¡Hola de nuevo lectores!
Para resumir un poco a los que habéis seguido la serie, y los que os incorporáis ahora, recuerdo que la protagonista es Lexa, salía con un chico llamado Roel, al principio eran amigos con derecho a roce, pero el se declaró y se hicieron novios durante una corta temporada. Lexa empezó sus estudios de cocina y allí se enamora de un profesor llamado Jorge, con el que tiene muchas fantasías, empieza a no sentir nada por Roel, y él se da cuenta.
Tienen una bronca muy fea en año nuevo y la relación se rompe. Lexa se va de fiesta con sus compañeros de la escuela y aparece una tensión sexual con su amigo Nico, pero sin sentimientos de por medio, ella sigue con Jorge en su cabeza. Pero Roel a ido a casa Lexa a arrastrarse por su comportamiento y han acabado teniendo sexo sin compromiso, Lexa sigue haciéndolo con Jorge en la cabeza.
¡Espero que disfrutéis de la parte 12, agarraros que se vienen curvas y mucho sexo!
Parte 12:
Lo ayudo a desnudarse y nos metemos en la ducha, abro el agua caliente y mientras cae sobre nosotros nos besamos, nos buscamos los cuerpos, el coge la esponja y empieza a lavarme, me da la vuelta para enjabonarme la espalda y, cuando baja a mi culo, mi cuerpo se tensa y vuelvo a la realidad, recuerdo el día de año nuevo y las lágrimas empiezan a brotar por mis mejillas y se mezclan el agua de la ducha, me giro y le digo a Roel:
-Vete. -Roel se queda pasmado, me giro y veo su cara de sorpresa -Vete. -Repito, pero no parece que reaccione -¡Que te he dicho que vayas! -Roel pega un respingo parece que va a decir algo pero lo vuelvo a cortar -Por favor.
Finalmente se mueve y sale de la ducha, yo me apoyo en la pared y me dejo caer en el suelo de la ducha, hundo la cabeza entre mis rodillas y lloro desconsoladamente mientras él se viste y se va. Oigo la puerta principal cerrarse y después de un rato llorando salgo de la ducha y me estiro en la cama. De repente me entra rabia por estar así por segunda vez, así que cojo el teléfono y llamo a mi amiga Ariadna, una amiga que hice durante el breve trabajo en el catering.
-¡Hola! ¿Haces algo esta noche?
-Hola Lexa, pues no, ¿tienes algo pensado?
-¿Nos vamos de cena?
-Vale, ¿al Awen?
-¡Perfecto! ¡Me encanta ese sitio!
-Pues te paso a recoger a las 9.
-¡Vale, nos vemos!
Me arreglo para la velada, llevo unos tejanos acampanados, una camisa blanca que me realza el pecho y las curvas de la cintura y la cadera y me pongo mi chaqueta sin cierre de polipiel que me queda de escándalo, pero aún tengo los ojos hinchados y cristalinos del llanto. Al poco llega Ariadna, me subo al coche, me mira con cara de preocupación, yo le dedico una sonrisa melancólica, tuerce el gesto y se pone en marcha hacia el restaurante. Al llegar nos atiende una chica, va muy elegante, y nos acompaña a nuestra mesa. El restaurante es muy elegante, y está decorado con motivos gallegos muy finos y de muy buen gusto.
Viene un camarero, nos ofrece la carta y nos toma nota de lo que vamos a beber, Ariadna se pide un vino blanco, yo me decanto por un vino tinto, aunque es cierto que me encantan los canelones de vieira que hacen aquí, hoy me apetece más un entrecot con guarnición de pimientos del padrón y salsa de pistacho para acompañar, así que el tinto es mejor opción que el blanco. Mi amiga se pide una ración de pulpo a la gallega y unas vieiras con foie que tienen pintaza. Mientras esperamos la comida la pongo al día de todos estos meses en la escuela de cocina y de lo ocurrido hace unas horas.
