Soy Rocío de 25 años, casada, de buen cuerpo y muy sensual. Acostumbrada a tener sexo cuando menos 4 veces a la semana. Me encanta vestir muy coqueta y llamar la atención de los hombres que se cruzan por mi camino. sus piropos me hacen sentirme segura de mí misma y deseada.
Mi marido tenía un trabajo estable hasta hace cuatro meses, pero en la empresa hubo recorte de personal y a él le tocó ese maldito recorte, así que tras buscar durante un mes trabajo, sólo encontró un empleo como agente de ventas foráneo, así que tiene que viajar constantemente. Mi marido y yo somos muy liberales, de mente abierta, antes de tener relaciones sexuales, siempre veíamos videos porno y eso nos aumentaba la pasión, incluso llegamos a fantasear que nosotros éramos los actores de los videos.
Casi todos los fines de semana nos íbamos a bailar a diferentes antros, y a mi marido le encantaba que fuera vestida muy sexy, incluso bailábamos con otras parejas, pero hasta ahí.
Todo eso cambió y ahora casi siempre estoy solita, y mal acostumbrada a tener mucho sexo, pero me aguantaba las ganas y me masturbaba con mi consolador.
Aquella noche en casa, bebi unas copas de vino, me acosté desnuda y puse un video porno, las escenas fueron por demás excitantes, la bebida, mi abstinencia sexual y el video terminaron por ponerme bien caliente, como deseaba estar yo en el lugar de aquella chica del video, la estaba cogiendo un galán muy bien dotado y se apreciaba muy claramente que la chica disfrutaba enormemente la cogida que le estaban dando. al fin, me quedé dormida, pero mis sueños giraron en torno al video.
Cuando amaneció, me di un duchazo en la regadera, para quitarme el dolorcillo de cabeza y tratar de bajarme la calentura sexual que aún tenía. Durante el día, realicé mis labores hogareñas de siempre, pero vestida con un short muy cortito y un top sin bra, al atardecer después de comer, tomé la botella de vino y me serví unas copas las cuales bebí muy a gusto, como ya no tenía otra cosa que hacer, me senté en el sofá de la sala y puse el mismo video porno, el resultado fue que me volví a excitar demasiado, tanto que decidí arreglarme para salir esa noche para irme a un antro en busca de alguien que me quitara lo caliente.
Me di un baño y me arreglé muy sexy, más de lo común, con una minifalda muy sancona y una blusita muy escotada, sin ropa interior, unas zapatillas muy altas de tacón de aguja y me alboroté mi cabellera, me maquillé más de lo normal y seguí bebiendo más vino, ya como a las 10 de la noche media ebria, salí de la casa y tomé un taxi, le pedí al taxista me llevara a un lugar donde una se pudiera divertir a gusto.
Entonces el taxista se me quedó viendo fijamente y me preguntó “¿en busca de aventura linda?”, tomé valor y le dije que sí, y él me dijo que me llevaría a un lugar donde acudían muchas muchachas a trabajar, que además que se divertían se ganaban un buen dinero, que él llevaba a varias chicas a ese lugar y que a las 4 de la mañana las recogía y las llevaba de regreso a sus casas, “si quieres hasta te presento a alguna de ellas para que no te sientas incómoda. te aseguro que te la pasarás muy bien. ¿Quieres que te lleve a ese lugar o prefieres algún otro?”, su propuesta me dio curiosidad y acepté diciéndole que estaba bien. pero que pasara por mí a las cuatro en punto.
El taxista condujo por varias calles hasta que llegamos a un antro muy elegante, me dijo que lo esperara en el taxi que iba por una de las chicas que conocía, luego de unos minutos salió acompañado de una chica y me presentó, le dijo, “mira Ximena, ella es la chica que te platiqué, viene a divertirse y a disfrutar la noche, ayúdala como quedamos y acabando paso por ustedes ¿ok?”.
Me bajé del taxi y entre junto con Ximena al antro, estaba a media luz y en la pista de baile había muchas parejas bailando muy repegados, nos sentamos en una mesa y Ximena me empezó a explicar sobre el sitio, que resultó ser un putero, como trabajar, cuanto cobrar por bailar, por sentarme con clientes, por salir al hotel a coger, a cual hotel ir para seguridad de nosotras. en fin, si ya iba yo excitada, todo esto me calentó aún más, un mesero nos llevó unas copas cortesía de la casa dijo.
Después de casi 15 minutos de estar solas las dos en la mesa, se nos acercaron dos chicos muy guapos a invitarnos a bailar, Ximena les pidió el pago por bailar, nos lo dieron y salimos a bailar, en cuanto llegamos a la pista de baile, mi cliente me abrazó de la cintura y me jaló hacia su cuerpo hasta quedar totalmente repegados, me besaba la oreja y el cuello, me decía que estaba bien buenota y bien chula, y luego sentí como iba bajando sus manos de mi cintura a mis nalgas, ahí dejo sus manos.
Que caliente me puse, en un putero, trabajando de puta y hasta disfrutándolo, así estuvimos bailando varias piezas, luego nos fuimos a sentar a la mesa los cuatro, bebimos más copas y ellos nos acariciaban bien descaradamente, yo me dejaba acariciar, pues el chico me encantaba, sus caricias en mis piernas y sus besos en la oreja y cuello me pusieron a mil, hasta que el cliente de Ximena nos preguntó si nos íbamos a coger al hotel.
