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Alenté a mi novia a que chatee hot con otro (parte 1)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Ella es uruguaya y estaba en pareja con un tal Daniel hacía unos 8 años, flaco al que le metió los cuernos de mil maneras y cuando me contó puso como paliativo que era adicto al juego a sus espaldas y muy alcohólico. Pero la realidad es que Natalia es bastante trola.

Nos conocimos por Facebook. Al principio se hizo un poco la difícil, pero cuando amagué con cortar el tema aflojó. Ella, en su país, yo en Argentina así que empezamos a chatear y las charlas se ponían cada vez más calientes hasta que llego el tiempo de fotos, videos, audios, pedidos de ella a mí, pedidos míos a ella… Eso duró 2 meses hasta que justo tuve que viajar a Montevideo -ella es de Treinta y Tres- así que el día de mi llegada se tomó un bus nos encontramos en el hotel donde yo paraba y cogimos usando todas las fantasías y el morbo que habíamos creado durante los chats.

Yo le hacía preguntas mientras la bombeaba que la empujaban a confesar sus cosas sucias, de lo cornudo que hacía a Daniel, de lo puta que es. Natalia ardía y me contaba historias contestándome cada pregunta con historias muy zarpadas.

Al otro día volví a Mar del Plata y recibo un mensaje en el que me cuenta que se separó de Daniel y se había ido a vivir sola. La noté muy embalada, porque ya imaginaba una vida juntos y eso se plasmaba en los chats, en las charlas calientes por WhatsApp y arreglamos para que venga a visitarme cosa que hizo en poco más de un mes y la pasamos genial esos 3 o 4 días.

Claro, la relación a distancia, virtual, necesita motivaciones y ya no alcanzaba con mandarnos videos, fotos, audios, charlas, etc. Pero había que agudizar el ingenio para mantenernos calientes y motivados.

Más o menos al mes siguiente recordé su propia confesión: “soy retrola”, también los cuernos a su ex pareja y eso, sumado a que quería ponerle un escalón más a nuestros contactos virtuales calientes. Entonces ideé un plan. Si con Daniel, con quien vivía, Natalia no pudo contener su necesidad de ser infiel ¿qué me esperaba a mi viviendo en países distintos?

Puse manos a la obra creando una cuenta de Facebook con el nombre de Julián llenándola de fotos del mismo flaco -uno que encontré Googleando- con el perfil de hombre que más o menos era su tipo: barbudo, medio hippón y artista plástico. Le pedí amistad y esperé un par de días pero como no me aceptaba decidí dar un paso más hacia el desbarranco y una noche, mientras chateábamos, caliente le pregunté si eran muchos los hombres que le pedían contactarse. Me respondió que más o menos, pero no solía aceptar a nadie.

Y ahí di el paso “Se me ocurrió una idea bien sucia” le escribí en el chat. Intrigada me preguntó cual era a lo que le contesté “Fijate entre los flacos que solicitaron ser amigos, si hay alguno que te gusta, agregalo y chateá bien puta, bien zorra, hacelo calentar y me vas contando”. Se quedó perpleja por mi loca idea aunque reconoció que era caliente. “Total” me escribe “si el que acepto vive en Argentina no se corre ningún peligro ¿no?” demostrándome que el fato la excitaba. “Te voy a pasar la contraseña de mi cuenta así entrás y ves lo que hablamos y de paso me vas dando letra ¿te parece?”.

Acepté y al toque: ¡plin! Julián era amigo de Natalia así que abrí otro navegador con el que ingresé a su perfil mientras en el Chrome me logueé como Julián y sin esperar un minuto, le hablé como tal mostrándome muy interesado en que ella sea mi modelo para realizar unas estatuillas, invento que tenía ya preparado. “Hola, Natalia. Al fin me aceptaste. Te cuento que además de pintar también soy escultor y hace varios meses que tengo en mente crear una obra basada en la misma modelo, obra que consta de 7 estatuas de un metro de alto cada una con distintas poses de la musa inspiradora así que cuando vi tus fotos supe que había encontrado a la indicada”.

Natalia me pregunta “¿Estás leyendo?” y la respuesta era obvia. “Si. Decile que te cuente más” le escribí empezando a empujarla mientras leo que ella teclea “Que halago, Julián. Contame más ya que es muy interesante y me dio curiosidad”. Así que desde la cuenta de Julián, escondido entre las sombras tiré toda la carne al asador. “Natalia. El tema es el siguiente. Vos tendrías que venir un fin de semana a mi estudio, queda en Caballito, Buenos Aires. Yo te tomaría la cantidad de fotos apropiadas de las cuales elegiría cinco para una parte de la obra” a lo que mi chica, intrigada, le escribe “¿Cómo? ¿No eran 7 las estatuillas? ¿Por qué cinco?” y en el traje de Julián le contesto “Claro.

