Economista y prosti: Un excepcional nuevo hombre en mi vida

12
3521
T. Lectura: 12 min.

¡Hola! ¿Cómo están?

¡Se concretó! Hace varios meses, desde poco después de emputecerme, en realidad, habíamos hablado que tarde o temprano se daría el hecho de que alguien relacionado a Tommy me cogería.

Y se dio, y fue bueno y gratificante pues pudimos hacerlo coincidir con un gran salto en su carrera.

Desde siempre, he concurrido a las reuniones sociales que se hacen dos o tres veces al año en la compañía donde trabaja mi esposo. Reuniones a las cuales siempre concurro vestida seriamente, aunque tratando de estar linda y elegante.

Lógicamente a esas reuniones concurren muchas personas, en general personal de la compañía, Sres. con sus esposas o novias y Sras. con sus esposos. No lo niego. Pese a vestirme sería, los vestidos de fiesta siempre sugieren o muestran algo, y en cada fiesta siempre tengo algunos “admiradores silenciosos” que se limitan a mirarme (cosa que de inmediato apreciamos las mujeres) o que se acercan a conversar un rato de lo que sea. Por cierto, jamás nadie me ha hecho insinuación alguna.

Uno de los que mira y se acerca siempre a conversar, es el dueño de la compañía, propietario del 100% de las acciones y presidente del Directorio.

Pese a que concurre con su esposa, siempre se las arregla para conversar a solas conmigo, Tommy nos da espacio, y por otro lado, nos conocemos con su esposa, y nada especial ha ocurrido.

Pero… en octubre del año pasado, 2024, falleció un Director de la empresa, son tres directores, Presidente (el dueño absoluto), Director de Ventas y Finanzas, y Director de Operaciones (logística, fabricación, planificación industrial).

El fallecido fue este último. Y había en principio dos o tres candidatos a tomar su cargo. Uno de ellos Tommy, que gustaba del cargo, obviamente, pero no “hizo campaña” ni buscó apoyos en forma evidente.

Finalmente, el Presidente se decidió y en febrero nombró a Tommy. ¡Ahora es Director! Aunque en realidad los dos Directores subordinados saben que solamente son “asesores de lujo” del dueño.

De todos modos, es un ascenso importante para mi amor, prestigio, más dinero, y la posibilidad de bono a fin de año, según resultados. Y no es de despreciar la cercanía a la persona con mando absoluto.

Mientras tanto, asumió su cargo y prepara a fondo a su sucesor, pues aunque ya pertenecía a la compañía, siempre hay cosas que deben transmitirse a alguien nuevo en el cargo.

Todo esto llevó a que Tommy esté mucho más cerca del dueño, reuniones casi diarias, visitas a otras compañías etc. También más actividad social desde que el cargo quedó vacante, y más ahora, con el nombramiento ya efectuado, muchas veces con esposas.

Y siempre, con Sam, llamémoslo así al dueño, dedicándome tiempo y miradas. Hace dos semanas, vueltos de Paris, después de una gestión en un ministerio, decidieron, decidió Sam, almorzar en el centro y sugirió a Tom que me invitara para seguir conociéndonos. Llamada de Tom y aceptación mía, que pedí dos horas libres en la Asesoría, para disgusto de mi jefe.

Llegué justo cuando ellos dos se sentaban a la mesa, vestida de oficina, pero con mi camisa digamos que con un botón desprendido más de los comunes.

En el trabajo uso soutien, pero de todos modos se vislumbraba más que de costumbre, y con el calor a pleno, debí quitarme la chaqueta.

Todo fue muy normal, pero las miradas fueron particularmente intensas. Así como la conversación, en gran parte dirigida a mí y con sonrisas.

Con Tommy ya vimos que no había dudas, ¡le gusto! Regresando a la compañía, Sam le comentó a Tommy que es muy afortunado de tener una esposa tan simpática y sociable, a lo cual Tommy respondió que sí, y que además él me considera muy bella. La respuesta de Sam: “¡claro que sí!”.

