A partir de ese día, la casa se convierte en domicilio conyugal para los tres, pasamos largas jornadas juntos nos permitíamos andar por casa desnudos para disfrutar de la vista de nuestros cuerpos, duchas conjuntas que casi siempre terminan en masturbaciones, masajes en los pies que terminan en comidas de coño, hacemos sexo casi todas las noches, pasando de una habitación a la otra, hasta que decidimos dormir juntos, los tres damos largos paseos por la playa sin impórtanos que alguien pueda vernos mientras yo sujeto su traseros.
Una noche mientras cenamos mantenemos una charla de sexo sobre las fantasías. Como si nada mi suegra deja caer que le gustaría experimentar por sí misma el penetrarme como había hecho mi mujer, con una mirada cómplice hacia su madre mi mujer disimuladamente me recuerda cuantas veces le supliqué para repetir el trio con su madre después que entre las dos me habían roto el culo aconsejándome que debía complacer a su madre.
No pretendo romper la buena sintonía que hay entre los tres con el mejor sexo de toda mi vida, y apresar de mis dudas no me queda otro remedio que ceder a las pretensiones de mi suegra. Nos ponemos de acuerdo entre los tres, esta noche prevalece los deseos de mi suegra, ellas se van al dormitorio para prepararse mientras yo recojo las sobras de la cena y me doy una ducha. Cuando salgo de la ducha, me dirijo hacia el dormitorio envuelto en una toalla de cintura para abajo las encuentro a las dos en bata de encaje, y la lencería a juego.
Mi mujer con mirada lasciva me hace un gesto con el dedo para que me acerque y quitándome la toalla comienza a sobar mi polla y masajea mis huevos, le da un lametón desde los huevos hasta la punta, lame alrededor de mi glande con su lengua y noto cómo empieza a reaccionar cobrando dureza dentro de su boca.
Mientras mi suegra detrás de mí, ata mis manos a la espalda con una cuerda ¡Ponte a cuatro sobre el borde de la cama cariño! con ayuda de mi mujer me pongo a cuatros en el borde de la cama, ella misma me extiende la vaselina por el culo con la yema de su dedo ¡Oh! un largo suspiro sale de mi boca, cuando notó su dedo entrar y salir barias veces de mi culo, sospecho que ella también está disfrutando cuando oigo sus risitas.
Su dedo entra y sale de mi culo a la vez que juega con mi polla con su otra mano ¡creo que ya está listo! haciéndose a un lado para dejar espacio a su madre. Un sentimiento de miedo me invade cuando veo a mi suegra quitarse la bata y colocarse los cinturones del strap-on de 20 centímetros. Se sitúa detrás de mí entre mis piernas y juguetea entre mis nalgas con la polla de goma, deja caer el peso de su cuerpo sobre mi acercándose a mi oído ¡esta noche serás, mi puta!
Colocando la cabeza de la polla de goma en la entrada de mi culo, empuja levemente metiendo la punta encontrando algo de resistencia ¡sé que te dolerá algo al principio pero tienes que relajarte! sujetándome por las caderas y con un fuerte empujón mi suegra me penetra el culo metiendo la polla de goma hasta el fondo ¡Oh! un fuerte alarido sale de mi boca cuando la notó entra, hinco mis dedos en las sábanas y jadeo ya de forma clara mi cuerpo se tensa y vibraba con cada estocada, comienza a follarme más rápido ¿Te gusta, puta? me pregunta mi suegra, casi no puedo ni contesta con voz entrecortada.
¡Me duele, aaah! Ella continúa embustiéndome, tirando de mi cabello hacia tras me propina varias embestidas como una yegua salvaje. Con las manos inmovilizadas y las fuertes sacudidas pierdo toda visión de donde me encuentro y solo puedo prestar atención al embiste rítmico y potente que estoy recibiendo, ella aminora el ritmo de sus embestidas y saca lentamente la polla de goma ¡túmbate boca arriba! como puedo me tumbo sobre la cama con las manos atadas debajo de mí, ella sube mis piernas apoyándoselas en sus hombros y vuelve a introducir de un golpe, la polla de goma entera dentro de mi culo ¡Aaah! Vuelvo a gritar sintiendo placer y dolor a partes iguales ¿estás bien? me pregunta ¡Síii!
Y continúa fallándome con embestidas más rápidas y pajeándome con una mano al mismo tiempo, busco con la mirada a mi mujer que está sentada en el diván con la bata abierta masturbándose y mirado embelesada el espectáculo que su madre y yo le estamos.
Mi suegra continua con sus embestidas fallándome más fuerte, y subiendo el ritmo de la paja. Por mis gemidos sabe que estoy a punto de correrme, ella deja de pajearme, quiere que me corra solo con el placer que me está proporcionando ella. Cuando un alarido anuncia el inminente estallido, me propina varias embestidas más. Contemplando como una yegua salvaje, cómo mi leche sale con tal violencia que llega a manchar sus pechos, la visión de los largos chorros de semen que salen de mi polla, hacen que ella se corra igualmente, con fuertes convulsiones.
Mi suegra continua con sus embestidas fallándome más fuerte, y subiendo el ritmo de la paja. Por mis gemidos sabe que estoy a punto de correrme, ella deja de pajearme, quiere que me corra solo con el placer que me está proporcionando ella. Cuando un alarido anuncia el inminente estallido, me propina varias embestidas más. Contemplando como una yegua salvaje, cómo mi leche sale con tal violencia que llega a manchar sus pechos, la visión de los largos chorros de semen que salen de mi polla, hacen que ella se corra igualmente, con fuertes convulsiones.
Sin sacarla se tumba sobre mí, llevado por la lujuria lamo todo su pecho y pezones limpiando todo aquello mientras ella sonríe, me besa tiernamente y saca la polla de goma nos incorporamos con su ayuda, y mientras me libera de las ataduras mi mujer se incorpora de su asiento, en su cara se refleja la mirada lasciva, signo de su latente deseo, sé que como mínimo, me esperar un buen polvo.