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A mi ex suegra, le gusta mi verga (cont. – parte 1)
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Este relato es la continuación de uno que hice hace unos meses de como empecé a involucrarme con mi ex suegra y como le daba indirectas de que quería cogerla, pues después de todo eso, se logró y les contaré como fue que llegué a ese punto y como va todo a la fecha.

Si no saben el contexto, búsquenlo como “Necesito opiniones: ¿le gustará mi pene a mi ex suegra?” (lo encuentran en mi perfil).

Total que en el aquel nos quedamos que le mostré en whatsapp varias veces mi pene erecto en estados, lo deje de hacer por que andaba arreglando mis diferencias con mi ex, su hija, no quise arruinarlo y deje en pausa lo que estaba generando con mi Karla (mi ex suegra), no hubo arreglo de nuevo con su hija, por diferencias decidimos no volver a intentarlo, entonces eso me dio paso libre de nuevo con su mamá, que durante estos meses me ha seguido tratando muy bien y a veces siento que me coquetea, tal vez, solo sea mi imaginación pero así me parece en ocasiones.

Después de un par de semanas de haber decidido dejar las cosas en paz con mi ex, volví a la carga con Karla, la clásica que ya había funcionado, los estados que solo viera ella, “grabando mi pantalla nueva” y sin querer se me veía el pene marcado en el bóxer, si volvíamos al punto que veía esos estados y no decía nada y hasta me trataba mejor cuando me veía, estaría en el mismo punto que antes, casi seguro que quiere algo conmigo, pues así fue, no hubo queja ni reclamo por ese estado, ese mismo día la vi por la noche y muy sonriente conmigo.

Karla me veía el pene por las noches y al día siguiente me saludaba como si nada, para mí ya estaba claro que le encantaba al menos verme casi por completo desnudo.

Ya no podía seguir solo así, necesitaba más de ella, tiraba indirectas que había alguien mayor a mí que me enloquecía, que cada que la veía me hacía pensar en ella de ciertas maneras y todo apuntando claramente a ella y los veía y me saludaba sonriente siempre que la veía, todo encaminado, pero no encontraba la manera de llegar al punto de directamente saber si había chance de tener algo con ella.

Decidí a comenzar a hacerle cumplidos como ella solía hacérmelos, de repente le decía que se veía muy guapa y se sonrojaba y me decía: “ay gracias, si ni me arreglé” y yo continuaba halagándola: “imagínese si se arreglara”, solo me sonreía sonrojada, así varías veces le decía que se veía muy bien y ella también en ocasiones me decía que guapo te ves hoy, era de ida y vuelta la tensión por dar el paso más adelante.

Total que de esos días que iba a llevarla a comprar cosas para su negocio en mi carro, tire la plática a apuntar de como había conocido a su esposo y bla bla, cosas que no me interesaban, pero llegué al punto de preguntarle: “y fue su único novio? Me refiero que si así fue, nunca tuvo esa curiosidad de conocer a más hombres?”; volteo a verme y me dice: “como crees que te voy a responder eso” y se rio tímidamente; continúe: “no en mal plan señora, yo sé que lleva años casada y su matrimonio es estable, pero es normal como sentir esa curiosidad de que hubiera pasado si conociera a más hombres, tal vez no a la fecha, pero recién casada”.

Volvió a reírse y me dice: “tu sentías atracción por otras mujeres mientras estabas con mi hija?”; le contesté: “no mientras estaba con ella pero si llegué a pensar cuando nos dejamos que fue bueno, por que pude conocer un poco más de mujeres y me sirvió para tener más experiencia en todos los aspectos”; solo me asentó con la cabeza viéndome a los ojos, hubo una pausa en silencio y creí que no seguiría con el tema, pero comenzó: “amo a mi esposo, pero como dices siempre hay una pequeña duda o curiosidad de haber conocido más muchachos, porque si fue mi primer novio y único, pero esa duda, es mucho más cuando era joven…”

La interrumpí y le pregunté: “y actualmente no siente esa curiosidad?”; pasó saliva, me miro nerviosa y me dice: “ay no que cosas preguntas”; empecé a sentir esa tensión sexual de ambos, le sonreí y le dije: “es que sinceramente a veces reprimimos tanto algo que quisiéramos hacer y luego vuelve con mas fuerza”; muy nerviosa respondió: “si, pero es algo que a mi edad y con tantos años casada no debo pensar”; “no debe, pero si piensa en eso” le dije.

