¿Cómo llegamos a este punto? A este cuarto de motel donde mi esposa está vendada y atada de pies y manos, usando solo un corsé medio abierto y siendo devorada en su sexo por mi y el amigo cómplice dándole gusto total en sus senos, mamando, chupando, apretando, lamiendo. Creo que debo contar todo desde el principio…
Hoy cumplimos 8 años de casados y tras vivir la típica vida de matrimonio con dos hermosos hijos, mi esposa sigue siendo tan hermosa como cuando la conocí, bueno yo así la veo, me gusta su rostro con rasgos orientales, se ve mucho más joven de los que es, bueno aun es muy joven a sus 33 conserva unos senos hermosos, grandes en aureola, de buen tacto, piernas hermosas, estar en medio de ellas es todo un espectáculo visual y siempre me ha vuelto loco su culito, es a la primer mujer que realmente desee romperle el culo. Yo soy mayor para ella por 17 años, es mi segunda esposa. La llamaremos Elisa en ese relato y yo Antonio.
El hecho de tener esa diferencia de edad me ha hecho consiente de que estamos llegando a la etapa en donde yo solo no soy capaz de darle la diversidad o calmar sus calenturas ahora que está en plena juventud de su sexualidad. Antes de conocerla yo había vivido experiencias swingers o de relaciones libres y sé que eso es algo que tarde o temprano se presenta en las parejas. La monotonía y el aburrimiento puede estancar las relaciones, lo importante de abrirse a este tipo de interacciones es siempre comunicarse y acompañar a la pareja para cuidar de ella. Eso es algo vital.
Para empezar a darle variedad al sexo he comprado juguetes y la he hecho fantasear con más personas mientras tenemos sexo. Al principio le parecía raro, sobre todo por la forma en la cual fue educada, una crianza cristiana en donde todo es malo o prohibido. Platicaba con ella, le hacía ver que tenía plena libertad de pedir lo que deseaba con relación a su sexualidad y que yo era su pareja y cómplice y siempre le daría seguridad para vivir sus deseos… Todavía le cuesta trabajo expresar esos deseos locos… Sin embargo, no se ha cerrado a la invitación.
Así empezamos los juegos de roles, las fantasías, las travesuras en público, al grado de que por fin en una noche especialmente cachonda en la cumbre de la calentura le dije…
Antonio: imagina que ahí a pie de cama está el tipo que te gusta y esta excitado de ver como te cojo… ¿Qué le dirías?
Elisa: ay mi amor ya vas a empezar (respondió con voz jadeante)
Antonio: si anda, dime, imagina que ahí está viendo tu cuerpo desnudo siendo penetrado, ¿te gustaría que él también estuviera desnudo?
Elisa tomándose unos segundos en responder, con los ojos cerrados y relamiéndose los labios dijo -si, me gustaría… mmmm… Si.
Sabía que había llegado el momento de meterle más candela al asunto. Continué diciéndole.
-Imagina que lo ves a los ojos, le sostienes la mirada con total seguridad, con descaro. Y le pides que se masturbe, ¿te gustaría ver como se masturba viéndote a los ojos mientras yo sigo bombeándote?…
Tardó unos pocos segundos en responder y yo veía como se sonrojaba y de su boca salió un…
-Uy si me gustaría (jadeando y con tono muy cachondo), si si quiero verlo mmm
Antonio: me gustaría que le pidas que se acerque y que tú lo masturbes… ( debía ponerla muy cachonda para que se atreviera a decirme el nombre de la persona con la cual estaba fantaseando)
Elisa: ¿de veras te gustaría que yo masturbe a otro mientras cogemos?
Antonio: yo solo quiero verte siendo la puta que aun no dejas salir (le dije pellizcando sus hermosos senos)
Elisa solo seguía disfrutando y seguramente todavía imaginándose la escena.
Antonio: anda dime, ¿quieres un trío? ¿Quieres estar gozando con otra verga ahora mismo? ¿Quieres mamársela a ese tipo? ¿Se la mamarías?, anda dime, admítelo.