Nos preguntamos esa noche en casa, si sería momento y persona adecuados para incorporar alguien del círculo de Tommy a mi círculo íntimo. Desde luego, no se nos ocurrió que pudiera gratificarme sino con sexo, el dinero está descartado con alguien así. Tampoco pensábamos darle todos los detalles (papá, mi suegro, por lo menos al comienzo) y al principio tampoco hablarle de mis “clientes”.

Y decidimos que sí, que lentamente trataríamos de atraerlo. ¡Claro que lo de “lentamente”, puede ser relativo!

El primer paso fue decirle cuan bien lo había pasado yo almorzando con ambos cuando los dos habían ido juntos al Centro.

Fue suficiente para que una semana después repitiéramos almuerzo, y yo, alertada por Tommy antes de salir de casa, elegí una blusa, abotonada a la espalda, pero bastante ajustada que resaltaba muy bien una de mis fortalezas, mi zona frontal. Si piensan que atraje la atención de Sam, aciertan plenamente, ja ja.

Luego vino una invitación a cenar a casa, los tres matrimonios, el de Sam y su señora, el del otro Director, que estuvo de acuerdo en nombrar a Tommy, y nosotros; como agradecimiento por el nombramiento de Tommy. “Nada formal”.

Fue una hermosa velada, con cena fría, y yo me vestí de Sra. joven, ja ja, para no escandalizar a las otras damas, pero sí llamar un poco la atención. Tacazos, pantalón negro brillante bastante ajustado, que marcaba muy bien mi trasero y a veces hasta mi raja; y como complemento, un top negro con pedrería, que también marcaba sin exagerar la belleza de “mis gemelas”.

Cuando una de las Sras. me comentó “¡Ayyy Sofía , que lindo tener tu edad y poder vestirte como la joven que eres!” Me sentí muy complacida. Aclaro que ellas están en sus cincuenta y algo.

Por supuesto Sam y Sra. tomaron la iniciativa que ahora deberíamos llamarnos por los nombres de pila, sin formalidades, al menos en privado, e intercambiamos números de teléfono.

Tomando café en la sala de casa, traté de ubicarme de tal manera que Sam quedara enfrente a mí y pudiera apreciar como a veces se metía el pantalón en mi conchita, pues había omitido totalmente el uso de tanga, aunque sí usé soutien.

Al terminar la reunión, al momento de despedirnos, traté y logré al momento de dar el tradicional beso en la mejilla, que con Sam fuera un centímetro más cerca de los labios de lo normal y que la duración fuera de un par de segundos más. Imperceptible para todos, evidente para quien estuviera interesado.

Normalmente, al día siguiente, las damas visitantes hubieran llamado para agradecer la invitación, y así lo hicieron muy gentilmente; pero también llamó Sam, para agradecer la invitación, y expresarme que lo habían pasado muy bien y felicitarme por mi elegancia, llamada que no era de esperar… evidentemente, había funcionado nuestra idea.

Había que buscar una ocasión, y se dio cuando Sam pidió a Tommy que estudiara ciertos temas para luego discutirlos detenidamente ellos solos.

Tommy sugirió, en acuerdo conmigo que reordené mi agenda (no se debe descuidar los clientes), que quizás dada la carga de trabajo en días de semana, podrían reunirse en nuestra casa en el campo sobre el Río el sábado de mañana. “Y si la conversación se nos alarga, almorzamos un asadito”. Al terminar, Sam, usted (lo dijo en singular) se puede volver a Montevideo y nosotros nos quedamos allá hasta el domingo. El mensaje estaba implícito, era reunión de trabajo y Sam iría solo, y nosotros en casa, estaríamos los dos. Y así lo planificaron (y planificamos).

Viernes de noche, cumplí con Ricardo, un par de horas cogiendo y recordando lo bien que lo pasamos en París y luego directo con Tommy al campo.