Mordió su labio inferior un poco y muy nerviosa desvió la mirada hacía la ventana del auto, no presione más, había llegado hasta el punto donde quería, llegamos a su casa, bajamos las cosas que compro y me dice con una sonrisa media coqueta: “bueno, nos vemos la próxima semana para ir, gracias y luego seguimos con la plática”. Sentí que se puso durísima la verga, no le incomodo en lo más mínimo la plática, en cambio, se quedó con ganas de más.

Paso la semana y estaba ansioso por ese viaje de nuevo, iba a llegar un poco más lejos esta vez, llegó el día pasé por ella, muy hermosa se veía, recién bañada por la mañana, me encantaba, necesitaba cogerla, le hice saber enseguida que se veía muy bien y ella igual a mi, se subió al carro y lo primero que me dijo fue que le gustaba mucho el perfume que traía y total pasaron unos minutos y comienza la conversación:

Karla: ¿oye y que ha pasado siempre con mi hija?

Yo: pues nada, creo que no nos entendemos, lo dejaremos así

Karla: lo siento, queríamos que estuvieran juntos

Yo: a veces no se puede, ni modo, no hay que hacer

Karla: pues si, mi hija debe entender que perdió a un buen hombre y que no la esperaras toda la vida

Yo: así es señora, aparte estoy en buena edad de conocer más gente

Karla: no te vaya a pasar como a mí y te quedes con curiosidad

Yo: justamente eso pensaba, prefiero conocer a más personas

Karla: si, aparte estas guapo y eres trabajador, no falta a quien le gustes

Yo: ¿gracias, puedo comentarle algo?

Karla: si, dime

Yo: con todo respeto, siento que está en buena edad para que saque esa curiosidad que tiene, siento que la vida se nos va muy rápido y no debemos quedarnos con las ganas de nada, no me gusta escucharla decir que se quedó con la curiosidad; yo jugando el papel de comprensivo y respetuoso.

Karla: no como crees que dejaría a mi esposo; visiblemente nerviosa estaba

Yo: no, a eso no me refería, claro que es casada y eso no lo cambie, pero creo que una escapadita que tenga de la rutina o monotonía de tantos años, solo por no quedarse con la espinita de conocer a otros hombres, con todo respeto se lo digo, creo que es valida

Karla ya muy nerviosa y viéndome a los ojos: no, como me dices eso, aparte a mi edad ya no es tan fácil que alguien se fije en mí, solo viejitos tal vez

Yo (sonriéndole levemente): yo pienso que hay varios hombres más jóvenes que usted que estarían encantados de estar con alguien como usted

Karla: ay como eres, claro que no; sonrió y se voltio a la ventana

Yo: claro que si señora, si me permite con el respeto que le debo, me parece una mujer muy guapa, es muy buena persona y…; hice una pausa para ver si ella estaba interesada en lo que iba a decir

Karla: ¿y… Que?

Yo: pues me parece que tiene un cuerpo muy bien, claramente despierta el intereses de más de un hombre.

Me miraba, la voltee a ver y solo sonrió y se quedó callada, fue un silencio de unos minutos, llegamos a donde íbamos, compro sus cosas y nos fuimos de vuelta, un viaje normal, pero al poco de unos minutos, ella sola comenzó la conversación:

Karla: sabes hemos tenido algunos problemas mi esposo y yo

Yo: ¿en serio? Algún problema en especial?

Karla: no, solo la rutina del día a día y cosas que pasan en los matrimonios

Yo: ¿si entiendo y como se siente?

