Placenteras tardes con mi tío

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T. Lectura: 6 min.

Como en la ciudad donde vivo no se encontraban todas las carreras y opciones para estudiar, mis padres decidieron mandarme a otra ciudad, la verdad a mí me dio mucho gusto cambiar de ciudad y creo que lo necesitaba.

Decidieron que me iría a vivir a casa de uno de mis tíos, que era hermano de mi papá, entonces hice mis maletas y me fui de casa a continuar mis estudios.

Donde llegue todo era medio aburrido, no era lo que pensaba, así que siempre me quedaba en casa, viendo la televisión, era una casa muy bonita, muy amplia, y con un jardín extenso, que fue donde empezó todo.

A mí me gustaba tomar el sol en el jardín, siempre me disponía a ir, con un mini bikini, bronceador y un refresco, ahí me di cuenta que alguien me espiaba, era mi tío que no desaprovechaba cada momento para verme, primeramente, pensé está loco, ya que su esposa es en verdad bellísima, pero después con un poca de malicia mía, fui aceptando que me espiara.

Dejaba entreabierta la puerta del baño cuando me bañaba, y con solo sentir su presencia, yo empezaba a acariciarme los senos, las nalgas, y me enjabonaba siempre alzando una pierna para que se viera toda mi vagina en su esplendor, de reojo veía que casi babeaba por mí, y eso me gustaba; posteriormente dejé que me viera cuando me cambiaba de ropa todas las mañanas, y la verdad que nunca me preocupó que lo viera mi tía.

Después de todas esas exhibiciones, dije voy a darle un regalito, entonces prepare todo dejando mi puerta entreabierta, me recosté desnuda en la cama, cuando me percaté que estaba allí, entonces empezó la función, primeramente me abrí de piernas, déjenme decirles que tengo todo depilado, no tengo ni un pelo, y empecé a masturbarme como loca, me introduje un dedo y después dos, estaba súper excitada, después me puse boca abajo y me levanté en cuatro patas, entonces sin dejarme de dar dedo, con mi otra mano ensalivé uno de mis dedos y despacio me lo fui introduciendo en el ano, fui rico, tuve un orgasmo fantástico, quedé en la cama agotada y súper cansada así que me dormí.

Así seguí, después con unos consoladores que había comprado, pero esta situación ya me estaba aburriendo, entonces una tarde que se encontraba espiándome, me levanté de la cama abrí la puerta de un solo golpe, entonces le dije: “pasa y ayúdame”, le pedí que solo me ayudara y que no me tocara.

Entonces me puse en cuatro, levantando mi trasero hasta su cara, y le pasé un consolador y le dije “métemelo”, él lo tomó y de un solo golpe me lo introdujo, yo sentí súper rico, y le pedí que lo moviera los más posible.

Posteriormente le di otro consolador y le dije que me lo metiera en el ano, y lo hizo, pero también, pero muy duro que me dolió, entonces me volteé y le dije que despacio, que me tratara bien y sin rudezas, así que delicadamente empezó a moverme los dos consoladores, hasta el fondo de mí; el consolador que se encontraba en mi ano entró tanto que lo sentía en el estómago, sintiendo que me invadía todos mis intestinos, después de un rato tuve un orgasmo espectacular, fue delicioso, grité como una perra en celo; entonces me levanté, lo tomé del brazo y lo llevé a la puerta de mi recámara, le di un beso en la nariz y le dije adiós y cerré la puerta.

Dos días más tarde lo dejé entrar en mi habitación para que hiciéramos lo mismo, la verdad a mí me gustaba verlo, y después lo sacaba de mi cuarto, por último, opté por seguirlo, y entonces él se iba a su baño a masturbarse hasta eyacular.

El tercer día lo volvimos a hacer, entonces cuando yo había terminado, él inmediatamente se dirigió hacia la puerta entonces le dije, “espérame”, y así como estaba parado, boté a sus pies una almohada y sobre de ella me hinqué, entonces le abrí el pantalón y le saqué su pene, estaba súper duro y súper húmedo, tira de su piel hacia atrás y en la punta se veía una gota cristalina de líquido que salía de él, entonces con la punta de mi lengua la tomé y me la comí…

Después me introduje esa magnifica tranca hasta el fondo de mi garganta, sintiendo como latía rico cuando la aproximaba a mis anginas, después empecé a chupársela como una loca…

Luego lo tomé por la base, lo alcé y me metí sus testículos a la boca, primeramente, uno después otro, sin dejarlo de masturbar, después me puse a darle lengua a la cabeza de su tranca, hasta que sentí un espasmo, sabía lo que iba a suceder, entonces abrí lo más que pude mi boca y un largo chorro espeso de semen hizo blanco en ella, me estaba comiendo su semen, pero era tanto que separé su tranca de mi boca y el resto me los echó en la cara y en mis senos.

Cuando terminó de eyacular le volví a tomar su tranca y con mi boca la dejé totalmente limpia y seca, me puse de pie y sonreí, le di su beso en la nariz y le dije que se lo había ganado y lo acompañé a la puerta.

Lamentablemente él salió de viaje por unos días, y me quedé con su esposa, yo la notaba algo molesta y le pregunté que le pasaba, ella no me quiso decir, pero me invitó a salir en la noche, salimos con sus amigas y se nos pasaron las copas, al regresar a casa, le volví a preguntar y al calor de las copas me respondió: “lo que pasa es que tu tío es un puerco”; y yo le pregunté “¿Por qué?”. Ella me explicó que siempre quiere sacarle videos de ella masturbándose y que siempre que tiene sexo, él le pide que lo hagan con otras personas, de preferencia hombres que la quiere ver chupando una tranca de un extraño.

