Buscaba por internet lo que se dice en la relación estable y la verdad que casi todo era mentiras y falsedades hasta que una mujer algo mayor que yo me propuso conocernos y no precisamente como novios si no algo experimental.
Yo con treinta años había tenido bastante relaciones sexuales con chicas y el sexo me encantaba al estilo tradicional lo más guarro posible pero con limpieza hasta ahí como cualquier otro.
Rebeca una mujer divorciada en los cincuenta buscaba sexo pero a su estilo y yo tenía que adaptarme a sus exigencias en otras palabras buscaba alguien con un punto de sumiso, yo la verdad no tenía ninguna experiencia en ese campo pero después de muchísimas conversaciones por chat, luego vía teléfono incluso alguna vídeo llamada en la que podía ver a mi interlocutora me fui calentando sobre madera.
Ella era una mujer digamos con curvas sobre el 1,70 de altura y con algún kilito posiblemente demás buenos pechos y culazo lucía una media melenita de color rubio y gustaba vestir sexy provocativa.
Como digo era profano en lo de ser sumiso pero a base de imaginarme estar con ella aquello no me importaba demasiado.
Comencé a depilarme completamente genitales axilas e incluso mi diminuto agujero del ano, después me explico como era hacerme yo propiamente lavativas y así tener mi intestino limpio.
Después me instruyó en sacar mi lado femenino, esto al principio me resultaba cuanto menos difícil y extraño, cuando me quejé ella con su autoridad me dijo que no siempre tendría que hacer cosas que me gusta hacer si no al contrario que me tocaría tragar con temas tabús.
Me explicó que tendría que aprender a obedecer y me pondría a prueba cuando ella quisiera y que en el momento que no superase alguna de las pruebas evidentemente se acabaría aquello.
El morbo cada día podía más, me pidió que mandase mi dirección ya que recibiría diferentes paquetes evidentemente tenía mis dudas sobre si darle algo tan privado como aquello.
Me quedé algo extrañado con el primer paquete, un minivestido que desde luego era muy sexy, a los días llegaron unas medias con blonda de esas que se sujetan al gusto, unos días más tarde varios conjuntos de lencería, ver aquellas prendas me daba mogollón de morbo y curiosidad, Rebeca me preguntaba sobre todo aquello confesándole que era excitante, ella me preguntó si me gustaría probarme aquellas prendas.
Mi respuesta no le hizo mucha gracia ya que le dije que aquello me encantaría vérselo puesto a ella o a otra mujer pero que yo me sentiría un tanto ridículo.
Rebeca imponiéndose autoridad me dijo que me hiciese la idea que aquello era para mí… Había una fricción con aquello pretendía que me disfrazase algo que para mí era un tanto desfasado.
Al día siguiente me llamó por teléfono para preguntarme sobre que había decidido dándome cuenta que hablaba en serio y tendría que dar una respuesta a aquello.
Acepté y me dijo que era buena elección, en dos días más recibí dos paquetes en uno contenía dos pelucas una rubia media melena como la que ella lucía y una segunda color caoba algo más larga, y rematado con una sandalias con algo de tacón y para mi sorpresa del cuarenta y tres el pie que yo calzaba.
Bueno me gustaría verte en la videollamada como te vistes.
El primer hándicap era ponerme aquellas medias y ella explicó cómo hacerlo mientras me las ponía sentía una estrella sensación que no sabía cómo definir, cuando me coloqué una de las braguitas más sexy mi pene adquirió su tamaño máximo y yo mismo me extrañe, el sujetador en otra cosa como podía ponerme yo aquello así que me enseñó a ponérmelo atándomelo por delante, me sentía ridículo en cierta manera pero a la vez excitado y aquella mujer sabía lo que se hacía cuando me puse el vestido ya sabía que lo había duda de aquello de alguna manera me gustaba a duras penas me tapaba mi culo sigo corto posiblemente por mi altura el calzado y luego la peluca rubia remataron mi aspecto.
Posiblemente faltaba borrar mis facciones masculinas con maquillaje, pero por lo demás sí que me veía casi una chica.
Me mandó pasear delante del ordenador para que me diese con el tacón y aquel vestidito me sentía casi una princesa viendo como la dificultad de andar con tacones resultaba femenino.
Me gustaría ver como chupas un plátano como sí harías una mamada, esto también me resultaba fuera de lugar pero a aquellas alturas iba negarme algo así, creo que sentirme así vestido y con la orden de chupar un plátano me metí en un papel que poco a poco lo fui bordando.
