Me había quedado en paro mi mujer decidió buscar trabajo contactando con antiguo jefe que tuvo.
Para aquel entonces mi señora tenía 28 años y yo 30 llevando cinco de casados nuestra vida había sido de lo más normal y como todas las parejas con sus altibajos en la cama disfrutábamos plenamente del sexo con nuestras pequeñas fantasías y nuestros juegos de rol gustándonos a los dos practicar el naturismo.
Hasta ahí era nuestra vida de lo más normal a quedarme yo amparo la situación se torció un poco.
Mi mujer mide un metro setenta de altura y de complexión fuerte buenas tetas y un buen culazo en la cama es una mujer espectacular, yo mido uno ochenta y dos de altura complexión normal un pene de dieciséis centímetros normalito y tanto mi mujer como yo vamos completamente depilados, en mi caso axilas y ano y el resto piernas, cuerpo, brazos, etc. ausencia total.
Es trabajo en cuestión era en un local de hostelería donde como digo ya había trabajado antes conociendo la rutina.
Entre semana sus horarios serán más o menos normales, pero para el fin de semana regresaba más tarde, esto no me hacía demasiada gracia, pero entre nosotros no había celos ya que siempre habíamos pensado que a pesar de estar casados ninguno pertenecía al otro.
El sueldo estaba bien y a los dos meses comenzó a darle unas extras que todavía está mucho mejor, aunque también tengo que reconocer que llegaba más tarde.
Muchos fines de semana cuando llegaba yo tenía ganas de sexo y ella siempre llegaba rendida y prefería dormir.
Una de aquellas noches, comencé acariciarla estando dormida y pude comprobar que su tanga estaba empapado, al principio se pare la prenda y comprobé que su vagina estaba completamente húmeda viendo que ella no se despertaba me atrevía más pudiendo quitarle aquel minúsculo tanga para tener completo acceso a su coño.
Estaba muy salido por lo que comencé a comérselo sintiendo un olor y sabor irreconocible pensé que se debía a las horas de trabajo y sus visitas al baño.
Después de un buen rato devorándome aquel coño me eché una paja conciliando el sueño.
Mi mujer Fátima al día siguiente no me comentó nada sobre su ropa interior pensando que no se hubiese dado cuenta de mí incursión.
A la mañana después de ducharse intenté que tuviésemos sexo y fue cuando me preguntó qué había pasado la noche.
Se lo confesé le dije que estaba muy excitado y le realicé sexo oral para luego terminar masturbándome, me mostró un pequeño enfado por como ella dijo haber abusado de su cuerpo indefenso, y entre risas que le confesé que lo necesitaba.
Fátima me dijo entonces que, si me había gustado, claro le contesté era una sensación extraño como si fuese prohibido, bien bien bien pues ya sabes tendrás que hacerlo alguna noche más si te ha gustado.
A mi parecer aquel día transcurrió un tanto tenso ya que ella me evitaba más de lo normal y yo estaba realmente salido.
Cuando se marchó me dijo que volvería tarde y que hiciese lo que tuviese que hacer pero que no la despertase.
Efectivamente llegó realmente tarde y la ignoré cuando entró en casa espera a sentir que estaba plácidamente dormida por su respiración y algún pequeño ronquido.
La destape y primero me comí sus pechos qué sabían a sudor después me encontré con una braguita blanca de raso que estaba más que empapada cuando la retiré podía ver en la zona que estaba en contacto a su vagina una gran mancha amarillenta no sé por qué aquello mismo me excitó sobremanera y después de estar un buen rato abriendo su vagina con mis dedos y olisqueando comencé a saborear aquel coño, su sabor como la noche anterior era extraordinariamente fuerte junto con su olor algo que me embriagaba sin saber a qué se debía después terminé mi ritual con una paja quedándome dormido enseguida.
A la mañana siguiente Fátima no tenía ninguna duda sobre lo que había hecho estando haciendo comentarios sobre lo guarro que me había vuelto y cosas como si ahora me iba a dedicar a limpiarlos añadiendo que de esa manera igual no obedecía la pena ni lavárselo.
Sus comentarios no me hacían mucha gracia ya que lo que yo realmente quería era echarle un buen polvo y ella se mostraba un tanto arisca reprochándome que ella era la que trabajaba y yo estaba en casa.
Tuvimos una pequeña discusión en la que le dije que yo también estaría deseando a trabajar, sí seguro que sí y también hacer unas extras.
Por supuesto claro si tú lo haces.
Pues igual hablo con mi jefe y te pones a trabajar como equipo seguro que nos paga bien.