Trataré de dar menos detalles, pues esto como siempre va muy largo, pero siento que debo poner a mis lectores bien en contexto para que entiendan cómo me comporto.

El sábado de mañana temprano ya estábamos levantados, y avisamos a Don Roque que ese día tendríamos una visita especial, que nos dejara solos y ya hablaríamos el domingo.

Sobre las 8.30 de la mañana ya llegó Sam. Lo recibimos de la mejor manera posible, Tommy con un mate y pan de campo, y yo vista la temperatura de 27c.

A esa hora, con un vestido solero blanco, muy liviano y corto arriba de la rodilla, con escote cuadrado, generoso, y sin nada debajo. Quejándome del calor como corresponde.

Conversamos un ratito, Sam con los ojos clavados en mis muslos, bastante a la vista, y en mi escote, debajo del cual, mis bubis se movían libremente.

Luego, los dejé trabajar en la sala, aunque me las ingeniaba para pasar de un lado a otro cada media hora más o menos.

Sobre las 11.30 am anunciaron que prácticamente habían terminado. Recorrieron la casa y algo del exterior, y cuando retornaron Sam anunció que “habiendo terminado, debería irse”. Le rogamos que no, que ya el asado yo lo había puesto en marcha y ellos podrían terminarlo, y que yo había preparado las ensaladas mientras ellos trabajaban.

Dijo que bueno, que se quedaba y llamó a su casa para que no lo esperaran pues seguiría trabajando de tarde.

Una pequeña picada sirvió de aperitivo, acompañada con fresca limonada, y me ocupé de en todo momento inclinarme y mostrar generosamente el escote o los muslos.

Almorzamos, con muy buen humor, yo me ocupé de sostenerle la mirada a Sam un par de veces que me miró fijo, y siempre festejé sus bromas.

Por supuesto, pasamos a tomar café luego de la comida y el postre, y como casi siempre ese fue el momento clave

Al servir el café, me incliné de tal manera que Sam tiene que haber visto mis tetas casi completas. Y me senté al costado de él, bien cerca, para que me viera el escote de costado, y casi enteramente los muslos, pues el vestido “se me subió un poco” al sentarme.

Unos minutos de conversación, y manifesté que me retiraba a descansar un rato y los dejaba conversando de sus cosas de trabajo.

Según me cuenta Tommy, hablaron un poco más de trabajo, ya derivando a lo que Sam espera de Tommy, a lo que Tommy piensa de su nuevo cargo, y entonces Tom derivó hacia un agradecimiento a Sam por su nombramiento.

Y acto seguido, según el plan, Tom dijo a Sam que él y yo habíamos hablado sobre hacerle un regalo, algo que creemos que le gustará y que podrá disfrutar siempre que quiera.

—Por supuesto que no deben regalarme nada, dijo Sam, he hecho lo que me parece mejor para mi empresa.

—Sí, pero tenías otras alternativas, y Sofía está segura de que lo que te regalaremos es de tu gusto, sabes que las mujeres detectan ciertas cosas, aunque no sean evidentes para nosotros.

—Muy cierto, estoy de acuerdo, se dan cuenta de todo.

—Traeré tu regalo.

Tommy se levantó y fue a buscarme a nuestra suite. Yo estaba ya duchada, completamente desnuda salvo stilettos blancos con taco metálico dorado. Mi cabellera, sujeta en un rodete bien tirante, sostenía tres metros de delgadísimo tul blanco que caía por mi espalda y llegaba al piso, formando una especie de cola de vestido de novia ( ese fetiche de novia me encanta).Por lo demás, nada de nada, solamente mi cuerpo totalmente expuesto, y algunas gotas de agua que rocié en mis pelitos del landing strip, para que brillaran a la luz del sol que entraba por las grandes ventanas. Me había mirado al espejo, y la verdad, ¡me gusté!

Tommy me llevó del brazo a la sala donde estaba Sam, y al llegar frente a él dijo:

—Este es tu regalo, estoy seguro de que te gustará.