Tras unos segundos de jadeo fuerte, solo respondió -siiii, se la quiero mamar, quiero sentir su verga.
En ese instante mi temperatura subió y empecé a darle más duro, me puso muy caliente oírla admitirlo. Ese era el momento para sacarle la confesión.
Le pregunté. Dime ¿quién es? ¿Cómo se llama? ¿La verga de quién quieres? Dímelo putita, dímelo. Le decía en cada estocada. Al parecer la ponía más caliente que le dijera puta.
Y ahí Elisa lo soltó -el panadero, es el panadero, me gusta, lo deseo…
Después de esta confesión ya me dejé ir sin control solo quería llenarle el coño de lefa, quería sacar toda la leche y premiarla por la audacia de su confesión. La eyaculación fue riquísima y también la vi entregarse a la fantasía por completo… Fue grandioso y además marcó el parte de aguas para hacerlo realidad. Elisa me dijo después -te pusiste más cachondo de lo normal, ¿en verdad me regalarías un trío?
Solo respondí -sin lugar a dudas, te amo.
Lamentablemente nos mudamos a otra ciudad y nunca pude organizar nada para darle ese gusto a Elisa. Pero la idea seguía viva.
Elisa es algo pasiva y nunca iba a intentar vivir esa fantasía por su cuenta sin embargo es el tipo de persona que una vez se encuentra en la situación sigue adelante sin rajarse, así que darle esa experiencia dependería de mí.
Me hice amigo de una pareja swingers, me tomé el tiempo para escoger al caballero adecuado y sobre todo que sepa como interactuar con respeto y no tener alguien latoso que intente molestar a mi esposa después del encuentro. Así decidí por Alberto. Unos cinco años más grande que Elisa y sin duda demostró ser un caballero. Su esposa entendió lo que yo le pedía a Alberto y nos dejó hacer los planes sin interferir, con la condición de que después podamos interactuar los cuatro (a ella le gustan también las chicas).
Primero decidí el vestuario que le regalaría para la ocasión. Tenía muchas ganas de ver a Elisa en corsé, con ese par de tetas seguro se vería fabuloso en ella, afortunadamente el corsé se vende con la tanga a juego así que encargué uno de color negro. También compré una falda corta de vuelo color negro. La altura perfecta para mostrar sus piernas y cubrir lo indispensable, coqueta pero discreta. Listo ahora a preparar el escenario.
Alguna ocasión Elisa había manifestado querer ir de copas y que yo me quedara a la distancia y ver quien le coqueteaba. Así que abordé esa idea, solo que el seductor ya estaba decidido sin que Elisa lo supiera.
Le sugerí a Elisa vivir esa experiencia de estar separados en el bar a ver que pasaba y que ella podía estar de calienta vergas. Acordamos que ella me indicaría cuando debería acercarme para dar fin al juego e irnos los dos al motel. Aunque ella no sabía que eso sería solo el siguiente paso para sacar su puta oculta.
El plan consistía en que Alberto se le acercara e hiciera toda la labor de prenderla y después nos ancalzaría en el motel sin que ella supiera lo que iba a pasar ahí. Alberto esperaría mi mensaje para llegar y hacer su parte.
Le dije a Elisa que le tenía preparadas varias sorpresas para la noche en el motel, compré una mascada de seda para vendarle los ojos, un juego de arnés para sujetarla a la cama de muñecas y tobillos y le compré un antifaz de zorrita cubierto con brillitos.
Así llegó el día, ya estaba todo preparado, Elisa quedó encantada con la ropa que elegí y me dio gusto usándola, se veía divina, esas tetas pedían a gritos salir, apenas llegaban a cubrir el inicio de sus preciosas aureolas. Ella se puso unos tacones altos y se sujetó el cabello dejando libre su cuello y sin oportunidad de que su largo cabello negro cubriera el escote de muerte.