Cuando está en plena charla motivadora la miro a los ojos y me vienen recuerdos a la cabeza de aquella noche que compartimos las dos juntas. Ariadna es abiertamente lesbiana, yo soy hetero, pero aquella noche la disfrutamos, aunque no es lo mismo que hacerlo con un hombre, no me disgusto el resultado.
“Fue después de un servicio, nos encargábamos del catering de una empresa muy importante, nos pagaron hasta el hotel, por el desplazamiento que hicimos, quedaba muy lejos. Me tocó compartir habitación con Ariadna entonces ella tenía 24 años y al poner la televisión estaban dando “Desobediencia”, una película de una chica judía que muere el padre y al volver a casa para su entierro se reencuentra con su amiga por la que siente algo más, pero la homosexualidad no está bien vista en la religión judía ortodoxa. Nos pusimos a verla y en su escena de sexo Ariadna, no se como, noto que me excitaba.
-¿Lo has hecho alguna vez? -me sonroje.
-¿Con un chico o una chica?
-Tengo un amigo, estamos explorando un poco.
-¿Quieres explorar más? He notado como te excitabas hace un momento… -¡Ay madre! ¿Como lo ha sabido?
-No te preocupes, es normal, soy mayor y se detectar esas cosas, si quieres probar…
-Vale. -no se de donde salió ese “Vale”, apenas lo pensé, era como si mi subconsciente estuviera esperando la ocasión. Ariadna se baja de su cama y se tumba a mi lado.
-¿Segura? -pregunta mientras pone la mano en mi mejilla sonrojada, asiento con la cabeza y entonces se acerca y me da un beso tierno, en el que al cabo de unos segundos nuestras lenguas empiezan a reclamarse.
Ella se tumba sobre mi y sigue un poco más el beso y entonces empieza a desnudarme, lo primero que hace es liberarme el pecho, y juega con mis pezones, los chupa y los pellizca mientras mi cuerpo se arquea bajo el suyo. Baja un poco más me descubre el sexo, me abre las piernas y ya soy toda suya, me tiene expuesta cada centímetro de mi piel es suyo ahora. Se levanta y desnuda, yo disfruto del espectáculo se me acerca y me susurra:
-Ahora vas a probar tu primer coño, mientras yo pruebo el tuyo. -solo de oírlo, me he mojado.
Se sienta sobre mi cara y tumba el resto del cuerpo y entonces empiezo a sentir como empieza a chupar y yo hago lo mismo. Mmmm… me gusta el sabor de su coño, así que no solo chupo, sino que empiezo a succionar su clítoris, lo noto palpitar en mi boca, y siento como se tensa sobre mi y para de chuparme, empieza a temblar, sus piernas me aprisionado la cara, pero me da igual, yo sigo con la succión y de golpe me encharca la cara en un squirt y se derrumba en la cama, aun tiene convulsiones, me incorporó le pongo la mano en el pecho , su corazón va a mil por hora.
-¿Estas bien? -estoy asustada, mi tono lo dice todo. No contesta pero se echa a reír, bueno, supongo que eso es que si.
-Ha sido el mejor orgasmo de mi vida, no llevamos ni 5 minutos que ya me has hecho correrme… me ahora me toca a mí hacer que toques el cielo. Voy a tener que improvisar…
Se le levanta de la cama y me tiende la mano, me dirige a la ducha, la enciende y comprueba la temperatura mientras yo sigo ahí pasmada, aun no sé qué me depara, aunque el 69 me ha gustado, no he llegado al orgasmo, pero su mirada promete muchísimo.
