Después de mi primera vez con mi cuñado, solo le pedí que nunca más lo hiciera con mi hermana en mi casa, que me moría de celos, que solo eso le pedía y exigía, él me juró jamás volver a tener sexo con mi hermana en mi casa.
El lunes coincidimos él y yo en un centro comercial, él estaba haciendo una reservación para un fin de semana en Acapulco, me saludo con un rico y tierno beso en la boca y al salir de la agencia de viajes me invito al cine ahí mismo en el centro comercial, pensaba rechazarlo, pues mis celos tontos me hacían imaginar que el fin de semana en Acapulco era para mi hermana, pero decidí aceptar dispuesta a pasar un buen rato con él y seguirle poniendo los cuernos a mi hermana.
No recuerdo nada de la película, ya que estuvimos besándonos y acariciándonos todo el tiempo, a media película él ya tenía mi tanga en la mano y mi falda estaba poco más arriba de mi rodilla, solo nos tocamos y no paso a más, al salir me llevo a mi casa y estuvo platicando el resto de la tarde con mi hermana, yo quería asesinar a mi hermana, pero me contuve y me fui a mi cuarto, no pude dormir esa noche pensando en lo bien que la pasarían en Acapulco los dos solos.
Al día siguiente me hablo por teléfono, diciendo que necesitaba verme urgentemente, acordamos de vernos en una cafetería que ambos conocíamos, estando ahí vi que tenía en la mano los papeles de la reservación del hotel y unos boletos de avión, no le dije nada al respecto y me tragué mi coraje, pero el pronto se encargó de que mi coraje se volviera alegría y ansiedad, me dijo:
“Tienes que buscar un buen pretexto para este fin de semana, mira lo que te compre”
Al tiempo de decir esto extendió su mano entregándome los papeles, al verlos, la reservación decía Sr. y Sra. X (su apellido) y los boletos de avión tenían su nombre y el mío, me quede como ida, y yo pensando que se llevaría a mi hermana que tonta que fui, ahora el problema era encontrar un buen pretexto en solo 4 días para desaparecerme el fin de semana.
Después de dedicarme al 100% a pensar en el pretexto, la oportunidad me llego caída el cielo, llego de visita una amiga que tenía tiempo que no veía, me invito a una fiesta en una cabaña en Cuernavaca el fin de semana, me dieron permiso sin preguntar nada más, lógicamente le avise a mi amiga que no podría ir, el otro problema fue que mis padres insistieron en llevarme a la terminal de los autobuses, mi cuñado me dijo que no había problema, que les dijera que me iría en el autobús de las 9 de la mañana ya que el avión salía a las 12, después de todo un teatro por fin estuvimos solos en el aeropuerto.
Llegamos al hotel en Acapulco a las 2 de la tarde, nos acomodamos en el cuarto, me puse me traje de baño, mismo que el me regalo y nos fuimos a la playa.
Nos pasamos un día fenomenal y en la noche nos fuimos a bailar, mi felicidad era enorme, llegamos al hotel casi a las 2 de la mañana, me metí al baño a darme una ducha mientras el servía unas copas, salí del baño vistiendo solo una bata de baño, él estaba acostado, me ofreció una copa la cual bebi casi de golpe y me recosté junto a él nos fundimos en un beso al tiempo de que el desabrochaba mi bata y dejaba al descubierto mi cuerpo desnudo, yo no desperdicie ni un momento y lo desnude, el acariciaba mis piernas muy lentamente subiendo por mis muslos, mientras besaba mi cuello y mis hombros.
Yo me sentía en el cielo, en esta ocasión no tendríamos prisas de que alguien nos descubriera, así que me deje llevar por completo por mi pasión y deseo, el besaba ya mis senos que para este momento estaban duros como el acero, de momento sentí su mano jugando en mi vagina, me recorría con sus dedos mis labios vaginales para después empezar a frotar mi clítoris, yo ya estaba muy mojada y no tarde mucho en tener mi primer orgasmo, mi cuerpo se estremeció del placer producido por sus dedos, su boca bajo muy despacio por mi vientre hasta llegar mi vagina, su lengua lamia lentamente mi intimidad y entraba al máximo en mí.
