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Me travisto y transformo en mi compañera (parte 2)
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Soy un chico godin común con una compañera de trabajo muy atractiva, me excitaba la idea de convertirme en ella, de poder vestir tan femenina, tener su cabello rubio, y usar sus sexys tacones. Relato como me empecé a travestir y lograr estar en sus zapatos y ropa literalmente.

El día de hoy era viernes, me tocó ir nuevamente a oficina, tenía que ir con mi atuendo de hombre godin oficinista clásico. Tengo menos de 25 años, usar esta ropa se me hace un poco ñoño, no me gusta este atuendo. En mi oficina se tiene implementado un modelo de “trabajo cooperativo”, prácticamente todos convivimos con todos, no estamos aislados en cubículos o habitaciones, no tenemos lugares fijos y no podemos apartar o personalizar nuestros lugares. Si tienes preferencia por un lugar debes de llegar temprano antes que alguien más lo utilice.

Esta chica tan atractiva también venía hoy, con su cuerpo tan sexy, caderas anchas y cintura pequeña con una piernas largas y suaves, eran uno de sus mayores atributos, sus pechos pequeños pero redondeados, su hermoso rostro y cabello rubio, era una mujer muy atractiva, ella es Brenda. Siempre llega tarde, creo es claro que le toma mucho tiempo ponerse tan guapa como siempre se. El día de hoy le toco sentarse a mi lado. Venia vestida con un minivestido negro, arriba tirantes y abajo falda amplia circular, zapatillas de tacón de aguja con plataforma con un color beige, su cabello rubio suelto y raíces más oscuras.

La vi cómo se acercaba con delicadeza, sus movimientos eran muy femeninos y elegantes, no muchas mujeres se visten o mueven como ella, es imposible no sentirse atraído por sus movimientos. La veía como muy femeninamente se sentaba y cruzaba sus piernas, su muslo se descubría y quedaba más visible con este movimiento.

Sus piernas desnudas y suaves eran unos de sus mayores atributos, de verla tan cerca tenía una erección, me excitaba imaginándome ser ella, tener esas piernas tan sexys, poder moverme como ella, la idea de poder tener un cuerpo tan femenino y poder moveré como ella me causaba un gran placer que mi incitaba a querer masturbarme. Sentía mi pene durísimo debajo de mi pantalón, al observarla, estudiaba sus movimientos esperando poder replicarlos.

Ver a Brenda desataba mis fantasías de convertirme en mujer a niveles exorbitantes, imaginarme siendo mujer, imaginarme ser una mujer como Brenda era uno de mis pensamientos comunes al masturbarme. Brenda no era la única que desataba en mis esas fantasías. Pero sin duda era la mujer más atractiva de la oficina. Fácilmente ella pudo ser modelo o edecán, ella era de esas chicas altamente atractivas. Deseaba ser una de esas chicas, fantasear ser una de esas chicas, era la fantasía más común al masturbarme.

Las ganas de travestirme al estar sentado a su lado eran irresistibles, su feminidad era tan contagiosa, deseaba mucho ser ese mujerón y tener esas bellas piernas, a veces cuando tenía oportunidad me paraba detrás de Brenda mientras ella estaba sentada para poder ver su cuerpo tal y como ella lo vería desde sus ojos. Ver como desde sus ojos ella podía ver su cuerpo tan hermoso, ver su cuerpo femenino delicado y sexy, tenía muchas ganas de ser Brenda.

Me costaba trabajo concentrarme en el trabajo, sutilmente la vela e intentaba imitar sus posturas y movimientos cuando nadie me veía, me excitaba la idea de poder ser tan femenina como ella. Tuve varias erecciones, se desvanecían al intentar concentrarme en mi trabajo, pero al verla volvían, me excitaba mucho imaginándome ser ella.