Karla: confundida, a veces desesperada por que siempre es lo mismo diario

Yo: ¿ya se cansó de la rutina?

Karla: si, un poco, ¿quisiera hacer algo distinto un día que me despierte, no sé si me doy a entender?

Yo: claro, no me lo tome a mal, pero le parecería extraño si la invito a tomar algo para que se distraiga

Karla se sonrojo y volteo a verme, diciéndome: no, imagínate que van a decir si nos ve alguien conocido, no como crees

Yo: pero podemos hacerlo sin que sea en un lugar público, en mi casa, para que salga de la rutina solamente

Karla: es que… No… Imagínate…

Yo: solo tomamos algo y vuelve a su casa, a fin de cuentas, ahorita no la espera nadie en su casa, todos están trabajando

Karla: pero si alguien me conoce por tu casa… Es que es mucho riesgo, lo malinterpretaran…

Yo: mire si es por quien nos vea o nos conozca solamente, le puedo proponer algo si usted quiere

Karla: no es solo eso, es que se ve mal que tome algo con el ex de mi hija…

Yo: solo quiero que se distraiga un rato, yo lo tomo como eso solamente

Karla: es que no se… Me da pena contigo

Yo: no se preocupe, entiendo, pero para platicar un rato a gusto sin presiones de nada

Estaba muy nerviosa y se veía totalmente sonrojada, no sabía que responder, pero claro no me decía que no definitivamente.

Yo: mire no me diga ahorita, ni le digo hoy mismo vamos, piénselo, el día que quiera, me lo dice y vamos, si no, no pasa nada, al fin de cuentas es su decisión

Karla: está bien, pero es que… No se

Yo: no se preocupe, todo quedara entre nosotros señora, si me la acepta o no, solo es una invitación y no saldrá de aquí

Karla: bueno… Platícame de tu carro… Siguió la plática hacía otro lado y ya

Estaba muy cerca de conseguirlo, la estaba seduciendo y cada día me ponía más caliente de pensar que se podía dar algo, había pasado casi la semana completa, ya casi se llegaba el día de ir a su viaje y 2 días antes esta fue la conversación en whatsapp:

-Hola, oye si podrás hacerme el viaje esta semana

-¿Si señora, a la misma hora que siempre?

-Si, pero te iba a decir, me da pena, ¿pero aún tienes la invitación que me hiciste?

-Claro que si, está disponible para cuando guste

-Es que, no sé como hacerle para que no se den cuenta aquí

-Mire, que le parece si me pasa lo que va a comprar y yo mañana voy a comprarlo y el jueves que se supone iremos, en lugar de ir a comprar eso, vamos a tomar algo y así no se sale más tiempo e igual tiene sus cosas que comprara

-En serio harías eso?

-Si, sin problemas páseme la lista y nos vemos el jueves para ir

-Ok, ahorita te la mando

Ya estaba hecho, se animó, desde ese momento se me puso erectisimo el pene, era el momento de por fin coger a esa señora que tantas jaladas le dedique, que tanto desee por mucho tiempo. Hice las compras, las deje en mi casa y esperaba paciente al día siguiente.

Por la mañana del jueves le escribí que la vería a las 12 del mediodía como de costumbre, me respondió que estaba bien que me esperaba, me arregle bien, le deje un buen corte de pasto a mi pene, me perfume, le iba a dar una cogida de época, que me recordara siempre, llegué hasta su casa y sale, no sé si era que ya estaba muy excitado pero se me hizo hermosa ese día, un poco más arreglada de lo normal, pero no tanto para no levantar sospechas, me saluda y me dice: “que vergüenza”, le digo que no pasa nada, nos subimos al carro y le digo:

Yo: ¿todo bien?