Le dije a Alberto que estuviera ahí antes para evitar que algún otro le ganara la oportunidad. Al llegar al bar como habíamos acordado ella entró primero y luego yo.
Lamento no haber podido ver la cara de los tíos cuando Elisa entró sola, hubiera sido una pasada poder disfrutar de eso, pero Alberto me dijo que varios hombres voltearon de inmediato al verla y la siguieron con la mirada comiéndosela en su mente. Los que no voltearon fue porque iban con pareja. Yo entré a los cinco minutos y me ubiqué al otro lado de la barra donde ella se había colocado. Alberto ya estaba cerca de ella perfilándose, él es alto y de manos grandes seguro que le gustaría a Elisa pues le daba un aire a su querido panadero, que no había podido comerse.
Alberto no tardó nada en acercarse y hacer la plática, obvio Elisa no se hizo del rogar pues esa era la intención del juego. Al estar la música alta no podía escuchar nada de lo que se decían, pero ella ponía cara de entretenida y se reía de las tonteras que le decía Alberto. Ocasionalmente volteaba Elisa a donde yo estaba y me guiñaba un ojo o tomaba de su copa relamiéndose los labios mientras me veía, se le podía apreciar qué se estaba divirtiendo y se veía sonrojada, señal de que se estaba poniendo cachonda.
Alberto le acariciaba su brazo, le acomoda el cabello en su oreja y ella se dejaba hacer, se acercaban para decirse cosas al oído porque la música solo permitía hablar de esa forma, yo estaba entre caliente, celoso, y feliz de ver a mi mujer siendo tan coqueta. Alberto no tenía ningún reparo en ver descaradamente el escote a Elisa y no le importaba si ella se daba cuenta. Al contrario, parece que se las elogiaba de forma directa y ella disfrutaba de ese descaro. Sin duda en algún momento Alberto le estaba acariciando las piernas porque vi como ella bajaba su mano para liberar sus piernas del ataque del descarado amigo, pero demostrando que no le molestaba para nada, jugando al estira y afloja.
Durante esas cosas que se decían estoy seguro que le dijo a Elisa que lo tenía muy caliente porque claramente se vio que la invitó a que viera su erección y ella abrió los ojos y se rio con ganas al ver al monstruo debajo del pantalón, y los colores se le subieron más al rostro… Estoy seguro que Alberto la invitó a que ahora ella tocará la virilidad de su paquete porque él le tomó su mano y desapareció debajo de la barra, Elisa no apartó la mano, se tomó su tiempo sin duda para poder comprobar lo que ella había provocado y quería disfrutar de su logro. Mi amigo Alberto estaba gozando de lo lindo cachondeando a mi mujer y yo sin perder detalle de la novela muda erótica qué mi tierna y recatada mujercita estaba protagonizando.
Elisa ya llevaba varias copas y se veía mucho más desinhibida y entregada a la plática la cual siempre estaba acompañada de toqueteo entre estos dos. Elisa se levantó y quiso ir al baño, Alberto como todo caballero (si claro) la acompañó al tocador. Cuando pasaron a mi lado pude ver como él la llevaba abrazada y bajaba su mano tocando el hermoso trasero de mi mujercita dibujando círculos con sus dedos por encima de la falda y ella dejándose hacer, solo me guiñó una vez al pasar. Una vez Elisa entró al baño, Alberto volteó a verme y me levantó los pulgares con una sonrisa de oreja a oreja, yo solo levanté mi copa brindando a su salud.
