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Mi primera doble penetración
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Este relato es como una continuación del relato “Mi primer lésbico”.

Con María al año siguiente volvimos a alquilar un departamento en la costa, esta vez de un dormitorio, conseguimos el mismo trabajo.

El primer encuentro fue muy fogoso con ella, la mismísima primera noche. Los días fueron pasando, trabajábamos, íbamos a la playa y siempre conseguíamos a alguno para coger. Nos turnábamos para usar el dormitorio, una cogía ahí y la otra en el sillón del living. Hasta que conocimos dos chicos amigos ellos, con los que empezamos a salir, yo con Daniel y ella con Mauri.

La confianza entre los cuatro fue creciendo, de tal forma que Mauri solía salir desnudo de la habitación hacia el baño delante de mí. Y Daniel igual delante de María.

En charlas con ella me contó varias de sus aventuras sexuales, pero la que más me calentó fue cuando estuvo con dos chicos y le hicieron doble penetración. Mas haber visto alguna película porno y las revistas del hermano de Ana donde chicas tenían dos vergas entrando en cada agujero. Era algo que tenía ganas de probar le conté a María.

Mauri, me había visto desnuda muchas veces también, hasta que una noche mientras cogía con ganas a Daniel en el sillón, veo que él estaba parado desnudo con su pija erecta mirando a menos de un metro nuestro y María parada en la puerta del dormitorio. Eso provocó, que con Daniel le hagamos lugar en el sillón, que él se siente y María lo monte, quedando los cuatro cogiendo en el sillón.

La noche siguiente comimos los cuatro juntos en el departamento, ellos en bóxer y nosotras solo en tanga con las tetas al aire. Bebimos demasiado todo nos causaba risas y los temas casi siempre eran de sexo. La guacha de María le había contado a Mauri que yo tenía ganas de una doble penetración. Cosa que después me entero porque Dani me cuenta que su amigo le había preguntado si podía ser que me cojan entre los dos. Si él se enojaba. Cosa que le respondió que claro que le gustaría cogerme junto con él.

Con María nos ponemos un vestidito y vamos a comprar helado. Cuando llegamos, me encuentro a los dos machos en la cama, cada uno a un lado de la cama, en bóxer negros. Dani me dice ven trae el helado con una sonrisa, me siento en medio contra el respaldar, beso a Dani y me doy cuenta que me excito al ver a los dos a mi lado con sus pijas duras a mi lado. María trae cucharas sin el vestido y se sienta en la punta de la cama. Mientras tomábamos el helado los cuatro del mismo tarro. Dani me levanta el vestido tirándolo sobre una silla, con besos y usando sus manos para tocarme.

Quedo despalda a Mauri, donde aprovecha a pegar todo su cuerpo al mío, quedando los tres pegados, enredados, piel con piel. Mientras María queda en la punta de la cama y Dani sigue apretándome, con sus manos y con beso profundo, tocando una teta con una mano y con la otra me agarra el culo. Mauri me agarra la otra teta desde atrás y me separa las piernas, mete sus dedos entre mis labios y me los enseña empapados, Y Dani acompaña los suyos, haciéndome vibrar con todas esas manos tocando todo lo tocable, dedos dentro de mi coño, separando mis labios, jugando con mi clítoris.

Dani me levanta de la cintura, y de un tirón arranca mi tanga dejándome en cuatro, me separa las cachas del culo. Mientras Mauri se sacaba el bóxer y María se tocaba con una mano las tetas y con la otra la concha diciéndome que los aproveche para todo lo que yo quiera. Le tomo la pija a Mauri, tumbado delante de mí para llevármela a la boca, trato de metérmela entera, sin conseguirlo del todo porque además de tener un señor rabo, lo tiene como una piedra. “qué pedazo de pija” le digo. Dani arrima la suya y tengo las dos a mi disposición.

Les chupo los huevos mientras los masturbo con una mano cada uno, me las meto en la boca lo más profundo que puedo. Dani se pone detrás mío y me la mete con fuerza, concentrándome solo ahora a la mamada y mi culo que se mueve en círculos a compás de sus embestidas y azotes.

Protesto y agarro fuerte las sábanas, sigo masturbando a Mauri y metiéndome su pija en la boca desde la punta hasta el tronco, lamiéndole los huevos cada vez que bajo, sin mover mi cadera, que Dani sujeta con sus dos manos y de vez en cuando me azota el culo, mientras bombea. No puedo aguantar más y me saco la pija de la boca, voy a acabar. Mauri observa con cara de placer la escena. Los mechones que Dani ha tomado como riendas y de los que tira hacia atrás con fuerza, mientras sujeta mi espalda, arqueada, y me coge con embestidas secas, duras, hasta hacerme sentir que va a partirme por la mitad.

