Nuevo hogar, nuevas experiencias

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Hola amigos de CuentoRelatos, perdón por la demora es solo que entre mis responsabilidades de los quehaceres del hogar y encontrar la forma de contarles de como empezaron mis experiencias a un nuevo mundo de experiencias y liberación me ha tomado un tiempo para actualizar.

Así que he querido empezar con unas situaciones que hasta el momento han resultado fundamentales en mi vida para dar pie a este nuevo mundo de experiencias y sensaciones que empecé a experimentar (recalco que no soy una relatora experta, sino que siento tanto la necesidad y el deseo de compartir mis experiencias vividas y por ende las describo por como mi memoria me va recordando).

Entre mis primeras experiencias en nuestro nuevo hogar en el residencial resultó que en un fin de semana que mi marido se encontraba en casa decidimos salir de paseo a un centro comercial no muy lejos del residencial. Para la ocasión yo opté por vestir unos jeans entallados a la cadera combinándolos con una blusa negra de satín con tirantes y unos botines de tacón; ya en la parada abordamos un taxi y fue en el trayecto donde me percate que quizá iba un tanto escotada puesto que note que sin pudor alguno el chofer del taxi no perdía oportunidad de dirigir su mirada a mis pechos a través del espejo retrovisor.

Tal acto en su momento me incomodó y para mayor de mis males al llegar a nuestro destino y cuando mi marido se bajó del taxi y buscando en su cartera el dinero para pagar el viaje, el taxista sin reparo alguno dirigiéndose a mi exclamo “linda, cuando desee un viaje no dude en llamarme” dándome su tarjeta de contacto. No sé porque en ese instante solo alcance a asentir y tomando dicha tarjeta para guardarla en mi bolso solo alcance a decirle se lo agradezco.

Debo decir que todo el trascurso en el centro comercial no dejaba de venirme a la mente la experiencia del taxista y su mirada morbosa, aunque debo decir que ya estando en el centro comercial esa experiencia me sirvió para darme cuenta de como ciertas miradas van dirigidas a ciertas partes específicas de nuestro cuerpo que tienden a llamar la atención, en fin para no alargar más esta parte del relato solo diré que esta experiencia sirvió para darme cuenta de cómo se llega a ser de cierta forma objeto de deseo; pero lo que me aconteció días después si escaló rápidamente en mi nivel de sorpresa.

Resulta que como ya comenté nos cambiamos a un fraccionamiento/residencial nuevo y como tal hay ciertos detalles en las casas que no se prevén a la hora de adquirirlas, resultó que en nuestra casa una de las llaves del baño estaba fallando así que entre platicas y frecuentando a los vecinos una de ellas me comento que entre los residentes se encontraba un inquilino ya retirado del ámbito laboral pero que en su tiempo se dedicó al mantenimiento a edificios, eso sí me recalcó que en su trato era medio vulgar, pero que si era bueno en su oficio, así que me lo recomendó para resolver mi problema.

Entonces me indicó en cual casa localizarlo y ya con dicha referencia una mañana fui a solicitar sus servicios, Raymundo se llamaba el señor(don Ray lo conocen por la zona) así que fui a verlo para explicarle mi problema al cual asentó que si podía revisarlo el mismo día así que le indiqué la casa en la cual vivía. Debo decir y que como era de mañana y opte por ir a verlo después de ir a hacer mis ejercicios matutinos en una unidad deportiva que se encuentra en los alrededores de la unidad habitacional me encontraba vestida con unos leggins negros y una sudadera deportiva al retirarme pude sentir como se quedó de pie en su entrada y tal cual me comía con los ojos.

Sin mas al llegar a mi casa decidí tomar un baño y justo al salir de la regadera llamaron a la puerta y sin tomarme el tiempo ni el pensar para cambiarme abrí la puerta solo cubierta con una toalla pues considere que debía ser don Ray el cual al ver tal imagen abrió los ojos como platos, yo al darme cuenta de dicha situación solo asentí a indicarle el lugar del desperfecto lo más rápido posible así que lo guie al baño e inmediatamente después me dirigí a mi habitación a vestirme.

Después de unos minutos de serenarme y una vez cambiada tras haber digerido tal suceso acontecido en mi entrada quise ver cuanto había avanzado don Ray. Cuál fue mi sorpresa cuando vi que había estado hurgando en el cesto de ropa sucia y se había hecho con mi ropa íntima la cual tenía con una mano frotándola en su rostro mientras con la otra mano y por encima del pantalón se frotaba su miembro, por un instante me quede estática e impactada por la escena que estaba viendo.

Y después de unos minutos de observar dicha escena no pude hacer mas que retroceder unos paso y después de perder de vista dicha escena solo atine a decir “don Ray como va” para después entrar al baño a lo cual él ya se encontraba moviéndole torpemente a la llave en cuestión, pero resultaba más que obvia la intrusión al cesto de ropa sucia.

P.D. Cabe recalcar dos cosas, la primera es que después de que don Ray termino su labor con la llave del baño fui a revisar el cesto de la ropa y me encontré con que faltaba mi ropa íntima, imagino que como resultado de la sorpresa de oírme hablar y dirigirme al baño su primer reflejo fue guardarla en la bolsa de su pantalón. Y la segunda es que esa noche no pude conciliar el sueño debido a esa imagen en mi mente de don Ray oliendo mis prendas íntimas y sobándose su miembro debido a ellas. A lo cual empezaba a despertar en mis ciertas sensaciones hasta ese momento desconocidas para mí, pero que al pasar de los días y experiencias seguirían creciendo en mi interior.

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