Tras salir del baño Alberto no perdió oportunidad para repetir la maniobra pero ahora no dibuja círculos y en su lugar fue a tomar de forma firme y decida el trasero de Elisa, sin duda uno de sus dedos debió llegar hasta su ano porque ella dio un brinquito respingón y le premió con una sonrisa su descaro. Solo estuvieron unos cuantos minutos más y Elisa me hizo la señal de que era momento de que la sacara de la situación, sin duda estaba lista para irnos a apagar su calentura. Así que me dirigí hacía donde estaban y al llegar solo escuché…
Elisa:… bueno Alberto ha sido muy divertido pero ya llegó mi maridito y debo irme antes de que regañe por ser una niña mala…
Elisa lo tomó del cuello y le dio un beso suave en los labios, no demasiado largo, no corto, solo lo suficiente para dejarlo alucinado y con la otra mano vi como se despedía del amigo que seguía despierto debajo de sus pantalones.
Ahora yo fui quien le guiñó a Alberto y salimos de ahí. Al llegar al auto Elisa me dio un beso tan caliente y se notaba la lujuria qué estaba sintiendo en ese momento. Su respiración estaba entrecortada y al llevar mi mano debajo de su falda pude notar lo empapada qué estaba. En cuanto estuvimos adentro del auto le dije que se quitara la tanga y nos fuimos metiendo mano durante el trayecto al motel. La ventaja de vivir en una ciudad pequeña es que el trayecto entre dos puntos es muy corto. En 10 minutos ya estábamos en el motel pidiendo una habitación.
Al entrar le dije que si había disfrutado de ese momento y ella solo decía que si que fue muy divertido y que estaba muy caliente, que se sintió muy puta al saber que yo no perdía detalle de ese momento de seducción.
Antonio: me da gusto que te sientas tan puta porque ahora solo empieza la noche. (Saqué el antifaz, el arnés y lo coloqué en el colchón de la cama).
Elisa: y ¿esas cosas? ¿Me vas a vendar y a esposar? ¿Vas a atarme?
Antonio: tú solo déjate llevar, ¿si? Esta noche puedes pensar que soy tu amigo del bar que dejaste todo prendido. Y deja que tu imaginación haga el resto. Solo disfruta de lo que sentirás hoy, ¿de acuerdo?
Elisa: ok, estoy demasiado caliente así que has lo que te plazca y dame todo el placer.
Antonio: ok solo dejame ir al baño rápido y regreso a colocarte todo.
Ya en el baño le mandé mensaje a Alberto, le di el número de habitación y le dije una vez más, que debía recordar el plan… Elisa estará atada y vendada. Yo simularé pedir room service y él llegara a la habitación 20 minutos más tarde… Elisa pensara que es el chico de room service, pero se sacara de onda al saber que alguien más entró al cuarto y ella estará completamente expuesta. Escuchará toda la conversación y todo lo demás fluirá para hacerla sentir atendida por dos hombres deseosos de darle placer, de ser utilizada a nuestro antojo.
Salí del baño y empecé a vendarle los ojos a colocarla en la cama, le puse las esposas en sus muñecas, en sus tobillos, le coloqué el antifaz de zorrita y ella solo se dejaba hacer… Con toda calma le baje su falda dándome un festín oral con su completamente húmeda vagina…
Antonio: dime putita ¿te divierte calentar vergas y después irte así como así?
Elisa: pues si, me divierte mucho ver como siempre las vergas se paran ante mis coqueteos, disfruto tener ese poder.
Antonio: ah ¿si? Pues ahora si me voy a desquitar por haberme dejado todo prendido en el bar, y tu marido pendejo va a lamentar tener una esposa tan puta como tú.
Como me imaginaba Elisa se prendía cada vez que la hacía sentir puta, se escuchaba como aceleraba su respiración y se veía ansiosa por intentar mover sus manos para tocar… Y eso la estaba mojando a chorros, no la había visto tan húmeda como esa noche.
Le abrí los primeros broches del corsé y se veía maravillosa, sus pezones totalmente erguidos, duros, y yo me relamía con eso… Le dije que estaba tomando video y fotos para que después se las enviara a su marido y se la jalara viendo a su esposa puta como se la cogía un extraño (debía desempeñar bien el papel de Alberto y jugar con la mente de Elisa).
Elisa: ay si, gózame esta noche soy tuya, hazme lo que quieras, soy tuya papi, dame verga, dámela.
