Una nueva etapa

1
11038
Tiempo de lectura: 12 minutos

Reciban un saludo todas y todos. Mi nombre es Tomás y me considero una persona bastante sexual. Aunque ya se me empiezan a notar los años, a mis 45 todavía me conservo bastante bien. Soy de tez morena, y aunque no soy muy alto, lo compenso con habilidades reconocidas por mis ex compañeras en la cama.

En esta etapa de mi vida me he ido alejando poco a poco de viejos prejuicios e inseguridades para abrir más mis horizontes sexuales. Experimentar sexualmente, y en particular un trío es algo que siempre me había parecido lo más excitante, y luego de varios años de verlo en películas porno, llevaba ya tiempo sintiendo que requería ver algo más real que ver un acto pagado en la pantalla de mi tableta.

Les decía que afortunadamente me ha ido bien en la cama, pues tras mi divorcio tuve la oportunidad de conocer a varias chicas que me han dado buenos comentarios sobre mis aptitudes, lo que me ayudó a elevar la autoestima, que durante largos periodos en mi vida estuvo bastante baja. Para mi fortuna, las buenas valoraciones sobre el tamaño de mi verga siempre han sido una constante (mediana/grande pero muy habilidosa), y tras mi divorcio y verme de vuelta al ruedo, las buenas valoraciones continuaron producto de noches memorables de citas ocasionales: poco hablar y mucho coger.

Así fue que, tras varias relaciones pasajeras, un día conocí a Valentina —mi pareja actual—por una app de citas. Y lo que empezó como todas las demás (tomando en algún bar y después buscar un motel para coger en la noche), con el paso del tiempo más bien fuimos conociéndonos y gustándonos, al grado que la cosa fue escalando y ya llevamos 4 años de pareja.

Aunque Vale es más grande que yo —me lleva 4 años—es claro que ella es una de esas personas cuyo físico desafía al tiempo, pues como toda buena norteña mexicana, es más alta que yo, bastante guapa y preserva su figura con buena alimentación y ejercicio. Aunque no tiene pechos muy grandes, tiene unas piernas largas y muy bien torneadas, desarrolladas luego de varios años de gimnasia durante su juventud, (y actualmente con la bicicleta, que no deja nunca), lo que también le ha dado un culo firme y bien torneado.

Pero lo que sin duda más atrae miradas sobre ella, es que es una de esas rarezas de piel morocha con ojos verdes, que combina con pelo castaño oscuro. Es común presenciar que tanto hombres como mujeres le digan “qué guapa eres, qué lindos ojos tienes…”. En esta etapa de mi vida, esos comentarios que escucho que le hacen, lejos de molestarme o darme celos, me halagan y me excitan muchísimo.

Aunque Vale se ha encargado siempre de transmitirme la tranquilidad de serme fiel y ser cauta con esos comentarios, también me ha confesado que ha habido ocasiones en que se le han insinuado y ha sentido alguna conexión. Por eso cuando empecé a fantasear con la idea de proponerle experimentar algo diferente se presentaba como algo especial: además de atracción física e intelectual, hay muy buen sexo (el mejor que he tenido en pareja) y un amor creciente.

Y es que debo compartirles que Vale ha resultado tener una personalidad especial: cordial y a veces hasta un poco seria con amigos o en eventos sociales, pero en la cama se desata y se entrega como pocas; y con alcohol, verdaderamente se vuelve una perra. Pese a ello, las conversaciones sobre experimentar siempre llegaban a un vacío:

—Acepto que me ha pasado por la cabeza esa fantasía, pero no creo ser capaz de llevarla a la realidad. Realmente no sé qué piensas de mí y de nuestra relación cuando platicamos de esto Tomás —Me terminaba diciendo siempre, para mi frustración y desasosiego.

Y así seguimos durante un muy buen tiempo, hasta que en una ocasión mi suerte fue diferente. Todo empezó cuando Vale y yo decidimos ir de último momento a la fiesta de cumpleaños de Dinorah, la hermana de un buen amigo de la universidad. Dinorah es 15 años menor que nosotros, una aspirante a actriz con un carisma muy particular y con un cuerpo cuya juventud se complementa con una atractiva figura —tan delgada como apetecible— y una actitud extrovertida. Dinorah era una chica atractiva pero inocente; de ese tipo de perfil que invita a ver varias veces por semana sus posts en Instagram.