La cara de asombro de Sam era un poema…

—No lo creo, atinó a decir.

Tomé la palabra y le dije:

—Sam, te estamos infinitamente agradecidos, y yo sé perfectamente que te gusto, una se da cuenta de eso, por favor tómame, acepta tu regalo, regalo que como Tom te dijo, podrás disfrutar siempre que lo desees.

—Seguramente es una broma…

—¿Qué clase de broma sería? Estamos solos, nadie filma, hicimos lo posible para que te quedaras…tienes que creernos, lo hacemos con placer, placer que queremos que compartas. Yo siempre he sentido que te gusto, cada vez más. No te pedimos nada a cambio, solamente placer mutuo.

—¿Pero y tu Tommy? ¿La dejas hacerlo?

—Ambos lo disfrutamos, ella ha descubierto que no soy el único hombre en el mundo, y disfrutará de tu compañía, disfrutará que la poseas, hoy no me sumaré, y otras veces, bueno, ustedes me dirán qué hacer.

—No negaré que siempre me ha atraído Sofía, pero siempre la he respetado.

—No te pido que me faltes el respeto, solamente me ofrezco para compartir placer y que también pueda algún día disfrutar Tommy con nosotros.

—Jamás pensaría que esto pudiera ocurrir.

—Pues está ocurriendo dijo Tommy.

—Entonces, si lo permiten, esta casa de campo será sede de muchas reuniones de trabajo…

Lentamente giré, Sam podía apreciar todo mi trasero apenas velado por el tul; y me fui hacia el dormitorio luciendo el movimiento de mi culo.

Sam detrás no decía nada, impresionado por la sorpresa. ¡Y finalmente Tom, cerrando la fila!

Ya en el dormitorio, me giré y vi que pese a estar vestido, Sam marcaba una evidente erección, y también mi querido marido.

Tommy, desesperado por alargar el momento propuso: “Jefe, me encantaría desvestirla totalmente para usted y después dejarlos”.

—¡Por supuesto señor Director!

Es evidente que estos dos se van a llevar muy bien, pensé yo.

Mi esposo me puso de espaldas a Sam, que me veía velada con el tul igual que mientras caminamos al dormitorio.

Me desprendió primero el broche que sujetaba el tul a mi rodete, y lo dejó ser, ahora Tommy me vió sin barreras y dijo “¡Que cuerpo! ¡Que culo divino!

Fue el momento que Tom soltó mi rodete, sacudí mi cabeza y mi pelo cayó en cascada sobre mi espalda. “Ufff“ escapó de los labios de quien me recibiría.

Mi amor me giró, quedé de frente a mi nuevo macho (es el número 29, para alguien que me preguntó cuántas vergas me han penetrado). Los pelitos de mi concha brillando al sol por el agua que les dejé al ducharme, los pezones duros por mi excitación, mis largas piernas favorecidas por los tacos de 12 cm.

—Los dejo…

—Gracias amor.

—Creo que te agradeceré siempre Director, ya te llamaremos.

Sin tocarme, simplemente mirándome, Sam se desnudó totalmente, para su edad, una maravilla de verga quedó a la vista, no de las que apuntan hacia arriba, sino bien perpendicular al cuerpo, circuncidada, rosada, dura sin lugar a dudas, y su cuerpo denotaba algunos días de gym a la semana.

—¡Cinco años mirándote en las reuniones, y cada vez más caliente! No pensaba que se me fuera a dar tenerte así.

Se acercó y me acarició las tetas, que casi me estallan, yo no aguantaba más.

Siguió sobándomelas, luego pasó a sobarme el culo, apenas me rozó el esfínter y las caricias fueron a mi concha. Reconozco que fue mi iniciativa, me prendí a besarlo con furor.

No demoramos nada en enlazar nuestras lenguas, por suerte es buen besador, y besándonos caímos a la cama, estábamos besándonos, de costado, uno frente a otro. Instintivamente pasé mi pierna libre sobre las de él, regalándole la entrada a mi gruta de placer.

