Economista y prosti: Segunda inauguración (1)

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T. Lectura: 11 min.

La segunda parte se enviará casi de inmediato.

Supongo, mis queridos lectores, que ya conocen la historia de la primera inauguración, en familia, relatada en el informe anterior.

La segunda inauguración en realidad tuvo dos partes:

Al día siguiente de la primera, cité a Sam de mañana y a Ric de tarde, para darle a mis dos cogedores honorarios, la satisfacción de poseerme a continuación de mis familiares.

Además de esa manera, agradecía a Sam el regalo del amoblamiento de toda la casa, que por cierto me dijo que lo cargó como gastos de oficina ja ja.

Seré breve en esta parte.

Ambos se comportaron maravillosamente bien; Sam, de mañana, utilizó mi culo como nunca lo habían hecho. Desesperado, me culeó tres veces, dejándome sus fluidos adentro, a lo cual no pude negarme, je je.

Por supuesto, hubo tiempo ya que estuvimos tres horas y media, para que le hiciera un delicioso beso negro, que lo llevó a las nubes, seguido de besos, chupadas de tetas, mordisqueo de oreja, y una pregunta muy delicada que le hice:

—¿Sabes amor? (me permito y me permite llamarlo amor, a veces), quiero preguntarte una cosa.

Bien sabes que tengo amigos que me pagan. ¿Sabes de algún amigo de absoluta confianza que pueda estar interesado en mí? (No era necesario aclarar que busco un par de clientes más para cubrir, en exceso, la pérdida de mi sueldo fijo en mi anterior trabajo).

—¡Y que lo digas! Claro que sí. Con este cuerpo y tu manera de ser, gustas a todo el que te conozca. Dijo y siguió chupándome las tetas.

—Es que hay algo que nos encanta a Tommy y a mí, y es hacer una subasta de mis servicios. Por supuesto con gente adinerada que pueda ofertar mis honorarios o más. Te agradecería si me recomiendas a alguien, porque quiero hacer una subasta de inauguración; le dije mientras con un dedo jugaba en su esfínter, lo cual no le disgusta.

—Tranquila, serán uno o dos, hombres de mundo y de confianza total, y ninguno hablará de más.

—Perfecto, y por favor cariño que sean precavidos y traigan sus análisis al día.

De tarde, fue el turno de recibir a Ric, mi primer hombre extra matrimonio. La familiaridad y buena onda es total, además de su total libertad por ser viudo.

Me había higienizado convenientemente luego de la culeada monumental de Sam, para estar totalmente fresca y presentable par Ric.

Comenzamos visitando toda la nueva puticasa, le encantó, y yo, vestida de minifalda, muy mini, tableada, subí la escalera por delante de él como manda el protocolo. Al llegar arriba, ya Ric lucía una bella erección.

Por si no lo saben, las damas siempre suben la escalera delante de los caballeros, y siempre bajan detrás del caballero, para que éste les sirva de apoyo en caso de resbalón de la dama.

Ni que decirles, nos conocemos, sabemos nuestros gustos. Me desnudó y lo desnudé. De inmediato estuve de rodillas frente a él para chuparle la pija, como le gusta, suavemente. Destapando el glande con mis labios que corren hacia atrás su prepucio, y chupando y lamiendo toda su pija, recorriéndola suavemente.

A continuación, una buena atención a sus bolas y a su esfínter, lamiendo con dedicación. Sus exclamaciones marcaban cuanto lo disfruta.

Luego, sabedor de mis gustos, me besó y lamió toda la espalda, desde la nuca al ano. Y a continuación, placer de los dioses, se dedicó a lamerme los pies y a chuparme los dedos.

Lo siguiente, inevitable, fue lamer las piernas ascendiendo por ellas hasta propinarme una hermosa chupada de concha, metiéndome la lengua, lamiendo el clítoris, hasta que le imploré que me penetrara (supongo que pocas veces una prosti hace eso tan sinceramente).

Me cogió en vaquería inversa, le encanta meterme el dedo en el esfínter mientras lo cabalgo, y por supuesto me dejó adentro todo lo que había acumulado desde nuestro regreso de París.

