¡Hola! Al fin tengo tiempo de retomar contacto con ustedes, queridos lectores para relatarles mis nuevas aventuras, que me han traído tanto disfrute como siempre. En especial la que paso a relatarles, en donde he descubierto los placeres bi, y la que le seguirá, en donde Ricardo, mi primer macho luego de Tommy, nos invitó una semana a París, cumpliendo su promesa de ya casi un año.
Vamos a los hechos.
Habíamos salido a cenar con Tommy, para festejar a solas un año desde mi apertura a otros hombres y al cobro.
Ya hemos tomado una semana de nuestras vacaciones a disfrutar en 2025, y estamos en Montevideo, aunque los findes vamos al campo o a Punta del Este según requieran mis clientes, a quienes siempre mantengo bien atendidos. En este caso, aprovechamos que íbamos rumbo a Punta del Este por cliente super importante y paramos a cenar en un restaurante de mariscos de Piriápolis.
Llegados al restaurante, y ya habiendo ordenado nuestra cena, vimos entrar a mi cliente por partida doble, Víctor, el que vive en Piriápolis y es casado. Cliente en la Asesoría y cliente como putifina, hay relato de cómo comenzamos a salir.
Llegó acompañado de su esposa, la llamaré ‘Mary’ de aquí en adelante, a quien he visto un par de veces en reuniones sociales de la Asesoría, un tanto (quizás 10 años) más joven que él, y a quien noté bastante cambiada.
Siempre me llamó la atención su piel pecosa, muy agradable, pero esta vez, sin dudas resaltaban sus pechos, evidentemente operados y que mostraba con un escote relativamente amplio.
Al verlos llegar, los saludamos, conversamos un momento y los invitamos a compartir nuestra mesa. Aclaro que ella no sabe en absoluto de mis actividades de putifina ni mucho menos sabe que su marido es cliente mío a 2500 dólares por salida.
Nos aseguramos de que nos sirvieran a los cuatro al mismo tiempo y disfrutamos de una buena cena conversando de todo tipo de temas. En la inevitable ida al tocador, las damas siempre vamos de a dos, le comenté que la veía espléndida y renovada.
Me agradeció, y me dijo “hay que combatir los efectos de la edad, ya tengo 42 y hace seis meses me hice mejorar el busto”.
A lo cual respondí que “si bien nos vemos muy poco, se nota ampliamente la mejora, que queda aún mejor con tu piel con algunas pecas”.
–¿Verdad que sí? Por eso pedí que me las dejaran duras y con la piel tensa, para resaltar las pecas, en el día a día y en la playa.
–¡Te felicito!
Volvimos a la mesa, tomamos café y nos marchamos cada cual a su casa, en donde Tommy y yo, disfrutamos en grande de mi aniversario de hotwife y puta.
Pero al otro día fui sorprendida, ya en la mañana con una llamada de Vic a mi putifono.
Me agradeció la agradable velada, y me dijo que su esposa había quedado muy halagada por mis comentarios favorables sobre sus cambios.
–¿Sabés? Desde que se operó y superó el post operatorio, se siente nueva, la noto más sexy conmigo, y hasta quiere empezar a hacer topless.
–Uyyy ¡creo que perderé un cliente! ¡Y que cliente!
–Nooo, no te preocupes, eso jamás, desde que te conocí me encantas, y no pienso abandonar nuestros encuentros. Más bien quisiera perfeccionarlos.
–¿Perfeccionarlos?
–Exactamente, cómo te dije, Mary fantasea con hacer topless y ver la reacción de otras personas, pero no se anima a que vayamos a Chihuahua o la a zona topless de playa Mansa. Y yo he pensado en la soledad de vuestro campo, y me pregunto si tú has tenido alguna vez experiencias con otra mujer.
–Nunca estuve con otra mujer ni por placer ni como… bueno como ya tú ya sabes…
–¿Sabés? nosotros tenemos separación de bienes, ella no se entera de mis pagos. ¿Podrías pensarlo? ¿Un lindo fin de semana de campo? La incitas a tomar sol en topless y quién sabe si pasa algo más. Como te dije, ella está mucho más sexy y hot, creo que a punto de desatarse sexualmente.
–Claro que lo pensaremos, obviamente junto a Tommy, ¿no temes que todo se salga de cauce?
–Tengo cero temor, ella no sabe lo nuestro, y si todo se pone intenso y alguien desea frenar, diremos que es excitación del momento y listo.
–Te comentaré nuestra decisión ¡y te mando un beso grande en esa parte de ti que más me gusta!
–Espero ansioso.