Las siguientes órdenes fue que me acostumbrase a estar por casa utilizando la ropa interior y el vestido junto con el calzado y la peluca.
Me di cuenta que aquello cada día era más placentero y cómo solía dejar marca de humedad de mí polla.
Me gustaría poder penetrarte me encantaría hacer de macho y tú que fueses mi hembra, ¿te atreverías? Seguro que gozaríamos los dos.
Esto me parecía demasiado déjame penetrar analmente por aquella mujer, y en cierta manera también me imaginaba la escena y el morbo podía conmigo.
Podrías ir practicando con alguna zanahoria plátano o incluso mejor alguna banana que son algo más grandes.
Esta mujer desde luego sabía cómo engatusar a uno y tenía maestría como dómina, recuerdo que el plátano pelado untado en aceite de oliva iba invadiendo mi ano con una sensación entre dolorosa y a su vez excitante estaba cumpliendo la fantasía de una mujer a la que he visto más que por videollamada.
Varios días después ha sido aquella práctica provee con una banana esta era algo más gruesa y larga que el plátano pero mi culo o yo mismo ya había aprendido a introducir aquellas frutas en mi ano.
Rebeca me preguntaba sobre mis avances y yo no sé por qué le mentía diciéndole que me parecía algo desagradable, recordando de ella que de eso me tenía que acostumbrar.
El siguiente de asalto fue un pepino era más corto que la banana pero con algo más de grosor y con aquellas protuberancias la sensación era más placentera.
Cómo podía ser que aquello me estuviese gustando y lo estuviese gozando de alguna manera confesar aquello no debería ser bueno pensaba así que no presumí de los avances.
Creo que estás preparado ¿o tendría que decir preparada? Esta pregunta la dejó en el aire y no supe contestarle mientras seguimos con nuestras conversaciones, cuando íbamos corta la comunicación me lo volvió a preguntar, ¿estás preparada para para ser mi hembra? Lo que ella quería oír sin duda era una respuesta afirmativa y se había llegado hasta ese punto es lo que tenía que contestar “si estoy preparada”.
El jueves me comunico que el sábado nos veríamos en su casa mandándome la dirección y el horario.
Estaba a poco más de treinta y cinco kilómetros de donde yo vivía siendo una zona de casas de cuatro alturas algunos chalets y también casas adosadas más o menos todo en un conjunto bastante nuevo y acogedor.
Con sus zonas verdes parques y carriles bicicleta.
El viernes anochecer me volví a llamar… Mira cielo creo que tenemos que subir la apuesta… Quiero que vengas con el vestido blanco y el último juego de lencería con la peluca rubia y las sandalias con tacón, cuando digo que vengas quiero verte desde que sales de casa hasta que llegas aquí hacer el viaje así, sí no te ves preparada disfruta de tu ropa y si algún día quieres hacerlo me lo dices.
Pretendía que saliese de mi casa un bloque de seis alturas y cuatro puertas por piso donde podía cruzarme con cualquier persona tanto bajando escaleras como el ascensor hasta el garaje y vestido de mujer en definitiva travestido, como no supe que contestar ella misma colgó el teléfono hasta mañana si quieres.
Me costó conciliar el sueño y a la mañana cuando me desperté vi que había un mensaje en el que tenía que contestar sí o no.
Sí vale lo que me pides creo que tú ganas, contestado de ella, yo siempre gano pero tú descubrirás que también.
Acababa de entrar a la primavera y haciendo el cálculo que saldría de mi casa a las 21 horas para llegar sobre media hora después tanto la salida como la llegada todavía sería de día así que mis nervios estaban a flor de piel.
Como ella me había enseñado también me tenía que pintar labios algo mis cejas y pestañas, a las ocho y poco ya estaba completamente preparada mi pene a ratos se ponía duro y cambio dos ratos era minúsculo.
Miraba por la mirilla abría la puerta y automáticamente se encendía las luces ya que tenía el sensor de movimiento iba a ser peligroso bajar en ascensor pero no mucho mejor hacerlo por las escaleras.
Bajé lo más rápido que pude por aquellas escaleras y con los tacones no me fue digamos fácil en los garajes había movimiento entrada y salida de coches con mi cabeza agachada llegué hasta el mío una vez en el coche tenía que salir por varias calles peatonales y a baja velocidad así que me coloqué unas gafas de sol y mi aspecto todavía era más enigmático.
Iba con los nervios a cien y con una excitación por posiblemente el peligro de que me viese alguien así unido a la tensión sexual.