Ella me preguntó que como veía la situación, yo un tanto maliciosamente le contesté que no tenía nada de malo, que son solo experiencias.

Pues resulta que pasaron los días, y mi tío volvió a casa, y seguimos con nuestros juegos sexuales; pero resulta que recibí una llamada de mi novio que venía de mi ciudad, entonces les pedí permiso a mis tíos para que se quedara en la casa, a él no le pareció la idea, pero ella dijo que si, que podía usar la habitación de los huéspedes. Llegó mi novio y como llevamos una relación muy abierta le platiqué lo que estaba haciendo con mi tío, él en tono de broma me dijo que mi tía estaba buenísima y que le gustaría estar con ella, yo solo le di un empujón.

Entonces una tarde, mi novio entró en la recámara y empezamos a desnudarnos, después de un rato de estar con él, me di cuenta que mi tío se encontraba espiándonos, entonces le dije a mi novio que si lo invitábamos, él dijo inmediatamente que sí, entonces me levanté de la cama, fui a la puerta e invité a mi tío a que se uniera con nosotros.

Y así fue, de momento me encontraba acostada en la cama chupando alternativamente dos trancas, mientras ellos me manoseaban toda, después recosté a mi tío en la cama y me le monté, le di una cabalgada bárbara, mientras mi novio estaba de pie enfrente de mí, mientras le chupaba su tranca, después de un rato me pusieron en cuatro y primeramente uno y después el otro me penetraban.

Fue delicioso los turnos que se daban conmigo, mi novio se recostó y yo me le monté, y empecé a cabalgar mientras le chupaba la tranca a mi tío; después de un rato le dije a mi tío, “por favor métemela por atrás, en el ano por favor”, él se puso detrás de mí, y empezó a empujar hasta que me la metió, estaba yo recibiendo una doble penetración, que hizo que tuviera cinco orgasmos; pero ya no pude más, me dolía mi vagina y mi ano…

Entonces les pedí que me sacaran sus trancas, lo hicieron y como una vil prostituta me abalancé sobre los dos penes, dejando que ambos eyacularan en mi boca, en mi cara y en mis senos, estaba súper embarrada, toda llena de semen y cansadísima, así que me dormí y no supe nada de mi hasta la mañana siguiente.

Al día siguiente los tres solo cambiábamos sonrisas durante el desayuno, era domingo, mi tía dijo que iba a salir a ver a unos de sus parientes y que regresaría por la tarde, mi novio y mi tío se sentaron en el sofá de la sala para ver el fútbol, acompañados de varias cervezas; por mi parte salí a tomar el sol como lo hacía frecuentemente.

Al regresar después de un rato ellos seguían sentados en el sofá, y cuando entré se me quedaron viendo, puesto que entré en bikini, me sonrieron los dos, entonces me dirigí hacia donde estaban ellos y me hinqué, les saqué cuidadosamente a cada uno de ellos sus trancas, y los empecé a chupar, sin prisa alguna.

Después de un rato estaba hincada en medio de las piernas de mi tío, cuando mi novio se puso detrás de mí y me la metió, así estábamos cuando de repente vi que mi tío tenía una cara de espanto, volteé y vi a mi tía viendo lo que hacíamos, quien sabe cuánto tiempo tenía ahí, yo me traté de separar, pero ella gritó que nos quedáramos así…

Entonces se quitó la ropa y me dijo “con permiso”, se metió en medio de las piernas de mi tío, y se agachó y le empezó a chupar la tranca, después me pidió que se la diera con mi mano, estuvimos largo rato, entonces mi tía le pidió a mi novio que se pusiera de pie, ella le tomó la tranca y de un solo bocado se la tragó, y siempre volteando a ver a mi tío diciéndole que si le gustaba ver que su mujer era una puta chupadora de trancas.

Como yo estaba adolorida del día anterior me separé y me fui a un sofá sola, entonces vi que mi tía, como perra en celo se comía ambas trancas, después se subió al sofá y le dijo a mi novio que se la metiera por el ano; él se reincorporó y así lo hizo, tenía unos gestos de dolor, pero después se fue moviendo más y más, de repente se separó de mi novio y sentándose como si la cargara mi tío, dejando ir todo su peso, se la incrustó en el ano, y abrió las piernas dejando al descubierto toda su vagina…

Ella montaba fabuloso, tanto que me empecé a masturbar viendo lo que hacía, entonces tomó a mi novio de su tranca e hizo que se pusiera enfrente de ella, y que le hicieran una doble penetración, se veía formidable, parecía que nunca lo había hecho, entonces les pidió a ambos que eyacularan en su boca, los dos se desprendieron de ella y apuntando sus trancas a sus bocas, la llenaron de semen, ella tragaba y comió semen como desesperada, hasta que todo terminó.

Mi novio regresó a su casa, después de este encuentro mi tía se dedicó a invitar a amigos suyos a que tuvieran sexo con ella y con mi tío, una vez invitó a cinco y con mi tío seis, de vez en cuando me invitaban, pero la verdad a mí ya no me gustó, porque perdí esas placenteras tardes con mi tío.

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