El hijo de mi vecina Sandra

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Después de mi aventura con el amigo de mi hijo, se produjo un hecho natural, pero que anteriormente me hubiera deprimido, había cumplido 54 años, pero lo de follar jóvenes parece que me daba ánimos me hacía sentirme más joven, era como una recarga de ánimo.

Un día volvía a mi casa de hacer unas compras con mi hija Adriana, cuando nos encontramos con Adolfo, el hijo de mi vecina Sandra, a quién los que hayan leído mis anteriores relatos conocen por su aventura con mi hijo Iván, a la que subíamos en el ascensor no pude dejar de fijarme como el chico miraba a mi hija:

Mi hija Adriana es de mi estatura, pero ella utiliza tacones más altos por lo que parece más alta que yo, yo la gano en cuanto a tetas y aquí tenemos nuestro fantasma, creo que ella me reprocha en secreto que no la haya hecho con unas tetas como las mías, y yo la reprocho que no las tenga, lo que si tiene es una figura esplendida, unas piernas largas, que siempre recalca con unas faldas cortas, no creo que a los chicos les cueste verla el tanga jajaja, si a esto añadimos que tiene una sonrisa preciosa, seguro que rompe muchos corazones y anima muchas pollas jajaja.

En esta ocasión llevaba una falda caqui que apenas tapaba la mitad de sus piernas, el vecinito no dejaba de mirarla, y yo no pude dejar de mirar su bulto rendía un homenaje a mi hija.

Cuando llegamos a nuestro piso nos bajamos y el entró en su apartamento y nosotras en el nuestro al cerrar la puerta le dije a mi hija:

-¿Te has dado cuenta cómo te miraba Adolfo?, si no estoy yo te viola en el ascensor

Ella se rio con esa sonrisa tan alegre que tiene y me dijo:

-Jajaja por mi te lo regalo, no le quiero para nada.

Pues no esta tan mal dije yo, si yo tuviera tu edad y no tuviera novio no estaría mal, ya fuera como ligue ocasional.

-Es un niñato mama, me dijo mi hija, a mí los niños no me interesan.

Ahí quedó nuestra conversación, pero el asunto era que, si a mi hija los chicos algunos años más jóvenes que ella no le interesaban, yo había descubierto que los chicos que podían ser mis hijos me ponían mucho, y se despertó en mi el deseo de hacerlo con él, teniendo unas de mis aparentes conversaciones inocentes con Sandra, mi vecina, supe que el chico iba a estar solo dos días después por la tarde, yo también iba a estarlo, así que me dispuse a pasar al ataque.

Me puse unas bragas rosadas muy sexys, y encima, dejé mis tetas al aire, una bata de andar por casa y cruzando el pasillo me planté en la puerta del apartamento de mis vecinos y llamé al timbre, y esperé que me abriera la puerta, procuré mostrar una parte muy generosa de mi escoté y una sonrisa muy amplia, cuando el me abrió note como sus ojos se iban hacia mi escote, le sonreí y le dije:

-Hola supongo que tu madre no está en casa, veras es que se me ha terminado la sal y por no vestirme para salir a comprar otra si me dieras un poco te estaría muy agradecida, y mientras decía esto último intentaba poner la voz más picarona que podía.

El no dejaba de mirar mis tetas, yo procuré moverlas para que viera más y le pregunté:

-¿Crees que mi hija es sexy?

Él se quedó sorprendido por mi pregunta, yo añadí:

-Veras para las madres sus hijas son las más guapas, pero me encantaría conocer otras opiniones, ella tiene unas piernas muy bonitas, y con la falda tan corta que llevaba el otro día, en cambio mira mis piernas, viejas.

Mientras decía esto me abría la bata mostrando casi la totalidad de mi muslo, hasta las bragas, tras ello le pregunté:

-¿Crees que mis piernas podrían gustar a alguien?, seguro que no.

-Las tienes bonitas Clara, me contestó muy nervioso.

Supe que le tenía en mis manos, así que me puse muy insinuante y le dije:

-Veo que tu bulto te está aumentado ¿De verdad te gustan mis piernas?

El seguía nervioso y yo di el último paso, me agaché ante él y antes de que pudiera reaccionar le había bajado los pantalones y el short dejando al descubierto una polla durísima.

-Menuda herramienta tienes cariño, ¿he sido yo la que te la he puesto así, o ha sido el recuerdo de mi hija?, dije, bueno da igual sea por una o por otra te lo quiero agradecer.

Y llevé su polla a mi boca, era una polla grande, o a mí todas las pollas de los chicos jóvenes me lo parecen, el caso es que primero la di besitos y después lametones con mi lengua y finalmente me la introduje en mi boca, el tras un momento de desconcierto comenzó a gemir, mientras decía:

-Clara ¿Qué me haces? Esto es delicioso.

Sus palabras me pusieron aún más caliente, por lo que seguí chupándole su polla con más ansias, le notaba muy excitado y eso reforzaba mi ego, quería hacerle que se corriera, así que se la chupe con más intensidad y no me costó mucho que se corriera, aunque en el último momento me la saqué de la boca y deje que su semen bañara mi cara.