Ximena me vio como preguntándome se estaba de acuerdo, asentí con mi cabeza y ella les puso precio, ellos aceptaron y les dijo que tenían que pagar nuestra salida en la barra, pagaron y regresaron por nosotras, luego salimos los cuatro del putero, caminamos sólo unos pasos y entramos al hotel.
Ximena pidió una habitación para cuatro, condones y lubricante, los cuatro entramos al cuarto, y sin más Rigoberto mi cliente me empezó a desvestir, luego él también se desvistió y me llevo a la cama, mientras Ximena y su cliente se sentaron en el sofá a seguir bebiendo, Rigoberto se quitó el calzoncillo y le salió tremenda vergota, la tenía muy grande, pero sobre todo muy gruesota y cabezona.
Pensé que no me iba a caber, luego se puso el condón y tomo el tubo del lubricante, se unto en su penesote y luego me dijo que abriera las piernas para untarme a mi lubricante, yo cerré los ojos, abrí y levanté mis piernas, cuando sentí sus dedos húmedos en mi vagina casi grito de placer, luego se montó sobre mí y me acomodó la punta de su cabezota en la entrada de mi rajita, me besaba la oreja, el cuello los pezones y poco a poco empecé a sentir como se me iba abriendo demasiado mi vagina, abrí más las piernas y Rigo me fue metiendo más y más su enorme vergota…
Que rico estaba sintiendo, me sentía muy llena, de pronto sentí que tocó algo dentro de mi raja que me provocó mi primer gran orgasmo, no pude aguantar mis gemidos de placer y dije, “que rico siento, que rico me haces Rigo”, “¿te gusta mi pitito?” me preguntó, “si me encanta”, “claro dijo, a todas las putas les encanta mi caramelito”. Luego Rigo continuó metiéndome y sacándome su pitote, tuve dos orgasmos más y él como si nada, cuando vio que terminé mi tercer orgasmo, me dijo, “a ver putita, ponte a cuatro patas”.
Me sacó su vergota y sentí un gran hueco en mi raja, me volteé a cuatro y él se acomodó detrás de mí, me acarició la cintura las nalgas que se me pusieron chinitas de placer, de pronto sentí como sus dedos acariciaban mi culo, les había puesto lubricante, me lo acariciaba en círculos, realmente unas sensaciones indescriptibles, riquísimas, acomodó nuevamente su cabezota en la entrada de mi ya muy abierta raja y me la fue empujando al mismo tiempo que me iba metiendo sus dedos en el ano, ufff que riquisimo, empecé a moverme de adelante hacia atrás para que me penetrara más profundo, empecé a sudar de placer, “mira nada mas dijo Rigo, que puta eres, te encanta la verga, ¿verdad?”.
No contesté solo estaba disfrutando, pero Rigo insistió, “te encanta la vega ¿verdad puta?” la sensación que me daba en la vagina con su vergota, sus dedos dentro de mi ano y sus palabrotas me provocaron más excitación, ¿yo puta? me dije a mi misma, pues si concluí, esa noche estaba ya convertida en toda una prostituta, pero que rico era, así que le contesté, “si mi rey, me encanta tu pitote y me gusta ser puta, esta noche soy tu piruja”.
Eso calentó más al Rigo y sus embates en mi vagina y en el culo eran cada vez más rápidos, de pronto empecé a notar que Rigo empezó a bufar como toro, su venida estaba ya próxima, así que decidí premiarlo y aprete mis músculos vaginales y anales y movía mis caderas en círculos, esos apretones hicieron que yo también me viniera junto con el Rigo, fue una venida intensa, riquísima…
Cuando terminamos, nos dejamos caer en la cama y de pronto escuchamos aplausos, “bravo, que buena cogida dieron, jajaja que putos los dos” dijo Ximena, pero ahora nos toca a nosotros la camita, así que al baño, Rigo y yo nos fuimos al baño y nos enjabonamos mutuamente, los dos nos volvimos a calentar y Rigo me volteó me agachó y me cogió en la regadera.
Salimos del baño y Ximena y su cliente aún estaban cogiendo, nosotros nos sentamos a observarlos bebiendo alguna copas hasta que terminaron, luego nos vestimos Xime y yo y nos salimos del hotel, regresamos al putero y nos sentamos en una mesa, ahí Ximena me dijo:
-Mírala que bien te la pasaste, ¿verdad que ser puta no es tan malo como nos juzgan?
-no Xime, que rico es ser puta.
-¿Regresaras?
-No creo -le dije- solo vine a calmar mi calentura y vaya que lo logré con creces, gracias por ser mi amiga.
Le di mi teléfono y ella el suyo. Le dije que era casada y que si me llegaba a hablar lo hiciera con mucha discreción. A la salida, ya estaba el taxista esperándonos, subimos al taxi y nos llevó a nuestras casas. cuando me dejó, el taxista me preguntó si me había divertido, mucho le dije, y gracias por llevarme a ese lugar, pero que tuviera discreción pues fue solo una aventura y que no quería problemas, ok dijo despreocúpate, te dejo mi número de celular para cuando me vuelvas a ocupar sabrosa.
Hola. Yo pase. Por eso . Y la verdad. Lo disfrute. 2 veses me llevaron. Y fui tres veses sola. Hasta q llego la pandemia. La primera ves fue de soltera la segunda ya casada. Y aun voy algunas veses.
¿Pero ahora dinos cuantas vergas te has comido, de verdad te gusta mucho coger?
Q putita linda que sos, así como me gustan! Muy Linda tu experiencia, espero q nos sigas contando tus aventuras, q seguro son varias!