Aparqué el coche donde me había dado la dirección y la llamé, bien me gusta que seas puntual, deja el coche ahí y baja hacia la calle que tienes a tu derecha, era obvio que la dirección que me había dado no era la suya y ahora me hacía andar hacia otro lugar a ciertos metros me crucé con gente y pensé que lo más probable es que no se diese en cuenta de que era un hombre vestido de mujer.
Llegué a una casa unifamiliar, Rebeca en aquel momento me hizo dudar, ¿crees que cuando toques el timbre estaré yo al otro lado de la puerta o te habré mandado a otro sitio?…
Creo que estarás tú detrás de la puerta contesté, al otro lado del teléfono ella me dijo entonces te tendrás que entregar en cuerpo y alma, sí claro para eso he venido.
Entre todas decía a tocar aquel timbre y antes de que lo pulsase se abrió la puerta pasé sin dudarlo y caminé al interior de la casa allí estaba ella de pie, lucía un vestido exactamente igual al mío estaba realmente excitante al igual que el mío a duras penas tapaba sus encantos me acerqué a ella sin saber como saludarla mi boca estaba seca pastosa y ella me extendió la mano, buena chica ya estás aquí.
Ahora la pregunta del millón estás dispuesta a todo a entregarte a mis caprichos.
Sí creo sinceramente que sí ponme a prueba.
Se sentó en el sofá sobre la mesa había diferentes consoladores y uno de ellos con unas correas supuse que su intención era utilizarlo conmigo este era de buen tamaño y algo así no había proba. También puede darme cuenta de que tenía tres cámaras de pequeño formato sobre trípodes y que me aclaró que sería para grabar el encuentro.
Al sentarse dejó sus piernas abiertas y pude ver que el mismo conjunto de lencería que tenía ella lo llevaba yo aquello todavía me resultaba más excitante me puse entre sus piernas y comencé a comerme aquel coño a través de la fina tela de la braga estaba húmeda podía sentir aquel sabor que me delito ella misma se paró la tela para comer voy a llegar aquella profunda raja y a un clítoris bien abultado.
No tarde mucho en darle un buen orgasmo y sentir como soltaba una cantidad de flujo aquello sabía a gloria y continúe con mi trabajo para conseguir su segundo orgasmo.
Me pidió que le diese un beso negro y sin saber qué es lo que se refería me lo aclaró al instante, chupar lamer un culo un ano algo que jamás había hecho y que en principio no me parecía demasiado higiénico.
Yo también practico las lavativas para que esa zona esté bien higiénica por eso te he enseñado a hacerlo para poder disfrutar plenamente.
Mi lengua buscó aquel agujerito y comencé a jugar allí por la forma de estremecerse y retorcerse sabía que lo estaba haciendo bien eso y un dedo flotando su clítoris me dieron su tercer orgasmo.
Sí despojó de su vestido y su ropa interior quedándose completamente desnudo aquel culo de grandes nalgas y raja profunda con aquel coño de prominentes labios eran una delicia su pecho algo caído por el tamaño y por la edad supongo.
Cogió aquel arnés y se lo enfundo teniendo un pene algo más pequeño para introducirlo en su vagina, bien vamos a ver qué tal chupa una polla, estaba claro que aquello era una prueba de mí entrega me pareció algo monstruoso ya que mi polla medía solo 16 centímetros y no era gruesa y aquello por lo menos tenía que medir 18 y de un grosor más que considerable.
Había visto bastantes vídeos de cómo se mamaba una polla y puse todo mi empeño en hacerlo, mientras Rebeca me iba animando diciendo que lo hacía muy bien y que me iba a follar mi culo virgen.
Por extraño que parezca me sentía muy excitado y mi polla estaba bien tiesa, hoy la voz de la mujer de fondo quieres que te folle dímelo contéstame te la voy a meter enterita, esto repetía una vez y otra mientras yo seguía mamándose al punto que sabiendo que mi destino era tener aquello clavado en mi culo me puse de pie.
Fóllame métemela entera, le contesté como si fuese una auténtica mujer, me ayudó a lubricar mi ano me indicó cómo colocarme encima de ella mirándola y yo misma me fui sentando y sintiendo como aquello me partía el esfínter y avanzaba hasta que no pude más y me la grabé entera de color era bastante agudo mientras que Rebeca aplaudía el que estuviese clavado entera.
No podía moverme por el dolor mientras que ahora la mujer besaba mi boca y se alegraba de que ya era medio mujer.
