Después de haber tenido aquel encuentro, pase toda la semana recordando esa noche una y otra vez fue motivo de una que otra paja jejeje.
Nos texteabamos con más continuidad y acordamos volvernos a encerrar el domingo nuevamente siempre a la misma hora pues el marido se iba a trabajar ese día de noche.
Salí como siempre de trabajar de noche y traté la manera de matar el tiempo mientras se llegase la hora para acercarme a su casa, calculando qué todos los vecinos ya estuvieran durmiendo o al menos ya no hubiera nadie en la calle.
La puerta ya estaba semi abierta para solo entrar y esta vez fue en el sofá de la entrada donde comenzamos a besarnos y a tocarnos con un deseo y lujuria ambos estamos deseosos qué ese momento hubiera llegado.
Nos fuimos a la cama siempre en la oscuridad por la que ya comenté anteriormente apenas alumbraba con un blackberry que yo tenía, ahí estaban esas piernas lisas y esas caderas anchas que daban paso a unas nalgas firmes y ricas, ya su concha estaba mojada por lo que fue fácil iniciar a penetrarla.
Así estuvimos del misionero, a armas al hombro, de lado, en 4 hasta que terminamos ambos fueron 3 polvos en toda la noche se llegó la madrugada y momento de irme para mi casa ya eran las 3 am.
Habíamos acordado que era un juego, pero esos encuentros se siguieron repitiendo por mucho tiempo y al final si le conocí todo su cuerpo era una concha grande con el monte de venus gordito todavía la sigo comiendo.
Espero sus comentarios.
Me gusto mucho tu relato. Los tres capítulos
Aunque este fue breve
Es el cierre de esa actracion sexual imposible de frenar cuando las ganas se juntan.