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Mi suegro me emputeció
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Hola me presento, me llamo Lorena, tengo 49 años, llevo varios años casada, para que mi historia pueda comprenderse debo referirme a la familia de mi marido, su padre Diego es un hombre de más de setenta años muy activo, se cuida mucho y hace deporte. Es un hombre de negocios al que le ha ido lo suficientemente bien como para tener a todos sus hijos masculinos trabajando para él, son cinco y además tiene seis chicas.

O sea un total de once hijos, su exmujer, mi suegra siempre me pareció una mujer amargada, buena como coneja, pariendo hijos, pero siempre tuve la sensación de que no sabía follar.

Cuando mi suegro decidió separarse de su mujer y hacerse pareja de una mujer mucho más joven que él no me pareció mal, si yo fuera hombre no quería estar con una mujer como esa, el problema fue que esa separación se trasladó a la relación del padre con los hijos, y a los negocios, mi marido y sus hermanos intentaron hacerse con el control de los negocios, pero en esa guerra mi suegro ganó, y los hijos quedaron a su merced temiendo lo que su padre pudiera hacer con ellos.

Y fue en esa circunstancia cuando alguien de la oficina de mi suegro, me llamo para decirme que este quería hablar conmigo en su casa la tarde del día siguiente, insistió en que solo conmigo, no con mi marido.

Tras hablarlo con este decidimos que acudiría, me decidí a vestirme de manera muy elegante con un traje y chaqueta de color crema, y debajo una blusa rosa, la falda era un poco por encima de la rodilla y llevaba unas medias negras y unos zapatos de tacón del mismo color y es que siempre había sentido que mi suegro sentía una cierta atracción hacia mis piernas.

Procure ser puntual, llegué a la puerta del chale donde vivía mi suegro, me respondió una voz femenina que no era la de Violeta, la criada que llevaba unos años con mi suegro, tras identificarme se abrió la puerta, camine por el jardín hasta llegar al chale y allí al llegar me abrió una mujer, ligeramente más mayor que yo, éramos muy diferentes ,yo soy más alta, yo tengo el pelo castaño y largo el de ella rubio y corto, aunque supongo que con algo de ayuda, jajaja, mi tetas son grandes, las de ella pequeñas, pero la verdad es que resultaba muy sexy, me imagine que sería Sonia la nueva pareja de mi suegro y entendí perfectamente que mi suegro la prefiriera a ella a la cacatúa de mi suegra.

Me dio un beso de bienvenida en la mejilla, y efectivamente se me presentó como la nueva mujer de mi suegro, me inspiraba mucha simpatía, pensé que en otras circunstancias hubiera podido ser mi mejor amiga, y bueno no descartaba que si todo se arreglaba lo fuera, me llevó al despacho de mi suegro, este tenía expresión de enfado en su rostro y no me ordenó sentarme, Sonia permanecía detrás de mí.

De pie donde estaba tras un momento que parecía preparado para aumentar mi inquietud comenzó a hablarme, me manifestó las quejas contra la actitud de sus hijos, entre ellos mi marido y luego añadió, sin darme en ningún momento oportunidad de replicar:

-¿Tú sabes Lorena de dónde vienen todos los males de esto?, me pregunto muy retóricamente puesto que no me dio oportunidad de contestar, de la existencia en nuestra familia de mujeres muy decentes que al final lo complican todo, comenzando por tu suegra

Yo le escuchaba intrigada, el siguió con su discurso:

-Así que he tomado una decisión, las mujeres que quieran formar parte de este clan familiar deberán de ser unas putas, de hecho, Sonia me tiene enamorado precisamente porque es putisima, y es lo que quiero en la familia mujeres muy putas que estén dispuestas a hacer lo que yo quiera, cuando yo quiera y donde yo quiera. Tu eres la primera a quien se lo voy a proponer, pero de aquí a un mes puedes estar seguro de que las mujeres de esta familia que trabajen, o cuyos maridos trabajen para mi serán putisimas, comenzando por ti, mis hijos que se queden conmigo serán unos cornudos, pero sus mujeres también porque yo me ocupare de que vosotras folléis las unas con los maridos de las otras.

