Me estrenan el culo

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En mi vecindario, había una estética atendida por un gay, siempre me cortaba ahí el cabello porque estaba cerca de mi casa y me gustaba como me dejaba el cabello. Nunca me paso por la cabeza lo que pasaría después.

Entraba en mí una oleada de cambios, entre ellos mi despertar sexual, aunque me gustaban las mujeres, también me llamaban la atención los hombres, tanto fue mi curiosidad que decidí experimentar ese lado gay. Deseaba probar una verga.

Un día como cualquier otro fui a cortarme el cabello, pero estaba decidido a coquetearle al estilista, todo transcurrió normal, platiqué con el de cosas simples como cualquier día, sobre el frio de la mañana, de su cachorrito que tenía, todo muy normal, no sabía cómo coquetearle sin que mi corazón latiera demasiado, estaba muy nervioso y frustrado pues no iba a conseguir mi objetivo, desesperado le dije que se veía muy guapo ese día, fríamente solo me dijo gracias.

Mi cara se ruborizo demasiado, y decidí callarme, casi al terminar estaba dando los últimos tijerazos a mi corte, estaba a mi lado derecho y su paquete me quedaba al alcance, discretamente empecé a acercar mi mano, y lo empecé a sobar, le dije con la voz temblorosa y muy nerviosa, que quería chupárselo.

Termino el corte y no dijo nada, me puse de pie y me acerqué a él quedando muy cerca de sus labios, le dije:

-Me gustaría chuparte el pito, estoy muy cachondo.

Se dio la vuelta me dijo:

-Estás loco, estás muy joven para mí, eres muy joven -le dije que ya tenía 18 años y que de verdad tenía muchas ganas, él cerró su local por dentro y me dijo- pues si quieres chuparla tendrás que trabajarla para que se pare.

Saco su pene flácido y yo hipnotizado por la situación me arrodille, lo tome con mi mano y empecé a saborearlo con la lengua, me lo metí a la boca y jugaba con mi lengua, me prendió mucho sentir como se iba poniendo dura y grande.

Me tomo bruscamente del cabello y me empezó a follar la boca, me ahogaba, pero me excitaba mucho la forma ruda con la que me obligaba a mamárselo.

Me puso de pie, me dio la vuelta y me empino sobre la pared, sentí su saliva caer por mi ano, seguida de sus dedos, no tuvo delicadeza al dejarme caer toda su verga dentro de mí, grite casi llorando de dolor, y le pedí que fuera más gentil. Me respondió que no me hiciera la apretada, que se veía que yo era muy zorra y me encantaba la verga.

Con lágrimas de dolor le dije con voz quebrada que era mi primera vez, no le importo mucho pues me empezó a bombear con fuerza, me empezaba a acostumbrar a su imponente verga, pero seguía doliendo, ayudo mucho que empezó a manosearme de maneras muy morbosas, me apretaba mis pequeños senos de hombre, y me llamaba zorra,

Toda esa situación me prendió demasiado que me corrí me agarre mi pene tratando de no tirar mi semen y no ensuciar mi ropa que estaba debajo de mí, pero el me obligo a comerlo, era mi primera vez comiendo semen y era un sabor muy agrio, que entumeció mi lengua.

No me daba descanso y me follo como puta durante 20 minutos sin parar, hasta que me dio la embestida más fuerte y profunda que las demás, y sentí su caliente liquido de hombre recorrer mi ano, y escurrir por mis muslos, me dio una pequeña nalgada y me dijo que me fuera.

Me vestí demasiado rápido no recordé ni limpiarme su semen que seguía escurriéndome las piernas, solo tomé mis cosas y me fui. No volví a verlo y a los pocos meses se fue de ese local, nunca supe su nombre, ni él el mío, solo me estreno el culo, y me corrió.

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