Obviamente esa misma noche lo hablamos con mi maridito, a quien la idea le encantó, pensando en poder verme con otra mujer y hasta quizás en poder hacer algo él con Mary.
Al día siguiente la respuesta estaba transmitida a Víctor; un rotundo sí, con cero costo dado que era experimentación pura, si todo iba bien, a posteriori él me transferiría lo que le pareciera adecuado.
Lo acordamos para ese mismo fin de semana y yo intensifiqué mi agenda de clientes entre semana a fin de no perder de atender a nadie.
Sobre el jueves, ya llamé a Mary, para decirle que visto lo bien que lo pasamos en la cena, queríamos invitarlos al campo el fin de semana.
Al momento lo consultó con su marido y aceptaron. Les pasamos las coordenadas de navegador para que llegaran sin inconvenientes, y nos aseguramos de llegar el sábado temprano, antes que ellos. Para cuando llegaron, tanto Tommy como yo estábamos cambiados de ropa, él en short y yo en micro bikini.
Llegaron, saludos de rigor y:
–Esperamos que no les moleste que los recibamos así, pero teníamos la idea de que Tommy y Víctor vayan a pescar mientras nosotras nos asoleamos un poco, ¡el día está ideal para eso!
–¡Genial! Nos cambiamos y lo hacemos. Y así fue, se cambiaron, Mary se puso un bikini un poco menos atrevido que el mío, de los que la parte inferior se ata en las caderas, y los esposos se marcharon al río a pescar, o a intentarlo por lo menos.
–Mary, espero que no te moleste que use este bikini delante de tu esposo, ¡es un poco minimalista! Ja ja.
–No, en absoluto, es lo normal en verano, se suele mostrar piel.
Llevamos las tumbonas al césped del patio trasero y nos recostamos un rato, conversando de todo un poco hasta que aventuré:
–¿Te molesta si quedo en topless? Sé que no tenemos mucha confianza, pero al fin y al cabo estamos solas.
–No me molesta y yo también lo haré, desde que me operé deseo hacerlo y no encontraba lugar adecuado, y creo que hoy es el lugar y las circunstancias perfectas, sin más gente cerca.
–Puedes sentirte totalmente libre de hacerlo, así luces tus nuevas lolas y las bronceas un poco.
Nos quitamos la parte superior de los bikinis. Ella lanzó una pequeña exclamación al verme: –¿Son naturales? Lucen perfectas. –Claro que son naturales. Déjame ver las tuyas, la miré fijamente y no pareció molestarle, se ven turgentes, la piel tersa y las pecas son hermosas, si puedo decirlo. Realmente, a su pedido, se las habían hecho duras, y la piel tersa y estirada lucía enormemente las pecas. No había señales de cicatrices en las areolas, y los pezones se veían muy lindos.
–Sí, creo que quedaron bastante bien, pero las tuyas son perfectas…
Siempre hay un momento en el cual tomar decisiones, y decidí dar un paso, pequeño, pero un paso adelante.
–Puedes tocarlas. Dije, con cierta timidez real, al fin y al cabo nunca había hablado así con una mujer.
–¿De verdad puedo?
Como respuesta le tomé una mano y la acerqué a uno de mis senos, soltándola para que ella misma se decidiera a tocarme. Lo hizo por debajo, como tomando el peso, luego deslizó la mano sobre el pezón y palpó la firmeza.
–Hermoso, fue todo lo que dijo. Si tú quieres tocar uno operado, adelante.
Lo hice, me demoré unos segundos más que ella, y casi casi fue una caricia.
–¡Que firme! Seguro Vic está encantado.
–Al menos eso es lo que me dice, aunque creo que la edad se hace notar, tiene diez años más que yo y ya no es el mismo, al menos no siempre. Nos recostamos de cara al sol y seguimos nuestra conversación.
Yo trataba de ir por temas íntimos y Mary en general respondía bien, sin timidez. Hablamos de cómo desde su operación se ha sentido renacer en su sexualidad, como interactúa más libremente con su marido, y como siempre que su libido está muy alta y siempre deseosa de sexo.
Yo también le conté algunas cosas, sin entrar aún en detalles, y en cierto momento propuse traer protector solar para aplicarnos, pues el sol ya se hacía sentir con fuerza.
Lo traje del interior de la casa, y también una lona y una sábana que extendimos sobre el césped para estas más cómodas.
Me apliqué protector al frente de mi cuerpo, deteniéndome un poco más de lo debido al aplicarlo en mis tetas, y le pedí a Mary si me haría el favor de aplicármelo en toda la espalda. Así lo hizo, y la verdad, se sintió muy bien.