Nos acariciamos, charlamos de varias cosas, hablamos con total confianza de lo que sea, y me contó que tiene un hijo, totalmente independiente, que se llevan muy bien y otras cosas familiares. Por supuesto yo lo puse al día de toda la fiesta familiar de inauguración y de lo bien que está funcionando todo mi nuevo esquema de vida junto a Tommy.

Hasta aquí la que puedo llamar la segunda parte, muy menor, de la Inauguración.

La gran segunda parte tuvo lugar tres días después. Al comienzo de mi emputecimiento, tuvimos la idea, y concretamos una subasta de mis servicios amorosos. Un éxito total, y quedamos con deseos de repetir.

Y esta era la ocasión.

Teníamos que conseguir tres o cuatro interesados, o hasta cinco si era posible. Solventes (imprescindible ja ja), serios, dispuestos a demostrar a priori su excelente salud y que pudieran ausentarse de su ocupación por algunas horas.

Sam me prometió, al pedírselo, recomendarme a uno o dos señores conocidos de él y muy de confianza.

Carlos, el amigo del club al que pertenecen mi papá y mi suegro y que me coge, siempre me ha pedido recomendarme a un amigo suyo, al parecer tan dotado como el propio Carlos. Y en una de mis frecuentes conversaciones con él Tiburón Blanco, el magnate farmacéutico argentino, me dijo que nos dirigiría a un colega suyo de Uruguay, que gusta de las chicas y no pone límites.

En realidad, alguien recomendado por quien afectuosamente llamó Tiburón, participaría en la subasta de forma honoraria, su amigo argentino le garantizó que me podría tener por 3k , pero en la subasta me vería y conocería, sin comentar ese arancel.

Finalmente, Sam, siempre tan gentil, nos recomendó a otro más de sus conocidos de juego de póker y así sumamos cuatro.

A todos ellos los citamos para el día y hora convenidos, pero por razones de privacidad, los citamos con diez minutos de diferencia a cada uno, pues les ofrecíamos máscaras para cubrir sus rostros. Sam volvió a ser gentil dándole horas libres a su director industrial y de Logística para acompañarme en la segunda parte de la inauguración.

A las 10 am teníamos a todos ellos en la “Oficina”, habiéndolos recibido Tommy que los ubicaba en la sala de planta baja, les mostraba el lugar y les contaba acerca de mí. Explicaba mi trabajo de economista antes y ahora, les detallaba mi educación universitaria y mi despertar al sexo tan solo 14 meses antes. Lógicamente les exhibía mis certificados de salud y revisaba los de ellos. A todos ellos les encantaba, suele suceder con los hombres, que yo fuera casada y “señora seria”, les encanta cogerse a la esposa cuyo marido lo acepta.

Si bien les ofrecimos máscaras para privacidad, todos las rechazaban, pues “todos aquí venimos a lo mismo, nadie se va a asustar ni a pensar mal de otro”.

En ese momento, ya todos cómodos y expectantes, Tommy propuso las reglas de la subasta, para ver si las aceptaban o proponían alguna variante que pudiera mejorar lo propuesto.

—La dama desfilará varias veces para que puedan apreciar su físico. No es correcto acariciarla ni tocarla.

—Se hará la subasta (lo decidimos para sumar tensión) con valores descendentes. El primero en levantar la mano, se adjudica la subasta. Eso hace que el más interesado, tienda a ofrecer más, pues no puede corregir si otro le gana. Es el llamado “método español”.

—El ganador se adjudica tres horas de servicio completo de la Sra. Se solicita, pero no es obligatorio, que el ganador haga uso de su derecho en el momento, y si lo acepta, con televisación para el resto, al menos durante parte del tiempo. Puede elegir otro día y hora o incluso otro lugar.

—Luego de la subasta, los concurrentes interesados, podrán hacer otras ofertas, que se considerarán en el momento.

Nadie objetó nada. Tommy sirvió ronda de refrescos (cero alcohol pues todos estaban con sus coches) y algunos bocadillos.

