Mi sobrina comenzó a contarme su historia:
«Aquella noche yo ya había hecho la ronda por los pub, la verdad que ya estaba un poco cargada, entramos en… Estaba abarrotado y casi no se podía ni dar un paso, en un momento siento una mano que me palpó el culo, me giro y no veo a nadie que diese muestras de ser quien me metía mano, sigo con mi baile y al poco siento que de nuevo me vuelven a tocar el culo, pero esta vez más tiempo y de arriba abajo hasta casi la entrepierna.
La verdad que me gustaba así que dejé que siguiera un poco más, luego me doy la vuelta y observo que quien estaba detrás de mí era Joan, el portugués, al cual conoces de sobra pues trabajó para ti. Me lo quedo mirando muy seria y él se disculpó, me doy la vuelta y de pronto me magreó una teta. Las tetas son el punto erógeno que más me excita, yo le dejé hacer, lo cual creo que le sorprendió.
A mi aquello me estaba excitando y con la media borrachera que ya tenía pues como que estaba más desinhibida. Pronto comenzó a magrearme las dos, y eso me puso a mil. Ya no aguantaba más así que le dije a mis amigas que me iba, lo cual les extrañó, pues aún era muy pronto y normalmente éramos las últimas en retirarnos. Él me siguió a la calle a cierta distancia y cuando ya estábamos algo alejados y se cercioró que nadie nos seguía me abordó.
—Hola encanto
—Hola
—Veo que te gustó el magreo, ¿Quieres que te invite a mi casa?
—¿Para que, para follar?
—No mujer, no necesariamente, nos podemos tomar unas cervezas y ver una película y charlar.
—¿Y qué diría tu mujer?
—Hace un par de meses que me abandonó, estamos tramitando el divorcio.
—Vaya, lo siento.
En fin, que así a lo tonto lo fui acompañando hasta llegar a su portal, abrió la puerta y lo acompañé a su piso. Entramos al salón, trajo un par de cervezas y nos sentamos en el sillón. Comenzamos una conversación sin importancia. Él se incorporó y puso una película en el DVD, y encendió la televisión.
Aquella era una película porno sobre un trío. El comenzó una conversación un poco subidita de tono, preguntándome si había hecho el amor de tal o cual postura, la verdad aquella conversación, la película y el alcohol me empezaban a poner a tono. Al poco se ve una escena en la cual la chica se pone encima del chico y deja el culo en pompa para el otro chico y ambos le meten las pollas uno por el culo y otro por el coño.
—Qué suerte tenéis las mujeres, tener tres agujeros por los que os la puedan meter.
—Solo tenemos uno más que vosotros los hombres.
—Ya (se río él), pero también aguantáis más, sois capaces de tener varios orgasmos y aun estar dispuestas a recibir más, en cambio los hombres, echamos uno y tenemos que descansar para poder echar otro.
En fin, que entre conversaciones subiditas de tono me comenzó a meter mano, cuando me quitó el sujetador y me comenzó a chupar las tetas ya perdí mi conciencia. Me tumbó en el sillón y con una mano me magreaba las tetas y con la otra el clítoris.
—¿Alguna vez has tenido dos pollas dentro? —Me preguntó
—No, de ninguna manera, pero si que me han dado por el culo varias veces
—¿Te gusta?
—Me encanta, no tanto como por el coño, pero si me gusta.
En fin de vez en cuando mirábamos la película y de vez en cuando seguíamos a lo nuestro. La película terminó y el enseguida puso otra, pero también de tríos.
—¿Qué pasa que no tienes más películas?
—Si, pero me encanta ver cómo le meten dos pollas a una mujer.
En fin, que allí seguimos yo tumbada en el sillón, siendo magreada por todo el cuerpo. Cogí su polla y me puse a menearla, me la metió en la boca y luego se puso el debajo, me pidió que me pusiese yo encima y en esa postura me metió su polla en mi coño. Me abrazaba muy fuerte contra él, momento en que sentí en mi espalda otras manos, yo quise darme la vuelta, pero no me soltaba.
—¿Qué vas a hacer?
