Mi hijo mayor y la madre de otro de sus compañeros de universidad

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Mientras mi hijo me incitaba a tener sexo con otras mujeres, madres de sus compañeros de universidad, yo sospechaba que para llevarme a hacer un trio con ellas, el no cesaba de hacer nuevas conquistas en este campo, dejemos que él nos lo cuente.

Era un viernes del mes de diciembre. Ese día al final de una mañana en la universidad yo salía de la facultad con uno de mis compañeros, Chema, conversábamos de las clases de ese día él me dijo que su madre iba a venir a buscarle, de hecho, me ofreció que, dado que mi casa les pillaba cerca, de la ruta que debían de seguir podían dejarme en casa,

Y efectivamente un coche se paró al lado de donde Chema y yo conversábamos, yo no pude dejar de fijarme en él la conductora, una mujer cuarentona, pero increíblemente bien conservada, con unas tetas grandísimas, además una falda cortísima mostraba, más que tapaba, unas piernas deliciosas.

Chema montó delante con su madre, mientras yo lo haca en el asiento de atrás, los tres comenzamos a hablar de cosas normalitas, como la universidad y las clases de esa mañana. En esos momentos sonó el móvil de Chema, era su novia, la madre al oírlo y ver que era ella frunció el ceño, su hijo comenzó a hablar con la chica, al parecer sus padres habían salido ese fin de semana de viaje, por lo que disponían de la casa para los dos solitos, a Chema la idea le pareció divina y le dijo q su madre que le llevara directamente a la casa de su novia.

-Pero he preparado en casa comida para los dos, dijo Lola, que así se llamaba la madre de Chema.

-Bueno, pues que Iván que no tiene compromiso, ocupe mi lugar dijo Chema.

Era cierto, mis padres trabajaban, y mi hermano pequeño se quedaba a comer en la facultad, así que debía de prepararme comida en casa, y encima estar a solas con la dueña de ese cuerpazo alimentaba mi imaginación.

-Sí a él no le importa comer con una vieja como yo, dijo Lola.

Por supuesto acepté la idea. Dejamos primero a Chema en la dirección donde vivía su novia.

-Este chico esta loquito por las tetas de esa zorra, dijo Lola cuando Chema se había ido, ella lo manipula como quiere.

Después nos dirigimos a su casa, la verdad es que no recuerdo lo que comimos, solo recuerdo el cuerpo de la cocinera, eso si que era una delicia, y me deshice en halagos sobre lo buena cocinera que era. Cuando terminamos de comer ella me dijo:

-Veras quiero darle una sorpresa a mi hijo, vamos a pintar su cuarto, me gustaría saber, tú que le conoces y eres de su edad, ¿De qué color pintarías su habitación?

Me quedé un poco sorprendido, la idea de ir con ella a un sitio donde hubiera una cama comenzó a rondar por mi cabeza así que la contesté:

-Creo que antes de dar mi opinión debería ver la habitación.

-Supongo que llevas razón, dijo ella.

Y tomó camino de esta, yo iba detrás contemplando el maravilloso espectáculo de ver su culo moverse y esas piernas increíbles, cuando llegamos, abrió la puerta y entramos, en ese momento ella me dijo:

-¿Qué te parece?

Yo no me pude contener, llevé mis labios hacia los suyos, nuestras bocas se juntaron y nos dimos un beso profundo y prolongado, ella se apartó y dijo:

-Esto no está bien.

Pero yo estaba muy caliente, así que la volvía a besar sin encontrar ninguna oposición por su parte. Tras ello la desabroché la blusa quedando ante mí un sujetador rojo que apenas tapaba un delicioso para de tetas, la desabroché la falda y ante mi apareció un tanga precioso, de color rojo, diminuto que apenas era suficiente para tapar un coño que se adivinaba delicioso.

En ese momento ella tomó la iniciativa, me beso en la boca y me dijo:

-Por favor, que de esto no se entere mi hijo.

Llevo sus manos a mi camisa y poco a poco me la desabrochó hasta dejar al descubierto mi pecho y mientras me lo acariciaba dijo:

-Estas para comerte.

Me volvió a besar con una beso largo y muy apasionado y cuando me quise dar cuenta mis pantalones estaba en el suelo, en ese momento llevó sus manos hasta mi polla y dijo:

-Esto se adivina bastante grande, veremos si además sabes utilizarlo.

Y de un golpe me bajo el short dejando mi polla al aire, todo lo que había sucedido había hecho que mi polla estuviera completamente empalmada, ella al verla añadió:

-Aún más grande de lo que pensaba, y más grande que la de mi marido, y añadió; por favor todo lo que va a pasar entre nosotros debe de ser nuestro secreto.

A continuación, se arrodilló, con una de sus manos cogió mi polla y se la introdujo en su boca y comenzó a hacerme una mamada, desde luego sabía muy bien lo que se hacía, su lengua y sus labios comenzaron a tratar mi polla den una manera increíble, me da que muchas profesionales, me hizo alucinar. Temí correrme en su boca, era algo que me apetecía, pero no tan pronto, así que la pedí que parara.