Durante un buen rato el dolor fue intenso y poco a poco o bien por los besos con la mujer o por qué mi esfínter se acostumbró al tamaño el dolor fue remitiendo.
Rebeca me indicó que fuese yo la que me moviese y poco a poco comencé a que el movimiento que a mí no me terminaba de dar otra satisfacción que la de saber que aquella mujer disfrutaba con mi entrega.
Después me colocó de a cuatro y allí supe lo que era ser follada sintiendo sus manos en mis caderas y como ella me embestía así tuvo un orgasmo imagino que por el morbo y por el consolador que ella misma tenía introducido en su vagina.
Después de retirar el condón aquel consolador me indicó el baño para que me volviese a asear mi ano y mi intestino.
Cuando regrese estaba realizando una llamada con alguien que sin ninguna duda había visto la escena.
Me quedó cara de tonto o mejor dicho de tonta, más o menos eran las once de la noche.
Te apetece que sigamos o por hoy ha sido suficiente, qué le voy a contestar si lo que quería era follármela y le dije que podíamos seguir, tú lo que quieres es follarme verdad, sí claro que me gustaría.
Tú no te das cuenta que ya no eres un hombre, y que estás a merced de lo que yo quiera, igual como mucho te dejo que te hagas una paja aunque eso también sería demasiado no crees.
Me gustaría que saliéramos a dar un paseo las dos por la urbanización, pensé que si eso es lo que quería lo mejor sería aceptar.
Rebeca se volvió a poner aquel vestido pero esta vez si ropa interior se arregló el pelo y se volvió a maquillar haciéndolo propio conmigo.
Salimos a la calle agarradas por la mano no fuésemos dos amigas cogimos el mismo ritmo de andar y yo podía sentir como el aire fluía entre mis piernas pero la sensación mi agradable como aquella minifalda se movía al ritmo de nuestros pasos.
Rebeca procuró no cruzase demasiado cerca con nadie y tras un rato andando hablando de mí entrega y demás nos sentamos en un banco una zona en la que no había demasiada luz y estaba un poco apartada.
Aquella madura insistía en que estando con ella podía disfrutar de los placeres que me iba a dar y que me tenía que hacer la idea de comportarme como mujer disfrutando de lo que eso conllevaba.
Sentía las caricias de su mano en mi pierna y como de vez en cuando llegaba hasta las braguitas que llevaba puestas mientras nos besábamos de vez en cuando y me permitía tanto acariciar su entrepierna como sus voluminosos pechos a través de la tela del vestido.
Qué cojones sois dos lesbianas, un hombre al lado nuestra son todas esas palabras, un tipo que al estar sentadas nosotros me parecía tremendo bien vestido con traje y por lo que se podía ver de buen ver.
Rebeca contestó el momento no, no somos lesbianas nos gustan también las pollas.
En mi interior pensé salí corriendo pero no tenía ni las llaves del coche el que había venido, desde luego que la frase que había soltado Rebeca se referiría a ella lo de que nos gustaban las pollas.
Me temblaban las piernas pensaba que en aquel momento la mujer y yo nos fuésemos mientras el hombre comenzó a soltarse botones de aquel pantalón sacó un pene flácido ocultando su glande, bueno chicas a ver qué sabes hacer.
Nunca había tenido una polla tan cerca de mi cara y desde luego lo me hacía ninguna gracia, Rebeca comenzó a besar aquel flácido peneque colgaba caído hacia abajo luego comenzó a pasar la lengua como si fuese un helado, se descubrió el capullo que brillaba incluso en aquella penumbra y pude ver como se lo introducía completamente en la boca y comenzaba a chuparlo introduciéndoselo entero y sacándolo así pude comprobar que aquella verdad era que me levanté como la que me habían clavado hacía un rato.
Venga cariño anímate está muy rica y es mejor que las de goma, me soltó Rebeca acercando aquella polla a mi cara.
Mirando a la mujer me metí un buen trozo en la boca y tal y como había aprendido comencé a chupar aquella polla de verdad así durante un buen rato sin darme cuenta que tenía la exclusividad.
El hombre satisfecho en aquel momento dijo que éramos un par de buenas bocas mamando polla.
Bueno señoritas podemos continuar en un sitio más discreto, Rebeca se levantó y besó profundamente aquel hombre, por mí encantada, el hombre extendió su mano para ayudarme a levantarme una vez de pie junto a él sentí como su mano se metía bajo mi falda y me acercaba un poco a él.