—¿No te gustaría sentir otra polla?, este es mi amigo Alberto y entre los dos te vamos a follar.
Yo conseguí zafarme y me senté, la verdad que no sabía que hacer, si salir corriendo o continuar allí y más al ver que su amigo estaba muy bueno y tenía una buena polla.
—He estado escondido, viendo cómo te mueves
Yo no salía de mi asombro, él estaba totalmente desnudo y con su polla a la altura de mi boca, Juan me cogió la mano y la llevó a su polla.
—Anda no seas tonta, ya verás que bien lo pasas.
Yo de reojo miraba la película y observaba los gritos de placer que tenía la chica… Juan agarrando mi mano hacía que lo siguiera masturbando y su amigo seguía de pie con su polla apuntando hacia mí. Me cogió la otra mano y me vi meneándosela a dos a la vez. Juan comenzó a magrearme las tetas y su amigo a meterme dos dedos en el coño, lo cual me puso a mil.
En fin que acabé siendo follada por uno mientras se la chupaba al otro, al poco se cambiaban y cambiaban las tornas. Juan en el tercer cambio me la metió poco a poco en el culo y el otro me metió un par de dedos en el coño… ¡Me estaba encantando! Al rato y después de un par de orgasmos por mi parte, Juan me puso encima de él introduciendo su polla en mi coño, en esa postura deje mi culo a disposición de su amigo, quien poco a poco me la fue insertando en el culo.
Al principio me dolía, pero cuando comenzaron a metérmela y sacarla de forma rítmica me comenzó a gustar, creo que más por el morbo que por el éxtasis. Ambos se corrieron sin sacármela. (Menos mal que tomo medidas anticonceptivas). En fin, que al final se acabaron corriendo un par de veces cada uno y yo quedé plenamente satisfecha, eso si con el culo dolorido y escociéndome.
Días después supe por que Juan y su mujer María, se separaron fue por que intentó hacer con ella lo mismo, y esta era tan recatada y católica que no se lo consintió, de hecho, me dijo Juan que antes de hacer el amor con ella se santiguaba y rezaba un padre nuestro y no todos los días porque eso era lascivia.».
Después que mi sobrina me contó esa historia la verdad que yo ya estaba de nuevo armado y dispuesto para un nuevo ataque, así que la puse a cuatro patas y le di por el culo. Luego la tumbé y acabé follándole el coño… Me corrí encima de ella. Descansamos un rato y ella comenzó a hacerme una mamada de película, se la metí entre sus tetas y en cada embestida me daba con su lengua en el prepucio. Mientras ella la sujetaba entre sus tetas yo le metía un par de dedos en el coño y así tuvimos una nueva corrida. Yo ya no podía más, nos duchamos, nos vestimos y nos fuimos.
—¿Que te pareció, doy el aprobado? —Le pregunté.
—Estás por encima de la media —Dijo riéndose— Si mi tía se llegase a enterar.
—Espero que no
—No te preocupes, soy una tumba, Si te contase quien me ha follado… Y si mi tía supiese lo que es un trio, no daría crédito, con lo conservadora y recatada que es.
Yo me sonreí pensando “si, si, si tu supieras quien es tu tía follando”.
Pero claro a ella no le iba a decir nada.
—¿Para cuándo quieres que repitamos?
—Mira tío, casi es mejor que no… Porque igual hasta se acaba sabiendo. Ya sabes tanto va el cántaro a la fuente…, yo tenía el sueño de tirarme a mi tío y ya lo he conseguido, no quita que a lo mejor un día me entre la calentura de nuevo, pero por el momento creo que es mejor dejarlo así.
—O sea que me has utilizado para poner una muesca más a tu curriculum sexológico.
Ella se rió.
—Algo así ¿Te ha molestado?
—¡Que va ni mucho menos!
Nos despedimos con un par de besos en las mejillas y ahí se acabó toda mi aventura con mi sobrina, ni tan siquiera se volvió a sentar a mi lado en las fiestas familiares, pero para mi mejor, yo también cumplí uno de mis sueños sexológicos, yo también puedo poner una muesca más, y se acabó algo que podría convertirse en un peligro.