Ella sacó mi polla de su boca, se levantó y se tumbó en la cama bien abierta de piernas, yo me disponía a penetrarla, pero ella me dijo:

Cariño, seguro que con esa polla te lo haces con muchas mujeres y eso está muy bien, pero debes de utilizar gomas, no quiero que me pegues nada, ni puedo estar yo segura, no me fio de mi marido, de no pegarte yo nada a ti.

Mi madre me ha enseñado que debo de ir preparado porque nunca se sabe dónde puede presentarse la ocasión, así que como buen hijo hago caso a mi madre y siempre llevo un paquete encima. Por lo que me agaché, me fui al bolsillo del pantalón y saqué uno de los condones que llevó me lo puse, ella al ver como lo hacía me dijo:

-Se te nota que tienes experiencia a ver si follando pasa lo mismo.

Eso hizo que mis ganas de follar con ella aumentaran, se iba a enterar la bocazas esa de lo que era un buen polvo. Ella seguía tumbada en la cama con sus piernas bien abiertas, yo me fui acercando, seguía de pie y ví como más o menos estaba a la altura adecuada para follarmela, así que seguí adelante y me acerqué a ella y de un golpe introduje mi polla en el interior de su coño, ella a sentirlo dijo:

-¿Pero cariño, quien te ha enseñado a follar así? Me ha encantado como me la has metido.

Sus palabras me animaron a continuar con mi penetración, noté que ella empezaba a gemir y sus gemidos se hacían más intensos, lo que aumentó mi excitación, era delicioso, y muy caliente, ella al sentirme me decía:

-So cabron lo haces mejor que mi marido, estoy convirtiéndole en un cornudo y resulta que estoy disfrutando a tope, esto es increíble.

Sus palabras me ponían caliente, esa mujer merecía que se la follaran hasta que uno no pudiera más, así que continue moviéndome en su interior, follando con mi madre y las otras mujeres había aprendido a distinguir cuando una mujer tiene un orgasmo y mi compañera de juegos lo estaba teniendo, y ella me lo confirmó:

-Mi amor esto es increíble, he gozado contigo más de lo que gozo con mi marido, y eso que solo estamos empezando, pero ahora deja que mami sea la que marca el folleteo.

Como estoy acostumbrado a follar con mi madre sus palabras no me sorprendieron, aunque no pude dejar de pensar en la posibilidad de que ella se lo hiciera con su hijo, pero esa mujer me parecía mucho premio para él.

Ella me pidió que me tumbara sobre la cama con las piernas bien juntas, cuando lo hice vino hacia mi polla, y me la acaricio con la mano y dijo:

-No podemos dejar que esta maravilla se arrugué.

Cuando la puso bien dura, sin soltarla de su mano, se puso encima de mí y la dirigió hasta la entrada de su coño, mi polla sintió que recuperaba el paraíso, ella comenzó a subir y bajar, me resultaba increíble, y nuevamente tenía ese par de tetazas encima de mí.

¿Cómo resistir la tentación de acariciarlas? Llevé mis manos hacia ellas y me puse a sobarlas, ella me preguntó:

-¿Te gustan mis tetas? Mi marido dice que son demasiado grandes.

-Tus tetas son maravillosas, la contesté, si tu marido no sabe apreciarlas es un asunto suyo.

-Gracias, mi amor, dijo ella.

Mientras teníamos esta conversación ella no dejaba de subir y bajar sobre mi polla, verdaderamente esa mujer era una máquina de follar a la que no entendía como su marido era capaz de encontrar cualquier defecto, en vez de estar siempre follandosela.

Seguía acariciándola las tetas, por la expresión de su cara yo notaba como estaba gozando es más de lo que había aprendido con mi madre deduje que estaba teniendo varios orgasmos, y eso era lo que yo quería volverla loca de placer.

Y mientras follabamos yo no podía dejar de pensar en una cosa, ya me lo había hecho con dos madres de mis compañeros de universidad, ¿Habría más madres dispuestas? Igual merecía la pena tratar de descubrirlo.

Mientras tenía estos pensamientos mi polla ya no pudo más, y tuve una corrida que yo sentía que era muy abundante, ella al notarlo dijo:

-Mi amor, tienes un montón de leche dentro de ti

Se levantó, y me quitó el condón, cuando lo hizo y vio la cantidad de leche que había soltado dijo:

-Mi rey esto es increíble, se nota que eres un chico joven, a marido le sale muy poco.

Se arrodilló ante mí y sacando su lengua se puso a lamer todo mi semen hasta dejarme la polla completamente limpia, cuando terminó me comentó

-Cariño tu leche sabe riquísima, quiero chupártela muchas más veces, tienes que prometerme que vas a ser muy discreto y que de esto no se van a enterar ni mis hijos, ni mi marido, si lo haces podrás venir a follarme siempre que quieras, soy toda tuya.