Encendió el televisor gigante, y puso en loop un video que había preparado y que le quedó muy bien. Consiste en flashes de medio segundo que se suceden rápidamente. comienza con goles, paisajes, y de pronto medio segundo de fotos mías, sin rostro, en micro bikini, más goles y paisajes, y yo en lencería, y así, muchas veces en lencería, mallas de baño, shorts metidos entre los glúteos, camisas un tanto abiertas. El interés saltaba a la vista. Comentaban y festejaban las fotos.

—Señores, les presento a Sofía… economista, empresaria y un tanto prostituta, de ustedes dependerá que aumente su participación en esta última profesión. Además es mi esposa, y me encanta compartirla con gente de nivel.

La primera pasada la hice con un vestido fetiche, con el cual ya he cogido a varios. Strapless, elastizado y gris metalizado, muy mini pero ajustado. Sin sostén, mis tetas resaltan pero no se ven. Pasé dos veces, oí algún “muy bien” y subí la escalera nuevamente. Mientras el loop seguía en el televisor.

Bajé desde el dormitorio. Minifalda negra, la que usé con Ric, muy muy corta y camisa blanca un tanto abierta, obvios tacos muy altos.

Pasé frente a ellos, ubicados en una fila de sillas, volví a pasar, y nuevamente pasé por tercera vez. Algunos se pararon para mirarme mejor las tetas.

Cuando me dirigí a la escalera, Tommy dijo: “Amigos, les aconsejo ir a la base de la escalera”. Así lo hicieron y Tommy me transmitió, teníamos los celulares comunicados, que quedaron maravillados al ver mis piernas y prácticamente mi culo al subir la escalera, la minifalda no cubría casi nada.

Para la tercera pasada, decidí algo un tanto extraño pero muy jugado y sugerente: un abrigo de cuero negro, largo hasta los tobillos, sin nada debajo. Lo especial es que lo usé abierto. La mitad derecha, adherida a mi cuerpo desnudo por trozos de la imprescindible cinta de doble faz. La mitad izquierda, dejaba ver parte del seno, y la ingle de ese lado, primorosamente depilada, pero no se veía nada más, ¡ni rastro de mi landing strip!

Ya al bajar la escalera hubo murmullos de aprobación, prácticamente, les sugería medio cuerpo casi al desnudo, pero sin detalles.

Nuevamente pasé dos veces frente a ellos y subí al dormitorio

Tommy, para aumentar la excitación, pasó al siguiente video… también en loop, paisajes y flashes de mi cuerpo en mini lencería, mini tangas hilo, corpiños media copa, catsuits de red. Eso sí, auténticos flashes, para que pudieran vislumbrarse pero sin detalles. La atención al televisor fue total, ja ja.

La siguiente aparición fue en lencería completa, stilettos, medias negras, liguero negro de tirantes largos (estos ligueros que se ponen bien altos en la cintura) tanga tipo whale tail y corpiño bien ajustado que hacía resaltar la redondez de mis tetas.

La bajada y la subida de escalera y el desfile fueron, creo, espectaculares. Me aplaudieron, les di bastante tiempo para contemplarme y por primera vez les sonreí ampliamente.

Al subir, Tom pasó a otro video de flashes, los consabidos paisajes, alternados con imágenes tomadas en la inauguración familiar, en donde se me mostraba (no mi rostro) décimas de segundo exhibiendo las tetas en el balcón, caminando con mi padre que me acariciaba las nalgas, otro flash mostraba cuando me la ponía en cucharita, o chupando pene, y otro, de mis tetas bañadas en leche. Las preguntas fueron inevitables… ¿De verdad es ella? —Obvio que es ella. ¿Hace todo eso? —Todo eso y más.

Nuevo cambio de video y el de ahora, era solamente de acción. Flashes de uno o dos segundos en acción total, chupando, con penetración vaginal, uno en el cual el chofer francés me penetró analmente, otros de mi chichi chorreando esperma, las manos de Tommy masajeando mis senos, en vaquerita filmada de atrás. Ninguna toma más de uno o dos segundos, pero el efecto fue tremendo.

Decidí reforzar aquello con una buena pasada, la penúltima, y así lo anunció Tommy.

