Tengo una linda cara, ojos grandes y oscuros, el pelo castaño y enrulado, nariz pequeña y respingona y boca redonda, de labios carnosos… Tengo un cuerpo delgado y esbelto con ciertos detalles casi… bueno, casi femeninos… Cintura alta y fina que da relieve a la curva leve y armoniosa de las caderas; piernas largas de muslos llenos y bien torneados, sin músculos a la vista…
El otro día, cuando volvía del colegio donde curso el último año de la preparatoria, un tipo se me echó encima y con voz ronca me dijo: -Linda boca para chupar una buena pija…
Me excita provocar deseos morbosos en esa clase de hombres: maduros y vejetes y por eso ando siempre con ropa ajustada: remera y jeans… Aunque a la vez me da miedo sentir esas cosas…
Hace unos días pasé frente a la iglesia donde tomé la primera comunión y me dieron ganas de recordar…
Estaba sentado en el primer banco, ante el altar, cuando apareció el párroco y se acercó a mí:
-Hola, querido, ¿necesitás algo?…
-No, padre, gracias… Quise recordar cuando tomé acá mi primera comunión…
Se sentó a mi lado y dijo: -¡Ah, qué bien!… ¿Cómo te llamás?…
-Jorge, padre…
-Soy el padre Ángel… ¿Y qué edad tenías cuando tu primera comunión?
-Doce años…
-¿Y ahora qué edad tenés, Jorge?… ¿dieciséis, diecisiete?…
-No, padre, la semana pasada cumplí los dieciocho…
-¡Caramba! No los representás…
-Sí, todo el mundo me dice lo mismo…
-Será por tu cara aniñada… Y muy linda, por cierto, jejeje… Además, no te he visto de pie pero me parece que tenés un cuerpo delgado…
A esa altura empecé a poner nervioso y… ¡y excitado!… -A ver, Jorge, parate…
-Sí, padre… -y obedecí dándome cuenta de que me gusta y excita que me den órdenes…
Me paré ante el cura con las manos atrás y la cabeza gacha mientras él permanecía en silencio hasta que por fin me dijo:
-Lindo cuerpo tenés… Torso chico, buenas caderas, lindas piernas… Ahora date vuelta…
-Sí, Padre Ángel… -murmuré mientras mi ser giraba en un vértigo embriagador e incontrolable…
-Acompañame, Jorge, quiero que conozcas la sacristía…
El Padre Ángel es de esos hombres que me calientan, debe tener unos sesenta años, es calvo, alto, flaco y camina algo encorvado…
Lo seguí y entramos a la sacristía… Entonces se dio vuelta y me miró con una sonrisa que se me antojó lasciva…
-Ay, Jorge… ¡Ay, Jorge!…
-¿Qué… qué pasa, Padre?…
-¡Es que sos tan lindo!..
-Ay, Padre, me hace poner colorado, me da vergüenza… -murmuré cada vez más caliente y seguro de que ese viejo sátiro con sotana me iba a quitar la virginidad…
Me mostró la primera habitación y me dijo que era su oficina, un escritorio, dos sillas y en las paredes varios cuadros con imágenes religiosas…
Al lado había otro cuarto…
-Mi dormitorio… -indicó y noté que su voz sonó algo ronca…
Después me tomó de un brazo y dijo: -Entremos, Jorge…
-¿Para qué, Padre?… –y me di cuenta de que había cierta pícara sugerencia oculta en mi pregunta…
-Entremos… -insistió y una vez adentro me dijo:
-Oíme, Jorge… Tengo… tengo muchas ganas de… de verte todo…
-No entiendo, Padre… -mentí…
-Creo que entendés… Pero igual te lo aclaro… Tengo muchas ganas de… de verte desnudo…
-¡Ay, Padre Ángel!…
-Vamos, Jorge… sacate la ropa…
(continuará)
Ufff Jorgito eres toda una tentación en el buen sentido de la palabra… Ufff esas curvas curvas sería rico probar y saber la tentación q probo el padre