Después de divertirnos con Ricardo y sus ocurrencias pasamos a tener unos días sumamente ocupados pero queríamos apartar tiempo para Antonio y los demás por lo que un día en que ambos descansábamos decidimos irlos a visitar.
Mi esposa se arregló para ellos un pantalón blanco con una tanga blanca, y una blusa rosada sin bra, y una buena nota de perfume, aunque sabíamos que todo lo que ella se arregló le iba a durar poco, pero bueno queríamos pasar a comprarles algo pero el 24/7 al que siempre íbamos ahorita no parecía una opción por lo ocurrido con Ricardo por lo que fuimos a la gasolinera donde anteriormente el despachador y su jefe se había cogido a mi esposa hace mucho aunque esa vez ninguno de los dos estaba.
Llegamos a la exconstructora y la verdad ni Antonio ni Héctor esperaban vernos y se nos hacía hasta cambiado algunas cosas ya teníamos un mes de no aparecernos por esos lados, les dimos unas bebidas y unas comidas rápidas mientras comían platicaban con nosotros.
La sonrisa de ellos demarcaba más que picardía en realidad era de felicidad no solo por los alimentos si no también tener a alguien con quien pasar el rato y sobre todo conversar sin ningún repudio, mi esposa como siempre muy amable con ellos y muy cariñosa.
Bueno entre más pasaba el tiempo mas noche se hacía hasta que Héctor nos dijo que habían conseguido algo y que lo siguiéramos, mientras caminábamos otros vagabundos nos saludaban o saludaban a mi esposa pues de cierta forma aunque tuviera la fama de ser la puta ahí irónicamente también la respetaban por lo que hacía.
Y pues notamos que Héctor y Antonio nos guiaban donde Julio pasa es decir del otro lado de la cuadra al llegar ahí estaba Julio y al nomas ver a mi esposa salto como cuando te ponen hielo en la espalda y de inmediato se abalanzo hacia Erika para abrazarla hasta la levantó del suelo.
A estas alturas seguramente ellos habían pensado que nunca más íbamos a regresar…
-Mira esto es lo que hemos conseguido –dijo Héctor señalando un colchón
Mi esposa sorprendida les preguntó que donde lo habían sacado y simplemente se limitaron a responder que se lo habían dado a Julio cuando encontró una mudanza no muy lejos de ahí… Un poco cuestionable la respuesta pero que más da…
Por cierto que les dimos bebida a Julio también, y pues nos actualizamos sobre nuestras vidas, excepto que omitimos a Ricardo, así como a Ricardo omitimos tocar el tema de los vagabundos.
-Bueno hay que estrenar este colchón ¿No? –dijo Julio
Mi esposa río sabiendo que no se habían aguantado.
-Está bien, está bien –dijo mi esposa
-¿Quién será el primero? –preguntó ella
-Obviamente yo –dijo Antonio
Que sorpresa –dije en mi mente
-Espero no te moleste ya que justo nos encontraste en malas condiciones igual espero me limpies la verga –dijo Antonio sacándosela
Seguramente porque ya teníamos tiempo de no ir con ellos o bien por haber tenido otro tipo de experiencias con Ricardo pero al parecer mi esposa en ese sentido habia perdido el toque pues a diferencia de encuentros anteriores esta vez se le quedó viendo a la verga flácida de Antonio…
Abre la boquita le dijo Antonio a mi esposa, mientras que con su pulgar le abría la boca poniéndole la verga en su boca… A mi esposa se le vidriaron los ojos, seguramente hasta ya se le había olvidado la sensación de sentir la verga de un vagabundo en su boca.
Poco a poco mi esposa le fue haciendo un oral a la vez que apretaba con sus labios el glande de Antonio hasta que finalmente consiguió una erección y así unos minutos hasta que pareciera que le volvió a tomar el gusto pues mi esposa ya le pasaba la lengua por toda su verga.
-Esa es la puta que me gusta –dijo Antonio
Mi esposa en más confianza seguía pasando su lengua hasta llegar a los huevos de Antonio el cual los chupaba dejando embarrado de saliva todos sus pelos, para después meterse nuevamente la verga lo más que podía o hasta lo que su garganta se lo permitiera, Antonio suspiraba del placer y mi esposa cada vez mas excitada probablemente ya se había vuelto adaptar.