Bajé en una simple combinación negra de soutien media copa, sin mostrar los pezones, se dejaba ver parte de la areola, y tanga llamada colaless, la que detrás tiene una tira de tela, no un hilo. Aplausos y algún “divina” fue lo que pude captar. Pasé dos veces, varias veces giré frente a ellos luciendo piernas y tacazos, y subí bamboleando el culo.

Tommy, a pedido, reiteró el video anterior, y anunció:

—Amigos, en instantes Sofía hará la última pasada.

Entonces bajé con mini conchero de raso blanco, dejando ver la tira de pelitos, zapatos blancos con tacos de 12 cm y una de mis batas blancas transparentes, abierta. Obviamente las tetas al desnudo bajo la bata, apenas disimuladas dada la transparencia de la robe de chambre.

Bajé sin preocuparme de que la bata se abriera más o menos al no anudar el cinturón. Esta vez, dejé que me miraran a gusto, parada frente a ellos, me miraron, me alabaron, se hacían bromas acerca de quién me tendría…

Entonces les dije… piensen en mí, que ya vuelvo. Y subí nuevamente al dormitorio del piso superior. Pero… a mitad de la escalera, dejé caer la bata. Mi culo al aire motivó un ohhh y un aplauso.

Al llegar al balcón interior, me acerqué al borde, solamente tenía el conchero, y sacudí mis tetas.

Tommy, de acuerdo al libreto previo, puso esta vez un video en donde, sin que se vean los rostros, estoy acostada frente a frente con mi padre, acariciándole la verga mientras escurre semen de mi conchita. Eran solamente unos 20 segundos.

Desde el dormitorio, encendí el celular, que comenzó a transmitir al televisor. Desde abajo Tommy gritó que llegaba buena imagen. Entonces, frente al teléfono, mostrando mi casi absoluta desnudez, me coloqué una tiara (otra vez mi fetiche de novia), y sujeto por la tiara, un largo manto de tul, hasta el piso.

Al comienzo de la escalera me cercioré de que no fuera a enredar mis pies, y bajé, erguida, casi diría que desafiante, y esta vez me detuve frente a ellos, tetas al aire duras cónicas (preciosas, si me permiten decirlo), pezones erguidos, el manto, cayendo a mi espalda. Estuve más o menos un minuto y entonces giré.

El manto velaba mi culo, crucé mi brazo derecho por mi espalda debajo del manto y lo atraje hacia adelante. Ahora mi culo estaba a un metro de ellos. Parecían hipnotizados. Giré nuevamente, y tiré al piso la tiara y el manto.

Lo siguiente, me quité el conchero, decidida a impresionarlos, A la vista mi raja, apenas rosados los labios, los abrí con dos dedos y los dejé cerrarse, sabiendo que mi raja luce como una perfecta línea en mi cuerpo.

Lentamente, me les puse de espaldas, abrí un poco las piernas y me incliné de modo que mostré mi esfínter, que es perfecto, no sólo me lo dicen sino que lo he visto en fotos.

Cuando enderecé mi cuerpo, Tommy tomó la palabra mientras yo me envolvía de manera provocativa con el tul que estaba en el piso y subí nuevamente al dormitorio.

—Caballeros, dijo Tommy… procederemos a la subasta de tres horas de servicio sexual de la dama que ha desfilado para Uds. recuerden, los precios que diré irán bajando y el primero que me interrumpa, gana.

La subasta es en dólares, pagaderos a ella en el momento. Por lógica se comienza de valores que se sabe son demasiado altos

—Veinte mil. —Dieciocho mil. —Dieciséis mil.

En la pantalla aparecía yo vistiéndome para bajar a buscar al ganador.

—Catorce mil. —Doce mil. —Diez mil. ¿Nadie se decide? ¿Vieron cuan bella es?

—Nueve mil. —Ocho mil quinientos. Según Sam, se notaba ahora tensión en varios interesados.

—Ocho mil. —Siete mil quinientos. Parece ser que se miraban unos a otros, tratando de adivinar intenciones, y repartían las miradas con el televisor, donde yo acomodaba mis tetas por encima de un corset underbust.

—Siete mil. —Seis mil quinientos. Y más movimientos.

—Seis mil. —Cinco mil quinientos. —Cinco mil. —Cuatro mil quinientos y en ese momento, una mano que se alza, decidida.