Me restregué su semen en mi cara y le dije:

-¿Qué te parece si seguimos nuestra conversación en tu cuarto?

El aceptó mi idea y me llevó de la mano a su habitación, allí me quité la bata, quedándome solo con el tanga, me dijo:

-Eres muy sexy

Y después con sus manos me bajo el tanga dejándome completamente desnuda, por su parte, él se había subido los pantalones y el short para poder andar, y después de dejarme desnuda se los quitó, solo llevaba una camiseta, que yo alcé quedando al descubierto, un pecho que me encantó, y se la terminó de quitar en ese momento los dos ya estábamos completamente desnudos, su polla se había recuperado de los efectos de la mamada y estaba, otra vez, completamente tiesa.

El me pidió hacerlo de una forma concreta, y yo complaciéndole me puse a cuatro patas, encima de la cama, él se puso detrás de mí, yo le pregunté:

-¿Tienes condones?

Él abrió la mesilla de noche, sacó un paquete, y dijo:

-Al menos estos no se me van a caducar.

Me di cuenta de que se estaba poniendo uno y poco después noté como su polla entraba dentro de mi coño y se empezó a mover dentro de él, poco después se echó encima de mí y con sus manos me tocó las tetas y comenzó a amasármelas, mientras sus labios se posaron en mi cuello y comenzó a besarme desde luego sabía lo que se hacía, me estaba poniendo a mil, mientras me decía:

-Tus tetas me encantan.

Mientras su polla seguía jugando con mi coño, proporcionándome un placer inmenso, que me hizo venirme varias veces mientras él seguía cabalgándome, montándome como si fuera una perra, finalmente no pudo aguantarse y se volvió a correr, cuando se quitó el condón una gran cantidad de semen salió de él, me acerqué y le besé en la boca mientras le decía:

-Gracias, mi amor, me has hecho pasarlo muy bien, aunque yo no sea Adriana, jajaja, esto lo tenemos que repetir.

-¿Te quieres ir ya?, me preguntó

-No, claro que no, le respondí.

Él se lanzó, de nuevo sobre mis tetas y se puso a chupármelas, como si fuera un bebe hambriento, yo por mi parte llevé mi mano a su polla, ante mi tratamiento manual esta reaccionó y se volvió a poner muy dura, cuando la encontré preparada le dije:

-Cariño ¿Te quedan condones?

-Por supuesto, dijo él, y si no los tuviera con tal de seguir follando contigo me iría a comprarlos a cualquier sitio.

Y cogiendo uno del paquete me lo pasó, yo se lo puse, su polla estaba lista otra vez, me puse encima de él, llevé su polla ante mi coño, la introduje dentro de mí, y me puse a cabalgarlo, ser yo quien llevaba el ritmo me parecía estupendo, él gemía, yo quería volverle loco de placer y tenía la impresión de estar consiguiéndolo ,y yo también lo estaba pasando increíblemente bien, lo único que lamentaba es que mi hijo no estuviera mirando a través de una cam, parecía que me estaba haciendo adicta a los jóvenes, y a mirar y ser mirada mientras lo hacía, mientras él se puso a acariciar y luego a chupar mis tetas, sus labios e incluso algunos mordisquitos que me daban me volvían loca de placer.

Yo intentaba que él no se corriera rápido quería prolongar este momento tan maravilloso, cuando notaba que el se ponía demasiado caliente reducía el ritmo, sus gemidos me encantaban y me ponían aún más caliente, finalmente el se corrió, esta vez le ayude a limpiarse, me encantaba ese aparato y la cantidad de leche que era capaz de soltar.

De nuevo hicimos un pequeño parón, yo aproveche la ocasión para preguntarle si tenía novia, me confesó que sí, que tenía una novia que se llamaba Alicia, y que follaba con ella de vez en cuando, pero me recalcó que conmigo lo estaba pasando mucho mejor de lo que lo pasaba con ella, que mis tetas eran más grandes y bonitas, al parecer la chica era planita, y que yo la chupaba mejor que ella.

Le agradecí el cumplido con un beso en su boca, lo que parece que el interpretó como una señal de reanudación de nuestra actividad, yo en ese momento le pregunté y la chupaba el coño, el me miró un poco avergonzado, me confesó que no sabía hacerlo, yo me ofrecí a enseñárselo en ese momento y el aceptó, me tumbé en la cama con las piernas, y le indiqué como debía de meter su lengua en mi coño, mi alumno al principio me demostró que efectivamente, era su primera vez, pero no si porque yo soy buena enseñando, jajaja, o porque él es bueno aprendiendo, pero pronto comenzó a hacerme maravillas con su lengua, y cuando me vine se tragó todo lo que salió de mi coño y después dijo:

-Esto esta riquísimo, gracias por dejarme catarlo

Sentí la necesidad de volver a besarle, su polla había recuperado otra vez su forma, que maravillosos que son los jovencitos, así que tocaba volver a follar, nuevamente él quería llevar el control y me pidió ponerse encima, pero esta vez quería ver mi cara mientras lo hacíamos, así que me tumbé encima de la cama con las piernas bien abiertas, él se puso encima de mí, y poniéndose entre mis piernas, llevó su polla hasta la entrada de mi coño y me la metió.