La cosa se quedó ahí el domingo a la tarde trabajó viniendo a un horario más normal y a la noche me soltó una frase, cariño hoy no hace falta que me limpies el coño está limpito como ha salido de casa.
La frase para mí no significaba nada simplemente daba por hecho de que a ella no le apetecía sexo y me tendría que conformar con dormir a su lado.
El lunes tenía fiesta en el trabajo, pero a pesar de ello sobre las nueve de la noche se fue comentando que tenía cena con los compañeros de trabajo y que no la espera se despierta.
Salió muy sexy un conjunto de lencería negro que para mí era nuevo medias mismo color zapatos de tacón y un vestido corto maquillada.
Cuando vino eran algo así como las dos de la mañana yo me encontraba viendo la tele, venía algo chispa había bebido sin ninguna duda y cuando entró se quitó los zapatos dándome cuenta en aquel momento que no llevaba las medias supuse que posiblemente se le habrían roto y que por eso se las había quitado.
Se desprendió del vestido, quedando solamente en bragas otro detalle sujetador tampoco lo llevaba puesto.
Se bajó aquellas bragas lentamente y sensualmente, cariño te apetece olerlas o quieres saborearlas.
No la contesté estaba un tanto molesto por cómo había venido y se acercó descalza hacia mí pasándome la prenda por mi cara para luego decirme que abriese la boca.
Lo hice no sé por qué enseguida noté que aquella prenda se encontraba húmeda y mientras tanto mi mujer o puso un pie sobre el sofá y se acariciaba su clítoris viendo un brillo en sus labios vaginales de humedad.
Cariño te apetece comerte tu coñito, no lo dude sacando la prenda de tu boca comencé a relamer aquel sabroso coño de mi mujer hasta que conseguí darle un orgasmo a continuación ella se fue a la ducha metiéndose a la cama hasta el día siguiente.
La mañana transcurrió un tanto tensa Fátima le dijo que había hablado con su jefe y que podía ser que me diese trabajo algún día como extra, yo le comenté que tendría que aprender ya que nunca había trabajado en hostelería, ella añadió enseguida no hace falta experiencia sino actitud y tú últimamente demuestras que puedes valer si te empeñas un poquito.
La semana transcurrió más menos como siempre, aunque sí que echamos un par de polvos que me dejaron más relajado tanto viernes como sábado los horarios los tuvo por la tarde por lo que fue más normal, ya el domingo me dijo que podía acercarme al cierre para quedar con su jefe.
Fátima me eligió la ropa una camisa ibicenca y un pantalón corto tipo tenis unos mocasines y me dijo que llamaría para que fuese hasta local.
A las doce y medio de la noche me llamó para que fuese hasta el local, cuando llegué llamé a Fátima comentándome esta que en cinco minutos salían.
Salió Fátima y otra mujer de cuarenta y algo años seguidas de dos hombres cincuentones y otro cuarentón.
Yo no conocía al jefe de mi mujer, pero alguno de los dos maduros lo eran, Fátima me los presentó por los nombres cosa que me la traía al pairo ya que la verdad soy algo despistado para los, vamos a ir a tomar una última copa a casa de uno de los cincuentones y el cuarentón llevaban a la mujer por la cintura entre risas y bromas, mientras el otro cincuentón hacía lo mismo con mi señora añadiendo espero que no te moleste tú también te puedes unir.
Fátima me alentó que lo hiciese, vamos cariño que la hipoteca no se paga sola… Eso comentó el otro hombre maduro mientras veía como la mano del tipo cogía la cintura y mi mujer de una forma un tanto atrevía, la verdad que no me molestaba ya que ella se sentía cómoda y para mí eso era lo primordial.
Fuimos a la casa del cincuentón que iba delante nuestro mientras yo agarraba a Fátima compartiéndola con su jefe.
En el camino me sorprendió que la cuarentona era manoseada más de la cuenta por sus dos acompañantes, pero más al ver que aquella pareja debía ser matrimonio.
Ya en la casa al sentarse aquella cuarentona pude ver a la perfección el blanco de sus bragas porque no tuvo ningún reparo a sentarse.
Mi mujer imagino que hizo lo mismo al estar yo a su lado podía ver gran parte de su muslo al descubierto mientras la mano de su jefe estaba apoyada sobre su tierra desnuda.
Los otros dos hombres fueron a preparar algunas bebidas y el jefe de mi mujer alargó la mano para atraer a la cuarentona a su lado.