Sus palabras me excitaron y de otro lado no podía apartar mi vista de sus tetas, grandes y bien puestas, así que le dije:

-Me encantaría meter mi polla, entre tus tetas.

-Amor tus deseos son órdenes para mí, dijo ella, además nunca lo he hecho y siento curiosidad.

Que el cabrón de su marido no se lo hubiera pedido teniendo ese par de maravillas a su alcance todos los días me pareció increíble, pero el se lo pierde, yo desde luego no quería perdérmelo.

Ella seguía de rodillas ante mí, agarró mi polla, que se encontraba completamente arrugada, con una de sus manos, y acercando sus tetas a ella, la introdujo en medio de sus divinos pechos, luego con sus manos los apretó, creando una especia de coño, la sensación que esto me provocó fue extremadamente agradable, ella comenzó a mover sus pechos, con mi polla atrapada entre ellos, tenía la impresión de que estaba follando, ella me preguntó:

-Te gusta mi amor.

Claro que me gustaba, era increíblemente placentero y así se lo hice saber.

-Me alegro de que te guste mi amor, me respondió, porque a mí también me está gustando muchísimo.

Con ese tratamiento mi polla tardó muy poco en ponerse de nuevo en forma, quería volver a follarmela, pero mi mente se fue a una nueva postura así que la pedí que se pusiera a cuatro patas.

-Quieres que follemos como si fuéramos perritos, me preguntó.

Yo la respondí de manera afirmativa y ella me respondió:

Mi amor, hoy no puedo negarte nada, además ahora que me lo has propuesto, siento curiosidad.

Y diciendo esto se puso a cuatro patas, encima de la cama, verla así me resultó muy excitante, por lo que me arrimé a ella desde atrás, me puse otro condón, y desde atrás, de rodillas, introduje nuevamente mi polla en el interior de ese coño tan delicioso. Comencé a moverme, sus gemidos de placer me demostraban que estaba haciéndola gozar, a así que continue moviéndome dentro de ese coño tan delicioso, mientras ella seguía gimiendo y me dijo:

-Desde luego esto no tiene nada que ver con los polvitos que me echa mi marido, esto es sexo de verdad.

Sus palabras me animaban a seguir, además en esta postura, cuando me movía de adelanta hacia atrás y al revés, mi cuerpo chocaba con su culo, esto hacia que mi excitación aumentara.

Cuando sentí como ella se corría nuevamente, yo me relajé quería correrme, así que dejé de contenerme, y cuando sentí que me iba a venir no hice nada para evitarlo, ella estaba cansada y se tumbó sobre la cama, pero tumbada boca abajo, pero eso me permitió ver su culo de cerca, y la verdad es que me encantó mucho, y me llevó a continuar con nuestra actividad.

Me quité el condón y me limpie la polla, me acerqué a donde estaba ella y me arrodillé en el suelo, después acerque mi boca a los cachetes de su culo y comencé a besárselos, ella al sentir mis labios sobre su cuerpo pareció recuperarse, los gemidos comenzaron a brotar de sus labios, esto hizo que mi deseo aumentara, rocé mi polla contra su culo, y luego introduje dos de mis dedos dentro de su coño y comencé a masturbarla:

-Querido definitivamente esto está siendo increíblemente delicioso, aquí tienes una mujer que follara contigo siempre que quieras y que sepas mantener el secreto de nuestra relación.

Sus palabras me dieron ánimo para expresarla mi gran deseo en ese momento.

-Quiero metértela por el culo, la pedí.

Ella pareció sorprendida, y tras pensárselo un momento me contestó.

-Hace años que no lo hago, así que su tu lo deseas aquí tienes mi culo amor, para que hagas con el lo que te apetezca.

Nuevamente, como si hubiera recargado su batería Lola se puso a cuatro patas y me dijo:

-Mi amor ten cuidado, como te digo llevo años sin hacerlo.

Por supuesto iba a tener en cuenta su petición, cuando mi polla estuvo dura, teniéndola a ella a cuatro patas, me acerqué a ella por detrás y muy poco a poco introduje mi polla en el interior de su culo. Comencé a moverme hacia delante y hacia atrás, ella en un primer momento lanzó un grito de dolor, pero cuando me disponía a sacársela me dijo:

-No lo hagas, sigue follandome el culo.

Por supuesto la obedecí y seguí moviéndome en el interior de su trasero, poco a poco sus gritos de dolor se fueron transformando en gemidos de placer, en un momento dado me entró curiosidad e introduje dos de mis dedos en su coño, lo encontré muy húmedo demostrándome que ella estaba gozando lo me animó aún más y decidí utilizar mis dedos para darla aún más placer, ella me confirmó lo acertado de mi decisión y me dijo:

-Mi amor esto que me estas haciendo es lo mejor que me han hecho en mi vida, te adoro.

Seguí follandome su culo hasta que nos corrimos los dos, con lo que dimos por terminada nuestra comida, prometiéndonos que cuando su marido y su hijo no estuvieran en casa repetiríamos el menú.

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