De nuevo el llevaba el ritmo, arecía querer demostrarme que era un hombre y no un niño, a mi verle encima me resultaba excitante, su pecho joven me encantaba, me hacía sentirme más joven, el por su parte parecía enamorado de mis tetas a las que acariciaba con muchas ganas, la verdad es que Sandra también tenía unas buenas tetas, y de ellas había mamado mi jovencito, la verdad es que entre su polla y sus manos me estaba volviendo a hacerme sentir en el séptimo cielo.

Finalmente él me dijo que no podía más y que se iba a correr, yo antes me había corrido varias veces, pero elme expresó una fantasía muy especial, quería correrse entre mis tetas, si me cuesta negarles algo a los jovencitos a los que follo, después de lo que estaba disfrutando aún más, así que él se puso encima de mis tetas, se quitó el condón, su polla seguía dura, se tumbó encima de mis tetas, e introdujo su polla entre ellas, yo llevé una de mis manos a cada teta y las apreté, mis tetas se convirtieron en una especie de coño, el frotó su polla contra ellas, como si me estuviera follando por algún agujero hasta que se corrió.

Su leche inundó mis tetas, que parecía que acababan de dar de mamar a un bebe, pero en realidad la leche era de él, yo me la restregué, él me beso, yo le pregunté si a su Alicia le hacía lo mismo, me contó que esta tenía las tetas pequeñas, y que nunca podría hacer eso tan bien como yo lo hacía.

Posiblemente no fuera más que un halagó, pero me encantó, pensar que en algo era superior a una veinteañera me resultaba muy excitante, le volví a besar y le pregunté si no tenía algún deseo especial para terminar nuestro encuentro, y una vez más, esa tarde mi jovencito me sorprendió:

-Me encantaría metértela por el culo

-¿Tu novia no te lo hace?, le pregunté

-No dice que no lo quiere probar

-Estas chicas jóvenes no saben lo que se pierden, dije yo.

Y poniéndome a cuatro patas añadí:

-Soy toda tuya.

Note como él se acariciaba la polla para ponérsela más dura, y una vez que esto sucedió, aunque continuó acariciándosela con una mano, con la otra fue hasta el paquete de condones, ese día les estaba dando mucho uso, jajaja, después, sin dejar de tocarse la polla se arrodilló detrás de mí e introdujo su polla en mi culo, se le notaba que muchas práctica no tenía, parecía que se movía con miedo de hacerme daño.

Tuve que ser yo quien tomara el control y le guie sobre el ritmo a seguir, pero era un buen alumno y rápidamente aprendió y comenzó a moverse a un ritmo delicioso, sus jadeos me demostraban que estaba gozando mucho, y yo por mi parte también estaba disfrutando muchísimo, me vinieron varios orgasmos.

El en un momento determinado dejó de estar de rodillas y se abalanzó sobre mí, rodeó mi cuerpo con sus manos, las llevó hasta mis tetas y se puso a acariciarlas, mientras pasaba su lengua por mi cuello y posteriormente paso a darme pequeños mordiscos que me resultaron muy excitantes, no deseaba que aquello terminara, por eso cuando sentía que se iba venir le ordenaba parar.

Pero al final no fue posible prolongarlo y terminó por correrse dentro de mi culo, aunque fuera a través de un condón, de buenas ganas hubiera continuado follando con él hasta dar fin al paquete de condones, pero me fijé en la hora llevábamos mucho rato y en cualquier momento Sandra podía volver y pillarnos, y aunque en algún momento las dos tendríamos que tener una conversación sobre lo que hacíamos cada una con el hijo de la otra no me pareció que aún fuera el momento, así que lo hablé con el que estuvo de acuerdo y dimos por concluida, por ese día, nuestro encuentro de pasión.

Me vestí y me dispuse a salir de casa de Sandra, Adolfo me despidió con un último beso apasionado y me dio las gracias por todo lo que le había enseñado esa tarde, aunque los dos estábamos de acuerdo en que nuestro encuentro se debería de repetir,

Salí de casa y me disponía a entrar en la mía cuando la puerta del ascensor se abrió y de él salió Sandra con su marido, no sé si al verme sospechó algo de lo que acababa de suceder, pero el caso es que me preguntó:

-¿De dónde vienes?

Yo le conté que me había quedado sin sal y que por no vestirme, que no llevaba mucha ropa era algo que se veía a simple vista, había ido a su casa para ver si estaba ella para que me dejara un poco de sal, que me había recibido su hijo y que me había contado que sus padres habían salido y por eso estaba él solo en casa, y que al preguntarle yo si tenía sal en casa, no había sabido decirme donde la guardaba su madre.

Sandra entro en su casa momento que yo aproveché para abrirme un poco más la bata, quería calentarle un poco, Sandra volvió con un paquete de sal y dijo:

-Estos chicos jóvenes no se donde tienen la cabeza.

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1 COMENTARIO

  1. me encantaría saber mas de ti como eres y mucho mas muy excitantes tus relatos y a mi igual me encantan las maduras

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