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Lésbicos - Pág. 2

Mi nueva jefa

Los dedos de Otilia buscaron en mi pubis, peinaron delicadamente un territorio de musgo y penetraron con temerosa lentitud hasta que la sentí bajar y en pocos embates de un estilete hacho de miel y terciopelo alcancé un país de nubes y sentí que en mi sangre galopaban pegasos y mi gemido fue un aleteo que quería imitar la voz

Pensé que era frígida

Su lengua enorme le paseaba en círculos, jugando con los labios menores y haciéndole el alfabeto, cosa que jamás le habían hecho. Alexa comenzó a mojarse a tal grado que sentía dilatarse de todas sus cavidades. Los labios gruesos de Astrid eran mágicos. Y se estaba impacientando por sentir sus dedos largos y gruesos –Mete tus dedos, por favor- Sin

Mi primera experiencia lésbica (2)

Se dio todo para tener nuevamente un encuentro con la prostituta negra. Pero cuando estaba por hacerlo me lleve una sorpresa impensada. No era una prostituta, sino un travesti. De todas formas lo pasé de maravillas.

Un viaje en auto

Mientras la besaba, ella comenzó a gemir y se recostó en el respaldo del asiento para que yo pudiera besarla más fácilmente. Le succioné el arco de los pezones y volví a subirá su cuello. Lento, suave, sexy. Becky me acarició por encima de la tela, me tocó la cadera y las tetas. Al darse cuenta de que no tenía

Mi primera experiencia lésbica (1)

Estaba sin sexo desde hacía 4 meses, tenía curiosida por estar con una mujer, pero no tenía con quien. Gracias a un viaje que hice con mi padre, conocí a una prostituta negra que me iba a hacer gozar como nunca lo había hecho antes.

Gunilda, mi médico hetero y mi amor (parte 5 – final)

Empezamos despacio, con cuidado y muy poco a poco vamos acelerando el ritmo. Lo hacemos en todas las posturas posibles y por todas las estancias de la casa. Ella sentada o agachada y yo en su falda, ella tumbada y yo agachada encima, yo tumbada y ella agachada mientras rodeo sus hombros con mis piernas, ambas tumbadas de lado, ella

Acostada con Safo

Sabía a qué se refería con melones, así que no vaciló mucho ni se dejó llevar por la timidez, hizo un sacrificio para esto así que debe aprovecharlo lo más que se pueda. Se deshace de su polo púrpura mientras la rubia llamada Lorena comenzaba a quitarse el chaleco de mezclilla y su blusa verde, revelando no llevar sostén por

Gunilda, mi médico hetero y mi amor (parte 4)

Gunilda tiene un clítoris bien grande y precioso. Lo beso, lo succiono, lo lamo. Absorbo cada gota de su dulce néctar. Mueve las caderas y los muslos muy sensualmente. Por momentos, mi lengua sube por su ancha y ardiente vagina. Sus gemidos son una dulce melodía de fondo en este sublime instante. Segundo a segundo, acelero lentamente el ritmo mientras

Gunilda, mi médico hetero y mi amor (parte 3)

Se desprende botón a botón de la camisa marrón con topos blancos. Puedo ver más y más sus grandes y preciosas tetas cubiertas con un sujetador de rayas marrones y negras en forma de top. Acto seguido, se baja lentamente los pantalones vaqueros. Puedo ver más y más su gordita barriga, sus colosales piernas y muslos, sus anchas caderas y

Fantasía inesperada: mi novia hace tijera

Después de la vez que tuve relaciones con la amiga de mamá, quede de conseguirle una costurera, y le lleve a mi novia madura, obviamente ninguna de las dos sabe que me he cogido a la otra, y encargue mucho a mi novia...

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