Karla: con vergüenza, no sé como estoy haciendo esto

Yo sonriéndole: nadie se enterará, solo iremos por algo y a platicar

Karla: pues si, pero… Te iba a decir, en tu casa me sentiría incomoda, si mejor vamos a… No sé, otro lugar

Yo: claro, donde se sienta más cómoda, le parece si vamos a rentar una habitación, compramos algo y ahí nos estamos tranquilos

Karla: ¿ay que pena, no crees que es demasiado?

Yo: no, solo para no correr riesgo de nada

Karla: esta bien, pero de verdad, esto quedara entre nosotros?

Yo: claro que si señora, esto no saldrá de aquí

Esbozo una pequeña sonrisa, medio apenada, yo no paraba de verla de pies a cabeza mientras conducía, sabía que por fin después de meses de trabajar seduciéndola se me estaba haciendo realidad.

Llegamos por algo de tomar, ella quería vino y yo compre cervezas para mi, un poco de comida y la veía súper nerviosa, me imagino que estaba pensando si estaba haciendo lo correcto, de ahí nos fuimos directo a un motel que conocía, medio lujoso, que tiene habitaciones muy buenas, llegamos, yo ya con el pene que me explotaba ya quería cogérmela, pero debía mantenerme tranquilo e ir poco a poco, comencé diciéndole que se veía muy bien y que insistía que a muchos hombres les llamaría la atención.

Se sonrojo mucho y agacho la mirada, empezó a sentir mucho esa tensión sexual y más nerviosa se puso, me dijo que si comíamos algo de lo que llevamos y empezamos a comer, destape una cerveza, le serví un poco de vino.

Platicábamos relajados de los problemas de pareja que siempre habían, ella se abrió mucho platicando de lo que sucedía en su matrimonio, en un momento que me platicaba me atreví a tomarle la mano y decirle que no entendía como con una mujer así como ella no la valoraba como tal su esposo, no la quito, solo sentía su nerviosismo al tocarla, en cuanto paso eso, le dije: “venimos aquí a liberarnos de los problemas, hay que dejar de hablar de eso”; me sonrió y me dijo: “tienes razón”; le propuse: “si me permite, se hacer unos masajes muy buenos, para quitarle el estrés”; “ay no sé, que pena contigo” contesto.

Me coloque detrás de ella, que estaba sentada en una silla, yo parado la toque en los hombros y empecé a masajear, rápidamente soltó la tensión que tenía, aflojo el cuerpo y se empezó a relajar, yo me daba gusto tocándola, sin sobrepasarme aún, solo los hombros y los brazos, se imaginaran que tenía la verga parada e intencionalmente me acercaba de más para que la sintiera en la espalda como me ponía.

En la primera no hizo nada, también se la repegue muy poco, apenas perceptible, en la segunda ya recargue más mi cuerpo en su espalda, masajeando sus brazos y lo sintió, porque retorció un poco el cuerpo, sintió claramente mi pene erecto en la espalda, en la tercera ocasión ya directamente se lo puse completamente en la espalda, me acerqué a su oído y le dije: “le está gustando?” casi con una voz temblorosa me pregunta: “el masaje?”; yo entre excitación le digo: “ambas cosas”; sonríe y apenas se escucha que contesta: “si, me encanta”.

La tome de la mano y le dije: “ven, continuo el masaje en la cama”, me vio sumamente nerviosa pero ya en ese punto excitada igual que yo, se sentó en la orilla de la cama y yo parado frente a ella, le dije: “hace mucho que deseaba este momento señora”; con una voz muy conocida, casi entre gemidos y sus ojos viéndome directo al pene: “si? Mucho?” claro esa voz me excito más aún, justo sonaba igual que mi ex, que su hija, me prendió tanto recordar que me estaba por coger a la mamá de mi ex, a la cual me cogí tantas veces también; le tome el rostro y con la otra mano tome su mano y la puse sobre mi pene: “tu júzgalo Karla”…

Ya de aquí en adelante comienza la pornografía, pero ya siento que es mucho texto, lo hago en otra parte. Es mucho texto lo que falta, se los contaré a detalle todo lo que le hice a mi suegrita Karla preciosa.

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