Después de acabar de forma salvaje sin apenas respiración por tener la cabeza tan echada hacia atrás, lo que convierte cada bocanada de aire en un placer adicional que sacude el resto de las sensaciones y las intensifica. Me pone como una perra además tener a Mauri justo delante de mí, mirando la escena, tocándose.

Me tumbo boca arriba, recuperando el aliento. Los dos acercan sus vergas a la vez a mi boca. Me encanta tener sus capullos juntos, delante de mi lengua, cogérsela fuerte con la mano, estoy como una niña con juguetes nuevos, mis dos juguetes, dos buenas pijas para mi placer, y sonrío y las lamo alternativamente, las chupo, juego con sus frenillos, les masturbo y las disfruto mientras recupero el aliento.

Mauri quiere cogerme y yo quiero que lo haga, se pone de pie en el borde de la cama y me arrastra tirando de mis piernas de las piernas, separa los labios de mi concha con los dedos para meterla hasta el fondo. Sentirle entero dentro de mí, y los dedos de mi Dani enredando por mi clítoris me provoca otro orgasmo imprevisto, que me sacude entera por inesperado y por completo, de esos que vienen por muchos estímulos a la vez y que te dejan temblando las piernas.

Mauri está a punto de acabar también. Le miro a la cara, caliente como una perra como estoy, lo tomo por las nalgas para que me penetre más hondo, cuando siento su primer chorro le tomo la pija con la mano para sacarla de mí y empiece a desparramar leche en mi abdomen, tetas, entre gemidos y gruñidos de placer, que me encienden. Es tan gratificante ser la culpable de esa sensación, de esa expresión de satisfacción.

Se va a la ducha, mientras Dani busca en mi neceser lubricante, él sabe dónde está lo usamos en varias oportunidades. Se echa en la mano y me mete los dedos en el culo, y me azota con la otra mano, yo boca abajo.

-y… ¿no se cansa nunca? -pregunta Mauri saliendo de la ducha

-no… -ríe Dani, mientras me folla el culo con su mano.

Ven le dice a Mauri. Vamos a cogerle este culito. Se para delante de la cama, yo me acomodo en cuatro patas en el borde. Pone la punta de su pija a la entrada de mi culo, la apunta, pero no la mete. Me la deja ahí, presionando sólo un poco, lo justo… para hacerme desearlo. Muevo el culo un poco en círculos, acomodando su verga más adentro cada vez. Él no empuja más que antes y yo me estoy muriendo de ganas porque me la meta. Levanto un poco el culo, me acerco cada vez más a su cadera y siento cómo ya no hace falta ni más lubricante. Me retuerzo.

Empiezo a disfrutar de la pija de Dani otra vez en mi culito. Sigue sin moverse y me está volviendo loca de ganas, yo no puedo esperar, quiero moverme, pero aún voy despacio, sintiendo. Mauri se tira en la cama debajo mío y con su lengua y manos empieza a jugar con mi clítoris, viendo bien de cerca como entra y sale la pija de Dani de mi culito.

Jadeando de placer, gimo, me arqueo, me azota el culo, mientras con la otra mano agarra mi cadera, me empuja su pija hasta el fondo, hasta los huevos. Ya deseaba las dos pijas dentro de mí. Le digo a Mauri que se acueste que quiero cabalgar sobre él. Sacando la de Dani de mi cola. Me acomodo sobre él, le tomo la pija para sentarme sobre ella, mientras subo y bajo para sentirla. Dani coge mi cadera y apoya la verga en mi culo dilatado y lubricado. Echo la cabeza hacia atrás. Este es el momento que había estado esperando, esta es la sensación que buscaba. Tú no te mueves, dice sujetándome. Quieta. Obedezco.

Esperando la pija de Dani entrando en mi culo, llenándome toda, aprovechándome bien. Mauri le siente, porque está dentro, cuando entra, sonríe diciéndome –ahí tienes tu doble penetración Lau, queda todo el espacio ocupado. Les siento a los dos dentro de mí y no puedo evitar gemir al sentirlos, despacio, volviéndome loca. Cómo me gusta, les digo. Mauri aprovecha y me come la boca con un beso.

Dani me agarra del pelo y me azota al compás de sus embestidas, que empiezan a coger ritmo y siento que me falta el aire, que se me sale el corazón por la boca, que me voy a deshacer y cuando parece que no puedo más, me aprieta contra su verga y las sensaciones estallan, acabo entre gritos de placer, mientras mi cuerpo se retuerce en un orgasmo interminable, intenso, como no he tenido hasta ese momento. Dani llena mi cola se semen como otras tantas veces lo hizo. Y Mauri debajo sigue moviéndose para intentar acabar otra vez.

María que estuvo sentada, teniendo todo ese espectáculo para ella, aparece en escena y dice: -la próxima es para mí.

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