Lo sorpréndete para mí fue que escuchar hablar a mi suegro así me estaba poniendo caliente, entonces mi suegro continuó y dirigiéndose a mí me dijo:

Ahora tú decides Lorenita, puedes seguir siendo una mujer decente, te vas de esta casa, y le dices a tu marido que se busqué la vida en otro lado, o te desnudas y me demuestras lo puta que eres, tú decides.

La propuesta de mi suegro me dejo confusa, sabía que, si me iba y me mantenía como mujer decente, en palabras de mi suegro, este le iba a hacer la vida imposible a mi marido y le iba a impedir tener un empleo lo suficientemente decente para mantener nuestras condiciones de vida, pero de otro lado era consciente que tras este argumento estaba el hecho de que las palabras de mi suegro me habían puesto caliente.

No sé si ante mi propia sorpresa comencé a quitarme la camisa y luego la falda quedándome con un conjunto de lencería blanco, en esos momentos oí la voz de mi suegro que decía:

Ya me imaginaba yo que iba a estar de acuerdo con mi propuesta Lorenita, y ahora quítate el sujetador.

Lo hice, dejando mis tetas al aire, intenté tapármelas cruzando mis brazos, pero mi suegro me lo prohibió, quería ver bien mis tetas, después me ordenó darme la vuelta y quedé con las tetas al aire delante de Sonia que al verme así dijo:

-Cariño tan y como sospechabas tu nuera tiene un par de buenas tetas.

Mi suegro me ordenó volver a girarme y cuando lo hice se quitó los pantalones y los calzoncillos, estaba desnudo de cintura para abajo y con su polla al aire, me ordenó quitarme las bragas, me dio mucha vergüenza, pero sabía que no tenía otro remedio, y de nuevo debía de reconocer que estaba excitada, así que me baje las bragas y me las quité, de esta manera estaba ante mi suegro completamente desnuda, mientras él se encontraba ante mí, sentado en el sofá con su polla tiesa, volví a oír la voz de Sonia que decía:

-Otra vez llevas razón cariño tu nuera tiene un buen culo.

-Lo sé, dijo mi suegro, yo perdiéndome años de gozar de esta delicia por respeto a unos hijos que cuando les ha venido bien me han apuñalado por la espalda, pero eso se acabó, Lorenita es hora de que comiences a cumplir tu compromiso, ven aquí arrodíllate y chúpame la polla.

Sabía que estaba ante un momento decisivo de mi vida, hasta entonces aunque hubiera hecho mis cosas había sido una mujer decente, pero si hacia lo que mi suegro me ordenaba me iba a convertir en una puta, pero como ya he dicho antes sabía que no tenía alternativa y mi coño me lo pedía, así que fui a donde estaba mi suegro, me arrodillé ante él, con un gesto que además de acto sexual tenía un componente muy simbólico, y comencé a besar su polla, y posteriormente me la metí en mi boca y comencé a moverla, mientras mi suegro me sujetaba la cabeza para marcar el ritmo. Mientras sabía que detrás de mi estaba Sonia mirando el espectáculo.

La polla de mi suegro era más grande de lo que yo esperaba, y se resistía a mis lamidas, mientras decía:

-Que bien la chupas Lorenita y pensar que hasta este momento solo se ha beneficiado de ello el mequetrefe de tu marido, por suerte eso ha terminado, muchas pollas van a gozar de tu boca.

Debía haberme sentido humillada, pero la verdad es que no lo sentía más bien estaba excitada, tras un rato así sentí como mi suegro se corría, no me dejo salirme y me hizo tragarme toda su leche, cuando hubo terminado de eyacular me aflojó la cabeza y me dijo:

-Ahora Lorenita límpiame bien la polla con tu lengua.

Cuando terminé de hacerlo, con su polla bien limpita me dejo levantarme yo estaba de pie desnuda ante él en ese momento siguió con sus condiciones:

-A partir de ahora en tu cuerpo, y les pasara los mismo a las otras putas, no entrará más leche que la mía, con tu marido y con los demás usaras condones y si el cornudo, ya lo es jajaja, de mi hijo te pone problemas le dice que venga a hablar conmigo.

Luego prosiguió:

-Otra cosa Lorenita, más que mi putita, eres la putita de Sonia, harás todo lo que te pida, por encima de mí, si te pide que me mates me matas, y vas a comenzar ahora mismo teniendo sexo con ella.

