Dominado por mis compañeras de piso (1)

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T. Lectura: 6 min.

Hola, mi nombre es Nacho, soy un chico normal de 21 años que estudia una carrera universitaria como mucha otra gente de mi edad. Hasta que empezaron a suceder los hechos que ahora describiré mi vida sexual había sido bastante escasa. Algún royo con alguna chica, pero nunca una relación seria.

Los otros protagonistas de esta historia son mis compañeros de piso, dos chicas y un chico. Ana es una chica morenita delgadita de poco más de 1’70 y un cuerpo divino, aunque lo que más sobresale de ella son sus pechos, algo más de una 95 y redondos, levantados y duros. Vane es un poco más bajita y regordeta y tirando a rubia. Si Ana tiene unos grandes pechos no son nada en comparación con los de Vane, que tiene más de 105, algo blanditos, como todas las chicas regordetas pero muy bien puestos. Rafa es un chico como yo, 1.77 y con algún kilito de más debido a las cervecitas, pero guapito de cara.

Nos conocemos desde hace 5 años, cuando empezamos a estudiar juntos. Por unos y otros motivos acabamos compartiendo piso, aunque entre nosotros nunca hubo nada más que amistad. Hasta que empezó esta historia.

Todo empezó un jueves de finales de junio, Dani se había ido a su casa porque ya había acabado los exámenes, después de cenar y mientras ellas se arreglaban para salir empecé a beber cervezas para empezar la fiesta. Ana llevaba una mini falda con la que se le veía el tanga de color negro y un top negro que le marcaba perfectamente todas las tetas. Vane iba un poco más normalita, aunque llevaba un generoso escote. Hacía poco había sido el cumple de Ana y le habían regalado una botella de tequila, así que decidimos jugar al juego de la botella, pero con preguntas para animar la noche.

Como si se hubieran puesto de acuerdo ellas me hacían preguntas a mí. Con las 5 o 7 primeras preguntas y chupitos aguantaba bien, pero a partir del décimo chupito ya estaba muy borracho y en ese instante Ana me pregunto que daría porque por hacerme una cubana entre las tetas de Vane. Me quede de piedra por la pregunta. En ese momento me entro una arcada y me fui a vomitar al baño. Entonces llego Ana para ayudarme a vomitar, y cuando ya estaba acabando me pregunto susurrándome al oído que no había oído la respuesta. Yo como no sabía ni donde estaba le conteste “Lo que tú quieras ama”.

No lo recuerdo bien, pero vi un brillo maligno en sus ojos. No sé cómo fue, pero cambie la palabra Ana por ama. Ella me volvió a preguntar acariciándome el pelo que si me gustaba la sumisión y yo conteste que “si”. Ella sonrió y se fue. Yo me quede dormido.

A la mañana siguiente todos se comportaban de un modo normal. Después de comer Vane se fue con unas amigas al cine y yo me quede viendo la tele con Ana. Como hacia bastante calor yo sólo llevaba un bañador y una camiseta, prácticamente igual que ella. Me fije en que ella no llevaba sujetador, ya que decía que con el calor se le pegaba al cuerpo y le molestaba. En un momento dado salió un anuncio de Corporación Dermoestética y ella me pregunto que si me gustaban más las tetas de la chica de la tele o las suyas, yo conteste que las de la tele eran perfectas. Y entonces se quitó la camiseta y me volvió a preguntar.

Yo me quede de piedra, y mi polla también. Entonces ella me contesto que si podíamos continuar con la conversación de anoche. Yo estaba totalmente embobado mirando sus tetas y solo decía que si, no pensaba en nada, solo en aquellas dos fabulosas tetas.

Me ordeno que me desnudara y no tarde ni un segundo en reaccionar. Pero cual fue mi sorpresa que ella se empezó a reír y señalarme con el dedo a mi polla. A mí entro un bajón terrible. Se me acerco y me dijo que eso no era una polla que era un dedillo. Yo abatido totalmente era manejable, además aún tenía una resaca de miedo, con lo que mi cabeza no podía pensar mucho. Me dijo que aunque no le sirviera de momento para follar si le valdría como chupador. Me cogió de la barbilla me dio un piquito y me dijo que le empezara a chupar los pezones, pero que no usara las manos.