En cinco de las 7 figuras estás vos sola. Por eso te dije que vengas todo un fin de semana. Viernes, sábado y domingo. Estaríamos los dos solos, desnudos los 3 días, tomando vino, mientras va creciendo la comunión entre el artista y su musa. Las otras 2 esculturas serían de ambos, vos y yo, besándonos teniendo sexo. Por eso fuiste a quien elegí: no encontraba quien me inspirara y a la vez me excitara hasta que di con tu perfil y te vi”. Natalia rápidamente me escribe “Amor. ¿leés? Este tipo es un desubicado. Recién empezamos a charlar y mirá con que propuesta me sale” a lo que yo respondo “Vida. ¿La idea no era que calentaras a un hombre?

Bueno, el chabón abrió la puerta para que entres” y como mi plan era que se mande con todo (ya que dudaba de su fidelidad a distancia ¿qué mejor que hacerla excitar virtualmente con otro, que complete su necesidad de ser infiel y que encima soy yo?) agregué “Seguile el juego, no recules, mostrate interesada y caliente”. Yo estaba seguro de que a pesar de sus palabras sobre la desfachatez de Julián toda la escena que le inventé bajo mi alter ego la había calentado. Me responde, decidida: “Ok. Se la voy a poner redura ¿A vos te calienta?”.

Y para que negarlo. Cuando se empezó a soltar, aunque su nuevo amigo era yo mismo saber que ella no lo sabía me daba un poco de celos pero saberla caliente con otro me excitaba así que le respondí rotundamente “Uff. Estoy al palo, Nati. Quiero leerte a vos, siendo su puta y seguro que me hago una paja”. “No me digas así, vida, que me estoy poniendo muy lubricada. Me estoy enchastrando. Ahí le escribo”. Y fue nomás.

Natalia: “Julián. Es muy osada tu propuesta y a la vez muy excitante ¿Cómo podría negarme ante semejantes elogios?”

Julián: “Uy, Nati. Yo sabía que eras la indicada, por eso te elegí”

Natalia: “¿Por qué soy una puta calentona? Mirá que mientras te leía me quité el vestido y estoy solo en tanga y con las tetas desnudas. Si seguís llenándome de morbo el cerebro esto termina en una tremenda paja, Juli” lo provocó y lo nombró con un cariñoso y compinche diminutivo.

Julián: “Nati, seguí por favor. Seguí, que ya la tengo dura, afuera y me la voy a sacudir para vos nombrándote. Así que si te vas a manosear, grabate con el celular y mandameló por favor. Eso si, hermosa. Decime Jules y no Juli porque así me decía mi madre que era francesa”.

Nati me habla a mi: “¿Que hago, amor? Estoy recaliente pero porque sé que vos estás mirando mientras me empujás y todo esto también te está calentando. Porque ¿te calienta la charla con Jules, cierto?”.

Yo: “Si, Nati estoy dándole y dándole a mi pija. Me pone hirviendo ver como mi chica charla sucio con otro. Y eso que no empezaste a mandarle ni fotos ni videos. Cuando lo hagas voy a explotar de calentura, te lo juro”.

Nati, a mi: “¿Sabés que acabo de descubrir? Yo, que fui infiel muchas veces o sea: engañaba a mis parejas por la espalda. Pero esto es muy distinto. Tu presencia lo hace novedoso es decir que si vos no estuvieses leyendo y yo sabiendo además que te calienta verme putaneando con otro quizás lo hubiera mandado al diablo. Así que, si te parece le voy a blanquear esto. El trato es este: él tiene que saber y aceptar que cada vez que chateemos vos tenés que participar porque es nuestro pacto y me doy cuenta que me afiebra más así que hacerlo de trampa. Ahí le hablo” dijo con total seguridad.

Nati: “Jules. Estoy muy excitada por todo lo que me estás formulando pero tengo que decirte algo muy importante para que nuestras charlas continúen”.

Julián: “Estoy extremadamente caliente, Nati. Contame mientras me sigo sacudiendo mi tronco” le escribió (escribí) tratando de empezar a tener palabras en común entre ella y él (yo). “Tronco”. Así denominaríamos a partir de ese momento a mi pedazo de carne.

Nati: “¡Pará, que me voy a deshidratar! La verdad es que yo tengo pareja que vive en Argentina. A él se le ocurrió que te agregue y resultaste ser un demonio perverso y me encanta. Bah, nos encanta: mi chico no solo está leyendo todo. Me empuja constantemente a que me libere con vos y para vos es decir… tengo su permiso para ser tu puta pero él tiene que estar siempre participando. ¿Está claro?”