Mi nuevo macho. Era uno de los recomendados de Sam, el de su grupo de póker.

Bajé la escalera. Los mismos tacos altísimos, tanga hilo blanca, con el hilo desaparecido en la raya del culo, y corsé underbust (los que dejan las tetas al descubierto), bordado con hilos dorados formando dos flores al frente. Por detrás el tradicional acordonado de corset, pero decorativo. En el frente, doce ganchos que son el cierre real.

Tom me señaló al ganador, me cerqué, lo besé en la boca, y como agradecimiento, besé en la mejilla a los otros participantes, que tenían mis tetas casi rozándolos.

Mientras yo permanecí de pie, luciéndome (eso creo ja ja) frente a todos, Tommy dijo:

Amigos, les agradecemos muchísimo su participación y el fervor con que han admirado a Sofía.

Ahora debo hacerles algunas preguntas… (y todos seguían mirándome, mientras yo mordía mi labio inferior en ese gesto tan de 50 shadows).

—Más allá de nuestro afortunado ganador; ¿alguien desea hacer una oferta razonable?

—Yo, dijo el recomendado de Carlos. Ofrezco tres mil quinientos, que no dejan de ser muy razonables en el Uruguay de hoy.

Y allí intervine yo.

—Querido, soy economista, no ignoro las realidades y podría adaptarme a esas realidades. Pero tenemos un problema. Quien me ha ganado ha ofrecido cuatro mil quinientos, y sería injusto que me entregara eso y tú u otro me entregaran tres mil quinientos. Creo que has obtenido un sí para tu oferta y una rebaja a tres mil quinientos para la oferta ganadora. Es lo justo.

Hubo un largo aplauso espontáneo, y el ganador se levantó a besarme y agradecerme, ¡le había rebajado mil dólares! (pero había ganado otro cliente más).

—Tommy intervino nuevamente dirigiéndose al amigo de Carlos: ya hablaremos para concretar lo suyo. Y dirigiéndose al ganador, a quien llamaré, recuérdenlo, Sebastián o Seba. Y díganos, Seba, ¿cuál es su idea? ¿Ahora? ¿ En otro momento? ¿Está dispuesto a que lo veamos en la pantalla con la garantía de no obtener imágenes con nuestros celulares?

—Amigos, vine, vinimos, aquí por algo… no puedo ni quiero postergar mis tres horas de placer. Y no quiero ser egoísta, así que permitiré que nos pongan en pantalla en ciertos momentos. ¡Y algo más!

—¿Qué cosa? Preguntó Tommy.

Si podemos utilizar el dormitorio de planta baja, todos estarán a tres o cuatro pasos, y además de tenernos en pantalla podrán asomarse a la puerta y vernos en vivo. No soy tímido y creo que Sofía tampoco. Salva de aplausos y acuerdo de hacerlo así.

Tommy subió a buscar el celular del dormitorio superior y lo posicionó uno para transmitir en el dormitorio inferior, más pequeño e informal.

Mientras tanto, Sebastián, el ganador, me entregó lo acordado, 3.5k, (aplausos del resto) y dijo:

Ahora puedo disponer de esta belleza, ¿verdad?

No estando Tommy, respondí: Soy toda tuya caballero. Haremos lo que quieras.

Seba se acercó y comenzó a desprenderme el corset delante de todos. Lo puso sobre una silla y me acarició las tetas. Luego fue el momento de quitarme la tanga, la cual dejó caer al suelo y yo tiré lejos con un pie, al tiempo que le decía: “los zapatos no se sacan, cojo con ellos puestos”. Y provoqué nuevos aplausos.

Regresó Tommy, la imagen del dormitorio de planta baja ya en pantalla. Sebastián me tocaba toda, nos besábamos, y nos fuimos al dormitorio.

Allí Seba se desvistió completamente, luciendo una buena pija obviamente ya parada y unos huevos impresionantes, grandes depilados, mientras alrededor de la pija todo estaba bien recortado pero no depilado.

Parados, y sabiendo que nos veían en pantalla, nos acariciamos y besamos con fervor, entrelazamos las lenguas, yo le acariciaba las bolas, un deleite, y él me amasaba el culo. De pronto, comenzó a dedicarse a mis tetas, las amasaba, las lamía, chupaba los pezones y me acariciaba la concha.