Poco a poco ella me fue bajando hasta su pantalón corto, que me hizo bajar con la boca. Y entonces la vi completamente desnuda una preciosidad de modelo, y mi polla reacciono levantándose.

Ella se volvió a reír de mi polla, pero mi erección no se bajaba ahora, estaba súper excitado. Me cogió de los huevos con una mano y acerco sus labios a mi boca, y apretando fuertemente mis huevos me dijo suavemente “Esclavo, si te portas bien conmigo, dejare que te corras”. Yo estaba casi llorando por el dolor, aunque súper excitado por la forma que tenia de tratarme. Me tiró al suelo y me dijo que le lamiera el coño hasta que se corriera, cosa que no tardo mucho tiempo en suceder porque ella también le estaba excitando esto.

Se levanto y vino con unas bragas y un sujetador rojos del cubo de la ropa sucia de Vane. Me dijo que me los pusiera y me masturbara delante de ella. A mí me faltó tiempo para ponérmelo todo y empezar a masturbarme como un loco enfrente de ella. Mientras ella no dejaba de tocarse y de hacerme preguntas.

“¿Verdad que te excitas más con las braguitas de Vane?”

“Siii” gritaba yo masturbándome como un loco.

“Tócate el sujetador como si fueran mis tetas. ¿Verdad que te gusta estar vestido de putita? Me gritaba Ana

Yo estaba a punto de correrme y ella lo vio.

“No te doy permiso para correrte” me grito, mientras se apretaba las tetas una contra la otra.

Yo estaba ido, y solo gritaba que quería correrme.

Ella me pregunto “¿Te gustaría hacer esto más a menudo, ir vestido de putita y darme todo el placer que puedas?”

Yo contesté que sí y me corrí como nunca en mi vida. El chorro de semen salió disparado con tal mala suerte que cayó sobre el pie de Ana.

“Cerdo, idiota, no sabes ni correrte. Límpiame ahora mismo el pie”. Yo intente levantarme e ir a por una servilleta cuando me dio una patada en los huevos con el otro pie que me dejo sin respiración.

“Imbécil, recógelo con la lengua”, me estiro el pie y casi me lo mete de la patada en la boca. Yo empecé a lamer su pie recogiendo mi propio semen, cosa que no me desagrado mucho. Y no entiendo como, porque después de haberme corrido y de la patada, mi polla se empezó a poner dura otra vez. Ella se rio diciéndome que eso me gustaba.

“Sigue lamiendo perrita, que veo que te gusta porque tu aparato esta otra vez levantado”.

Yo no entendía nada, pero la verdad es que estaba súper excitado. Seguí lamiendo y ella me ordeno que fuera subiendo y le empecé a chuparle el coño. Ella tuvo dos orgasmos y después con los pies me hizo una paja y me hizo volver a recoger el semen de sus pies con la boca.

Yo estaba muerto, así que me fui a dormir. Me levante en calzoncillos y cuál fue mi sorpresa al oír gritos míos, pero no sabía de qué eran. En eso que me acerco a la habitación de Vane y veo que en su ordenador había un video mío masturbándome con su ropa. Me quede blanco. Ana al verme allí me dio una bofetada que casi me tumba. Aun sin poder reaccionar me dice ” Perro, ¿quién te ha dado permiso para entrar aquí sin llamar?”. Entonces me doy cuenta que Vane está riéndose detrás de mí.

“Pues la verdad, te queda de vicio mi ropa.” me dijo Vane y girándose cogió unas braguitas del cesto de la ropa sucia y me las tiro a la cara.

