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Atendiendo al huésped
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Me llamo Laura, tengo 18 y la verdad tengo un bonito cuerpo muy bien formado pues hago ejercicio, unos senos redondos y lo mejor son mis nalgas grandes y redondas pues llaman mucho la atención de los hombres y noto como me miran el trasero cuando voy por la calle, además porque me gusta vestir muy sexy.

Hace un tiempo me pasó una situación que disfruté mucho. Mis papás se divorciaron y mi mamá después de salir con varios hombres al fin se juntó con otro señor, él tiene un hermano que vive en otro estado y tenían años que no se veían, el novio de mi mamá nos dijo que su hermano lo visitaría y nos preguntó si podía quedarse en la casa unos días en lo que conseguía un lugar. Estuvimos de acuerdo y total días después llegó un sábado por la mañana.

Apenas me había desnudado pues me iba a meter a bañar cuando escuché que llamaban a la puerta, como no había nadie más me tocaba abrir y rápidamente alcancé una toalla para cubrirme el cuerpo, solo pensaba asomar la cabeza pues pensaba que era un vendedor. Al abrir estaba un hombre como de unos 30 años, me preguntó por su hermano y me contó que había llegado antes de lo previsto, yo solo asomaba la cabeza y estaba casi desnuda solo con unas sandalias y la toalla que apenas me tapaba lo necesario.

Después de saber quién era y todo, le dije que su hermano no se encontraba y yo dudaba en hacerlo pasar en ese momento pues me daba pena que me viera así, pero también me daba pena cerrarle la puerta y dejarlo afuera mientras me vestía, así que decidí hacerlo pasar mientras me cubría con la toalla y trataba de no darle la espalda pues la toalla no alcanzaba a cubrirme toda y se me veían las nalgas. Al entrar inevitablemente el recorrió mi cuerpo con su mirada de arriba abajo, pues también parte de mis senos redondos se asomaban.

Le pedí disculpas por estar así y le dije que estaba por bañarme cuando llego. Tengo que decir que el hombre estaba de buen ver, atractivo y con un cuerpo musculoso además que olía muy rico. Lo invité a sentarse en la sala y le dije que tomara alguna bebida de la cocina si quería. Me fui caminando de prisa hacia el baño tratando de cubrirme, pero seguramente disfrutó mirarme las nalgas descubiertas.

Como dije me gusta vestirme sexy sobre todo cuando estoy en casa y esos días que el hombre estuvo viviendo con nosotros no fueron la excepción. Y pues yo notaba que él no perdía la oportunidad de lanzarme miradas muy cachondas cuando andaba yo por la casa vestida con cacheteros, leggins, minifaldas o mini vestidos ajustados. Un día que iba yo a entrar al baño, abrí la puerta pues no tenía seguro y lo encontré masturbándose con una de mis tangas que había dejado ahí después de bañarme.

Los dos al vernos pusimos cara de sorpresa y rápidamente cerré la puerta apenada, pero más tarde en mi habitación pensaba en lo rico que se le veía la verga bien parada, grande y gruesa y comencé a masturbarme. Después de eso ya no nos vimos igual cuando nos encontrábamos por la casa.

Un domingo días después, mi mamá y su novio habían salido y no volverían temprano. Yo estaba en la cocina mirando mi celular después de desayunar y él apareció minutos después, estábamos solos en la casa y no perdí la oportunidad de tener una plática más larga con él, ya que tenía mucha curiosidad porque en realidad no lo conocía. Me contó que no tenía mujer y que quería establecerse en nuestra ciudad.

Luego de estar platicando me dijo que iba a bañarse y le dije que mientras podía prepararle algo para desayunar. Cuando regresó recién bañadito y con solo una toalla enredada en la cintura, no podía ocultar tremendo bulto entre las piernas. Yo toda nerviosa no podía dejar de mirarle el bulto tan antojable, cosa que él notó por mi cara de idiota, entonces traté de disimular buscando algo en los cajones de la cocina. Yo solo traía puesta una camiseta de tirantes muy cortita que apenas y me tapaba las nalgas sin nada debajo.

Cuando estaba yo empinada fingiendo buscar algo, lo sentí detrás de mí y me dijo: “Que rica estás muchacha”, para después arrimarme todo su paquete sujetando mis nalgas. Yo me quedé pasmada pues, aunque soy muy despierta y ya he tenido sexo con mis novios, no lo había hecho con alguien 12 años mayor que yo. Pero también pensé que él andaba ganoso con mucho tiempo sin coger y solo podía saciar sus ganas conmigo lo que me haría gozar.

Así que me dejé llevar, me volteé y comenzamos a besarnos, se comenzó a poner más cachondo y la toalla que lo cubría cayó al suelo y me dijo: “mira cómo me pones preciosa”, su miembro ya estaba poniéndosele duro quedando al descubierto y yo no dejaba de mirárselo asombrada de tenerlo tan cerca.

Luego él me cargó y me llevó al cuarto donde se estaba quedando, me dejó sobre la cama y me levantó el camisón para quitármelo, quedando yo completamente desnuda a merced de aquel hombre. Me acostó y me abrió las piernas para comenzar a lamer mi cosita deliciosamente, luego se puso de pie con su verga bien parada y me dijo que tenía mucho tiempo sin coger y que traía mucha leche para que yo sé la sacara bien rico. A mí se me hacía agua la boca nomas de ver el tremendo pedazo de carne bien grueso y venoso, y la verdad yo también traía muchas ganas de que me hiciera suya.

Me bajé de rodillas al piso para mamarle la verga, la empecé a humedecer toda con mi lengua y luego la chupaba metiéndola toda en mi boca mientras él lo disfrutaba y terminé chupándole los huevos. Estaba yo tan caliente que en ese momento no me importaba nada, solo que me hiciera suya y me diera verga. Después de un rato de comerme su tranca me dijo que me sentara sobre él y me acomodé su miembro en mi cosita hasta que me penetró para después comenzar a darme yo de sentones subiendo y bajando disfrutando como loca.

Luego él se acostó y yo me subí sobre él para cabalgarlo clavándome toda, yo subía y bajaba jadeando y gritando aprovechando que no había nadie más en la casa. Duramos un buen rato así hasta que me puso en cuatro para después penetrarme con su grueso miembro por detrás. Metía y sacaba su verga sin piedad durante mucho rato haciéndome gritar.

Hacía pausas para darme de nalgadas y decirme: “te gusta la verga verdad zorrita”, “quieres ser mi puta?”, “si, si me encanta la verga, quiero ser tu puta”, grité super excitada llena de placer mientras él aceleró las arremetidas y de repente sujetó mis caderas aventando toda su leche dentro de mí, sentía como una gran cantidad de semen caliente me llenaba por dentro.

Quedamos exhaustos en la cama abrazados, ya más tarde mi mama me llamo y dijo que habían tenido un contratiempo. Estábamos viendo una película y de pronto me dijo que quería coger de nuevo, me empezó a cachondear manoseándome toda y me dijo “ahora si te vas a tomar mi lechita”, ahí mismo en la sala nos desnudamos y me la metió en varias posiciones hasta que se vino en mi boca y me comí todo su riquísimo semen. Los días siguientes aprovechábamos cada momento que llegábamos a estar solos para tener sexo.

De milagro no salí embarazada, pues el tipo era muy cogelón y a mí me encantaba ser su puta y complacerlo. Incluso dijo que me llevaría a vivir con él cuándo ya tuviera donde quedarse, pero pues cuando se fue ya no supe más de él. Espero les guste esto que me pasó. ¡Besitos!

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