Después de desvirgar a mi hijo menor me encontré ante una gran duda, ¿Debía contárselo a mi hijo mayor, con el que además de follar compartíamos todas nuestras aventuras?, Decidí no hacerlo, al menos en un primer momento, quería evitar celos entre ellos, y no deseaba que mi pequeño supiera lo que hacía con su hermano, al menos hasta que nuestra relación no estuviera más consolidada, pero esto tuvo una consecuencia, cuando mi hijo mayor me pidió que comenzara a tener relaciones con mujeres, la primera la madre del amigo con la que él follaba, no me sentí con suficiente fuerza para decirle que no:
–Oye so cabrón ¿Tu idea no será que terminemos haciendo un trio las dos contigo?
Él se rio y me respondió:
–No te digo que no, pero hacerlo con mujeres a ti te dará un nuevo campo para experimentar e igual si tú te lo haces con tu cuñada te será más fácil convencerla de que se lo haga con su hijo.
¿Qué no haría una madre por su hijo?, jajaja, el asunto es que de esta manera me implicó en un campo que nunca había pensado experimentar, me contó su plan, lado que Mar, la madre de su amigo le había confesado que su vida sexual había comenzado cuando su marido la dejó, y que follaba tanto con hombres como con mujeres, aunque no con su hijo, le diría que yo era una amiga de su madre a la que acababa de dejar su marido, ý él me habría propuesto que yo fuera a verla para que ella me aconsejara, ya más adelante veríamos que hacíamos con ella.
No muy convencida acepté, mi hijo me dio su teléfono y yo la llamé tratando de poner voz apenada, y creo que lo conseguí, ella me contesto y quedamos para la tarde del día siguiente en su casa.
Me puse una falda azul cortita, con unas medias negras y una blusa de flores, además de una cazadora y me encaminé a su casa, cuando ella me abrió la puerta en encontré con una mujer muy sexy, llevaba puesta una camiseta de tirantes y unas braguitas de color azul, pese a estar en el mes de noviembre en la casa hacía mucho calor, debía de tener muy fuerte la calefacción. Tras darnos un beso en la mejilla, me invitó a sentarme en el sofá y a quitarme la cazadora, y luego comenzó a contarme su experiencia, como tras dejarla su exmarido había entrado en una etapa de reflexión, de la que salió tras animarse a tener sexo y decidió tenerlo con todo el que pudiera, tanto hombres como mujeres.
Tras decir esto acercó su boca a la mía y nos dimos un beso en la boca muy profundo.
–A mí no me gustan las mujeres, protesté.
Ya verás como cambias de opinión, dijo volviéndome a besar.
Y la verdad es que sentir su lengua contra la mía me estaba dando mucho placer sin que pudiera sentir gran diferencia a cuando lo hacía con un tío. Ella debí de notar que me tenía en el bote y con ironía dijo:
–Si quieres paro.
Pero yo no tenía ganas de que parara, lo estaba pasando igual de bien que con un tío, y estaba empezando a sentir curiosidad, ella interpretó mi silencio como una muestra de que deseaba que siguiera y nos seguimos besando hasta que llevó una de sus manos a mi culo y comenzó a acariciármelo, y lo hacía muy bien, estaba gozando más de lo que lo hacía con muchos tíos, en un momento dado me anime y yo también comencé a acariciarle el culo, ella siguió animada y me quitó la falda dejándome con un pequeño tanga, después dirigió sus manos hacia mis tetas primero me las tocó por encima de la blusa, y después me alzó esta y se puso a acariciarme las tetas.
–Menudas tetas tienes, me dijo.
La verdad es que sus caricias me estaban gustando, se notaba que sabía como acariciar y lo que apetece que te acaricien, nos volvimos a besar de una manera intensa, ella me quitó el tanga y me dijo:
–Vamos al sofá.
Pero antes de hacerlo me quitó el tanga y la blusa y me dejó desnuda. Después me hizo tumbarme en ese mueble, ella se desnudó también, comprendí que a mi hijo le gustara, tenía un cuerpo espectacular.
Una vez tumbadas en el sofá nos volvimos a besar me hizo tumbarme, y poniéndose a un lado de rodillas, llevó una de sus manos a mis tetas y dijo:
–No me extraña que Iván este loco por estas tetas.
Aclaro a los posibles lectores que Iván es mi hijo mayor, pero Mar esto no lo sabía pensaba que simplemente éramos amigos, mientras acariciaba mis tetas con una de sus manos, llevó la otra hasta mi coño y estuvo acariciándome un rato, después introdujo uno de sus dedos en él y comenzó a moverlo, entonces me preguntó:
–¿Quieres que pare?
No, no quería estaba gozando y así se lo hice saber con mis gestos, ella se dio cuenta de que ya era suya, se movió y supo su cabeza a la altura de mi coño, volvió a meter su dedo dentro y sacando su lengua comenzó a lamerme la parte superior de mi coño, era muy placentero, en ese momento estaba gozando con ella más que con muchos de los tíos con los que había estado.