Ese día Vale iba muy bien vestida porque fuimos a cenar para celebrar nuestro aniversario, con un pantalón ajustado y un abrigo negro que cubría una blusa blanca y un sostén muy ligero. Salimos con varias copas encima, pero quisimos seguir la fiesta y no nos costó mucho animarnos a seguir la fiesta en el festejo de Dinorah.

Cuando llegamos a la fiesta, fue muy fácil saber dónde estaba la festejada: Dinorah sencillamente se veía espectacular, con una minifalda que dejaba ver su delgada y bien formada figura, con botas negras.

Cuando llegamos a felicitarla notamos que ya traía varias copas encima —igual que Vale y yo—. Al presentarle a Vale, me llevé una gran sorpresa, pues apenas la conoció Dinorah me dijo con desparpajo:

—Oye qué guapa está tu novia, ¡te la quiero bajar! (lo que en mexicano implica intentar quitarte a tu pareja).

Como niña detrás de un dulce —y ya barriendo algunas palabras—Dinorah no dudó un segundo en acercarse a Vale para expresarle su deseo:

—¡Encantada de conocerte Vale! Como sabes hoy es mi cumpleaños, y como regalo, quiero un beso tuyo.

Para mi sorpresa, ella solo se limitó a responderle con una de esas sonrisas sexys que le caracterizan:

—Vaya jaja ¡pero qué muchacha tan atrevida!

Dinorah se volteó de inmediato a verme:

—¿Puedo Tomás? ¿Verdad que le das permiso de besarme?

Usualmente soy de reflejos algo lentos para actuar rápido ante los juegos de seducción (confieso que por cada acierto logrado a lo largo de mi vida sexual, he tenido también varios yerros lamentables), pero esta vez actué con nervios de acero y proyectando total seguridad:

—Pregúntale a ella. Es a ella a quien quieres besar. Yo no tengo ningún problema.

Creo que en medio de la súbita propuesta, Vale agradeció esa afirmación y confianza de mi parte, por lo que sonrió nuevamente, y para mi sorpresa reaccionó muy tranquila:

—está bien. Ven Dinorah.

Dinorah no dudó un segundo en acercarse y darle un beso inocente. Apenas vi sus bocas rozarse, sentí un deseo descomunal y una sensación de haber logrado finalmente ver un poco de lo que tantas veces he fantaseado. Mi verga se puso al rojo vivo, pero seguí fingiendo estar perfectamente controlado.

—¡Vamos, eso no es un beso! -les dije, tratando de disimular al máximo mi excitación.

No necesité decir más para que Dinorah se volteara nuevamente para sacar su lengua y meterla en toda la cavidad de Vale, quien no dudó en regresarle el gesto con la sensualidad y refinada sensualidad que la caracteriza. Fue un beso tan caliente, que todos los que estaban cerca de la escena se paralizaron con cierto asombro y morbo para ver tan increíble espectáculo entre dos chicas atractivas.

Cuando finalmente se separaron luego de unos segundos (que ojalá hubieran sido horas), Vale solo atinó a decir:

—Bueno, pues ¡muchas felicidades Dinorah! Le sonrió nuevamente y tras una breve pausa, Dinorah le dio otro beso de despedida, para ir a perderse entre sus amigos y seguir festejando.

Debí mostrar cierta compostura para que el espectáculo no molestara a nadie, y todo terminó como una fiesta cualquiera.

Pero al otro día, no podía pensar en otra cosa más que en ese momento. Era la primera vez que finalmente lograba que mi pareja intimara con otra persona. Era una sensación de fascinación y deseo que no me dejaba pensar en otra cosa.

En algún punto de la tarde, no pude más y me confesé con ella:

—amor, debo decirte que lo que pasó ayer es lo más caliente que he visto. Tu beso me llenó de excitación y solamente de pensarlo se me para de nuevo.