Y ahí, como Julián, contraataqué ya que personificado en otro podía ser posesivo, dominante, exigente.

Julián: “No, no, no, Nati. No acepto en lo más mínimo ese planteo. Esto es entre vos y yo, musa y artista, modelo y creador. ¿Qué tiene que hacer tu pibe husmeando conversaciones ajenas?” y redoblé la apuesta. “Encima que le gusta ser cornudo ¿también quiere ser voyeur? No. Si no arreglás esto para que hablemos en privado voy a optar por cortar el contacto”.

Nati: “Lo que te expreso, Julián es que sabiendo que él está mirando nuestra charla, para el lado que llevaste ese planteo de un fin de semanas solos, desnudos, vos y yo, cogiendo, tomándonos fotos, en tu taller en donde se debe oler el aroma a pintura, arcilla, madera, etc. (lo escribo y me sigo empapando la bombacha. Me la voy a sacar). Bueno repito. Sabiendo que mi chico está leyendo como otro tipo me hace calentar, me convierte en su puta y además me alienta a seguir hablándote me hace volar la cabeza mucho más que nada. Ya he sido infiel pero esto, de que mi pareja me ponga en las garras de un depredador como vos y mire excitado es lo máximo”.

Estábamos jugados. Y el juego empezaba a crear otros caminos. Instantáneamente me propuse la férrea intención de lograr que Julián convenza a Natalia para que acepte chatear a solas. Si lo hago, lo hago completo. Volviéndola tan complaciente con un amante virtual inexistente, los riesgos de que me cuerneé a la distancia se iban a reducir tremendamente. Julián va a ser posesivo y dominante.

Julián: “Entonces, mi querida, me retiro ya mismo. No me interesa para nada que el cornudo de tu noviecito (tenía que ser bien guacho para marcar la cancha y diferenciarlo de mi) esté pajeándose el manicito ese que debe tener mientras vos actúas de putona caliente”

Nati: “Jules” -arrancó como para bajarle la espuma- “No quiero que trates así a mi pareja por favor y mucho menos quiero que te vayas, al final ya venía la parte buena. Es más: mi chico acepta que me dedeé me grabe y te mande el video. No seas así de drástico. Yo estoy recaliente por vos y todo el morbo que creaste en mi cabeza pero también porque descubrí que me vuelve loca saber que mi novio está mirándonos celoso y afiebrado. Dale: hablame como vos sabés asi tendrás como premio tu video de tu musa toqueteándose mientras te nombro cuando acabo. ¿Si?”.

Julián: “No. Chau” le escribió (escribí) y me desconecté. Por unos segundos hubo “silencio” de mensajes. ¿Nati estaría desilusionada por mantener firme nuestro pacto? ¡En el momento en el que estaba por estallar, el tipo desaparece! Ese “silencio de chat” me pareció interminable.

Nati, a mi: “Bueno, me quedé caliente, vida. Pero el flaco este resultó ser tan pervertido como intolerante.”

Yo: “Bueno, Nati. Acabar vas a acabar. ¿Sabés cómo? Hablemos de Julián. De lo que te produjo toda esta situación. Él, vos, yo. Mi novia putaneando con un desconocido aceptando su proposición de pasar 3 días cogiendo encerrados”.

Nati, a mi: “Seguí, amor, seguí. ¡Cómo me calienta que vos me estés recordando que otro macho me invitó a cogerme, emborracharme, tomarme fotos desnuda, caliente, toda sudada con olor a sexo! Seguí, por favor, que me estoy re pajeando”.

Yo: “¿Sabés como me excité viendo que mi chica aceptaba ser la puta de otro? A todo le decías que si, y te dejabas llevar por el macho dominador. ¿Te diste cuenta?”.-

Nati, a mi: “Ah! Acabo. Si. vida, no te lo voy a negar. Me recalenté con Julián, lo imaginé poniéndome “su tronco” como él lo llamó en mi concha, en mi culo, en mi boca. Sentir su semen de macho posesivo entrando en todos mis orificios. ¡Uf! Ese pibe me excita y mucho, amor, en 3 minutos me hizo empapar, te lo juro, Pero porque vos estás mirando: pensarte caliente y celoso ¡es lo más!”.

Si. Por el momento, ella seguía siendo leal a nuestro trato. Pero en mi cabeza, que empezaba a dividirse en dos, el plan de lograr que “Julián” la seduzca y excite tanto como para que Nati se corte sola estaba en marcha.

Continuará.

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