Exhibiendo a mi esposa (2)

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Después de tantas aventuras con un par de amantes nuestras experiencias en tríos empezaron a ser monótonas, necesitábamos más morbo, mi esposa decidió experimentar aun no sabíamos que haríamos, pero me insistió que la experiencia con el conductor de Uber le había calentado demasiado.

Volvimos a intentarlo, pero esta vez mas descarado y con más público, conseguimos una blusa negra con transparencia, ella se la puso sin sostén dejando a la vista sus grandes pechos, lo convino con una falda de piel super ajustada y corta de color negro.

Tomamos el metro y desde que entramos todos los hombres la volteaban a ver de maneras tan pervertidas y con miradas muy morbosas, el reto era pasear por varias estaciones robando miradas, y piropos, pero al primer valiente que se atreviera a sobrepasarse con ella, tocándola o fotografiándola, se iba a llevar el premio mayor y ella tendría sexo con el afortunado.

Debo admitir que tardo un poco más de 1 hora, hasta que un señor mayor de 70 años aproximadamente, se veía arrugado de la piel, era alto y robusto, demasiado panzón y velludo.

Disimuladamente saco el teléfono y lo empezó a apuntar a mi mujer, se paró y camino hacia nosotros, y trato de grabar por debajo de su falda, lo dejamos pasar y disimulamos que no notamos nada.

Enseguida un amable señor se acerca algo nervioso y nos comenta que el anciano había pasado con el teléfono por debajo de la falda de mi mujer, y le había parecido que iba grabando. Le agradecimos y se marchó muy sonrojado, pues no quitaba la mirada de los pechos de mi mujer.

Confirmando nuestras sospechas nos acercamos al viejo, esperamos que bajara y lo abordamos, se notaba nervioso, y lo confronte, con voz acelerada dijo lamentarlo y que borraría el video enfrente de nosotros, me acerco el teléfono para que yo mismo lo borrara, pero le dije que no era necesario que de hecho estaba de suerte, le explicamos nuestro reto y acepto.

Fuimos a un motel cercano, y entramos los tres a la habitación, enseguida puse música y le dije a mi mujer que tratara de relajar a nuestro amigo. Lo recostó en la cama y comenzó a hacerle un striptease, hasta quedar desnuda, mientras yo grababa todo. Le bajo los pantalones y empezó a chuparle el miembro flácido y canoso, el viejo se quitó la camisa y los zapatos quedando completamente desnudo y acostado en la cama mientras se concentraba por tener una erección.

Confieso que gran trabajo hizo mi mujer pues no tardo en poner dura esa verga vieja, empezó a chupárselo con velocidad chocando su frente con la barriga del viejo, después de unos minutos puso a mi esposa a cuatro patas en la cama y empezó a comerle el culo, metía sus gordos dedos ensalivados por la vagina de mi esposa, ella gemía de placer.

El gordo se dispuso a penetrarla con fuerza, para ser mayor tenía mucha potencia. Bombeaba la vagina de mi mujer, y a la vez metía dos de sus gordos dedos en el apretado ano de mi mujer,

El señor me pidió permiso para romperle el ano, dijo: Amigo creo que ese culo quiere verga ¿puedo reventarlo?

Mi mujer no me dejó responder y le dijo: Papi, soy tu puta en este instante no le hables al maricon de mi marido y hazme lo que quieras.

No lo pensó y dejo caer todo su peso sobre mi mujer penetrando con vigor su ano, ella soltó un grito y después mordió las sábanas tratando de ahogar el dolor, pues la verga de nuestro amigo era demasiado gorda, empezó nuevamente a castigar a mi mujer con sus vigorosas penetradas, hasta que se corrió en su ano, salió de mi mujer y se tumbó en la cama.

Mi mujer a un costado suyo boca abajo me ordeno limpiar los fluidos de su macho. Deje de grabar y me hacer que, a su culo, abrí sus nalgas y vi el chorreante liquido espeso salir de entre su cuerpo, lo saboree y comí todo lo que me ordeno, me tomo del cabello y me puso la cara cerca del pene aun erecto de su amante. Levanto su barriga para hacerle espacio a mi cabeza y me puso a limpiar el pene del viejo, succione la última gota del rico semen como buen cornudo.

El viejo solo disfrutaba de las perversiones de mi mujer, se besaron apasionadamente durante varios minutos mientras el manoseaba sus pechos y nalgas. Después de un rato nos fuimos del lugar intercambiando números para repetir la experiencia.

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2 COMENTARIOS

  1. Que hombre ( viejo ) afortunado!!!
    A su edad poder reventar un ano y que un puto le coma el semen.
    Merece ser felicitado y recompensado con otro encuentro
    Belu

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