Sorprendentemente, esta vez escuché una respuesta bastante diferente que la de siempre:

—la verdad que a mí también me gustó amor. El hecho de que fuera yo quien le dijera que sí podía besarme me hizo sentir empoderada. Además, Dinorah es una chica francamente atractiva.

Ante esa respuesta, me animé y nuevamente le propuse:

—Vale, sé que lo hemos hablado antes y me has expresado tu opinión. Quizá no lo he planteado bien amor, pero contigo siento esa seguridad de abrirme más a seguir explorando posibilidades como la de ayer.

Ella, en un tono tranquilo me dijo:

—Entiendo que en el pasado te dije que no me gustaría. Quizá porque lo planteabas como una fantasía tan tuya que yo me sentía desplazada al papel de una cualquiera. Pero francamente encontré muy excitante el arrebato de Dinorah.

—mi amor ¿Te gustaría que intentara que la veamos de nuevo?

Y cuando después de pensarlo, finalmente me esbozó un tímido pero más que suficiente “sí, creo que estaría bien”, tuve que hacer un esfuerzo enorme por ocultar mi júbilo.

Al otro día, le escribí a Dinorah por Instagram (porque no tengo su celular). Le escribí en los términos más sencillos posibles para agradecerle por la invitación a su fiesta, y decirle que lo habíamos pasado excelente.

Impacientemente esperé su respuesta, que finalmente llegó unas horas más tarde:

—“por nada Tomás!! gracias a Uds. por venir… oye y disculpa por lo de ayer, ¡espero no haber ofendido a tu novia!”

Pensé mucho en mi texto de regreso, pero me animé también:

—Todo lo contrario Dinoh (así le digo de cariño). De hecho Vale y yo pensamos que deberíamos continuar lo que empezó en la fiesta. Estamos en una etapa en la que nos gustaría probar cosas nuevas y tú siempre me has parecido una chica muy atractiva, y le caíste muy bien a Vale”.

Solamente esperaba no ofenderla, pero para mi sorpresa, y con el arrebato que la caracteriza, Dinorah me contestó:

—“Wow! ¿en serio? ¿Cuándo o qué? ¿Pero con los dos o cómo? Soy inexperta en esto también, jajaja”

Me envalentoné de nuevo y le respondí

—“¡Claro! Para los dos sería un placer la verdad. Y nosotros tampoco tenemos nada de experiencia realmente. La idea es que ustedes dos se la pasen bien, y de ahí vamos viendo si se sienten cómodas conmigo… ¿Quizá podemos invitarte un trago en mi casa y vemos cómo va saliendo, sin presiones?”

Mi cabeza voló con su respuesta

—“¡Claro! Puedo el jueves en la noche. ¿A las 8 les queda?”

Tras responderle inmediatamente que sí (en realidad tenía otro compromiso pero nada era más importante que esto), mi estado de excitación solamente se incrementó aún más con la respuesta de Vale por WhatsApp:

—Perfecto amor. Me queda muy bien.

Su sonrisa en texto alteró todos mis sentidos.

Los días siguientes solo podía pensar en el jueves por la noche. El simple hecho de ver otro beso como el que se fundieron Vale y Dinorah me parecía de lo más espectacular. No podía imaginarme la sensación de verlas coger sin que me alterara y excitara al mil.

El día previo fuimos con Vale al cine, y al final sentí que debía abordar el tema:

—Amor, sobre mañana, quiero decirte que si te parece algo desmedido o que te haga sentir incómoda, siempre podemos cancelarlo.

Pero ella me respondió muy tranquila:

—mira, ya estamos a un día. Veamos a Dinorah y vamos fluyendo, a ver qué pasa.

Nos dimos un beso con la pasión de dos personas que elegían experimentar algo nuevo juntos, y nos despedimos.

Llegó el jueves y para las 8 de la noche en punto yo no podía con la adrenalina de la expectativa. Me bañé perfectamente bien y usé mi mejor repertorio de shampoo y fragancias para estar impecable.

