Cunnilingus

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T. Lectura: 2 min.

Gala está en la cocina cuando llego. Me llama y voy hacia allá… ¡Me la encuentro desnuda, con un corto delantal en forma de corazón! Me mira picara y me hace una seña con el dedo: “Ven, Micaela”, me dice.

Sus grandes tetas salen por cada lado de la parte de arriba del delantal; por abajo no le cubre todo el vientre. El matojito de vello pelirrojo, revuelto, se aprecia; también sus grandes labios vaginales.

Me acerco y me echa las manos al cuello. Nos besamos intensamente y llevo mi mano a su peludo conejito insaciable. Cuando lo toco está mojado. Gala está cachonda, y yo también. Abre los muslos y yo sumerjo dos dedos dentro del juguito suave, carnoso, caliente, húmedo…

“Fóllalo”, me dice y se da la vuelta agarrada a la silla de la cocina. Su culo voluminoso, redondo y ancho deja ver la entrada del coñito de mi mujer. Sin esperar más me agachó y le como la entradita. Sabrosa, ligeramente salina, líquida, la lamo, agarró los labios verticales entre los míos y los estiró dentro de mi boca. Gala gime. Le busco el clítoris y lo sobo mientras mi lengua le come el orificio vaginal. Me llevo su húmedo licor a los labios, lo paladeo y le pajeo el bomboncito erecto y grueso.

“Jódeme, mi amor, mi vida, ya”, dice jadeando. Me arrodillo y meto tres dedos en el agujero de seda untuoso, receptivo, dilatado. Penetro y giro hasta adentro del todo. Gala jadea a cada follada. La voy penetrando cada vez más enérgicamente hasta que me dice, “Ahhhh, cómetelo; cómete el coño, mi cielo”. Se gira y le hago un cunnilingus mamándole el clítoris y acariciándole el agujerito del ano, como sé que le gusta. Se estremece hasta que se corre subiendo y bajando las piernas. Me levanto, le doy la vuelta. Llevo mi boca a la suya y ella succiona nuestras saliva y flujo mezclados. Le saco las tetas e introduzco los pezones en la boca, chupo…, quisiera que manase leche de ellos, tragarme su leche.

Ya no puedo más, me desvisto y me subo a la mesa de la cocina. “Chúpame, amor”, le digo. “Dame un orgasmo brutal, pequeña”.

Gala se suegra en la silla, toma mis muslos y los abre, como si fuera un albaricoque. Separa mi coño depilado y se amorra en mi chocho chorreante de néctar. Me dejó comer todo: labios, vulva, clítoris… Jadeo mientras su lengua me lleva al paraíso del placer… Gimo cuando me corro y me aprieto con mi chocho contra su boca caliente. Me vierto, me corro, soy toda flujos, grito…

Acabamos abrazadas y le digo “Bien, tesorito, ahora, vamos a celebrar la fiesta”.

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3 COMENTARIOS

  1. Buen día.
    Gracias por el comentario. Lo lamento, pero no es fruto de una experiencia real, sino de la imaginación, cuyo fin es el deleite de quienes lo lean y participar en la labor de que la descripción sexual esté exenta de la leyenda negra con que se la tenga al término “pornografía”.
    Por lo demás, tenemos otros textos publicados y otros dispuestos para su publicación, que esperamos sean igual de bien recibidos.

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