Acariciando este algo más descarada su pierna, esta mantenía sus piernas separadas y cuando regresaron los dos hombres con las bebidas el cincuentón comentó, Raquel no me enseñes toda la mercancía que está aquí tu marido jijiji, calla Víctor como si te importase que estuviese aquí Raúl jaja.
Aquello me parecía bastante atrevido, Raúl destroza generalmente a su mujer mientras podía ver como acariciaba su cuerpo y Víctor añadía ya os vale.
Los tres salieron a la terraza quedándonos nosotros con Jorge el jefe.
Este para mi sorpresa seguía acariciando la pierna de mi mujer, bueno Fátima me ha comentado que tal vez podría interesante tener unos ingresos más.
Sí está claro sin ninguna duda, no sé si fue Jorge o mi mujer la que había desplazado aquella falda y la mano de aquel hombre estaba mucho más arriba en su pierna pudiendo casi enseñamos las bragas estando cada uno a un lado.
Mira sé que estáis pasando un pequeño bache y yo estoy dispuesto a poder de mi parte si tú pones de la tuya.
Yo empezaba a estar nervioso no tenía muy claro a que se debía, pero la familiaridad con la que acariciaba la pierna de mi mujer y ésta se dejaba hacer me hacía pensar suciamente.
Claro me imagino que al final de cuentas si quiere un sueldo tendré que ganártelo, contesté.
Fátima ahora tenía su mano cerca de mi entrepierna y su otra mano hacía lo mismo con Jorge, comentando aquí la cosa es la actitud y las ganas de ganárselo.
Jorge en aquel momento comentó, Fátima me ha contado que por las noches has abusado estando ya dormida, quise interrumpir pero me mandó callar, sí porque no te lo parezca y siendo tu mujer para ciertas cosas tiene que estar ella de acuerdo, te lo digo yo que he estudiado la carrera de derecho.
Bueno en la intimidad de mi casa podré tener relaciones con mi mujer contesté yo.
El hombre volvió a replicarme, con el consentimiento de tu mujer.
Fátima me permitidos acariciarte besarte, ya sabes que sí contestó sin despeinarse.
Pero qué cojones dice este tío y que le contestar mi mujer.
Podía ver claramente como la que el hombre estaba sobre la entrepierna de mi mujer y la acariciaba pudiendo ver su cara de vicio y como buscaba el calor de aquella mano mientras depositaban una mano en mi bragueta y la otra y la de Jorge.
Ves la diferencia ella tiene que estar receptiva, te molesta que lo este, yo miré a mi mujer mientras ella con los ojos cerrados disfrutaba de aquella mano.
Yo no mando en ella, pero eres su marido ¿no? Me preguntó tú me das permiso, dude que contestar y antes de decir una palabra más él añadió tu mujer ya me lo va y con eso ya es suficiente no crees.
En aquel momento regresaron Raquel Raúl y Víctor.
Esta venía completamente desnuda y ambos hombres solo con sus slips, marcando buenos paquetones.
Víctor preguntó cómo iba la cosa, no sé por qué fui yo el que contestó diciendo que bien, a lo que él añadió pues creo que estáis perdiendo el tiempo.
Los tres desaparecieron el interior de la vivienda yéndose a una de las habitaciones.
Mientras Jorge se ponía de pie y desabrochaba su pantalón, dejándolo caer delante de mí mujer.
Venga cielo ya sabes cómo me gusta, ante mismísimas narices mi mujer comenzó a mordisquear lo que era aquel bulto por encima de su slip, luego fue bajando lentamente la prenda sujetándola por ambos costados hasta que saltó su verga como un resorte.
Desde luego aquello era más grande que lo mío de un color oscuro y unos buenos huevos colgando todo aquello bien depilado con un buen capullo bien hinchado.
Fátima comenzó a chupar aquella polla como tantas veces lo había hecho conmigo sin ningún escrúpulo sin importarle que yo estuviese a su lado.
Yo tenía una extraña sensación estaba viendo una situación caliente realizada por mi mujer a un tío maduro todo delante de mí a escasos centímetros sin darme cuenta de que yo también tenía una buena erección.
Ves esta es la diferencia ella quiere comerme la polla y me da su permiso para follarla.
Ahora tú qué dices te parece bien o te parece mal. Bien quiere decir que te quedas mal te vas a tu casa.
Yo seguía sin contestar no sabía y que decir ni qué hacer mientras veía como aquel hombre disfrutaba de la mamada de mi mujer y está como lo hacía con su mejor vicio.