En lo que mi esposa le mamaba la verga a Antonio, Julio por otro lado empezó a quitarle la ropa pero le dijo que se tenían que alejar de la orilla de calle y hacerse mas adentro y así lo hicieron, ahora si mi esposa estaba totalmente desnuda mamándole la verga a Antonio y la noche apuntaba a probablemente ser larga…
Ya mi esposa se sentía rendida por estar en cuclillas y se incorporó, se acercó a mi diciéndome que me amaba y pues no estaba por demás sus lágrimas al sentir nuevamente la verga de Antonio pues al decirme que me amaba pude sentirle el aliento con olor entre orina y sudor…
-Mi amor me los voy a coger a todos –me dijo mi esposa
-Hazlo, ahorita eres su puta –le dije sonriendo
Mi esposa le pidió a Antonio que se acostara en el colchón y así lo hizo, y con su verga ya bien erecta unto un poco de saliva en su entrada y procedió a sentarse metiendo poco a poco la verga de Antonio en su vagina hasta que la hizo calzar entonces ella comenzó a subir y a bajar despacio para luego hacer movimientos circulares…
Mientras que Héctor y Julio tomaban una cerveza mas, este último se puso de pie…
-No me puedo quedar solo viendo –dijo Julio
-Denme un momento -dijo él
Julio se fue para un lado a orinar luego recordé sobre la incontinencia que nos había comentado y luego regresó, ahora si dijo él quitándose la trusa…
Con su verga aun con unas mínimas gotitas de orina saliendo de su glande regresó donde estaba mi esposa, mi esposa no se había percatado que Julio se había ido a orinar pues se fue a espaldas de ella, entonces Julio le agarra la quijada a mi esposa y para abrirle la boca y metió su verga aun con una gota de orina chorreando por bajo de su verga entonces mi esposa hizo para atrás su cara pero Julio se lo impidió.
-Shhh shhh… –tranquila le dijo Julio a mi esposa.
-Eres enfermera así que también límpiame la verga con tu lengua…
¿Y yo? Pues me había cortado ante la situación, no supe que hacer mas que ver.
Mi esposa tal vez para no sentir el sabor empezó a darle un oral bastante rápido a Julio luego de eso logró sacar la verga de su boca y escupió al suelo, y continuó mamando a la vez que cabalgaba a Antonio… Habíamos olvidado lo agotador que era venir aquí…
Y como dije mi esposa continuó mamándole la verga de una manera rápida a Julio y él le decía riendo que si seguía así de rápido en vez de hacerlo venir solo iba a provocar que se orine más rápido, mi esposa bajó el ritmo.
Hasta que cambiaron de posición mi esposa se puso en cuatro, Antonio seguía bobeando su vagina de manera intermitente mientras que por el otro lado mi esposa seguía con la verga de Julio en su boca.
Héctor la mayor parte del tiempo ha sido paciente así que mientras esperaba su turno me sacó plática, mientras hablaba con él también miraba a mi esposa pues son escenas que quedan grabadas en mi memoria…
Bueno llegó un momento en que Antonio la agarraba de la cintura para penetrarla mas rápido y mas profundo, seguramente también mi esposa quería acabar rápido, pero ese mismo movimiento hacia mas rudo y rápido las mamadas a Julio, entonces ocurrió…
Julio se había orinado en la boca de mi esposa y yo por estar distraído con Héctor no me percaté que le había agarrado la cabeza con las manos para no sacar la verga de su boca hasta que ya fue tarde y por los movimientos mi esposa tragó orina y el resto logró escupirlo dando una buen arcada del asco que hasta quería vomitar…
Entonces Julio se separó de mi esposa y se fue a sentar dejando impune todo, a mi esposa le rodaban las lágrimas mientras que Héctor trataba de tranquilizarme…
Antonio por otro lado no soltaba a mi esposa de la cintura hasta que acabó adentro y él se levantó, dejando de rodillas a mi esposa.