Cuando considera que está bien la temperatura, me tiende la mano para que me acerque, me agarra de la cintura, me abraza y me besa mientras camina poco a poco hasta la cascada de agua, está muy caliente y, por un momento, doy un respingo de dolor, pero enseguida me acostumbro a la temperatura, las manos de Ariadna me recorren el cuerpo, se entretienen en mis nalgas, sus dedos buscan la entrada a mi sexo, y finalmente lo consiguen, del placer que siento le muerdo el labio inferior y ella gime, da un paso atrás sacando los dedos de mi interior, me dedica una sonrisa maléfica y dice:
-No no, nada de correrse todavía, aún me queda mucho que explorar en ese cuerpecito…
Entonces me sujeta de cintura, me da la vuelta y empuja mi espalda, me indica que me apoye mis manos en la pared y me abra bien las piernas. Oigo como abre un bote de gel y huele a avena, me gusta ese olor, la cascada cae con fuerza sobre mi espalda, con tanto vapor me cuesta respirar, pero eso aún me pone más. Empieza un masaje con el gel por mis nalgas, se desvía hacia mi raja, se para un momento en mi culo, me tenso y giro la cabeza, ella se da cuenta y me dice:
-Si no estás preparada no iremos por aquí, tranquila, hay muchas maneras de sentir placer.
Mi alivio es instantáneo, y sus manos viajan más abajo de mi raja, enjabona bien toda la zona, noto como me palpita el sexo y entonces coge la manguera de la ducha, y empieza a aclararme todo el jabón, enfoca el chorro hacia mi sexo y siento como entra agua en mi interior, me revuelvo, pero dice:
-Has de estar quieta, quiero esto bien limpio para lo que sigue.
Sin dejar de apuntar el chorro sobre mi sexo, empieza a meter y sacar un dedo y rápidamente inserta otro más, mis piernas empiezan a temblar y yo pese al calentón que tengo empiezo a tiritar de cintura para arriba, allí donde me daba el agua caliente, ahora se ha enfriado y tengo los pezones duros como piedras y la piel de gallina. Ella deja la tortura y me dice que incorpore y me gire, obedezco y se echa a chuparme los pezones y jugar con mis pechos.
Yo le cojo la cabeza y la aprieto contra mí, la sensación de frío se va desvaneciendo y siento ardor en mi sexo, quiero correrme ya, pero parece que me lea la mente y para de nuevo… es muy frustrante, pero muy excitante a la vez. Entonces vuelve a colocar la manguera donde estaba, nos vuelve a regar justo encima de la cabeza, ella se arrodilla ante mí y dice:
-Ahora sí que te vas correr, pero tienes que mantenerte en pie, no quiero que te caigas, puedes apoyarte en las paredes, ¿entendido?
Asiento con la cabeza, aunque no se si seré capaz con lo que me temblaban las piernas antes… Empieza una deliciosa tortura con su lengua, llevo mis manos a su cabeza y miro el gran espectáculo, con sus manos me abre la piernas y se abre paso hacia mi sexo, me mete dos dedos en el interior y yo me tenso por completo, hago fuerza otra la pared para no caerme e inclino la cabeza hacia arriba, la tensión no me deja bajarla… Ariadna hace una pausa con su lengua y me pregunta:
-¿Lista para correrte? -asiento con la cabeza, pero no le es suficiente
-No te oigo…
-¡Sí, joder! -me da un cachete en el culo.
-Pues allá vamos cariño.
Su lengua vuelve a la acción, los dedos entran y salen de mí, me cada vez que entra hace palanca en mi interior y me retumba por todo el cuerpo, su cabeza cada vez aprieta con más fuerza mi monte de venus y sus dedos cada vez entran más fuertes dentro de mí, cuando lo cuerpo empieza a temblar deja los dedos en mi interior, se levanta, apoya su frente contra la mía y me dice:
-Ahora te vas a correr mientras me miras los ojos, dedícame este orgasmo.
Me llevo las manos a su cintura y empieza unos movimientos circulares con los dedos que hacen ventosa en mi interior y esa es mi perdición, la miro a los ojos y mientras suelto un gemido largo y tendido me dejo ir en un gran orgasmo con squirt que se mezcla con el agua de ducha, mientras resbalo por la pared y Ariadna me acompaña hasta el suelo…”.
Algo me saca de ese recuerdo, esa colonia la conozco, me giro y me quedo pálida, en la mesa de atrás está sentado Jorge con tres hombres más.
Que delicia de relato, como siempre sin defraudar, ha sido magnífico me ha puesto a mil