Lucho y Melany: Dale moreno, no pares moreno

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“Baila moreno, no pares moreno” era lo que sonaba a todo trapo en el boliche mientras Melany -de 22 años, pelirroja, hacia los lados con rulos. Una cara preciosa, cuerpo delgado- perrea con todo lo que le permite su cuerpo a Lucho, el moreno al que se había chapado pocos minutos antes. La música marca el ritmo, como si fuese un metrónomo de la danza sexual.

Lucho tiene 24 años, y como su tema lo dice tiene tez morena. Pelo corto, algo enrulado también. Amplios hombros y fortachón de pecho, con los abdominales marcados, digno de sesiones de gym.

El culo de Melany que se luce a través de su pantalón de látex frota directamente con el miembro erecto de lucho que sobresale a través de su jean. Lucho mira hacia arriba con placer y entreabriendo la boca, reflejo digno de la excitación. siente como se le desprende de su aparato reproductor líquido preseminal, y para no correrse la pone de frente suyo y se la sigue chapando.

Ambos entran a un cuarto retirado donde las paredes son todas rojas, allí siguen con el intercambio de lengüetazos y saliva, con Melany trepada arriba de Lucho. Se sientan en el sillón, quedando Melany arriba del moreno, sus lenguas siguen el acto desenfrenado de intercambiar sus fluidos con gran excitación y rapidez, mientras sus caderas empiezan a frotarse una con las otra, queriendo coger con la ropa puesta a más no poder.

Cuando la situación parece que no va para más porque llegó a su punto máximo, a Melany se le ocurre una idea. Se baja el pantalón y la tanga dejando al aire su vulva, el morocho le cuela los dedos y empieza el acto del deseo. La cara de Melany iluminada por el rojo del local le da un aire cinematográfico extasiante, gime mientras entrecierra los ojos del placer. Empieza a gemir cada vez más rápido y Lucho se percata de lo que va a suceder, saca su mano de su vulva y se saca su remera, dejando al descubierto sus atributos fitness.

Melany lo mira extasiada, le pasa las manos lentamente por su torso mientras se lo sigue comiendo, ahora más lento que antes, pero con otra intensidad, otro deleite, con una intensidad más candente. Él siente como su miembro está todo parado y ella lo estimula desde arriba de la tela del jean.

Para terminar la tensión sexual, Lucho se baja el pantalón y queda su miembro al descubierto, Melany lo mira y lo empieza a pajear. El comienza un leve gemido que se va incrementando, y vuelve a meterle los dedos a Melany. Ahora ambos están siendo masturbados al mismo tiempo por la mano del otro. Melany mira hacia arriba y sus pupilas se van hacia las nubes en un trance de éxtasis sexual inusitado hasta que ambos acaban en un flor de orgasmo.

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