Hacía rato había hablado con una dama, que tiene sumiso, charlamos, establecimos algunos límites y me preguntó si me interesaba sesionar con ella y su sumiso.
Soy hetero, pero no me trauma estar con un hombre, y llegado el caso tener que ceder ante los deseos de una dama a pesar de mis gustos y preferencias me quema la cabeza.
Cruzamos algunas fotos y la cosa quedó ahí, no volví a saber de ella.
Hasta la otra semana, donde para mi sorpresa veo un mensaje en mi Telegram, mañana 19 h. Zona Belgrano.
Chan, un llamado así prende todas las alertas, pero ya había tenido comentarios de otro usuario de la página que había compartido una sesión con la dama, y todo había ido más que bien.
Ambos sabemos que por las buenas la interacción con su sumiso no se va a dar, por lo menos hasta que me eduque para hacerlo. Pero aceptamos, a mi me resulta tremendamente morboso ser obligado a traspasar límites, y evidentemente a ella estar del otro lado.
Nos encontramos directamente en el hotel sin vueltas, tomamos algo para cortar el hielo, charlamos, aclaramos límites, algunas otras cositas y cuando todo estaba dispuesto la dama me ordenó desnudarme y a su sumiso pasar al baño a cambiarse.
Ella caminaba a mi alrededor examinándome como una mercadería, viendo detalles, tocando lo que por ese momento es suyo.
Me besó, puso dos pinzas en mis pezones y apretó hasta que mis ojos dijeron basta. Se sentían y mucho, ella no lo sabía, pero las pinzas sacan lo mas sumiso que hay en mí, ya era su puta.
Vino el caballero, vestido solo con un arnés de pecho de cuero. Sin mas lo puso contra la pared, y con las manos llenó de color sus nalgas, luego seguí yo con igual tratamiento.
Fuimos a la cama y ambos servimos a la dama, besamos, lamimos tanto como ella pidió. Perdí la cuenta de sus orgasmos, estábamos realmente muy calientes, ella lo sabía, nos quería así para lo que se venía.
Me puso de rodillas, ató mis manos y del bolso sacó un ring gag, me lo mostró y me dijo, hoy vas a chupar pija, vos decidís si por las buenas o por las malas, lo que no vas a poder es evitarlo. Ordenó al caballero venir hacia mí, puso su pene erecto delante de mi cara, pero cuando avanzó instintivamente di vuelta la cara.
A la dama no le gustó nada y yo sabía que estaba en problemas, como primera medida, de su boldo sacó un floguer, apoyo mi cabeza contra el piso y me azotó.
Me hizo gritar lindo, picaba como el demonio. Fueron unos diez creo. Luego me reincorporó, tomó el ring y lo puso en mi boca, lo acomodó lo mas atrás que pudo, y dijo, será por las malas entonces.
Me tomó de los pelos, y me puso frente al caballero, que sin problema introdujo su pene dentro de mi boca.
Con una mano, sostenía mi cabeza y con la otra me spankeo varias veces, y luego ordenó, ahora quiero que muevas tu lengua, quiero que lo sientas en tu boca.
La saliva, comenzaba a caer por mi pecho, al oído me dice, hoy se acaba tu heterosexualidad. Un último manotazo fuerte en la nalga me convenció de comenzar a mover la legua. Su pene se hinchaba más y más, ahora estaba bien duro y caliente y claro adentro de mi boca.
Despacio, pero un poco mas adentro ordenó la dama y así lo hizo el caballero, sacándome mi primera arcada. Saliva por todos lados, los ojos llorosos y el anillo ese que no me permitía mover la boca.
Al oído me dijo, si te comportas te saco el anillo, pero si no obedeces lo pongo nuevamente. Asentí con la cabeza, retiró el anillo, me dolía la mandíbula. Rápidamente el caballero volvió a poner su miembro en mi boca, no opuse resistencia, y sin que dijera nada comencé a mover mi legua y mi cabeza, si por mas que no lo podía creer le estaba chupando la pija.
Luego de un rato me ayudo a reincorporarme, me desató y puso muñequeras y tobilleras. Me ato a la cama boca abajo, cuando esperaba lo peor, la dama montó a su sumiso y comenzó a cogerlo. Sus gemidos eran un festival, divino escucharla gozar así.
Luego de un rato, le preguntó ¿quieres acabar? Si señora, se lo ruego contestó. Hoy va a ser tu día de suerte. Le cambió el preservativo y le ordenó que se sacara las ganas conmigo. Me quedé pasmado sin decir nada, sin moverme, sin oponerme, no atiné a hacer nada.
El caballero me lubricó y sin mas comenzó a penetrarme, sin problemas su glande venció mi esfínter y me sacó un buen gemido. Ah, pero muy bien mira como goza la putita dijo la dama entre risas.
El caballero siguió su faena con delicadeza, hasta que sentí sus caderas contra mis nalgas.
Miró a la dama como pidiendo permiso y le ordeno, sacarse las ganas. Me aferré a mis ataduras como pude, sabiendo lo que se venía. Y el caballero definitivamente se sacó las ganas, me hizo gemir y gritar, intercaló, delicadeza con fuerza y estocadas que siempre sacaban un grito.
Estuvo un buen rato, no lo podía creer, pero quería que acabara, no aguantaba más y el seguía más que intenso.
Miró a la dama le dio el ok, me tomó de la cintura, dio tres estocadas intensas, acabó y se retiró.
Me latía todo, estaba mas que sensible, la dama le comía la boca al caballero por el buen trabajo realizado.
Me soltó, me puso boca arriba, me beso, y sentenció, la próxima quiero que sea por las buenas, si señora respondí. Haré lo que usted ordene.
Me beso, me soltó y comenzó a masturbarme, mi pene poco a poco comenzó a excitarse, llamó al caballero y ordenó que me la chupe, mi cabeza decía no, pero mi pene respondía de la mejor manera, el placer era bien recibido, viniera de quien viniera.
La dama, me puso un preservativo y me montó, me prohibió acabar y cogió con ganas. Tuvo sus orgasmos, me beso y dijo, vos también vas a tener tu premio.
Estaba desesperado, necesitaba acabar, no aguantaba más. Se retiró, puso a su sumiso en la cama en cuatro, y me ordenó cogerlo hasta acabar. No lo pensé demasiado, aproveché la erección que me había dejado la dama, lubrique, penetré con delicadeza y luego de unas pocas bombeadas, acabe y me retiré.
Todos habíamos tenido nuestro premio, yo aún no caía en todo lo que había pasado, en la cantidad de límites que había traspasado.
La dama me miró fijo, me beso y entre risas dijo, creo que ya podes poner hetero flexible en tu CV jajaja.