-Nunca lo he hecho con una mujer, dije yo asustada.

-Pues alguna vez tenía que ser la primera, dijo mi suegro con voz autoritaria.

-Tranquila, dijo Sonia, vamos a divertirnos como buenas amigas, nos besamos

Siguiendo los caprichos de mi suegro me coloqué detrás de ella, desde esa postura, le baje la cremallera de su falda y esta cayó al suelo, dejando al descubierto un conjunto de lencería negro con medias y liguero, introduje mi mano dentro de su tanguita y llegue ante un coño cálido y húmedo, mientras con otra de mis manos acariciaba sus tetas.

Sonia me ordenó girarme y como yo estaba desnuda se puso a chuparme las tetas.

-Están muy ricas, cariño, me dijo.

Después mi suegro me ordenó desabrochar la blusa de Sonia, no llevaba sujetador y dos pechos preciosos, aunque de tamaño mediano quedaron ante mis ojos, se los cupe, y ella puso cara de placer.

-Así se hace, so puta, gritó mi suegro.

Pero yo no escuchaba sus palabras, tenía ganas de besar y acariciar esos pezones y Sonia me demostraba que me deseaba, se los estuve besando un rato hasta que mi suegro nos interrumpió con una de sus peticiones, mi nueva ama se tumbó en el sofá abrió bien sus piernas y mi suegro me ordenó comerle el coño. Nunca en mi vida lo había experimentado, pero en esos momentos oí la voz de Sonia que me decía:

-Tranquila sé que lo vas a hacer muy bien.

Yo dejándome guiar por mi instinto acerqué mi cabeza al coño de Sonia, e introduje mi lengua en él, sentí una sensación muy agradable, me pareció muy caliente y apetitoso y comencé a acariciarlo con mi lengua, los gemidos de mi nueva suegra me hicieron ver que no lo estaba haciendo mal del todo, parecía que si que era capaz de dar gusto con mi lengua a una mujer, y lo más sorprendente era que me gustaba mucho, continue explorando con mi lengua ese delicioso mangar, hasta que sentí como se corría y sus líquidos venían a mi boca, por primera vez en mi vida había llevado al orgasmo a una mujer. Cuando me aparte Sonia me dijo:

-Lo has hecho muy bien mi amor, casi me vuelvo loca de gusto.

-Bravo, dijo en ese momento mi suegro, lo he pasado divinamente viéndoos, esto lo repetiremos, pero ahora debéis de cambiar los papeles.

Me senté en el sofá, abrí bien mis piernas y Sonia se arrodilló enfrente de mí, supo sus manos sobre mis muslos y me los acaricio con suavidad, me encantó poco a poco fue subiendo, contemplar esos ojos tan divinos me encantó, era como ser atacada por una bellísima tigresa. Llevó su cabeza hasta mi coño y sentí como sacaba su lengua y la introducía en mi coño, ese momento me hizo estallar, mi marido me comía el coño de vez en cuando, pero, aunque me hacía gozar y correrme, ni se acercaba al placer tan brutal que Sonia me estaba proporcionando en ese momento, Sonia exploraba cada centímetro de mi coño con gran habilidad, no tardo en lograr que me corriera.

Nos pusimos de pie y la di las gracias por lo que me acaba de hacer en ese momento mi suegro se levantó y vino hacia nosotras diciendo:

-Ya no puedo más.

Nos cogió a Sonia y a mí a cada una con un brazo y comenzó a acariciarnos nuestros culos, mientras decía:

-Que putas que sois, me habéis hecho disfrutar como nunca.

Acercó su boca a la de su mujer y se dieron un morreo de campeonato, mientras no dejaba de acariciar nuestros culos, Sonia le bajo el pantalón y los calzoncillos y con su mano, se puso a acariciarle la polla, y con voz insinuante le dijo:

-¿Te apetece follarte a tu nuera, verdad mi amor?