Lo captó al momento, un par de movimientos y su glande rozaba ya los labios de mi concha. No sé por qué, pero estaba desesperada, hecha fuego. “Ponémela” le susurré. Buscó bien mi entrada posicionó la pija y de un solo movimiento, lento y sin detenerse, me la metió hasta que sentí su pubis contra mis pelitos.

Nuestras salivas se mezclaban, sus manos estrujaban mis tetas que yo sentía arder como fuego, creo que mis pezones eran de piedra. Y en dos minutos de lento vaivén, el momento que yo tanto deseaba sin saberlo. Sentí en mi vagina sus chorros de leche, desesperado, acabó al poco tiempo de metérmela. No me importó, la sensación fue gloriosa. Y comencé (no debí hacerlo) a decirle al oído cuán puta soy desde hace un año y como gozo cuando me cogen y cuando me pagan. Le conté en susurros cuánto goza Tommy al participar o al verme.

Cuando se le ablandó, se salió de mí, también su leche y mis jugos, que recogí con los dedos y llevé a mi boca.

Tirados lado a lado le chupé un poco la verga, mientras su leche terminaba de escurrir de mi concha, me limpié y le di mi concha a chupar, lo hizo gozoso. Nos besamos, nos acariciamos, y me dediqué, ensalivando mi mano, a masturbar su verga a medio camino de la erección. Estaba encantado.

Le pregunté si no le molestaban mis “confesiones” y me respondió que para nada le molestaban. Que mi belleza estaba por encima de todo y con tenerme se conformaba, sobre todo porque había sido iniciativa mía (nuestra en realidad). No le molesta que algunos me paguen, y cuando se enteró que Ricardo a quien no le cobro, me regala y nos invitó a París, dijo “es un hombre de bien, un caballero”.

Poco a poco su pija ya estaba dura. Decidí que guardaría algunas de mis artes para el futuro y simplemente se la volví a lamer, ¡con lo cual volvió a ser una verga rocosa!

Me tiré sobre su cuerpo y le dije: —Quiero montarte. Por respuesta, tirada sobre él me acarició largo rato el culo y las tetas hasta que me enderecé y me coloqué en posición sobre su pija.

Con la facilidad que dan el deseo y la calentura desenfrenada, tomé su verga y la llevé a mi concha, donde entró con toda facilidad.

Comencé a subir y bajar lentamente sobre su miembro, subiendo a veces hasta casi sacarlo de mi concha y dejándome caer hasta llegar a la raíz, mientras el plaf plaf característico, marcaba cuán mojada estaba yo..

Y entonces, lo imprevisto.

Comenzó a sonar el putifono que estaba en una de las mesitas que tenemos a cada lado de la cama.

—¡Que molesto! Dije. —Mejor atiendes, o seguirá llamando.

Detuve mi subir y bajar, dispuesta a hacer la llamada lo más breve posible, y ¡oh sorpresa! Cuando reconocí la voz de papá decidí jugarme el todo por el todo, que Sam se enterara, y si quería irse, pues mala suerte…

—Hola. —¿Papá? —Sí, es mal momento, me están cogiendo y acariciando las tetas, quiero seguir. Los ojos de Sam se salían de las órbitas. —Sí, lo estoy montando y ahora me chupa los pezones. —Claro, el lunes de mañana puedo sí, ¡Ahhh sí sí me encantaaa! Y tiré el teléfono sobre la cama… excitado por la conversación, Sam había vuelto a acabar dentro de mí, tomándome de sorpresa, y fue de lo mejor que me pasó en mucho tiempo, que mi partenaire se acabara sin que me moviera, solo oyendo mi conversación con papá.

Decidí que debía ser sincera.

—Era mi papá, le dije mientras aún con la pija adentro me recostaba sobre él, olvidé que había quedado de llamarme para…bueno, ya te imaginas…

—¿Pero es de verdad? ¿Es lo que pienso? ¿Él sabe de tu putez?