Luego de 15 minutos llegó Vale. Se veía que también se había tomado su tiempo arreglándose, con un pantalón negro apretado que delineaba sus piernas hermosas y su culo torneado, y una blusa ligera complementado por mi brassiere favorito: rojo carmín con transparencias en los pezones. Labios rojos y sus cejas delineadas resaltaban sus hermosos ojos verdes. Se notaba nerviosa, pero resaltaban su atractivo y sonrisa.

Platicábamos pretendiendo que era una noche como cualquier otra, cuando sonó el timbre. Al abrir, Dinorah estaba en la puerta y yo hice mi mejor esfuerzo por contener la mirada: traía lentes obscuros, la boca pintada con un lápiz labial de chispitas (perfectas para una chica en sus 20s), una blusa abierta que dejaba ver sus pequeños pero firmes pechos sin brassiere, botas de tacón y una minifalda que dejaba apreciar lo bien torneado de sus piernas y su culo.

—¡hola! Disculpen la tardanza, ¡me perdí un poco! —dijo con su carácter jovial, pero esta vez con un notable tono nervioso.

—descuida, estamos empezando apenas.

Pasa.

Tras empezar la velada algo nerviosos y con una evidente tensión sexual, los whiskies y la música de fondo empezaron a hacer su trabajo, acompañados por los canapés que elegí con premeditación.

Luego de hora y media, y ya con algunas copas encima, Dinorah finalmente cambió la música por reggaetón y nos dijo:

—¡uuh les voy a bailar esta canción que me gusta!

Nos llevó de la mano al sofá y al sentarnos nos unió las manos, y acarició la cara de Vale. Con eso entendí que era su forma de iniciar lo mejor de la noche.

—¡Qué bien bailas Dinorah! Le dijo Vale con una sonrisa, mientras Dinorah arqueaba las caderas y bajaba hasta el suelo, dejando ver su increíble tanga de hilo y un asomo de su raja deliciosa. Era evidente que quería calentarnos y poner el ambiente.

—les propongo un shot de Tequila para brindar por esta nueva etapa—nos dijo ya más desinhibida.— Vengan los dos aquí conmigo a la pista.

Al acercarnos, nos abrazó y ya sin ningún pudor me dijo que quería brindar con Vale por haberle dado el mejor regalo de cumpleaños en su fiesta. Al beber con ella no dudó en buscar sus labios. Vale le correspondió enseguida con un beso apasionado y muy pronto siguieron subiendo el tono con la boca tan abierta como podían.

Dinorah empezó a acariciar el culo de Vale y a manosearla por todos lados.

—Eres muy guapa, Vale. Me gustaste mucho.

—Gracias, tú también, correspondió Vale, un poco tímida.

—Ven, tócame. Le dijo Dinorah llevándole la mano hacia su culo mientras seguía bailando la canción de fondo (imposible compartirles qué canción era porque ni siquiera pude poner la menor atención a la melodía). La tanga de Dinorah era para morirse: negra semitransparente y con un fino detalle de un nudo en cada parte de la cadera.

Pronto entendí que Dinorah quería empezar con Vale, por lo que decidí tomar asiento y ver el espectáculo. Era increíble ver cómo cada beso era más apasionado que el previo, con un intercambio de saliva en que sólo podía darme un adelanto de lo que seguiría. Mi verga y yo explotábamos como prisioneros en mis calzones.

Pronto Dinorah empezó a acariciar la raja de Vale por encima del pantalón, a lo que esta reaccionaba agarrándole más abiertamente las tetas y sobándole el culo. Pronto noté la cara de Vale enrojecida, y tras estarse tocando un buen rato, Dinorah muy pronto metió la mano por su pantalón para llegar a tocar la vagina de Vale por dentro.

Vale con eso llegó al grado de separarse de la boca de Dinorah para soltar un gemido profundo:

—Oohhgh

—Te gusta? —le preguntó Dinorah, con la voz claramente entrecortada—me encanta pensar que serás mía hoy. Y volvió a meterle la lengua en la boca.

Era evidente que la ropa les estorbaba. Con rapidez, ambas se fueron quitando desnudando mutuamente, hasta quedar en ropa interior, sin dejar de besarse en ningún momento.