Él dijo que si, entonces Sonia le empujo hasta un sofá negro de dos plazas y le hizo sentarse, entre las dos le sacamos los pantalones y los calzoncillos y Sonia me ordenó:

-Ponte encima de él

Yo me senté encima de él mirándole a la cara, bueno más bien él miraba mis tetas que quedaron a la altura de su boca, Sonia agarró la polla de mi suegro y me indicó como ponerme para que su polla entrara en mi coño, cuando esto sucedió me encantó la polla de mi suegro tenía algo especial y comencé a cabalgarlo, en ese momento sentía que no lo estaba haciendo por obligación, sino por gusto, que me estaba convirtiendo en una auténtica puta, pero me parecía delicioso, quizá era lo que necesitaba para dar un giro a una vida que me comenzaba a parecer monótona.

Mi suegro gemía de una manera que yo supe que le estaba complaciendo, como hace una puta con sus clientes, Sonia estaba a mi lado en un momento determinado no pude evitar girarme y juntar mis labios con los suyos, ella a la vez llevó una de sus manos a mi tea y comenzó a acariciármela, lo hacía, nuevamente mejor que mi marido, y continuamos en esa posición que me estaba volviendo loca hasta que mi suegro se corrió en un coño que el había determinado iba a ser propiedad de su esperma.

Me bajé en ese momento Sonia se arrodilló yo hice los mismo, ella acercó su boca la polla de mi suegro y comenzó, con su lengua a limpiársela de los restos de semen, mientras yo miraba, mientras mi suegro dijo:

-Mira Lorenita, como limpia mi polla la zorra de mi mujer, apréndelo bien, porque tú lo vas a tener que hacer muchas veces y con muchos tíos.

Las lamidas de Sonia no solo dejaron la polla de mi suegro limpia y reluciente sino, que cosa extraña para un hombre de su edad se le puso otra vez bien dura, miré a Sonia y su mirada sentí que me decía que eso era algo normal. Cuando la polla de mi suegro estuvo a tope ella se levantó, yo la imité y ella me hizo un gesto para que me sentara en el mismo sitio donde ella había estado sentada antes. Ella se puso encima de la polla de mi suegro, y con una coordinación que parecía demostrar que era algo frecuente metió la polla de su marido dentro de su coño y comenzó a cabalgarle, una vez más comprendí que mi suegro la prefiriese a ella mil veces más que a la cacatúa de mi suegra.

Sonia montaba a mi suegro con gran maestría, hasta que en un momento dado decidió darse la vuelta y sin sacarse la polla de mi suegro de u coño se quedó de espaldas a este, yo n esos momentos tuve una intuición y me arrodillé y acaricié los muslos de Sonia y luego introduje mi lengua en la zona donde la polla de uno se juntaba con el coño de la otra.

Y como si fuera un chico joven, demostrando su vigor, mi suegro se volvió a correr, Sonia se levantó y yo sintiendo que era eso lo que se esperaba de mi llevé mi boca a la polla de mi suegro y se la chupe, su semen tenía un sabor especial y no sé si era por saber que había pasado por le coño de Sonia, me resultaba muy apetecible y milagro, al sentir mi boca sobre ella la polla de mi suegro volvió a recuperarse.

En ese momento nos dijo que éramos unas zorras divinas y nos ordenó ponernos encima del sofá a cuatro patas mirando a la pared, por supuesto accedimos a las exigencias de nuestro macho alfa, este acaricio un momento nuestros culos, girándome un momento vi como él introducía uno de sus dedos en el culo de Sonia, al darse cuanta de que miraba me ordenó dejar de hacerlo, y poco después sentí un trozo de carne arrimarse a mi culo y mi suegro introdujo su polla en mi interior.

El muy cerdo sabía cómo hacerlo, mientras al parecer también sabía dar a una mujer mucho placer con sus dedos porque Sonia gemía como una perra, parecía tener el vigor de un jovencito, mientras su polla se movía en el interior de mi culo, me estaba volviendo loca de gusto, hasta que se corrió y una gran cantidad de leche recorrió mi trasero.

Cuando se salió se quedó de pie y nos ordenó a su mujer y a mi chuparle la polla, me debería de haber dado asco, dado donde había estado esa polla, pero nos sentí nada de eso Sonia y yo de una manera coordinada le chupamos la polla hasta que se la dejamos bien limpia, después, sin poder evitarlo nos dimos un beso en la boca.

Así comenzó mi vida deputa al servicio de mi suegro y de Sonia.

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