En eso sonó el teléfono de la habitación, anunciando qué había llegado alguien preguntando por nosotros, solo dije -ah si adelante lo estamos esperando.
Elisa: ¿quién era? ¿A quién esperamos?
Antonio: no te preocupes amor, es el de room service, cuando fui al baño pedí algo de comida y bebida.
Elisa: ah ok, muy bien
Antonio: espera, creo que está por llegar déjame ir por las cosas…
En unos instantes ya estaba Alberto tocando a la puerta.
Alberto: servicio al cuarto, aquí esta su orden.
Antonio: ah claro, pasa, pasa… deja las cosas en el tocador junto a la cama. (Obvio no llevaba nada)
Solo pude ver como Elisa levantaba la cabeza y decía ¿qué? Espera no, espera, ¿cómo así?
Antonio: tranquila amor, seguro este joven está acostumbrado a ver estas cosas y no lo ve raro, ¿verdad joven?
Alberto: no se preocupe, es algo normal para mi, además con ese antifaz de zorrita no la podré reconocer si algún día la veo en la calle y usted por lo que veo no puede verme a mí, así que está segura.
Antonio: ¿ya ves amor? El joven es todo un profesional.
Elisa: ¡pero yo estoy aquí toda expuesta me da pena!
Alberto: Como le dije señorita no podré reconocerla así, salvo que la vuelva a ver desnuda porque esos pechos si serán difíciles de olvidar, con todo respeto señor, su novia o lo que sea está muy rica.
Antonio: gracias aprecio tu comentario de la belleza de mi putita.
Elisa: ¡Antonio! ¡Espera a que se vaya el joven!
Antonio: bueno bueno, deja le pago… Ah pero joven me va a perdonar pero no traigo cambio para la propina, si tienes tiempo nos puedes tomar unas fotos y video y así te ganas una propina más grande, ¿nos ayudas?
Elisa: ¡Antonio!
Alberto: claaaro, será un gusto ayudar.
Sin dejarle reclamar me acerqué a la boca de Elisa y la callé con un beso apasionado y le metía dos dedos en su rica y mojada conchita.
Elisa solo suspiraba y me decía -no Antonio para, me da pena, no sé, esto no lo esperaba, es demasiado loco.
Antonio: disfruta, deja que nos vea y como te dije tú déjate llevar, esta es tu noche, esta noche te gradúas de puta
Alberto ya estaba con mi teléfono tomando fotos y videos y también puso su teléfono en el tocador para grabar todo.
Antonio: ¿a poco no mi mujer tiene una pinta de putita?
Alberto: si sin duda, a todas las mujeres se les da ser algo golfas, pero su mujer si se ve bien puta, se ve que esta super mojada, a ver métasela, sin duda se va a ir hasta el fondo porque ese chocho esta que chorrea.
Haciendo caso del director de escena improvisado me coloqué entre las piernas de mi amada y pude sentirla hirviendo, estaba super caliente
Antonio: aaah qué rico, esta super caliente mi putita aaah qué bien se siente.
Efectivamente mi verga se fue hasta el fondo sin dificultad, Elisa estaba empapada. Le bombeaba tan rico y estábamos disfrutando de lo lindo. Elisa ya se había olvidado de respingar, solo jadeaba e intentaba liberarse de sus ataduras.
Antonio: ¿te gustan las tetas de mi mujer?
Alberto: sii claro, como le dije, son difíciles de olvidar. Seguro le salieron caras, una lana invertida ahí.
Antonio: no que va, son naturales, ven tócalas para que veas que buen tacto.
Elisa: ¡Ah ah Antonio?! ¿Qué?!
Pero no le dio tiempo de nada más, ya que casi de inmediato mi amigo ya estaba tocando ambos senos y se los pellizcaba y jalaba
Elisa solo abrió más la boca y dejo salir un gran suspiro y su respiración se agitó más…
Antonio: ya ves que son naturales, pruébalas, saben riquísimo.