Luego fue su turno, se lo aplicó en todo su frente, conmigo mirándola con cierto descaro y me cedió el pomo para que lo aplicara en su espalda. Me tomé mi tiempo para hacerlo, pasaba dos o tres veces por cada sector, y en cierto momento me pareció oír un pequeño gemido.
Hecho eso, nos tendimos boca arriba, lado a lado sobre la sábana extendida sobre la lona.
Hice que como por descuido en determinado momento, una de mis manos se pusiera sobre la de ella. Nada dijo y así estuvimos un cierto tiempo. Luego nos giramos y quedamos boca abajo, y dije:
–No te ofendas, pero voy a quitarme la tanga.
–No me ofende, pero ¿y si regresan Tommy y Víctor?
–Supongo que no se asustarán, y espero que no seas celosa de qué Vic pueda verme.
Me quité la parte inferior del bikini y quedamos unos minutos así, lado a lado, hasta que nuevamente decidí avanzar.
–¡Anímate! Le dije, y desaté los cordones de un lado de su bikini.
–¿Te parece? Dijo ella.
–Quiero que me acompañes en esto, le dije, y desaté los hilos del lado opuesto y dejé su trasero al descubierto… se giró y para mi sorpresa, tenía un pequeño triángulo de vellos perfectamente recortados.
Nos reímos, al ver que ambas nos dejábamos algo de pelitos.
Nuevamente nos tendimos boca abajo, y nuevamente como por casualidad apoyé una mano mía en una de ella.
Conversamos, me encantaba estar así con una mujer, y le hice saber de cuánto me gustaba la situación y lo cómoda que me sentía.
Mary también confesó que estaba muy cómoda aunque había tenido sus dudas cuando nos quedamos solas. “Ahora estoy muy contenta de haber venido y de animarme a lo que estamos haciendo “ dijo, y yo lo interpreté como una señal de avance.
Me giré quedando boca arriba nuevamente y ella también lo hizo, conversamos un poco más, me arrodillé y me puse en sus pies. Lentamente insinué con mis manos abrir sus piernas… no reaccionó y yo insistí, separé sus piernas.
–¿Qué haces? Susurró.
–¡Quiero hacerlo, nunca lo hice!
Separé totalmente sus piernas, no se resistió, vi su vulva rosada y depilada. Comencé a lamer sus muslos.
–¡No, no, van a venir ellos! Atinó a decir.
–Mejor para ellos si vienen dije, mientras mi boca subía y llegaba a su entrepierna. Comencé a lamerla la concha, nunca lo había hecho, me encantó su sabor. Se negaba cada vez con menos énfasis, y dejó escapar un “Ahhh” cuando le metí la lengua en la vulva.
Había leído bastante, ja ja, y fui al clítoris, lamí toda la zona, mordisqueaba el capuchón de su clítoris hasta que se fue inflamando y surgió pequeño y rosado. Me dediqué a lamerlo y Mary ya se retorcía.
Puse todo mi cuerpo sobre el suyo, refregando mis senos en los de ella, su boca se abrió, la besé sin resistencia y ella con su lengua buscó mi lengua. El beso fue largo y apasionado, frotábamos nuestros pubis y nuestras manos acariciaban los senos de la otra. Jugamos largo rato, y transpiradas y sin aliento quedamos tendidas lado a lado, jadeando, acariciándonos.
Una vez más, tomé la delantera:
–Nunca pensé disfrutar tanto, podría acostumbrarme a hacerlo contigo…
–No pienso abandonarte, me siento diferente, libre.
–Pero hay cosas que debes saber de mí. ¿Nos duchamos?
Nos fuimos a la casa tomadas de la mano, nos duchamos, nos enjabonamos mutuamente, nos acariciamos. La llevé a la cama y llamé a Tommy: “Por favor, amor, no vuelvan hasta las cinco o seis de la tarde” y corté la llamada.
En la cama, lado a lado, de frente y besándonos, le pregunté si estaba bien.
Me acarició y dijo:
–Me encantó esta manera de tomar sol, nunca pensé llegar a esto, aunque noto que mis deseos están por las nubes, ahora siento que querré verte siempre, que no está mal mujer con mujer.
–Me pasa lo mismo, nunca lo había hecho con otra chica, y me ha encantado, pero debes saber cosas de mí.
–Contame, por favor.