—Sí, y mejor que tú lo sepas, así me aceptas o no, él sabe de mi putez, y lo disfrutamos todos, también con mi suegro. Ahora, depende de ti, no tengo más secretos.

—Cogen entonces.

—Sí, y nos encanta, y somos conscientes de que muchos se horrorizarían, y si es tu caso, lo entenderemos y puedes rechazarme. Se lo dije al oído y mordisqueando su oreja.

Mojó de saliva su dedo índice derecho y lo dirigió a mi culo, jugaba allí, lo mojaba y cada vez lo metía más.

—Puta, re puta, putísima, te voy a coger todas las semanas, y me vas a salir carísima, pero eres la más puta que he conocido, y la más linda y la más señora y eres la señora de Tom, y él nos va a ver… y más… ya verán.

Eufórica, le aclaré: —No soy cara, nada te he pedido…

—No, no has pedido, pero de mi dependerán muchas cosas. Y seré muy generoso si sigues igual o más puta. Siempre quise una mujer así.

—Nunca tendremos límites para ti. Soy tuya. Mi amor es Tom, pero puedes disponer de mí para el sexo, me encanta.

Llegó Tommy. —Dice tu papá que los está oyendo, por suerte fuera de su casa, solo. No cortaste la llamada y me llamó desde un bar. Disculpen la interrupción. Tomó el putifono de la cama y me lo dio.

Me incorporé y me puse en cuatro.

—Un momento papá.

Amor, creo que Sam me va a culear ahora. Siempre me preparas tu. ¿Lo harías y nos dejas solos?

—Sí papi, el nuevo acepta, ya sabe todo, ahora me va a hacer la colita. —Sí obvio, me prepara Tom. —Te amo, si, el lunes. —Nos vemos y te cuento, temprano por favor. Y ahí si me cercioré de cortar la llamada.

Desde que estaba en cuatro, no solamente te Sam me metía el dedo, sino que me lamía la concha que goteaba leche, flujo y saliva sobre la sábana.

Gel en mano, Tom me abrió las nalgas y me untó bien el esfínter, desplazando a Sam, luego con dos dedos me introdujo gel al orificio, me dilató bien y dijo, —Es suya Jefe. Y se marchó.

—Gracias Tom, Llegó a decir mi nuevo macho.

—No me acabes dentro, no me gusta ahí, le dije.

—Le tengo ganas a tus tetas.

—¡En las tetas me encanta!

Y sentí como la cabeza de la poronga buscaba mi culito ya dilatado. Se puso bien en posición y empujó, empujó de continuo, sin detenerse, sin preguntar, hasta que sus bolas golpearon los labios de mi concha.

Me encanta cuando no es demasiado grande y me la meten así, de una vez, sin preguntar, con autoridad… tipo “es mi verga y te la meto como quiero”.

Y lo mejor estaba por llegar. Ya había acabado dos veces, así que le costaba acabar nuevamente y estuvo 15 minutos dale que dale en mi culo, yo absorta, en las nubes; hasta que la sacó y dijo “date vuelta” lo hice, se masturbó con dos o tres enviones de mano y me regó las tetas.

No fue como las veces anteriores, pero igual alcanzó a gotear las bien.

¡No tuve que hacer nada! Él mismo tomaba con sus dedos el semen de mis tetas y me lo ponía en la boca, ¡y yo contenta!

Se dejó caer sobre mí, su verga a media dureza buscaba mi concha y mal que bien logró meterme la cabeza y así quedamos.

La conversación fue larga mientras nos acariciábamos y mis tetas recibían su lengua y mis pezones sus pellizcos. Los besos fueron sucios y nos pasábamos saliva y semen uno al otro, las lenguas enloquecidas. Mientras su pija, ya casi blanda, de alguna manera mantenía su cabeza dentro de mí .

Le conté todo lo que quedaba por contar, que era poco, lo importante ya lo sabía y lo aceptaba.