Fui a comprar un café, con otros amigos, entre ellos iba Brenda, caminamos por los pasillos de la oficina, me quedaba ligeramente atrás de ella y veía como caminaba contorneando sus caderas, lo hacía de forma tan natural, su cuerpo tan sensual y su forma de caminar atraía todas las miradas. Veía como todos volteaban a verla tanto discretamente, como no muy discretamente, fantaseaba con tener ese cuerpazo y poder atraer las miradas como ella lo hacía, la pura fantasía ponía durísimo mi pene y sentía rápidamente que me empezaba a mojar de líquido preseminal, me excitaba más la idea de ser Brenda, que la idea de andar con ella.

Como es viernes después de comer nadie regresa a oficina, todos se van a beber, en la mañana la oficina está muy llena, pero en la tarde está vacía. Hoy todos querían ir a beber a un restaurante y ver el partido de un equipo deportivo, entre ellos iba a ir Brenda, el día era lluvioso, empezó a caer una fuerte lluvia antes de la hora de la comida. Todos querían salir antes y con prisa para poder alcanzar lugar y no agarrar tráfico por la lluvia de afuera.

Brenda comentó que la ropa que traía no sería la adecuada para salir, ya que con el frio y la lluvia ir con vestido y tacones no era una buena idea, una de sus amigas se ofreció a prestarle un cambio que ella tenía, Brenda acepto y fue a cambiarse al baño, Brenda regreso con ropa abrigadora, no tan sensual como ella acostumbra. Su vestido y tacones los dejo en una bolsa a lado de mí, me excité demasiado, quería probarme esos taconazos y ese minivestido, jale la bolsa ligeramente hacia mi lugar y puse mi mochila encima para que Brenda no la viera y no fuera a llevarse la, Brenda es un poco distraída y entre las prisas no pensó mucho en su ropa.

Mi pene se erectó demasiado al ver la oportunidad de poderme travestir con su ropa, la tomaría prestada y experimentaría el placer de usar su ropa por un rato.

Dije que no iría con todos ya que tenía un trabajo urgente que completar, pero en realidad quería mucho ponerme mucho la ropa de Brenda que tenía alado de mí. En mi carro llevaba mis cosas de mujer, no podía arriesgarme me descubrieran en casa, y afortunadamente me había depilado hace poco. Nadie se quedó en oficina más que yo, el piso estaba vacío, espere unos minutos para estar seguro.

Tomé todas las cosas de Brenda y las lleve a una sala de juntas y cerré la puerta, también había subido mis cosas de mujer que guardaba en mi carro, ahí tenía una peluca que era igual al cabello de Brenda, era mi oportunidad para transformarme en Brenda, me quite mi ropa de chico, mi camisa, pantalones, zapatos. Me puse una faja y relleno de silicona, tenía relleno en trasero caderas y pecho, todo mi relleno que siempre usaba era intentando igualar las proporciones de Brenda.

Venía lo mejor ponerme sus prendas, primero me puse el minivestido, que aún conservaba el olor de su perfume, sentí como la suave tela se deslizaba por mi cuerpo, la parte de arriba era pegada, pero abajo holgada, solo sentía el aire en mis piernas, sentía el placer recorrer mi cuerpo.

Me coloqué la peluca para sentirme más femenina y continué con el proceso. Lo siguiente fueron sus tacones, sus tacones serían los más complicados de poner, eran más pequeños de mi talla, pero por fortuna eran abiertos. Logre ponérmelos y abrocharlos, ligeramente me quedaban pequeños, pero entro mi pie. Al sentir sus tacones con el piso era una sensación maravillosa, sentir la forma de sus zapatillas en mi pie y como me alzaba del suelo, con mi tobillo tan levantado, me sentía muy femenina, amaba estar en los zapatos de Brenda, me sentía Brenda,

Para este punto mi pene era una roca debajo de mi ropa, me dolía ligeramente tenerlo escondido entre mis piernas, la fuerte erección lo impulsaba a salir, afortunadamente lo había acomodado bien para evitar que me quitara mi feminidad.

Me senté muy femeninamente como ella lo hacía y empecé a maquillarme, un par de veces la había visto retocar su maquillaje, busque imitar sus movimientos y su estilo de maquillaje. Me coloqué corrector y base de maquillaje para ocultar imperfecciones, y la sombra de la barba. Logré un color uniforme. Me puse sombra de ojos y delineé mis ojos con el estilo cut crease que ella usa. Me coloque pestañas magnéticas postizas. Agregue iluminador debajo de mis ojos y en mi nariz, posteriormente un poco de rubor. Me puse labial. Mientras me maquillaba jugueteaba con mis piernas, las cruzaba y descruzaba, las apretaba ligeramente por momentos.

Por la posición de mi pene esto era muy estimulante, me masturbaba muy femeninamente con el movimiento de mis piernas, lo hacía de forma sutil y cautelosa para evitar eyacular antes de tiempo.

Las uñas postizas no podían faltar, me coloque uñas en pies y manos. Las uñas que compre ya venían pintadas y decorados con un estilo muy femenino, solo bastaba colocarlas para lograr el efecto. Brenda estaba muy orgullosa de sus uñas, así que si quería verme como ella no podía olvidarlas.

Abrí el bolso de Brenda que había dejado y encontré un par de cosas interesantes, había dejado sus aretes, pulseras y collar, se veían caros me imagino por eso no los llevo, además solo hacían juego con el hermoso vestido que ahorita traía puesto.

Tantos tesoros me ponían tan mojada, casi eyaculo al ver mi imagen, como de chico me había transformado en una mujer sexy y femenina, pero debía aguantar más, quería aprovechar la oficina para estar así vestida, es mi oportunidad para jugar a ser ella yo era como Brenda la mujer más sexy de la oficina en este momento.

Era arriesgado así que no sabía si aun alguien estaba en la oficina, pero al sentirme tan hermosa y femenina decidí salir, al final si alguien me viera no dudaría que soy Brenda, siempre he sido Brenda, tome su bolso y salí a los pasillos, quería recorrer la ruta que yo como Brenda siempre recorre al llegar, en la entrada había un guardia de seguridad, al principio no me presto mucha atención, me acerque a la entrada principal y veía la fuerte lluvia.

Caminé de regreso a los elevadores. Sentirme tan femenina, ver en primera persona como era toda una mujer, la sensación de caminar en tacones y el ruido de los tacones al caminar era muy placentero, ya llevaba mucho tiempo con el pene erecto, pero el placer era muy alto. No tuve necesidad de tocar mi pene con las manos, el verme tan mujer y el rosé de mis piernas mantenían la erección muy firme.

Fui a los elevadores con mi bolso, y esperaba el ascensor, note la mirada del guardia, me sentí super excitada, mi pene estaba tan duro que quería salir, sentí como me humedecía del líquido preseminal que sacaba, pero pues era Brenda en este momento así que estaba acostumbrada los hombres me miraran así, camine femeninamente, el guardia no dejaba de verme.

Caminaba moviendo mus caderas, como soy Brenda soy experta caminando de esa forma, subí elevador, iba viendo mi reflejo, así que empecé a retocarme mientras me veía en el espejo, me caía de excitación, pero no podía masturbarme aquí, además perdería mi toque femenino, se me veía un cuerpazo, me sentía todo un mujerón, salí del elevador más empoderada, me sentía muy segura de mí misma, camine más rápido y con confianza, escuchaba el ruido de mis tacones, vi mi reflejo en la puerta de cristal y no podía creer lo que veía, claramente era Brenda en ese momento, al poner mi credencia vi el display que decía, bienvenida Brenda, apreté mis piernas para apretar mi pene.

Desde hace rato sentía que podía eyacular, me senté en mi lugar como Brenda como siempre, de una forma muy femenina y coqueta, vi como al cruzar mi pierna se levantaba mi falda ligeramente, no pude más, me empecé acariciar las piernas estaba demasiado excitada y apenas había empezado, saqué una crema que traía, me empecé a colocar en las piernas. Esa crema suavizaba mucho mis piernas, en el vidrio de lado veía mi reflejo, veía como una mujer sexy se colocaba crema, dominaba muchos movimientos de Brenda, de mí misma, yo era Brenda en ese momento, reafírmame ser Brenda, usar su ropa de Brenda me excitaba demasiado.

De pronto sonó mi teléfono, me aterre al ver que quien marcaba era Brenda, me coloque en una pose muy femenina y conteste, ella me preguntó que si no había visto su ropa y me pidió guardarla, me dijo en broma que no me la fuera a poner, le dije que era demasiado tarde y que se me veía hermosa, ella solo se reía, pensaba que bromeaba, pero no sabía que del otro lado del teléfono yo en realidad si tenía puestos sus tacones y su minivestido.

El miedo de la llamada había bajado ligeramente la erección, me levanté y empecé a caminar el pasillo. Yo siendo Brenda había caminado muchas veces este pasillo con mi forma tan femenina, elegante y sexy cerraba los ojos y me imaginaba como todos me veían, yo sabía que soy una mamacita, soy todo un mujerón, no había duda que era toda una hembra, caminaba perfectamente en tacones, estos tacones eran bastante altos y con plataforma.

Sentir los tacones en mis pies me excitaba de sobremanera, eran lo que me hacia un mujerón tan sexy, sentía el aire acondicionado en mis piernas, como la falda al caminar tocaba mis piernas, mi cabello moviéndose, mi cuerpo caminando tan femeninamente, como la mujer que yo era en este momento, yo había nacido para ser Brenda, para ser ese una mujer tan sexy, mis fantasías de ser observada me absorbían.

Mi corazón se detuvo al escuchar la voz de uno de mis compañeros del otro lado del pasillo, gritándome, “adiós, Brenda”. Me quedé congelada unos segundos. Por un momento no sabía que hacer, así que sonreí, solo con las manos le hice una señal de despedida, le mandé un beso desde lejos y seguí caminando de la forma tan femenina que lo hacía. Efectivamente él había visto a Brenda caminar en el pasillo, me dirigí al baño obviamente entre al baño de mujeres, se encontraba vacío, estaba super excitada, que mi pene tenía una sensación dolor placer, lo saque de su escondite, y me alce el vestido para verlo.

Me empecé a masturbar enfrente del espejo del baño de mujeres, a pesar de estar tocando mi pene me acomodé de la forma más femenina que puede, el ver mi reflejo de cómo me había transformado en Brenda, el verme y sentirme como toda una mujer, toda una mamacita, toda una chica sexy, las experiencias que había pasado el día de hoy, el literalmente estar en los zapatos de Brenda y estar usando su minivestido con olor a su perfume, el haberme arreglado tan femeninamente más el recuerdo de la voz de Ricardo al decirme “adiós Brenda” me hizo eyacular.

Llené de semen el espejo, mi reflejo en el baño de verme a mí misma siendo Brenda estaba machado de mi semen, fue una corrida asombrosa, saqué demasiado semen. Después de eyacular sentí mis piernas temblando de placer. Dejé todo el espejo salpicado de semen, debía salir antes que alguien notara fui yo.

Después guarde la compostura, reacomode mis ropas, retoque mi maquillaje y me prepare para regresar a mi escritorio no había duda, en este momento me había transformado en toda una mujer.

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Autor
BrendaCS
BrendaCS
Soy chica travesti de closet, me excito mucho al vestirme de mujer por lo cual quiero compartir mis relatos basados en experiencias que he tenido. Me gustaría recibir comentarios para saber si sienten tan rico como yo al vestirme.

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Comentarios

2 COMENTARIOS

  1. Lindo relato. Espero que en próximos capítulos haya algo de actividad sexual con Brenda, bien sea de el prota fornicando con ella o yendo en grupo para follar con otros hombres.

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