Y entre caricias y besos le fui contando todo. Como hasta hace un año nunca había tenido otro hombre más que Tommy, como un día me preguntó si estaba conforme con eso y que le respondí que me intrigaba estar con otro hombre, como Tom me autorizó a buscar otro macho para experimentar (de momento no le conté lo de mi deseo de prostituirme), y como había seducido a Ric y él fue mi segundo hombre.
Por suerte, Mary comprendió todo, y no solo lo comprendió sino que dijo que le pasaban por la mente cosas así, pero que jamás se animaría a concretarlas.
–Tampoco pensabas en lo de hoy, dije, y me respondió:
–Tienes razón, y me besó.
Le di mi cuca a chupar por primera vez, y confieso que pese a su inexperiencia tocaba yo el cielo con las manos, me encantó, le chupé sus tetas como piedras, le chupé nuevamente la concha hasta que parecía un lago de mi saliva y sus jugos.
–Quiero que sepas todo, le dije. Si me aceptas, que sea tal como soy.
–¿Qué más debo saber?
Y le confesé lo que faltaba, que le había dicho a Tommy que quería saber cómo era recibir dinero por sexo.
Le conté como Tommy lo aceptó y hasta sugirió que si iba a prostituirme que fuera la mejor y más cara.
Su cara expresaba asombro, y solamente preguntó: “¿Lo hiciste?”
–Sí, respondí.
–¿Te gustó? ¿Realmente cobraste?
–Cobré y cobro, tengo más de 15 clientes… lo disfruto al máximo. Ahora lo sabes… si te vistes y te vas cuando llegue Vic, los entenderé.
–Solamente quiero que me cuentes, cuanto te pagan, cómo los contactas, cómo te aseguras. ¿Y sigues con el primero que fue gratis?
–Ya va un año de todo esto, cobro al menos 2500 dólares, exijo análisis de salud y sí, sigo saliendo con el primero, y tengo otros tres mas, gratis ja ja, uno de ellos es el cuidador del campo, que vendrá en cualquier momento; y los otros dos ni te imaginas… algún día sabrás. A veces dos personas muy especiales me recomiendan a alguien. A veces yo detecto interés de alguien en mí y en forma más o menos sutil, o no, les hago conocer mi disponibilidad.
–¡Que mundo! Inimaginable, una profesional universitaria, quien lo diría.
–Descubrí una mina de oro en mi cuerpo, me desean, aseguro la salud, Tommy me autoriza… no sabes cuánto disfruto mi putez. ¡Es que me descubrí puta!
–Actualmente, Tommy lo disfruta y goza de verme, quien sabe si hasta algún día intercambiemos con otra pareja, dije, sembrando con la esperanza de cosechar.
–¿Pero no te sientes sucia? ¿Como lo hacen?
–Siempre me encantó que Tommy me llene de leche, te lo digo claramente. Y al ser seguro me gusta que todos lo hagan. Me llenan, o me la dan en la boca o en las tetas, pero no me gusta atrás, salvo casos muy especiales o que paguen mucho.
¿Sigues sin prepararte para huir de aquí?
–Me siento como Alicia en el país de las maravillas, enterándome de cosas asombrosas. Tú, Economista, prostituta de lujo y llena de semen, recibiendo dinero de extraños con los que te vas a la cama… ni en mis sueños más locos lo hubiera imaginado.
–Un día una se descubre, y si recibe apoyo, no para. Ya siento que cada vez quiero más. ¿Tienes fantasías incumplidas? Que quede claro que no digo que sea para todas, pero a mí me encanta.
–Sí, tengo fantasías, algunas sencillas aunque no pienso que las concrete. Y una, muy muy pero muy secreta.
–¿Por qué no las concretarías? Puedo ayudarte ahora que nos conocemos y tenemos intimidad.
–Creo que me gustaría estar con dos hombres, lo imagino y me excito. Pero al mismo tiempo pienso que no me animaría, que la vergüenza podría más.
–Nunca lo sabrás si no se lo comentas a Víctor, y si no lo intentas si él está de acuerdo. Eso sí, nunca intentes nada sin su acuerdo, siempre respétalo, y que él te respete tus deseos.
–Aunque he cambiado, me costaría hablar de cosas así con él…
–Como te dije, si lo deseas puedo ayudarte, actualmente ya soy muy liberal.
En ese momento llamaron a la puerta. Desnuda como estaba, me levanté y fui a ver quién llamaba, y por supuesto era don Roque que traía como siempre, frutas y verduras frescas de sus cultivos.
Lo saludé, y le dije amablemente que quizás de noche le pidiera algún favor (en clave de que ya estuviera duchado, descansado y listo por si surgía algo), pero que no era seguro.
Al regresar con Mary, le dije que era don Roque, el casero.