—¡Quiero probarte ya! —Dijo Dinorah empujando a Vale al sofá para caer a mi lado. Mientras llegaba a mi lado, la rodeé con mis brazos y reposé mis manos sobre sus pechos. Vale, visiblemente enrojecida, solo me dijo un “te amo” mientras la besaba y reforzaba los esfuerzos de Dinorah.

Sin dudarlo, Dinorah bajó hasta las piernas de una Vale ya entregada. Le abrió las piernas y le hizo el calzón rojo carmín al lado, para descubrir esa vagina que tanto me gustaba.

Dinorah comenzó a comerse a Vale como si no hubiera un mañana. Lengüeteaba su clítoris con avidez y experiencia, de abajo a arriba y de un lado al otro. Vale solamente la veía complacida haciendo el trabajo mientras le acariciaba del pelo. Los movimientos de la lengua de Dinorah siguieron sin parar hasta que muy pronto encontraron una respuesta de mi novia ya muy caliente:

—Ooohgh así, sigue así moviendo tu lengua… ¡¡Me encanta!! —le dijo con la voz entrecortada y la cara enrojecida.

Era tal el espectáculo y mi excitación que fue casi instintivo unirme a la fiesta. Vale empezó a corresponder mis caricias en las tetas acariciando mis brazos, mientras se apoyaba en mi espalda para abrir las piernas y seguir recibiendo la mamada de Dinorah. Luego me volteó a ver y con esa cara de cachonda nos besamos un buen rato.

Explorar la boca de Vale con las marcas del lápiz labial de chispitas de Dinorah fue tremendamente excitante. Mientras Vale y yo nos besábamos, Dinorah seguía lamiendo a Vale mientras se sacaba la ropa que le quedaba encima.

En un movimiento súbito, Dinorah subió nuevamente para darle un beso a Vale con toda la lengua y los restos de su humedad, y para mi sorpresa, después se volvió hacia mí para darme otro beso.

—me gusta a qué sabe tu novia —me dijo, mientras yo solo atiné a sonreírle y devolverle el beso. “Espero que no te moleste que le enseñe a tu novio a qué sabes”, dijo Dinorah mientras yo aproveché esa confianza para estirar la mano y tocarle las tetas a las dos, embelesado con la belleza lujuriante de ambas.

Luego de un rato de estar así, Dinorah insertó dos dedos en la vagina de Vale, que ya era una alberca, y los empezó a doblar adentro buscando su punto G

—¡¡oooh qué rico!! ¡¡Sigue así!! ¡vas a hacerme que me corra!

—mmmhhh Vente en mi boca, anda

—¡Oooghh que delicia! Y Vale empezó a arquear el cuerpo en un claro signo de que Dinorah había cumplido su objetivo. En algún punto, Vale paró las lamidas de Dinorah para que pudiera recuperarse un poco de tan profunda explosión.

Después de darle un beso y abrazarla, Dinorah se sentó en el sillón para que Vale le devolviera el favor. Yo le dije a Dinorah que abriera sus piernas para que Vale la chupara (¡dios qué vagina tan joven y rica! Pensaba hacia mis adentros al ver las piernas abiertas de Dinorah), mientras que puse en cuatro patas a Vale.

—No aguanto las ganas de cogerte mi amor… ¡Espero te guste así! —le dije, a lo que Vale volteó a verme con la cara enrojecida, en clara señal de aprobación.

—¡Cógeme! Anda mi amor, métemela.

La escena de ver a mi pareja haciéndole sexo oral a una chica tan atractiva me parecía simplemente de otro mundo. No recuerdo haber sentido tanta excitación. Me volví un animal y pronto sacaba mi miembro completamente para volvérselo a meter:

—¡Toma mi verga amor!

—¡siii métela toda! Me dijo Vale ya completamente entregada.— ¡Anda dame duro!

En algún punto fue tanta mi excitación que la dejé de penetrar para enterrar mi cara en su culo, con esa vagina empapada que se veía deliciosa, y también subí la lengua hacia su ano para chuparlo y acariciarlo con mi lengua. Un gemido más intenso de Vale me dio la confianza de seguir adelante.