Me enloquecía sentir esa cálida lengua entrar en mi vagina, pero sucedió algo inesperado, su legua iba ahora mas allá de mi vagina y estaba llegando a mi ano, al primer lengüetazo mi cuerpo brinco por la sensación de experimente, él se dio cuenta y levanto más mis piernas para poder chuparme el ano, después me levanto y me puso en cuatro patas como perrito, abrió al máximo mis nalgas y ahora si su lengua acariciaba y mojaba por completo mi ano, su lengua intentaba entrar y se ayudaba con los dedos para abrirme más mi virginal orificio, yo sentía que mi cuerpo explotaba de nuevo en un hermoso y cálido orgasmo.
Siguió chupándome el ano mientras dos de sus dedos entraban y salían de mi vagina, mis gemidos eran más frecuentes y con palabras entrecortadas le pedí que terminara con mi suplicio, que me penetrara ya, que no resistía más, se levantó y se puso detrás de mí, recargo la punta de su pene en la entrada de mi ano que ya estaba más que lubricado, yo deje caer mi cabeza sobre la cama para levantar un poco más mis caderas, al sentir como entraba su pene en mi ano, con mis propias manos me abrí las nalgas mientras él me tomaba de las caderas y me jalaba contra él.
El dolor era regular pero el placer de sentir ese miembro dentro de mí era enorme, así que cuando sentí que tenía aproximadamente la mitad adentro, yo misma me recargue de un solo golpe en él, sentí que me partía en dos, creo que mi grito se escuchó por todo el hotel, durante unos segundos permanecimos inmóviles, poco a poco comenzó a moverse dentro de mí, el dolor desapareció por completo dejando su lugar a un placer que aun a la fecha me enloquece, sentía claramente como todo mi interior se movía al entrar ese enorme pene en mi ano.
No sé qué tiempo estuvo bombeándome el ano, pero tuve 3 orgasmos antes de sentir como sacaba su pene de mi ano y lo acercaba a mi boca, abrí la boca para recibir ese dulce caramelo que me ofrecía y después de algunas chupadas sentí el interior de mi boca llena de su semen, me lo tome todo su sabor agridulce me gusto, no pude más y me deje caer sobre la cama, él se recostó junto a mí y me acariciaba el cabello y el rostro me decía lo bien que se la pasaba conmigo, que era yo fantástica como amante etc. Me sentí en la obligación de hacer una gran pregunta, estaba a punto de compararme yo misma con mi hermana, así que le pregunté:
“Oye amor, sé que no debería, pero quiero saber quién es mejor en la cama, yo o mi hermana, discúlpame, pero la duda me mata”
Él se levantó sirvió dos copas más, encendió un cigarro, volteo a verme con una ternura infinita y me respondió:
“Mira bebe, tú eres única, y sin faltarle al respeto a ella puedo decirte que eres mil veces mejor no solo en la cama sino en tu forma de ser”
Me dejo complacida con la respuesta, pero aun había cosas que no entendía así que pregunte de nuevo:
Yo: “No te entiendo bien como que en mi forma de ser”
Él: “Si bebe, mira, por ejemplo, ella jamás usaría ropa como la que te regale, dice que es para locas o callejeras, te has fijado como es su ropa interior”
Yo: “Si es normal y aburrida, como la que yo usaba antes de que tú me regalaras la nueva, pero a ella le has regalado”
Él: “Una ocasión entramos en una tienda y no quiso nada, dijo que era ropa vulgar”
Yo: “Que tonta si se nota que a ti te vuelve loco esa ropa tan pero tan vulgar, así que, si tú eres vulgar porque te gusta, pues yo será vulgar para gustarte, pero dime quien te excita más ella o yo”
Él: “También en eso hay mucha diferencia, ella y yo solo lo hacemos de dos formas, yo encima de ella o ella encima de mi, así como nos viste y solo es penetración vaginal”
Yo: “¿Entonces a ella no le has dado por atrás, y si se toma tu semen?”