Nos recostamos, surgió un lindo 69, es bueno chupándome y yo lo disfrutaba. Yo misma lo hice gozar también con mi mejor repertorio de chupa pija y lamiéndole los huevos.

Alguien se paró en la puerta, era mi segundo cliente, el recomendado de Carlos, llamémosle Dave. Miró unos instantes y se retiró, aparentemente diciendo que había hecho bien en ofertar, según Tom.

La verga de Sebastián era un hierro y me dijo que me parara, también él se paró al lado de la cama y se arrodilló a seguirme chupando la concha. Después me hizo arrodillar en la cama y se dedicó a chuparme el culo, lo punteaba con la lengua.

“Que lindo culo tenés Sofía”, fue su expresión. Y derivamos a estar ambos acostados. Al instante lo hice ponerse debajo mío. Me tendí sobre él y le restregaba todo mi cuerpo sobre el suyo. Es inteligente, flexionó una de sus piernas y yo me monté sobre ella, restregando mi vulva sobre su muslo, lo cual me calentó enormemente.

De ahí a pasar a restregarme sobre su verga mientras nos besábamos, fue solamente un paso. Tommy se asomó a la puerta y dijo: “Los vemos perfectamente”. Cada vez me frotaba más sobre su pija, y se abrían los labios de mi concha (los labios de mi boca hace rato estaban abiertos, las lenguas enroscadas, la mezcla de salivas iba y venía de uno al otro).

Soy hábil en esto, sin necesidad de usar las manos, su verga se fue introduciendo en mi concha. Un deleite… (me encanta cuando me está entrando despacio). Comencé a moverme lentamente echada sobre él que parecía querer comerse mis tetas, aunque a veces cambiaba a mi lengua.

De a poco, fui enderezando mi torso, él seguía acariciando mis tetas, y quedé en vaquerita tradicional.

Mi marido tuvo a bien volver, tomó el celular e hizo varias tomas desde atrás, mostrando como yo subía y bajaba sobre la verga de Sebastián. Me contaron que fueron preciosas imágenes de mi concha bien apretada alrededor de la verga, brillante de flujo, de mi ano, perfectamente cerrado y con sus estrías como un sol, y vi que luego Tom filmaba como Seba acariciaba (más bien manoseaba), mis tetas, que yo sentía hirviendo de calentura.

Amigos, antes del día de mañana viernes, espero enviar la continuación y final de este relato. ¡Disculpas, saben que siempre comento y doy detalles! Ja ja.

Un beso

Sofía.

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6 COMENTARIOS

  1. Hola Sofía
    Me he quedado duro al leer tu relato y demás está decir que deseando leer el final.
    Un beso 😘

    Lauro

    • Hola Lauro! Bienvenido al círculo de los que comentan mis experiencias. Ya habrás visto que he publicado el final de esta historia.
      Muchas gracias por lo que me dices. Y déjame saber de donde eres.
      Te envío un lindo beso, y espero seguir el diålogo!
      Sofía.

    • Hola Miguel! Supongo que esta noche, del viernes al sábado publiquen el final de ésta segunda inauguración. Gracias por escribirme, me encanta recibir vuestros comentarios.
      Un beso
      Sofi.

  2. Hola Wisinuy! De locura, solamente lo bueno. Fue mi segunda subasta, y a mí y a Tommy nos encanta. Personalmente te me gusta mucho, mucho exhibirme, cambiar de look y de outfits, que me vean un poco más desnuda a cada pasada. Y nos pareció buenisimo el método de subasta española, con valores en descenso. Nadie puede especular con que habrá una posibilidad más de oferta.
    Y envié para publicación la parte final, que espero que también te guste.
    Me encanta cuando me escribes, siempre eres positivo y es un gusto leer tus comentarios! Ojalá más lectores comentaran o incluso podrían hacer sugerencias, aunque por ahora, ideas no nos faltan. Y csi casi diría que alguna vez habrá otra subasta.

    Quien sabe si la vida nos acerque. Te envío muchos besos, gracias por seguirme!
    Sofía.

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