Ella era consciente de que me había conquistado, así que siguió con su penetración y yo no pude resistirme mucho, de esta manera tuve mi primer orgasmo con una mujer. Cuando su dedo notó que me corría, lo sacó y metió su lengua plenamente en mi interior tragándose todo mi líquido, en ese momento, admití mi derrota y le dije:
–Muchas gracias, esto es mucho mejor de lo que he experimentado con muchos tíos.
Ella se rio y dijo:
–Ya te había dicho que te iba a gustar, pero ahora te toca a ti hacérmelo.
Se tumbó en el sofá con las piernas bien abiertas, me animó a acercar mi cabeza a su coño.
–Nunca lo he hecho, dije, con miedo de no estar a la altura
–Cariño me encanta ser yo quien te desvirgue lésbicamente, dijo ella.
Yo tímidamente acerque mi lengua a su coño y la introduje en su interior, me encantó su sabor, me habían chupado el coño muchas veces, ahora estaba del otro lado, así que pensando en lo que me gusta pase mi lengua por toda la superficie entreteniéndome en los puntos que a mi más me gusta que me toquen, ella me dijo:
–Lo estás haciendo muy bien cariño, vas a ser una buena comecoños.
Sus palabras me animaron a seguir, estaba riquísimo, estaba descubriendo una nueva forma de dar y recibir placer. Y lo hice hasta que ella dijo:
–Me corro.
Por primera vez en mi vida había conseguido que una mujer se corriera, quería saborear su coño en ese momento y cuando sentí como sus líquidos bajaban por su coño me puse a lamerlos, eran deliciosos, en ese momento tuve claro que mi faceta lésbica acababa de comenzar.
Ella se recuperó al momento, y me pido que fuera yo quien me tumbara en la cama, me besó apasionadamente y me dijo:
–¿Lo has disfrutado?, ya te había dicho que ibas a gozar mucho, si te apetece te presentare a algunas amigas que a veces nos reunimos para disfrutar.
Creo que en la expresión de mi cara vio la aprobación a su idea, llevó una de sus manos a mi coño y me lo acaricio, después introdujo un dedo en él y comenzó a realizarme una especie de masturbación que me encantó, mientras con su boca fue bajando por mi cuello, mis tetas y mi vientre, hasta llegar a mi coño y, sin sacar su dedo de dentro de él, comenzó a besármelo.
Se te nota que disfrutas, me dijo, ya verás como lo vamos a pasar con otras chicas del grupo.
Mientras me decía esto su dedo seguía atacando mi coño, era mucho más pequeño que una polla de un tío normal, pero sin embargo proporcionaba tanto o más placer que ellas, con esto no tardé en correrme.
–Eres muy sensual, dijo ella, las dos juntas, o por separado vamos a vivir grandes aventuras, quizá comenzando por tu vecinito Iván.
Mar no sabía que en realidad Iván era mi hijo y nuestro acuerdo era no contárselo hasta que no la hubiéramos metido en nuestro juego, mientras yo debía, y me apetecía, meterme en el suyo.
Llevé mi mano hasta su coño y me puse a acariciarlo, ella al sentir mis dedos comenzó a gemir, yo me animé y la introduje uno de ellos en el interior de su coño, su tacto me encantó, por un momento me lo saqué y lo introduje en mi boca, el sabor de sus flujos, me encanto su sabor.
En ese momento ella me pidió que me tumbara en la cama con las piernas bien abiertas, ella se puso encima de mí y rozó su coño contra el mío, fue una sensación increíblemente maravillosa, en ese momento me di cuenta de que había descubierto una nueva manera de dar y obtener placer, el sexo con mujeres había llegado a mi vida para quedarse. Mientras nos rozábamos los coños nuestros labios se juntaron en un beso que me supo a gloria. El calor que se daban nuestros coños hizo que me corriera nuevamente.
Me pidió que me girara y cuando lo hice, con sus manos acaricio mi culo, y me dijo:
–Otra de las cosas que le encantan a Iván.
Se puso a lamerme los cachetes de mi trasero, estaba descubriendo otra fuente de placer mientras gozaba de una manera increíble. Después par mi sorpresa volvió a introducir uno de sus dedos en mi coño, pero con la otra mano metió uno de sus dedos en mi culo, de esta manera me estaba follando, con sus dedos, por mis dos agujeros a la vez, era la primera vez en mi vida que me hacían eso, y ella sabía cómo hacerlo, volvió a hacer que me corriera. Después ella dijo:
–Te voy a presentar a un amigo.
¿Íbamos a hacer ya mismo un trio con algún chico? Ella fue hasta su mesilla de noche, abrió uno de los cajones y de allí sacó un objeto de goma con forma de una polla de un buen tamaño, y me comentó:
Este fue mi primer amor después de que mi marido me dejara, tras unos meses deprimida, un día curioseando entre en una tienda de productos eróticos y allí vi uno, me animé a probarlo y me hizo olvidarme de mi marido, y quizá no te vendría mal comprarte uno tú, pero luego me di cuenta de que me faltaba trato humano y me fui animando a probar cosas nuevas en el sexo.