Él: “Una vez intente penetrar su ano y la cita termino en pleito, que si la había confundido con callejera etc., y ella no se toma mi semen nunca y en ocasiones ni siquiera me quiere chupar el pene”
Me quedé pensando en que definitivamente, mi hermana era muy espantada para eso del sexo, bueno más que espantada era aburrida, si yo apenas en dos veces de tener sexo con él, ya había probado su pene en mi ano además del sabor de su semen, mismo que por cierto se convirtió en una especie de droga para mi día a día aun hasta la fecha vivo esperando sentir de nuevo mi boca llena de su semen, tome mi copa y salí al balcón del cuarto.
Estábamos en el último piso así que nadie vería que estaba desnuda, el me alcanzo y comenzó a besarme de nuevo, me recostó lentamente sobre la mesa y levanto mis piernas, sin decir nada más me introdujo por completo su pene en mi vagina, sus movimientos eran fuertes y muy rápidos, lo abrace con mis piernas al tiempo que el me levantaba para llevarme al interior del cuarto, me hizo sentir muy rico que caminara el mientras tenía yo su pene adentro, nos tumbamos en la cama, yo recostada con las piernas abiertas y a la altura de sus hombros, la penetración era total, sentía sus testículos chocar en mis nalgas.
Mi vagina estaba escurriendo por el placer y esos jugos se bajaban hasta mi ano, en un momento en que más fuertemente me lo metía, me moví un poco de lado para que su pene se saliera de mí, el intento metérmelo de nuevo, pero le dije que por ahí no, así que en la posición en que estaba pase mis brazos por frente a mis piernas para que fuera más fácil ver mi ano, guie ese pene lo mejor que pude hasta la entrada de mi ano, esta vez fue más fácil que me lo metiera, así en esta posición mientras el bombeaba de nuevo mi ano yo misma podía acariciar mi vagina.
Le pregunte si le gustaba verme así, tocándome yo misma, me respondió que me veía fenomenal en esa posición (es lo bueno de ser delgada, puedes abrirte mucho de piernas, yo alcanzo a poner mis talones en mi nuca, ya que desde pequeña practico danza) acomode mis pies atrás de mi cabeza y ahora si mi abertura sexual era máximo, mis manos ahora acariciaban mis pechos, su pene me taladraba el ano y sus dedos entraban en mi vagina, me estaba dando una penetración doble deliciosa, cuando sentí que el acabaría le pedí que lo hiciera sobre mis pechos.
Él acepto diciendo que no me moviera, se salió de mí y así como estaba yo casi hecha bolita, apunto su pene a mi pecho y me regalo un gran chorro de semen que me lleno y algunos restos llegaron hasta mi mentón, me sorprendió al voltear a ver su pene y notar que aun seguía duro, le pregunte que si aún tenía fuerzas, me sonrió y entendí, así que se lo chupe de nuevo, esta vez recordé la pose cuando lo descubrí y lo quise hacer así, nos acomodamos y me senté sobre su pene, ahora era yo quien controlaba los movimientos.
Volví a tener múltiples orgasmos mientras prácticamente brincaba sobre ese pene que era solo mío, cuando sentí llegar hasta el fondo de mí su semen me detuve, sentí como poco a poco su pene se hacía flácido dentro de mí, nuestros cuerpos estaban llenos de sudor, me recosté sobre su pecho y ahí nos ganó el cansancio y dormimos hasta cerca del mediodía, salimos a comer y de ahí al aeropuerto
Llegando a mi casa, casi o podía caminar, tenía super adolorido el ano, pero también estaba muy feliz de la cogida que me dieron toda la noche.
Hermoso relato Janethe.
Que rica manera de ser bien cogida.!!!
Y tu flexibilidad le dio una visión extra de tus deliciosos atributos femeninos.
Belu