Cariño sabes cuál va a ser tu trabajo el mismo que el mío, si yo chupo pollas y me dejó follar para sacar unas pelas tú puedes hacer exactamente lo mismo, sentenció mi mujer mientras se había sacado aquel pollón de la boca que por lo menos debía medir 18 centímetros.
Jorge para rematar añadió mira Fátima me ha contado que disfrutabas mucho comiéndole el coño recién follado por mí la primera vez y te gustó y por Víctor la segunda vez porque la primera habías disfrutado o sea que ahora mariquita no te hagas de rogar y disfrutar de un buen manjar como lo hace tu mujer.
Sin esperarlo Jorge se volteó hacia mí y su folló un golpeó mi cara mientras que mi mujer que se encontraba sentada al lado mía terminó por pegar aquel pollón a mis labios.
Vamos cariño vamos a disfrutar y a ganar dinero abre esa boquita verás qué rico está.
No tenía que hacer gran esfuerzo para abrir la boca ya que Jorge empujaba lo suficiente para que mis labios no pudiesen contener lo que era inevitable.
Mi boca se abrió y sentí como aquel pedazo de carne gruesa y caliente invadía mi boca y con movimientos pélvicos comenzaba un mete y saca dándome mi mujer las pautas de cómo debía hacerlo, aprieta con los labios y deja que te folle la boca y con tu lengua saborea todo ese tronco de rica polla.
Fátima se levantó del sofá y acto seguido regresó con los dos hombres y aquella mujer.
Los hombres en seguida se pusieron en primera línea comentando que ya había una putita más en el grupo, después de unos minutos fue Víctor el que ocupó el lugar de Jorge mientras este comenzó a follar a Fátima a cuatro patas y a su vez se comía la polla de Raúl.
Víctor con sus manos ayudar a mi cabeza para que se la chupase está apoyado era más corta que la de Jorge verdugo grosor también considerable.
Suave zorrita no te atragantes suave que vas a tener polla para hartarte.
Fátima ya iba por el segundo orgasmo atacándose con la polla de Raúl en la boca y en aquel momento descargó Jorge en el coño de mi mujer varias embestidas duras fuertes dándole unas buenas azotainas en su culazo.
Este saco la polla completamente pringada con los flujos de mi mujer y su lechada se acercó a mí mirándome y simplemente sabía lo que tenía que hacer con mis labios recibí aquella polla mientras con mi lengua limpiaba todo aquel tronco sintiendo aquel sabor que ahora me recordaba el coño que me había comido cuando mi mujer dormía.
Fátima tenía una sonrisa destellante y cuando terminé de limpiar aquel pollón y sentí como todavía soltaba algo de leche y mujer mido señas para que me comiese su coño.
Me hizo tumbarme en el suelo mientras ella sentándose en mi cara abría su coño y podía ver como comenzaba a caer aquel viscoso líquido blanco y yo lo recogía con mi lengua para tragármelo hasta que lo limpie totalmente.
Fue Víctor el que comenzó a follarse a Fátima mientras ahora me comía la polla de Raúl y Jorge le ofrecía el ojete a mi mujer que está devoraba con devoción desde sus pelotas hasta su agujero negro.
Mi mujer gritaba de placer sintiendo como se aproximaban sus orgasmos y coincidiendo en uno de ellos con los chorros de Víctor en su interior, este sacó su verga para meterla también en mi boca y echar su última carga en su interior.
La polla de Raúl era más o menos diecisiete centímetros y un grosor medio era la que se follaba a la zorra de mi mujer mientras yo terminaba de comerme las últimas gotas de la de Víctor.
Raúl no tardó mucho en correrse y lo hizo dando buenos agarrados en ya por lo menos el décimo orgasmo de mi mujer este también terminó de hacerlo en mi boca mientras amamantaba aquella mi mujer se reía insultándome y comentando que ya tenía trabajo.
Volvieron a tumbarme en el suelo boca arriba y mientras Fátima se colocaba de cuclillas sobre mi cara podía ver como a gran velocidad comenzaba a caer todo aquel líquido mi boca teniendo que tragar con rapidez hasta que dejó de gotear y convencer a rebuscar con mi lengua en su interior.
Me sentía mal con un sabor de boca que me era desagradable y a su vez creía haber satisfecho los instintos más primarios de mi mujer dejándome mi masculinidad por los suelos siendo amamantado y alimentado por tres pollas lecheras.
Mi mujer estaba pletórica mientras los hombres festejaban mi entrega a ellos.