Le conté de mi casi seguro nuevo emprendimiento, una oficina para atender clientes como economista… con un anexo para atender como puta.

Ahí supe con quien estaba tratando: “me hago cargo del amoblamiento completo”… “Pero”… “Pero nada, ¡ya está dicho!“.

Seguíamos acariciándonos, besándonos. Y eran las 6 p.m. Rápidamente a bañarnos, nos limpiamos uno al otro.

Me puse un hermoso baby doll negro, y tacos, obvio.

Y apareció Tom.

—Señor Director, su esposa lo ama, me lo ha dicho, pero es una diosa en el sexo, y debe ud. Saber que voy a cogerla todos las semanas, con tu participación si es posible. Y debo irme, pero ella te contará que le he prometido un regalo.

Ahhh… ¡todo esto no tiene nada que ver con el trabajo! Además, les propongo que todos los jueves tengamos almuerzo de trabajo los tres solos. ¡Esta mujer es un encanto!

—Gracias Sam. Hablo por mí y por ella… es tuya cuando quieras.

Loading

12 COMENTARIOS

  1. Muy buen relato, cómo siempre solo tú sabes hacerlo, te felicito por tan ricos y apasionados momentos. Saludos

    • Muchas gracias Wisin, de corazón! Eres muy gentil, y me encanta que comenten los relatos.
      Besitos.
      Sofía.

  2. Hola Ángel! Por suerte mi amor es uno solo, Tommy, quien me apoya en todo. Sam es solamente el jefe de Tommy y es un Sr. muy simpático y que come muy bien. Disfrutamos juntos de sexo sin amor.
    Que lástima que no concretaras con tu amiga liberal!

    Besos!

  3. Hola Sofi me encanta lo putas que sos y como te cojen. Te recuerdo que no escribiste la continuación de tu relato , donde vas a hacer una fiesta con Vic y su esposa recién iniciada en la cual supongo le van a hacer la cola primero Tommy y después Vic que es el que tiene la pija enorme y Mary no se atreve a tenerla el culo. Espero no te olvides de contar la segunda parte un beso en esa conchita llena de leche!!!

    • Hola Ángel! Ese relato lo he postergado, para hacerlo un poco más detallado acerca de ciertas cosas de Mary. Pero sí, ya lo harė y te drás la puesta al día acerca de ella, mi primera experiencia Bi. Y también mencionaré una hermosa experiencia Bi cuando fui a comprar unas botas sin tanga, pensando mostrarme al chico que me atendiera, pero me atendió una chica.
      Ten un poquito de paciencia, lunes o martes se publica! Es que he quedado muy muy entusiasmada con el ascenso si de Tommy y como me coge Sam.

      Te envío muchos besos.
      Sofía.

      • Que puta hermosa sos, pensar que una vez hace mucho tiempo cuando tenía unos 30 años tuve en mis manos una chica así que era lindo y atrevida y me gustaba mucho, la dejé x q pensé que con el tiempo me iba a poner muy celoso y me dio miedo de lo que podría llegar a hacer en el futuro ya que me estaba enamorando de ella, bueno cosas de la vida. Un abrazo!!
        Ojo Sofi no te entusiasmes mucho con Sam, no pongas en peligro tu matrimonio, tómalo como uno más que te coje bien y solo eso.

    • Gracias! Me confundo o eres un nuevo lector en tomar contacto conmigo? De donde eres?

      Besos húmedos.

      Sofi.

      • Hola Sofía:
        Soy tu asiduo lector de Punta Cana!
        Ya te había escrito anteriormente
        Esperando con ansias leer tu próximo relato 😉
        Besos,
        Lauro

  4. Hola Antonio! Gracias! Siempre muy gentil. Por todo ésto, se demora un poco nuestra visita a México. Pero en fin, son cosas importantes que están ocurriendo. Y ya verás en mi próximo relato que estoy haciendo una inversión importante.
    Besos, Antonio.

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí