back to top
InicioTransexualesDecidir quedarse

Decidir quedarse
D

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Comenzaba el tercer día de aquel viaje a París programado para una semana y había sido mi segunda noche en casa de Axele. Así, al despertar, era como si hubiera dormido con una mujer: su melena rubia bastante larga, su cuerpo liso, sin un resto de vello además de unos incipientes pechos… realmente no parecía tener quince años más que yo. Me apetecía, me deslicé entre sus piernas y durante un cuarto de hora largo estuve saboreando su deliciosa polla, la sentí crecer y engrosar entre mis labios, lamía sus pezones haciéndola gemir de placer pero me pidió que no continuase.

La idea era ir a Nogent-sur Seine una ciudad dormitorio a media hora de París en coche donde había quedado con un grupo de amigos y esperaba que quisiera acompañarla. Era viernes, regresaríamos por la noche aunque también era posible que nos quedásemos todo el fin de semana; no sabía decirme cuantos seríamos pero desde luego no menos de cinco o seis personas y me anticipaba que habitualmente siempre tomaba algunos minutos de vídeo alguno de los anfitriones.

Volvía a salir a la calle totalmente feminizada y volví a ponerme cachonda viéndome reflejada en los escaparates y me planteé alargar mi estancia. Había tomado dos semanas de vacaciones y en principio iba a estar una semana en París pero lo que estaba comenzando a vivir me enganchaba cada vez más.

Tres matrimonios pasados los sesenta, dos hombres de unos cuarenta y tantos, nosotros dos y otro travestí conocido de uno de los matrimonios. Once personas en total con popper y todo tipo de pastillas para mantenerse viril… tres mujeres, cinco hombres y tres travestís. Me corrí dentro de una de las mujeres, y excepto Axelle, me la metieron todos los demás, tuve dentro seis pollas diferentes y disfruté de todas ellas. De hecho, nunca había disfrutado tanto ni me había empalmado tantas veces ni había comido tantas pollas durante tanto tiempo. Dos de los hombres se corrieron en mi boca y no desperdicié ni una sola gota.

Sin ánimo de ser presuntuoso, con mucho Axelle y yo éramos las más atractivas de la velada y todos los demás procuraban en todo momento estar con alguna de nosotras dos. Estuve muchísimo tiempo empalmado y a lo largo de las casi ocho horas que estuvimos en Nogent me corrí tres veces con una intensidad como creo que nunca había sentido; alguien me dijo que era gracias al “popper”. Las tres mujeres se corrieron conmigo mientras las comía el coño y en casi todas las ocasiones alguien estaba lamiendo mi ano o follándolo. Regresamos a París poco antes de la una de la madrugada.

Nos habían dado en un “Pen-drive” una copia de los momentos que había grabado en vídeo y lo vimos nada más llegar a casa. Me había corrido hasta la extenuación pero mirar esas escenas me puso duro como no recordaba haber estado nunca. Axelle decidió que nos vistiéramos para la ocasión: ambas con medias sujetas con ligueros, sujetador y una microtanga que apenas ocultaba nada.

A ambas, pero sobre todo a mi nos costó una eternidad corrernos, nunca he echado un polvo tan largo y pocas veces he sentido algo tan intenso como aquella noche; yo apenas expulsé unas gotas de esperma aun cuando tuve un intenso orgasmo. Axelle, sin embargo, parecía que no había tenido actividad sexual en días. Se corrió dentro de mi, sin preservativo, la sentí, sentí como me llenaba con sus jugos. Lo decidí entonces, iba a llamar a mi madre y decirla que prorrogaba mis vacaciones otra semana más.

Esta decisión de prorrogar mi estancia además de las que tomé los días posteriores dieron un giro a mi vida de 360 grados y en parte se lo debo a Axele que fue quien me ayudó a dar poco a poco los pasos que debía dar. El único consejo que no seguí de los que ella me dio, y no me arrepiento, fue el de tomar hormonas el tiempo suficiente para el desarrollo de mi pecho. Han pasado dieciséis años desde entonces y disfruto con mi estilo de vida.

Sexualmente disfruto comportándome como “hembra”, disfruto siendo penetrada muchísimo y nunca he penetrado a un hombre, no me entusiasma. Disfruto haciéndolo con cualquier persona de mi género y con mujeres pero nunca con un hombre y sin embargo puedo casi llegar a correrme jugando con su verga y tragando sus jugos… Cosas de mi sexualidad.

Loading

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.