Tú qué dices te apetece, miraba a Rebeca y veía como aquella cara dibujaba una profunda sonrisa, yo creo que tenemos que aceptar la invitación.
En aquel momento pensé que si aquel hombre nos había dado cuenta que yo era un tío y que pensase que fuésemos dos auténticas mujeres.
Pensé en sacarle de su error cuando apretando más mi culo me acerco más a él y sin siquiera tener margen de maniobra con la otra mano me cogió por la nuca y sentí como sus labios al pegarse a los míos introducía su lengua en mi boca y comenzaba a moverla en mi interior.
Mi lengua también comenzó a moverse sintiendo como por arte de magia mi polla se ponía tiesa y me dejaba besar durante un buen rato por aquel hombre delante de la mujer que me había convertido ahora sí en su objeto sexual.
Bueno qué te parece, le dijo Rebeca al hombre, hasta el momento estupenda me encanta, mientras seguía con su mano acariciando mi espalda y mi culo atrayéndome hacia él de vez en cuando para besar mis labios y yo entre abriendo mi boca dejarme hacer.
Ya no había ninguna excusa Rebeca me iba a entregar aquel hombre que no era un desconocido.
Llegamos hasta la casa entre besos y caricias cuando entró sabía dónde se encontraba se dirigió al baño y tras darse una ducha rápida salió completamente desnudo.
El nombre sobre los cincuenta atractivo un cuerpo viril bíceps y pectorales marcados y mi vista sobre su entrepierna aquel pollón que me había comido hace un rato volví a estar en reposo unas tremendas bolas colgando y toda la zona depilada.
El hombre de pie, bueno nenas aquí me tenéis que no sentir vuestras bocas y lenguas calientes.
Rebeca se posicionó de rodillas y separando las nalgas del hombre supuse que le estaba comiendo el culo, haciéndome una seña sabía cuál era mi lugar.
Como una auténtica experta comencé a comerme aquella verga que enseguida adquirió un descomunal tamaño chupaba su polla sus pelotas y me tragaba gran parte de todo aquello mientras el hombre me acariciaba la cabeza.
Quién va a ser la primera en ser follada, Rebeca contestó rápidamente si no te importa quiero sentir tu pollón en mi coño ya tendrás tiempo de follarte a la nena.
Rebeca se puso en el sofá de a cuatro y el hombre poniéndose de cuclillas se la clavo en el coño, sí, sí, hasta los huevos quiero sentirlos dentro de mí el hombre enseguida me dijo que aprovechase la ocasión para comer su culo que así luego él me lo lubricaría mejor.
Si había estado la mujer pasando la lengua allí no me quedaba a mí otro remedio casero propio así que por primera vez me iba a comer el culo de un hombre que al igual que el mío estaba completamente depilado me di cuenta que aquel esfínter estaba muy distendido dejando muy abierto la entrada a su ano.
Con mi lengua fuera y los movimientos de aquel hombre era como si estuviese follando su culo Rebeca enseguida tuvo un par de orgasmos momento en que volví a cambiarla de posición follándosela esta vez en posición misionero para que yo continúese con mi trabajo de come culos.
Otro orgasmo más en aquella posición y a sugerencia de Rebeca me puse debajo de ella en posición 69.
Los movimientos del hombre eran más lentos podía ver como entraba cada centímetro de aquella polla en aquel coño completamente abierto como goteaba flujo sobre mi cara y como mi lengua buscaba recoger aquel elixir y no solo lo que goteaba sino también lo que impregnaba aquel pollón.
Pasaba mi lengua por aquel coño el tronco de aquel pollón y las pelotas que golpeaban mi cara, el siguiente orgasmo de la mujer se acompañó con el del hombre dándole grandes y profundas embestidas hasta que comenzó a descargar en el coño de Rebeca, una de estas veces aquel vergón salió del coño momento en el que el hombre la dirigió a mi boca, no sé si lo estaba esperando o no me dio tiempo a reaccionar pero recibí aquella verga y en un instante sentí como seguía soltando leche.
No pensé si me daba asco o me gustaba o si quería hacer aquello pero aquel hombre continuó follando mi boca hasta dejar limpia su pollón.
Rebeca entonces les entregó su coño por mi cara y empecé a sentir como comenzaba a salir el excedente de leche y como poco a poco limpie también aquel coño.
Fue un momento de descanso en el que las bocas y lenguas se entrelazaban en un frenesí, Rebeca comenzó a comerse otra vez aquel pollón.