galán con otras chicas, cosa que creó desconfianza en ella, pero la gota que colmó el vaso fue cuando descubrió las tendencias fetichistas de Take. Pero a él parecía no importarle.

-¿Ya tienes novio?

-¡Momo! Aquí estás.

Una chica se acercó por el pasillo corriendo y abrazando a Momo.

-¿Quién es él?

-Un amigo.

-Auch, eso dolió. Bueno chicas, nos vemos. Y por cierto Momo… lindos pechos.

-Hijo de puta.

Take se aleja por el pasillo mientras Momo era consolada por su amiguita, quién al segundo siguiente, demostró ser más que una amiga para ella, dándole un beso de lengua mientras la arrinconaba contra el muro.

-¿Qué haremos ahora?

-Vayamos a mi cuarto y ahí veremos.

Cada uno, por su parte, tuvo su propia diversión. Kaede y Utena cogían con protección en el baño, así como Arata y Akari. Mientras tanto, Ai le hacía el oral a Kojiro de una forma muy profesional.

-Ashi te gushta.

Le pregunta mientras chupaba su pene con placer.

-Hay… así, sigue así y te daré un premio.

-Shi.

Ai siguió succionando su pene con su boca mientras lo enrollaba como pionono con su lengua. Por otro lado, Hoshi penetraba una y otra vez a la madre de Kojiro, quien no dejaba de gritar su nombre.

-Hay… Hoshi… más al fondo… más…

-Señora Kawa…

-Llámame mamá de Kojiro.

-Siii… mamá de Kojiro… mamá de Kojiro.

Penetraba y chupaba el pezón izquierdo de la madre de Kojiro. La vagina de la mujer apretó con fuerza el pene de Hoshi, mientras la lengua del mismo exploraba cada centímetro de su pezón con detenimiento.

Sin saberlo ninguno, Kaede, Arata, Kojiro y Hoshi tuvieron el orgasmo repentino. Kaede, Arata y Hoshi en las vaginas de Utena, Akari y Midori respectivamente, mientras que Kojiro se corría mucho en la boca de Ai. Momo y su nueva novia también se estaban corriendo, cada una en la boca de la otra haciendo un perfecto 69.

Minutos más tarde, cuando la discoteca se fue librando de gente, Kojiro sale satisfecho dejando a una Ai completamente exhausta en su habitación. Estaba cansado, pero primero iría a la suite privada para recoger algo que tenía guardado para su amada: un collar de perlas. Él había acordado dárselo de regalo a la indicada y Ai es la indicada, ella misma se lo dijo. Ni siquiera tuvo que presentar un pase para entrar, el gorila de la puerta lo reconoció como primo del dueño y lo dejó pasar.

-Le veo feliz.

-Es que me acabo de volver hombre, amigo mío.

El gorila entendió eso y chocó los cinco con él. Kojiro oye gemidos en la habitación donde tenía el regalo, gemidos de su madre, pero también oyó una voz conocida.

-Hayyy… quiero más leche…

Gritaba su madre. Kojiro, completamente enrojecido, tira de la puerta y lo que ve del otro lado lo dejó traumatizado de por vida.

Hoshi Hoshino, su amigo del alma, fue atrapado con el pene en la masa, dándole duro a su madre Midori Kawabata.

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