Sin dudarlo Alberto se acercó a uno de sus senos y se metió todo en la boca, sin duda lo estaba deseando desde que le vio ese escote.
Elisa solo podía jadear y moverse agitadamente por el placer y la desesperación de saber que un extraño la estaba disfrutando sin su consentimiento, pero su calentura podía más y se entregaba al placer que su cuerpo estaba sintiendo.
Antonio: amigo, quítate la ropa y deja que mi putita toque tu palo, déjala que goce de tu verga.
Alberto: claro que si, usted es el jefe y yo estoy para servirles.
Nunca había visto desnudarse a nadie tan rápido como a él, sin duda el que Elisa lo haya puesto tan caliente en el bar había hecho que él estuviera muy ansioso por gozar de ella.
De inmediato se subió a la cama y acerco su palo a una de las manos de Elisa quien de inmediato la buscó y empezó a recorrerla a lo largo y ancho.
Alberto: ¿qué tal putita? ¿Te gusta mi verga? Dale, date gusto golfa.
Elisa: si que rico, que grande, uy ay que cosa tienes, ay si.
Yo al verla ya totalmente entregada en el juego me prendí y seguía dándole por su rica concha era una visión como se mordía el labio inferior y ver como meneaba la verga de mi amigo que ponía los ojitos en blanco ante la artes de mi mujercita.
Antonio: ¿ ya viste que carnosos labios tiene mi putita? No te niegues el placer, bésala y deja que te lo mame, ¿no ves que esta puta va a hacer todo lo que quieras? Méteselo en la boca a la golfa.
Salí de la vagina de Elisa me dediqué a darle sexo oral. Alberto seguía comiéndose la boca de Elisa, el beso era más que apasionado y su verga brillaba de lo duro que estaba, después de ese beso, Alberto puso una pierna a cada lado de Elisa y su cara quedo inevitablemente de frente al palo de mi amigo quien de una se la puso en los hermosos labios de mi putita. Ella ni tarde ni perezosa se lo engulló, casi no le gusta hacer sexo oral pero ahora mismo parecía que lo disfrutaba sobremanera, se tragaba todo lo que podía.
Alberto: uuf que rico lo mama esta perra, uuf, es toda una puta mamadora, así mami chupa, trágatelo todo.
Antonio: disfruta mi querida putita, disfruta de estas dos vergas.
Elisa no podía hablar pero su cuerpo decía lo que las palabras no podían, se contorsionaba debido a las ataduras y su vagina no dejaba de chorrear… Cual fue mi sorpresa que por primer vez tuvo un squirt y tuve el placer de recibirlo en mi rostro… Se sacó la verga de la boca y solo emitió un profundo aaaah de placer.
Elisa: a aaah Dios que rico, que rico, ay que puta que me siento, amor desátame, quiero tocar, gozar, me siento muy perra, háganme todo, soy su puta, los quiero dentro de mi.
Antonio: ok putita te soltaré, pero no te quites la venda y el antifaz.
Elisa: si ok pero no paren.
Le quite las esposas de sus muñecas y tobillos y Alberto sacó su verga de la boca de mi esposa y me pidió chance ahora de comerle el coño a mi mujer…
Así que cambiamos lugares pero ahora Elisa ya acariciaba la cabeza de mi amigo o tocaba mis huevos al estar mamándome…
Si quieren segunda parte manden comentarios.
Queremos segunda parte
Exelente relato felicidades a tu putita y a vos también
excelente lo estaba leyendo con mi esposa y ya accedió al trío que tanto le había insinuado
excelente relato, nada como un trío¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Genial!! Me da gusto, excelente
Verás que pronto tendrás esa experiencia
Muy bueno el relato
Que trío más rico de seguro la pasaron de maravilla, como me gustaría que mi esposa se acabe de convencer de hacer el trío.
Saludos
Que buen relato, me novia en nuestro primer trío también experimento su primer squirt