back to top
InicioConfesionesInfiel y puta

Infiel y puta
I

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Tengo 36 años, soy bonita, alta, buen cuerpo, tetas grandes y firmes aún a pesar de tres hijos y de las muchas cogidas. He tenido unos ocho hombres y soy infiel por naturaleza pues mi madre una infiel empedernida, siempre terminó echada de la casa al ser sorprendida culeando con un amigo de mi padre y mi hermana fue infiel, dos meses después de haberse casado, con un ex y sigue igual hasta ahora.

Hace ya un buen tiempo que mi esposo me tiene bastante botada y las cachas son fomes y más que nada por obligación. Resulta que me encontré con una amiga de siempre y nos fuimos a tomar unos tragos. Naturalmente salió la conversación sexual y le pregunté cómo le iba en la cama.

-Malazo con mi esposo, pero tengo solucionado el problema con dos amantes, uno casado de 48 y otro joven, casado también, de 29. Ambos con sus gracias y muy bien armados, incluso el mayor tiene el mayor pico que me he comido en mi vida, diría que unos 18 o 19 centímetros y grueso… ¿y tú ¿qué me cuentas?

-Yo como las huevas, mi esposo me tiene casi botada y querría preguntarte que me aconsejas pues no me decido a la infidelidad.

-Tres cosas… ser decidida y directa… conseguir siempre tipos con dinero para ojalá explotarlos y vestirse adecuadamente para conquistarlos, yo tengo una buena entrada gracias a mis amantes y tú, que eres mucho más bonita y tienes un cuerpazo, te hará la América.

-Pero entonces eres puta también.

-Exacto mi linda, pero nadie tiene idea porque me cuido y lo soy eligiendo bien a mis presas. Son más amantes que me financian que otra cosa.

Conversamos más y me aconsejó vestimentas adecuadas, lugares mejores para cazar y otros detalles.

Llegué a casa y revisé mi guardarropas… nada especial, entones tendría que comprar alguna más adecuada.

Eso hice y me surtí de cinco juegos de ropa interior, un peto semitransparente, dos blusas trasparentes y una chaquetilla que me venía con una falda antigua, medias especiales y, por si acaso, un juego de ropa interior erótica con sostén que deja afuera los pezones y el calzón abierto abajo, todo para poder culear sin sacarse la ropa.

Hice mi primera salida muy arregladita, sin ropa interior, con el peto y la chaquetilla y una falda en juego. Fui a un banco grande en pleno centro, a ver si había algo interesante. En realidad, le apunté medio a medio. Me coloqué en uno de los escritorios públicos haciendo como que escribía un depósito. Se acercó un tipo muy elegante, alto y buenmozo y se puso al frente mío, me miró, le respondí con una sonrisa al mismo tiempo que me abría la chaquetilla y mostraba el peto o más bien los pezones erectos que se apreciaban perfectamente. Tomó un depósito y escribió algo, me lo pasó y leí. ¿en qué andas, trabajando? Exacto. ¿Cuánto cobras?

-Soy nueva y aficionada y necesito dinero, lo que tú desees si te gusta el servicio, aunque con un mínimo de 60 la hora.

-¿Como, o sea no ejerces propiamente tal?

-Exacto amor, tiene la absoluta seguridad de mi limpieza total en todos los aspectos.

-Entonces vamos a mi oficina y ahí conversamos.

Obviamente la conversación consistió en culearme con dos polvos y yo alcanzar dos orgasmos reales pues no solo andaba cargada sino el tipo tenía una excelente pico grande y contundente y lo manejó en magnífica forma. Yo me esforcé chupándole un buen rato, y después cabalgándole para que jugara con mis tetas y pezones, le chupé el pico sacándomelo rápidamente luego de eyacularme y poder mamarle las eyaculaciones menores. Estaba feliz.

Tiene un semen agradable, nada ácido, blanco y espeso que me agradó. Quedamos en que iría a verlo todos los jueves a esa misma hora. Me pasó 120 pues estuvimos hora y media. Salí feliz y contenta pues pagué toda mi nueva ropa sin más esfuerzo que el de una rica cacha bien gozada. Un principio sensacional.

Al otro día hice la misma jugada sin resultados. Pero al tercer día cayó un tipo de unos sesenta o más. Me llevó a un motel bastante bueno. Nos desnudamos y me dijo que me tendiera patas abiertas a borde de cama. Se fue de lleno a mi concha restregándose la cara en mi matorral para luego hacerme oral formidable, chupándome y mordiéndome el clítoris que es bastante grandecito y fácil de sacar de la capucha lo que me hizo tener un riquísimo orgasmo. Pero la sorpresa fue que pidió ser amantes y me ofreció una excelente suma.

Le dije que estaba muy bien pero que me reservaba por lo menos tres días a la semana para ejercer mi profesión pues me ha gustado bastante el probar varios hombres. Increíblemente aceptó. Así empecé mi carrera de puta y amante. A poco me conseguí otro viejo en la misma forma que el otro. Entre ambos me financió perfectamente, no son gran cosa en la cama y no me preocupa pues estoy pensando en recolectar otro y así puedo de putear y me hago un sueldo permanente y abultado.

No me quiero alargar con el cuento pormenorizado de las cachas pues todos sabemos como son y lo que hacemos, solo les digo que ofrezco toda mi batería de conocimientos y entrego también el culo sin problemas pues me agrada mucho. ¿Y mi esposo? jajaja ahí está el huevón fome y ya no me molesto porque me toque de vez en cuando pues paso llena de leche y de dinero todo el tiempo gracias a mis amantes y a mi carrera de puta, muy bien administrada en el tiempo.

Les recomiendo a todas este modo de proceder. Serán felices y gozarán como no se imaginan. Dejen de la tontera de los complejos, los remordimientos, el qué dirán y culeen tranquilas con otros hombres pues la vida se va y los tiempos perdidos no vuelven.

Chao Maribel.

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

1 COMENTARIO

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.