-No hay tiempo para llantos –dijo Antonio
-Esta puta debe de aprender a no dejarnos de lado –dijo Antonio
-¿Qué cosa? –pregunté
-Es una forma de castigo por dejarnos de lado mucho tiempo –dijo Héctor
Tal vez mi mente ya estaba muy viciada que no podía enojarme mas…
-Tranquila putita –le dijo Héctor
-Vamos a acostarnos –continuó Héctor
Entonces el agarró a mi esposa y la acostó boca arriba al colchón y ella empezaba a recuperarse tal vez al ver eso me sentí mas aliviado pues la descuidé, entonces Héctor se saca la verga, vamos tienes que terminar lo que comenzaste
Mi esposa con los ojos vidriosos asintió con la cabeza a la vez que le regalaba una sonrisa.
Menos mal era la verga que a mi esposa le gustaba y eso la consoló más, mi esposa al estar acostada boca arriba entonces Héctor se puso encima de mi esposa poniendo su pelvis frente a su rostro poniendo su verga frente a su rostro el cual tenía algo de esmegma y Héctor metió suavemente su verga en la boca de mi esposa y empezó a penetrarla oralmente de una manera tranquila… Mi esposa al parecer disfrutaba de la verga de Héctor.
Mi esposa apretaba sus labios para darle mas placer a Héctor haciendo que algo de esmegma se quede en las comisura de su labio y lo que mi esposa hacía era abrir la boca para frotar la comisura para limpiarla poco a poco el esmegma iba desapareciendo de la verga de Héctor, entonces Héctor aumento la velocidad hasta que se detuvo…
Bajo su cuerpo hasta quedar rostro con rostro con mi esposa y el le sonrió, aun quedó un poquito ahí dijo señalando, entonces en acto de sorpresa mi esposa con su dedo llevo el esmegma a su boca y pude ver como tragaba.
-Ya está limpia señor Héctor –dijo mi esposa
Héctor le dio un beso en la frente y realmente era muy raro ver a los vagabundos ser cariñosos.
-Ahora señorita puta continuamos iremos despacio ¿Sí? –dijo él
Entonces le dijo algo al oído y mi esposa con mucho miedo en el rostro y sus ojos llorosos le dijo que si, a la vez que me sonrió.
Antonio se sentó a la par mía y me dijo: -Tu esposa es una excelente puta tendrás que andar con cuidado con ese culo que tiene…
Héctor se puso en posición nuevamente pero puso de rodillas a mi esposa y volvió a meter su verga en su boca, metiendo y sacando su verga de manera suave… hubo un momento en que se detuvo y luego continuó… luego se detuvo nuevamente y vi a mi esposa con los ojos llorosos… Yo pues… Me rendí, una cosa era que se la cogieran y otra cosa era lo que estaba pasando así que no dije más nada… Y casi inmediatamente que mi esposa tragó, Héctor se quitó rápido y mi esposa escupió la orina de su boca y Héctor terminó de orinar hacia otro lado, tal parece solo le dejó ir un pequeño chorrito en su boca…
Se había cruzado un límite muy extremo que para nada fue planeado ese día ambos coincidimos en que habíamos fallado y es algo que hoy en día pues fue como marcarnos.
Luego de eso mi esposa con el agua que habíamos comprado paso a lavarse y enjaguarse… No sabíamos que decir, pero continuamos el resto de la noche con ellos, los tres nos dieron un tiempo para que nosotros saliéramos del shock en que estábamos.
Yo estaba sentado con mi esposa en mis piernas y cada que hablábamos a ella se le sentía en el aliento el olor a orina como cuando uno entra a un baño de uso general, entonces ella lo que hizo fue tomarse una última cerveza para ocultar el olor…
Mientras el tiempo avanzaba pues ni Julio ni Héctor habían acabado aún y mi esposa aun tenía fuerza para algo mas por lo que se bajó de mis piernas y se fue gateando, les pidió a Héctor a Julio que se sentaran juntos y empezó a hacerles un oral intercambiando vergas hasta hacerles acabar en su boca el momento fue rápido…
Luego de eso mi esposa se volvió a poner la ropa y por último nos retiramos del lugar, durante el camino nadie dijo nada sobre lo sucedido, no tocamos el tema. Pero ambos sabíamos que habíamos hecho mal.
Y así los días pasaron y pues como dije fue un momento que quedó marcado eventualmente, pero no los dejamos de lado pues sabíamos que tarde o temprano íbamos a querer compartir con ellos, digamos era ya un tipo de manía hacia ellos, son agradables pero muy pesados por ratos.