Mientras decía esto con el aparato en la mano fue viniendo hasta la cama donde yo la esperaba tumbada, nunca había probado un pene artificial, pero al parecer ese era el día de experimentar cosas nuevas, ella se puso sentada a mi lado con su amigo en la mano, llevó su otra mano a mi coño y me lo acarició, después me abrió el coño, con nuestra actividad de esa tarde lo tenía muy mojado, así que no la costó nada arrimar su aparato a la entrada del mismo y me lo metió, era de mayor tamaño que la polla de mi marido, de mis hijos, o de cualquier otra polla que hubiera probado, me produjo un placer indescriptible, comencé a gemir de una manera muy intensa mientras ella me decía:
–¿Verdad que te gusta?
Creo que en la expresión de mi cara se podía ver que sí, me estaba haciendo disfrutar muchísimo, ella sabía cómo manejarlo, me estaba volviendo loca de placer y insistió:
Ya me había dado cuenta de que tienes espíritu de putilla, de mujer con muchas ganas de disfrutar del sexo en todas sus vertientes ya verás que bien lo vamos a pasar.
Y mientras decía esto su consolador seguía dentro de mi coño moviéndose a un ritmo perfecto para darme el máximo de placer posible, hasta que finalmente exploté en medio de un orgasmo increíble. Tras ello ella me sacó el aparato de mi coño, yo la pedí que acercara su boca a la mía y nos volvimos a fundir en un beso increíble, lo que me estaba pasando desbordaba todas mis expectativas. Después fue ella la que me dijo:
–Ahora te toca a ti.
Y con sus manos cogió el consolador y lo puso en mis manos. Comprendí que su idea era que fuera yo la que la penetrara con el aparato, iba a ser la primera vez que hiciera algo así, aunque de joven me hubiera metido en el coño alguna zanahoria e incluso algún pepino no muy grande, estaba nerviosa, pero ella me dijo:
–Cariño si pensara que me puedes hacer daño no te lo propondría, si lo hago es porque sé que me vas a hacer disfrutar muchísimo.
Animada por su confianza cogí el juguete con mis manos, y lo acerqué a su coño, ella sonrió y dijo:
–Métemelo, cariño, métemelo.
Animada por sus palabras conduje el aparato hasta la entrada de su coño y se lo introduje. Ella al sentirlo comenzó a gemir y me dijo:
–Muy bien, mi amor, sigue adelante,
Y yo utilizando el aparato comencé a moverlo en el interior de su coño, en ese momento comprendí a los hombres y su sensación de poder cuando meten su polla dentro de una mujer, como mujer que había recibido varias pollas en mi vida creo que no me fue difícil encontrar el ritmo apropiado para que mi amiga gozará de la manera más intensa posible.
Sus gemidos me hacían ver que lo estaba logrando, comencé a mover el aparato con una de mis manos, mientras con la otra me pue a acariciar sus tetas, la verdad es que eran deliciosas, no me extraña que a mi hijo le volvieran loco, de esta manera ella empezó a gemir de una manera cada vez más intensa hasta que noté como un gran orgasmo sacudía su cuerpo. Ella me abrazó y me dijo:
–Cariño lo has hecho muy bien, esto lo tenemos que repetir más veces, aunque igual deberías comprarte uno para ti, para que pudieras gozar cuando te apeteciera, aunque no tuvieras compañía.
Mar se había creído las mentiras de mi hijo y se pensaba que yo era una recién separada solitaria, jajaja, yo la bese en la boca y la dije:
–Prefiero hacerlo contigo
–Lo haremos y te presentare a otras amigas.
–¿Alguna que no conozca Iván?, la pregunté.
–Por supuesto dijo ella, pero ahora hagamos una de las cosas más deliciosas que pueden hacer dos mujeres., me dijo.
Y me pidió que me tumbará sobre la cama con el coño bien abierto, lo hice, ella se tumbó encima de mi en posición invertida, de manera de el coño de cada una quedó al alcance de la boca de la otra, ella introdujo su lengua dentro del mío y yo hice lo mismo con la mía en el suyo y comenzamos a lamernos, era algo increíble comer un coño mientras sentías como la lengua de tu compañera te come el tuyo es de las mejores cosas que puede sentir una mujer.
Yo sentía que estaba alucinando, ella sabía donde atacar mi coño para hacerme gozar y creo que lo que me estaba haciendo sentir me ayudaba a buscar lo que debía de hacer yo para hacerla sentir lo mismo, el asunto es que no tarde en correrme, pero no la deje moverse de arriba y seguí atacando su coño con mi lengua hasta que la oí gemir de una manera tan intensa que me demostraron que estaba teniendo un orgasmo, esto me hizo sentirme satisfecha.
Después ella si me movió, se colocó a mi lado y nos volvimos a fundir en un beso muy apasionado. Tras ello las dos dimos por terminado nuestro encuentro, nos vestimos, las dos sabíamos que íbamos a repetir. Yo estaba preocupada por como reaccionaría cuando descubriera el engaño a que mi hijo y yo la habíamos sometido.
Mientras volvía a casa pensaba en lo sucedido, había descubierto el sexo con mujeres que no sustituía al sexo con jóvenes que parecía haberse convertido en mi especialidad, pero le complementaba.