–Y lo atendiste desnuda…
–¿Y por qué no? Al fin y al cabo me coge a veces, cuando lo invito.
–¿Pero tu marido que hace?
–A veces nos deja solos a veces nos mira, a veces participa y me cogen los dos.
–¡Me dejas asombrada! Y yo sin saber si me animaría a sugerirle algo a Víctor.
No la dejé hablar más, la besé y comencé otra ronda de caricias y besos. Era evidente que prefería ser guiada. Me dediqué a sus pechos, a lamer la piel llena de pecas y tersa. Le chupé y pellizqué los pezones hasta que gritó de placer, y entonces recordé que soy especialista en beso negro.
La fui guiando a ponerse en cuatro, le acariciaba las tetas y la besaba, hasta que comencé a besarle y lamerle la espalda y fui lamiendo y besando su espalda desde la nuca, debajo de sus cabellos que usa rojizos y en melena corta, hasta su trasero. Le mordí los glúteos, y desde diez o quince centímetros de distancia, le dejé caer saliva al esfínter, bien formado y aparentemente muy apretado.
Cuando sintió caer la saliva en el esfínter, su cuerpo tembló.
–¿Te molesta?
–Es que… nunca una chica, y casi nunca Vic, la tiene muy grande…
–¡Que afortunada eres! Eso que dijo me vino bien para hacer como que ya quedé sabiendo de la gran pija de Vic, que en realidad me la ha puesto por todos lados.
Otra vez la ensalivé y comencé un lento trabajo de lengua, al principio solamente en su ojete, luego lamiendo también la vulva, lo cual pareció enloquecerla.
Y lo mejor fue cuando le metí un dedo, al momento comenzó a ayudar a la introducción y a clamar que le gustaba.
Un buen rato le hice la cola con un dedo y le lamía todo, y entonces le ofrecí mi culo para lamer.
Me lo lamió sin experiencia pero con ganas y al cabo de eso, nos quedamos descansando tiradas en la cama.
Oímos que alguien entraba en la casa, solamente podían ser Tommy y Víctor, les dije que estábamos por ducharnos y cerré la puerta del dormitorio.
Nos duchamos, nos “vestimos” y salimos a estar con ellos.
Yo me puse una bata larga, color rosa viejo, opaca, y tacos. Mary solamente había traído jeans y tops, por lo cual le ofrecí a una bata similar, negra. Ambas sugeríamos estar desnudas debajo, pero no se veía nada. Y por suerte, nuestros cuerpos no son demasiado diferentes.
Bromeamos acerca de si habíamos tomado mucho sol, a lo cual yo dije a los chicos que sí, muy a gusto y en forma integral.
Ellos fingieron asombro y nos contaron que poco habían pescado, liberando las capturas y que ahora irían a ducharse.
Sin que me viera Mary, miré a ambos de manera muy pícara y les guiñé un ojo.
Se fueron a ducharse y nosotras, ya eran casi las 7 pm nos sentamos en el sofá del living a disfrutar el Sprite de moda, que preparo realmente bien.
Brindamos, y me acerqué a ella y le dije si se animaba a hacer algo de lo hablado. Quizás coquetear con ellos, quizás mostrarnos, y si el ambiente era bueno “podríamos intentar algo más“.
Me preguntó que sería ese algo mas, y, ya segura de que a ella le gusta ser conducida, le dije que “quizás intercambiar maridos, o que pruebes con dos hombres”. Simplemente me sonrió y dijo “no sé si me atreveré”, pero lo tomé como un sí, ja ja.
Acerqué mi boca a su oído y le dije: hoy nos hicimos bi, y tú saldrás de aquí muy putita. Y la volví a besar.
Continúa.
Hola Antonio, ya te había respondido, pero mi respuesta no apareció. Gracias por tus conceptos! La verdad nos divertimos enormemente con Mary y Víctor. Ya envié para publicación la segunda parte del relato y luego vendrá el relato de nuestro viaje a Paris, una semana invitados por mi primer hombre diferente de Tommy, Ricardo.
Te envío un gran beso, y gracias por seguirme y comentar, lo cual motiva a seguir escribiendo.
Besosss!!!
Como siempre es un placer saber de ti y de tus excitantes relatos , gusto q te la estas pasando muy bien
Hola Wisinuy2024! Gracias por tu comentario. La verdad fue algo divino! Seguramente mañana sábado publique su fin del relato. Las vacaciones han hecho que tenga varias publicaciones atrasadas.
Un beso.
Siempre pregunto, de donde eres? Si se puede saber, obvio.
Muy buen relato