Dinorah por su parte se metía los dedos en la boca y acariciaba los pechos de Vale.

—¡Qué bien lo haces! Le dijo.— anda, ¡succiona mi clítoris como una perra! Le dijo agarrando del pelo a Vale (lo que me sorprendió ya que por lo general a mi novia no le gusta que le tiren del cabello, pero esta vez estaba totalmente entregada). Vale solo se dejó llevar y siguió mamando sin parar hasta que Dinorah se enfundó en un violento orgasmo, que la llevó a retirar a mi novia de su sexo:

—¡¡Ooooh oooh!! gemía Dinorah mientras estallaba contorneando la cadera.

El episodio fue tan excitante que Ale y yo interrumpimos nuestra cogida para poder apreciar ese orgasmo tan poderoso.

—qué rica está mi amor, y qué cachonda es esta chica —me dijo Vale mientras acariciaba el culo de Dinorah.

—mucho, muy rica mi amor. Le dije, mientras decidí que era ya tiempo de intentar probar algo más de ella. Sin dudarlo y mientras reposaba un poco, acerqué mi verga a la boca de Dinorah. Ella al verla solo sonrió y sin dudarlo empezó a pegarme una gran mamada:

—Mmmh sabes rico muy rico Tomás, ¡a la vagina de Vale!

Cada mamada de Dinorah era el cielo en la tierra. Subía y bajaba con una destreza que en algún momento tuve que interrumpirla para no venirme. Impactado por la belleza de Dinorah, decidí pasearle mi verga en toda su cara, embarrándola con los fluidos que ya teníamos de los tres. Después le hice la cara a un lado para ver mi verga entrar y salir marcándole la forma de hongo en las mejillas.

—¡mmmhh qué buena verga tienes! me dijo Dinorah, clavando sus ojos en los míos.

Por un momento olvidamos a Vale, quien veía con una cara de fascinación cómo mi verga dominaba a Dinorah.

—Cógetela mi amor. Que disfrute ahora ella.

—¡Claro que sí amor! Le respondí con mi verga tan dura como roble.

Cuando abrió las piernas, bajé unos segundos a darle una mamada (no podía no hacerlo con una vagina tan rica y joven), y de inmediato respondió mis caricias despidiendo más humedad

—Ooohgh ven a cogerme —me dijo agarrando mi verga y apuntándola a su orificio.

Cogerme a Dinorah mientras besaba en la boca a Vale era tan delicioso que era claro que ya no iba a poder aguantar mucho más tanta excitación. Al poco tiempo intercambiábamos besos entre los tres, mientras penetraba con furia a Dinorah y frotaba el culo de Vale.

Quería seguir por horas pero el momento sencillamente lo hizo imposible. Dinorah le dijo a Vale que se pusiera encima de ella para lamer su vagina mientras yo la penetraba. Así seguimos otro rato hasta que era claro que no podía aguantar más

—¡Córrete amor, córrete afuera y ensúcianos! ¡Anda, te damos permiso! me dijo Vale con el gesto aprobatorio de Dinorah, que también ya tenía la cara enrojecida.

Vale rara vez me dice con tal cachondez que me venga afuera, por lo que no tuvo que pedírmelo demasiado para que explotara:

—¡ooohh me vengo! ¡Agarra mi verga y hazme venir! —le dije a Vale. Apenas se asomó mi verga del orificio de Dinorah, Vale me masturbó con tal destreza que terminaron saltando chorros de semen por la vagina, tetas y hasta el cuello de Dinorah, y el resto en el brazo y abdomen de Vale.

Me sentí tan cachondo y tan ardiente ese momento, que decidí atreverme a acercar mi verga a ambas. Para mi sorpresa, se dieron un beso entre el semen que todavía colgaba de mi verga, y cada quien le dio un último chupetazo, para mi absoluta fascinación.

Al terminar, los tres estábamos visiblemente satisfechos por haber tenido un sexo que pareció transportarnos a otra dimensión.

Loading

1 COMENTARIO

  1. Que rico es coger con 2 lindas mujeres me encanta cuando sacan a relucir su lado lésbico 😈😈😈😈😈

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí