Que mi madre se durmió en mis brazos y yo en los de ella, perdiendo la noción del tiempo y si no es porque a la Pilarica se le han olvidado las llaves del piso, nos encuentra dormidos completamente desnudos y empernados.
Sube la Pilarica al piso y como de costumbre se pone ligera de ropa, pero me sobresalta cuando exclama:
-¿que aquí ha pasado algo?… ¿que aquí ha pasado algo?, que lo digo yo, que hay un olor raro que no sé qué me recuerda.
-Naa, naa, que Jesulin ha hecho ejercicio aquí mismo dentro, y ha sudado como una hostia que no veas, contesta muy a tiempo mi madre, sin convencer completamente a la Pilarica, que replica:
-Vale…
Yo me escabullo a la ducha y la Pilarica se asoma a verme y le reclamo:
-¿que os pasa Pilarica que te gana el pis?
Ella sin decir palabra poniendo una cara como de detective que ha encontrado una pista, se regresa y yo me ducho más por compromiso que por ganas, ya que deseaba mantener el aroma de mi madre, como si con eso quedara para siempre grabado en el tiempo y en mi cuerpo todo lo vivido con mi madre.
Transcurrió como una semana, sin que se produjera ningún comentario de mi madre y llegué a pensar que para mi desgracia todo había sido un sueño y que no volvería a follarme a mi madre, por lo que ya estaba perdiendo el control, pues todas las noches deseaba ver aparecer en mi dormitorio a mi madre, con algunas de sus pijamas transparentes que a veces por descuido lucía, pero nada, que sucede que un miércoles me pide que la esperara en la estación de “Callao” para tomar el metro, ya que había ido de compras al Corte Ingles de Plaza del Sol, quedamos de encontrarnos antes de entrar al metro y me senté a esperarla a un lado del estanquillo de periódicos, la veo venir cargando las clásicas bolsas de ropa que había comprado.
Nos saludamos de beso en la boca y tomamos el metro con destino a Marqués de Vadillo, era la hora de que todo Madrid toma el metro y uuf, que a duras penas pudimos abordar el vagón, quedando yo atrás de ella, tan apretaos que no me quedo más que acoplarme a su cuerpo y abrazándola la pegué al mío, verán que su culo esplendoroso quedó a la altura de mi polla por lo que de manera instantánea ésta cobró su brío y se extendió sobre las jugosas nalgas de mi madre, que al sentir lo duro de mi pene, se acomodó para sentirla mejor.
Llegamos a la estación Ópera y subió más gente, lo que me favoreció para prácticamente mantenerme inmóvil como lapa al culo de mi madre, sentía que de un momento a otro me corría y más que mi madre empezó con un movimiento ondulatorio con su culo que no veas macho.
En la Latina, coño que ya no cabe ni un alfiler y yo pegao a mi madre.
En la Puerta de Toledo, no subió ni bajo nadie, por lo que seguí metido en un mar de calentura y mi madre igual.
En Acacias que normalmente bajan los pasajeros que transbordan al de Cercanías, ¡joder! que suben más, y esto fue la hostia, más gente más apretaos, y mi polla destilando fuego que la madre que me parió, si quería yo que el viaje se terminara.
Seguimos en Pirámides y esto empezó a desahogarse un poco, pero seguimos apretaos, al llegar a Marqués de Vadillo, que no podemos bajá y nos pasamos hasta Urgel, de donde nos regresamos, y ya pudimos hablar, que me dice mi madre:
-macho que ya te hace falta… esta noche tu padre se va de marcha y tus hermanas también, podemos quedarnos solos, podéis decir que te ha plantado la Maripaz y yo que tengo un dolor que no veas, así nadie se preocupará por nosotros y guapo que tu madre necesita caña.
-Vale, que hasta he pensado que no se te apetece la polla de tu hijo porque no me miráis para nada.
-Venga, vale que la noche será larga y podré enseñaros algunas cosillas que he aprendió en los intercambios que tu padre me ha llevado.
Llegó la ansiada noche, mi padre se fue de marcha y mis hermanas también, pero la Pilarica que fue la última en salí, que me dice:
-Coño, que ya no hagáis mas ejercicio en el piso, que luego no puedo dormí a causa de lo que pienso del ejercicio que hacéis, a que la madre te ayuda.
-que no que no tía, que lo digo yo, pensáis lo que os apetezca que yo y la Maripaz hemos terminado, porque es una gilipollas que le encantan los tíos…
Mi madre se mete a la ducha y al cabo de un buen rato sale envuelta en una toalla, luciendo una sonrisa de oreja a oreja, casi como saboreando un delicioso gazpacho que la madre que la parió si no se me puso la presión de la polla a mil.
Desde su dormitorio me dice: que se me apetecen unos botellines de Cruz Campo, que me los podéis traer, que estoy como una gran puta Jesulín.
Busco los botellines y no encuentro más que Mahou, le digo a mi madre, que no hay, que sólo Mahou, como no me contesta voy con las Mahou al dormitorio de mi madre y la encuentro en pelotas y abiertas de piernas, con la concha rasurada, con los labios vaginales abultados como flor al amanecer, joder que mi madre está caliente y le digo:
-que tengo que apagarte el fuego madre, porque veo que el monte de venus ya se ha quemado.
Mi madre que tiene los ojos cerraos no contesta y se arquea levantando su pelvis y ofreciéndome esa enorme boca vaginal sedienta de caña.
Abro un botellín me tomo un trago y le derramo un poquitín en su concha, ella al sentir lo frío del líquido se contorsiona voluptuosamente con un aaaah.
Ante esta visión no me queda más que prenderme de la vagina de mi madre y chupársela para que la cerveza no se derrame más de lo que ya se había derramado sobre su raja tan jugosa, al lamerle la concha mi madre empieza a gemir sensualmente que me pone a cien.
Desde que la ví abierta de piernas y como ya nos habíamos quedado solos, mi polla estaba nada más esperando el contacto para convertirse en acero, ya conocéis vosotros lo que es una polla cuando uno está empalmado, pues eso era mi polla del mejor acero de Toledo.
Le di lengua hasta que mi madre se retorció de placer, ella sola se apretaba sus tetas y yo veía como se retorcía sus pezones, estaba tan prendía y yo igual que ella, que le volví a derramar más cerveza en su raja, eso por poco y la vuelve loca, gritó con tanta fuerza que sospecho que los vecinos de las puertas de al lado escucharon nuestra follada.
Saboree todo un orgasmo de mi madre, ya que se vació en mi boca; y machos, la cerveza con los jugos vaginales sabe a algo que no sé como describir, solo recuerdo que le chupé toda su concha, mi cara quedó totalmente empapada con una espuma blanquecina que rápido inundó la habitación de olor a sexo.
Por primera vez supe lo que era un clítoris a punto de reventar, lo podía tener entre mis labios y jugar con el en mi boca, lo jalaba con mis labios y lo apretaba de tal manera que mi madre estaba como loca, me agarró de la cabeza y me mantuvo pegado a su concha a modo de que no dejara de chuparle, salían y salían chorros de jugos de su concha y yo enajenado con tanto olor a su sexo, empecé a mordisquearle su clítoris y esto fue la locura, por poco me asfixia metido en sus piernas y sin poder salirme, ya que me aprisionó con sus muslos y con sus manos me mantenía sumido en su vagina obligándome a chupar y chupar a más no poder.
Estando así de caliente se me ocurre meterle un dedo en su culo y ya no solo gritó si no que rugió como una hembra en celo, parecía una perra en brama, arqueando su cuerpo y poniéndose toda tensa tratando de alargar el placer de mi dedo en su culo, sus gritos pidiendo más y ese aaah largo y cachondo creo que se oyó en todo el edificio… como pude me zafé de sus piernas y respiré a prisa por que ya me ahogaba.
Como yo estaba caliente, me le fui encima a mi madre y de un solo golpe la penetré, se la metí toda, se oyó como un chasquido cuando se la tragó toda, y otra vez ese largo aaah de mi madre, empecé el bombeo y ella a retorcerse de placer y lujuria, estaba como loca y yo más que ella follándome a mi madre, bombeándole toda su concha chorreando sus líquidos vaginales como un río embravecido, mis piernas todas mojadas y el olor a sexo inundando el dormitorio de mi madre que era una locura, y más me empalmaba.
Empecé a mordisquearle sus tetas y a clavarle los dientes en sus duros y grandes pezones que tiene mi madre y ella que no sabía si gritar o hacerse pedazos de lo caliente que estaba.
A punto estaba de correrme, cuando mi madre me detuvo de pronto y se puso agachada, y me dijo:
-fóllame Jesulin, fóllame y méteme toda tu polla que me muero por comérmela toda.
Se la volví a meter toda de un solo golpe y sentí como que se le salieron los ojos del empujón que le di con mi polla, la tenía en mi poder, me sentía un coñazo follándome a mi madre, era su dueño y la tenía a mi disposición, le empecé a tomar sabor al sexo tabú, fue algo de lo más caliente y brutal, follarse a la madre de uno pensando en mis hermanas Pilarica y la Esther es algo que enloquece.
La tuve empinada con el culo para arriba, disfrutando verla desenfrenada y enloquecida pidiendo más y mas que la siguiera follando y yo que hacía esfuerzos sobrehumanos por no correrme, deseando no sentir nada para satisfacer a mi madre y que siempre estuviera deseándome.
Me imaginaba corriéndome en su cara, llenándola con mi leche toda su cara y que mi semen corriera por sus tetas y mientras seguía bombeándole y metiéndole el dedo en el culo para hacerla bramar, jadeábamos como desenfrenados, jadeábamos los dos empapaos en sudor y en tantos líquidos que le salieron a mi madre, así seguimos sin parar no sé por cuanto tiempo.
Me acostó boca arriba y ella se montó en mí, me cabalgó de frente a mi todo lo que quiso, luego se volteó dándome la espalda y más enloqueció de placer, se empezó a sostener en sus piernas y con el puro culo empezó a ensartarse en mi polla, veía como se perdía en su vagina toda mi musculatura sexual, todo se perdía en su vagina, subía y bajaba como una loca desenfrenada y yo a punto de correrme, haciendo esfuerzos sobrehumanos por no dejar insatisfecha a mi madre.
Se medio cansó de galopar sobre mí y se apoderó como una loca de mi polla y la empezó a chupar con verdaderas ansías, con la lengua le daba vueltas a la cabeza de mi sexo, sentía que me corría, le succionaba con fuerza y luego con suavidad volviéndome loco, se la tragaba toda, veía como desaparecían 18 centímetros de polla dentro de su boca, jugaba con su lengua en todo lo grueso y largo de mi sexo, la llenó de saliva y para mi era el éxtasis, me sentía entre nubes, en la gloria, veía como resbalaba su saliva por el miembro que mi madre devoraba con placer voluptuoso, lo sobaba, se escurría su saliva mezclada con mi líquido seminal y ese olor a sexo que me aturdía y me volvía un semental con mi madre.
Seguimos follándonos, no sé si por horas que a mí me parecían interminables, como si el tiempo no pasara, se cansó de chuparme la polla y por fin pude escuchar que me hablaba y me decía:
-Mi Jesulin que soy tuya, que esta noche me has hecho la hembra más caliente del mundo.
Se volvió a montar en mí y yo empecé a bombearla, la acosté sobre mi, la agarré de sus hombros y le empecé a dar caña, ya que la tuve bien metida en el ritmo de mi follada, le agarré las nalgas y le empecé a meter nuevamente el dedo en el culo y a bombearla más y mas fuerte y rápido hasta que no aguantando mas ni ella ni yo, nos corrimos con un fuerte aaaaah interminable.
Ella me inundó con sus líquidos y yo la llene de mi leche ardiente, me corrí como un demente, me vacié dentro de mi madre y a cada chorro de leche que de mi polla brotada mi madre se retorcía con espasmos de lujuria desenfrenada, fruncía su vagina a cada chorro de leche, me fue exprimiendo hasta quedar sin semen, hasta quedar completamente seco, entonces se bajó de mi y empezó nuevamente a lamer mi polla, la fue lamiendo hasta dejarla limpia de la mezcla de los líquidos de nuestras sexos, ya que terminó me dio un beso y pude saborear sus líquidos vaginales con mi semen, así me mantuvo su beso en la boca para jugar con su lengua en mi boca y yo como poseído succionándole los labios para tomarme todo ese embrujante sabor del placer indescriptible de ser el follador de mi madre.
Cuando se calmó la pasión desenfrenada que nos había consumido y envuelto en la lujuria del sexo, escuchamos unos pasos apresurados que se alejaban del dormitorio de mi madre, ella se llevó el dedo a la boca pidiéndome silencio, nos quedamos quietos y alcanzamos a escuchar como muy silenciosamente se cerraba una puerta, mi madre muy quedo me dijo:
-Jesulin que nos han pillado, la Pilarica ha sospechado y lo más seguro es que se ha regresado y nos ha visto follar, Jesulin que habrá que hacer algo…
Yo no supe que responder a mi madre, y los dos nos quedamos tendidos en la cama, sin saber que hacer, hasta que al cabo de un buen rato se empezó a oír ruido como de alguien que hacía cosas en el dormitorio de mis hermanas, la Pilarica empezó a cantar:
“Hoy desperté de un mal sueño,
Y tuve ganas de ti…”
La Pilarica terminó de cantar y mi madre que se me queda viendo, y me dice:
-majo, que la Pilarica te ha cantado…
-Madre que yo no sé, que la Pilarica puede cantar, vale,
-Que sí, pero la Pilarica ha visto todo y por algo ha cantado esa sevillana que no veas.
Que si madre, que la puerta se ha quedao abierta cuando entré y todo puede suceder, si nos vio, igual que si no vio nada, me voy a mi dormitorio y ya se verá.
Yo por dentro estaba que me cago en diez leches si la Pilarica vio todo lo que hicimos mi madre y yo, ¡joder¡!!, ¿por qué no cerré la puerta?, igual que si la cierro, igual se da cuenta de todo y ya está, con tantos gritos de mi madre hasta el edificio se ha enterado ¿y ahora que hago? joder, que la hemos cagado…
Macho, que esto se ha complicado, os prometo contar lo que sigue, este asunto se ha enredado que es una hostia… ¡joder!