“Ves este video en el que estas vestido de ropa femenina y lamiendo los pies de Ana, pos sino te portas bien, se distribuirá por todo el campus. Y como puedes ver a Ana solo se le ven los pies, así que nadie sabrá quien es, pero a ti se te ve completo.” Vane me grita con cara de sádica

Yo estaba de piedra, en eso que otra bofetada de Ana me saca del trance y me grita para que me quite el bóxer y me ponga las bragas. Cuando me quito el bóxer mi polla estaba tiesa como un mástil, aunque mi cabeza no lo quería. Ellas se empezaron a reír como locas, diciéndome que ya veían que me gustaba. A cada insulto mi polla parecía ponerse más dura y mi aptitud más sumisa. Con las bragas ya puestas

“Si te quedan mejor a ti que a mí, pero hay que hacer algo con ese colgajo”. Dijo Vane.

Un segundo después Ana me cogió de los huevos y me los retorció hasta que mi erección desapareció.

Ana me ordeno que me ordeno tumbarme sobre la cama y se sentó sobre mi cara, me grito “Idiota, aparta mi pantalón y empieza chuparme el coño”. Yo empecé a chupar a duras penas porque tenía toda la cara llena con su coño y me costaba respirar. Estábamos disfrutando ambos, pero me había olvidado de Vane, que me arranco un pelo de mis huevos de un tirón cuando mi polla ya empezaba a ponerse dura dentro de las bragas. Me pillo tan de improviso que de la convulsión casi tiro a Ana de encima de mí al suelo.

A los 2 segundos del tirón me di cuenta de lo ocurrido, al ver a Vane riéndose sujetando un pelo entre los dedos. La cara de Ana no era la misma, estaba súper enfadada, primero porque casi la tiro de la cama y segundo porque había interrumpido su orgasmo de una forma fugaz. Me cogió de los mofletes y de la nariz y gritando como una loca me dijo que si volvía a hacer algo parecido lo lamentaría toda la vida. Se giro me cogió de los huevos y me pego un tirón que me arranco 10 o 20 pelos de golpe. Salió del cuarto gritando que esto no sucedería nunca más.

Vane seguía riéndose y se fue acercando andando sobre la cama, se quedó desnuda y pude comprobar que aunque algo gordita, estaba muy buena. Se sentó como había hecho Ana sobre mi cara y me dijo que empezara a chupar que tenía ganas de tener un gran orgasmo. Estuve chupando casi 20 minutos hasta que sus jugos inundaron mi cara. Yo estaba totalmente empalmado. Vane se giró para poder toquetear mi polla mientras la limpiaba. Yo estaba que me iba de excitado, y cuando estaba a medias de mi orgasmo, paro de tocarme y me arranco 8 pelos de los huevos, eso me bajo la erección de golpe.

Vane se reía como una loca. Se levanto y me dijo que me pusiera bien las bragas y la acompañara al comedor. Tras tumbarse en el sofá me ordeno que le masajeara los pies. Yo estaba otra vez empalmado viéndola toda desnuda y masajeándole los pies.

De repente apareció Ana y al ver que estaba otra vez empalmado se puso loca, “¿Es que eres un puto perro en celo?”. Me cogió de la oreja y cuatro patas me llevo hasta la bañera que estaba llena de agua fría y me metió dentro por supuesto al instante mi erección desapareció del shock. Me ordeno quitarme las bragas y hecho un líquido sobre el agua. Me cogió de los pelos de la cabeza y me dijo que ni se me ocurriera meter la cabeza dentro del agua que no le gustaban los calvos. Entonces comprendí que era un líquido depilatorio. A los 10 minutos de estar dentro me quemaba todo el cuerpo, pero pude comprobar que se me caían los pelos de todo el cuerpo.

Me vino a sacar Vane, me seco y me dio un gel por toda mi piel, que estaba roja. Hizo como si me tirara de un pelo de los huevos y ponía cara de decepción al ver que ya no podría hacerlo más. Me metieron en la cama y por el dolor dormí hasta la mañana siguiente.

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