Jorge se dirigió a mí haciéndome la pregunta de rigor, que le parece a usted el trabajo quiere trabajar para mí.
Mi mujer me miraba con una sonrisa de oreja, añadiendo ella que no tuviese ninguna duda de que lo iba a hacer, Jorge siendo más sarcástico comentó que tenía que ser sexo consensuado y que yo tenía que pedirlo.
Me soltó un sobre con un papel en su interior en lo que parecía un contrato de trabajo, pero no al uso allí ponía entre otras cosas que permitía el uso del cuerpo de mi mujer y el mío propio para disfrute sexual de mi jefe y quien él estimarse oportuno, y un lugar para la firma.
Los tres hombres y las dos mujeres sonreían esperando mi firma.
En aquel momento vi como mi mujer besaba a Raquel con lengua y Raúl se unía a ellas.
Jorge me dio aquel contrato y el sobre y me dijo que me fuese a casa a pensarlo si tenía dudas mientras tanto mi mujer pasaría la noche con ellos.
Cariño firma yo disfruto mucho follando y la pasta nos viene bien.
No lo pensé más firme aquel papel mientras una vez que lo hice y ha puesto de pie sentí como Víctor se colocaba mi espalda acariciando mi cuerpo desde atrás hacia delante y Jorge lo hacía por delante sintiendo como este quería besarme, hice la cobra tímidamente pero Jorge suavemente comenzó a besarme hasta que sus labios al juntarse con los míos comenzó a introducir su lengua en mi boca abriendo por completo y entregándome aquel beso mi mujer estaba escaso centímetros y grababa con el móvil aquella escena luego fue Víctor que se unió a que la apasionado beso a tres bocas.
Para luego Raúl hace lo propio los tres hombres se turnaban para besar mi boca durante unos minutos sentí sus bocas besarme y sus manos sobarme por completo después Raquel se acercó hace lo propio sentí su boca cálida también sin notar ninguna diferencia entre aquellos hombres y esa mujer.
Fátima entonces comentó vamos a la habitación, sobre el suelo había un colchón de grandes dimensiones de dos por dos en el que se tumbaron los dos maduros, mi mujer continúa con el móvil en la mano.
Cariño quiero ver como te follan estas pollas quiero verte hecho un zorrón y todo esto lo quiero grabar para que luego en casa lo podamos disfrutar.
Mi mujer había tomado en definitiva las riendas del juego y ahora marcaba el guion de lo que quería que hiciese.
Le tenía que liar primero con Jorge ya que era mi jefe y el que pagaba mi sueldo así como si una auténtica puta se tratase comencemos realmente con él para luego bajar y empezar a comerme su pollón y sus huevos cuando ya la tenía bien dura le coloque un condón y yo mismo con un lubricante me extendí aquello por mi esfínter mientras mi mujer me penetraba con algún dedo me senté sobre aquel pollón y sentí un dolor intenso según me dejaba caer hasta que me la clave entera.
Sentía bastante dolor mientras mi mujer acariciaba mis nalgas y ahora Víctor le ofrecía su verga que comencé a chupar con devoción.
Diez minutos aproximadamente y me colocaron de cuatro patas y a partir de aquel momento sentí como los tres hombres se alternaban en follarme el culo.
Me dolía bastante y cada vez que cambiaban de polla era un volver a empezar mi mujer no perdía detalle tanto de mi cara como las pollas que me entraban mi ano.
Al final caí sobre aquel colchón abriéndome bien las piernas siguieron follándome hasta que sentí la primera apoya entrar en mi boca y derramar su leche así hasta que lo hicieron los tres hombres mientras mis ojos lloraban por la humillación y el dolor sufrido mi mujer me llamaba maricón puto pervertido y comenzó a escupirme y obligarme a abrir la boca uniéndose Raquel al festín de insultos.
Me quedé allí tumbado con mis lágrimas mientras todavía puedo ir a las dos mujeres disfrutar del sexo hasta que me quedé dormido a la mañana siguiente limpié ambos coños sintiendo aquel sabor que ya me resultaba familiar.
Fuimos para casa y mi mujer lo primero que hizo en casa es colocar la grabación en la pantalla del televisor mientras se tocaba su coño.
Y me hacía una pregunta tajante, cariño quiero que seas sincero quieres el trabajo o quieres que trabaje yo sola.
No tenía muy claro que quería que oyese así que le dije que lo que ella quisiera, cariño quiero que seas la putita de mi jefe como lo soy yo y quiero verte chupar todas las pollas posibles y ver cómo te follan grabarlo y luego disfrutarlo viéndolo.