Mi novio tiene gustos “diferentes”; todos referentes a hacer cosas para complacerme y satisfacerme sexualmente; así que me dejó coger con alguien más.
Había un chico que conocí hace unos años, él tenía 14 y yo 29; lo traté muy poco, pero siempre noté que no le era indiferente; hasta mucho después me confesó lo mucho que yo le gustaba y que le encantaría que su primera vez fuera conmigo.
Pasaron los años, y por más que insistió; acepté salir con él, ahora ya con 21 años.
Ese día me escribió; me invitó a cenar y no quise; mi propuesta era solo coger y ya; por lo que aceptó.
Mientras elegía que ponerme; decidí ser un tanto perversa, me gusta sentirme sexy y no por lo que me ponga, sino por lo que no llevo puesto; así que opté por usar una minifalda, y encima un simple blazer sin blusa y sin nada de ropa interior; me encantaba como se veía; y por fin llegó por mí.
Subí al coche, noté como me veía; me dio una impresión tierna, porque había nervios y emoción de su parte.
Cuando íbamos en camino al motel, no hablábamos mucho, y de repente me dijo que le encantaba verme vestida de negro, porque mis piernas resaltaban, siempre le habían gustado, me confesaba que cuando me veía camina, notaba como mis piernas se veían largas y deseaba tanto estar entre ellas; así que le pedí que mientras manejaba las tocara, con el afán de que poco a poco subiera sus manos hasta dentro de mi falda y darse cuenta que no tenía ropa interior y lograr meter sus dedos dentro de mi vagina; pero los nervios le ganaban; así que optó por bajar sus manos, y despacio abrir el cierre de mis botas dejando al descubierto mis piernas y tocar suavemente de arriba hacia abajo.
La verdad no me excitaba mucho su acción, esperaba algo más intenso; pero el ver su nerviosismo y su emoción, causaba cierta perversión en mí.
Llegamos a la habitación y de inmediato se sentó a la orilla de la cama, y yo esperaba a que se acercara o empezar a hablar sobre cómo quería cogerme, o algo parecido y al contrario, solo se expresaba tímido de lo que sentía por mi desde el momento en el que me conoció; así que tomé la iniciativa.
Me acerqué, lo tomé de los hombros; y me senté encima de él; le dije al oído que no dijera nada, solo disfrutara el momento y empecé a besarlo por el cuello, mientras el desabrochaba su ropa, seguí besándolo hasta llegar a su boca; ahí sentí como me besaba con tanto deseo, que me causaba ternura; pero yo ya estaba demasiado mojada y quería su verga dentro de mí; duramos cierto rato en esa posición que decidí por ayudar y bajar un poco más su ropa, sacar su verga y recostarlo para que ya me penetrara; pero él seguía disfrutando mis besos; así que me quité y tomé su verga y la metí despacio dentro de mí, empecé a saltar encima fuerte.
Y de repente me pidió parar y hacerlo despacio, suave, creo que no disfrutaba hacerlo duro, así que cambié mi ritmo y me movía suave y lento; mientras tomaba sus manos para que disfrutara tocar mis senos, y todo mi cuerpo; necesitaba estar más excitada y sacar las ganas que tenía de coger, pero él se limitaba; así que empecé a dudar y creer que no sabía mucho de sexo; por lo que me bajé, poco a poco y me acerqué a su verga, quería comerla y que él explotara de placer, pero me detuvo; así que solo me recosté para cambiar de posición a misionero y poder darle el control de la cogida y lo hizo, pero era tierno, lo hacía despacio, y no dejaba de besarme,
Incluso llegué a pensar que no le estaba gustando; pero su verga estaba muy erecta, la sentía muy mojada y yo lo único que deseaba en ese momento era que me cogiera duro, me hiciera gritar de excitación, así que me puse en cuatro para que tuviera el control total, le dije que me gustaba que me jalaran el cabello, si él quería podía darme nalgadas, rasguñar mi espalda, lo que él quisiera y el solo cogía, se movía de adentro afuera…
Llegué al punto que me levanté un poco y voltee, tomé su verga y le dije que podía meterla en mi ano, ¡quería que acabara dándome duro y vi cómo se asustó y se negó! Así que ya no quise presionarlo y siguió cogiéndome en cuatro hasta venirse dentro de mí.
Terminamos, me fui a bañar, pensando en que me seguiría y probablemente coger de nuevo y no fue así; mientras tanto intentaba bajar mi excitación, mi cuerpo seguía caliente con ganas de seguir, y en cuanto salí lo vi dentro del jacuzzi, un tanto pensativo, no le dije nada y empecé a cambiarme, él salió e hizo lo mismo; pero de repente se sienta de nuevo a la orilla de la cama para pedirme que me quedara con él, quería dormir conmigo, y no acepté; solo habíamos quedado en coger y ya.
Fue ahí cuando me dijo que era su primera vez, había deseado tanto que fuera conmigo que cuando le propuse coger no lo creía, me pidió disculpas si no había podido complacerme, pero se sintió intimidado, yo le imponía.
Cuando me dijo eso, tuve una sensación extraña entre ternura al saber que esperó tantos años por mí, pero también me causó perversión, el saber que todo el tiempo tuve el control de sus sensaciones, su cuerpo y que a final de cuentas podrá decir que su primera vez, resultó una buena experiencia.
Que delicia de relato me gusto mucho besos