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Economista y prosti: ¿Saben que es un tiburón blanco?
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Encantada de volver a estar con ustedes. Como les dije al terminar mi relato anterior en un prostíbulo (debo ser sincera, me encantó y también a Tommy), el día siguiente, me hicieron triple, en el campo, mi papá, mi suegro y Tom. Se los relataré otro día.

Hoy les voy a relatar lo más reciente. En la semana siguiente al prostíbulo, hubo, como casi cada dos meses, una conferencia acerca de inversiones y manejo de patrimonio personal. En este caso, estuvo dirigida a gente de la industria farmacéutica nacional y argentina.

Allí puedo decirles que comencé y luego concreté, la pesca de un “tiburón blanco”, ¡más bien me atrapó él a mí!

Ahora bien, ¿a que llamamos tiburón blanco?

Ustedes saben, en los grandes casinos, se llama “ballenas” a los grandes jugadores, se los atiende en salas privadas, comen y beben de lo mejor, etc.

En la industria, un “tiburón blanco” es un gran directivo de alguna importantísima compañía, también llamados, “pesos pesados”, pero prefiero el término tiburón blanco, que da idea de su apetito insaciable por tener todo lo mejor de lo mejor.

La reunión se hizo, obvio, por invitación, similar a otras. Recordarán como en una reunión anterior obtuve dos clientes nuevos. En realidad, no pensaba incorporar más clientes a mi cartera actual, que me permite obtener más de 10 k al mes, y a veces más de 15k. Pero a veces las cosas no siguen el rumbo esperado.

Las personas invitadas, obviamente de ambos sexos, eran, como ya dije, de la industria farmacéutica de Argentina y Uruguay. Una industria de altísimos márgenes y sueldos, con algunas compañías subsidiarias de grandes multinacionales.

El formato era el de siempre, todo un día de exposiciones las 10 y las 12 y luego entre las 15 y las 17; de 12 a 15, almuerzo y descanso. A las 18 y 30 cocktail de despedida.

El tema era “Como diversificar las inversiones personales en un mundo globalizado”. Expusimos sobre diferentes temas y nuestro gerente general cerró el evento.

Personalmente, expuse sobre “oro y ladrillos vs acciones, bonos y fondos”; y me fue muy bien con la disertación.

Durante el almuerzo y posterior descanso, conversé con varias personas, y la conversación fue muy variada e interesante con el que he denominado Tiburón, y así lo seguiré llamando, pues no debo dar, en este caso ni siquiera un nombre falso ni ningún dato personal. Solamente que es presidente de un gran laboratorio.

Se interesó mucho por mis ponencias y recomendaciones, también hablamos de otros temas sociales, y al final, cuando ya se iba a iniciar el programa de la tarde, me dijo:

-En el cóctel quiero volver a hablar contigo.

-Será un placer dije.

Terminaron las conferencias, y varios se fueron ya al lugar del cóctel, que era en otra dirección en la ciudad, y yo aproveché un presentimiento (¿o será instinto de negocios?) y pasé por casa a cambiarme de ropa.

No quise parecer escandalosa, obviamente, y opté por lo clásico, vestido negro, un poco escotado al frente, sin soutien, amplio escote en la espalda, sin descubrir nada, y zapatos de taco muy alto, obviamente, tanga. Todo negro, que me favorece mucho al ser rubia. Desde luego, la espalda al aire dejaba en evidencia mi ausencia de soutien. Le dije a Tommy, que justo llegó a casa, que no descartaba acción, otra vez mi presentimiento.

En cuanto llegué al cocktail, saludos van saludos vienen, Tiburón estaba conversando con nuestro gerente general, saludé a ambos con una inclinación de cabeza, y me incorporé al gentío.

Al poco rato, nuestro gerente general se me acercó y me dijo que Tiburón deseaba hablar conmigo, que pese al frío me esperaba afuera, en la galería que da al jardín. Ciertos deseos son órdenes, dado la persona involucrada.

Salí y me acerqué a él. Se alegró de verme, alabó mi vestido y como solamente me veía de frente, di un pequeño giro para que viera mi espalda.

-¿Puedo expresar admiración?

-Puede, y realmente le agradezco.

Y lo que siguió fue típico de ese tipo de personas, con altísimos cargos de dirección. Directo, casi que demasiado directo, casi brutal.

-Lo sé todo. Tu gerente me dijo que se cruzaron en Chihuahua y todo lo demás, hasta el precio.

-Seguramente habrá entendido mal, o se refería a otra persona.

-No, y para mí el tiempo es oro. Me voy mañana de mañana, quiero concretar y ver si pasas a ser una de mis preferidas.

-Ni siquiera me ha visto bien.

-Veo que no traés corpiño, el frío te marca los pezones, sos divina. Es suficiente para mí.

-Supongamos, solamente supongamos que accedo. ¿Qué desea?

-La noche, entera, decidimos donde y ya nos vamos.

-Usted debe estar sin coche, en remisse seguramente, le ofrezco llevarlo a casa. Nos conocemos, conoce a mi marido, y nos vamos al dormitorio. Él estará en casa, es nuestra casa. Puede venir en mi coche. Ya sabe que le cobraré, que no soy para cualquiera, me gusta la gente decidida y gente de bien, como usted.

-Acepto.

-Un detalle más. Le daré mi cuenta para que me haga el depósito.

-Cero depósito. Será siempre en efectivo.

-Entonces, en mano y en casa, delante de mi marido, quiero sentir la sensación de recibir el dinero en efectivo y que él me vea.

Algo más. A pedido de dos personas importantísimas para mí, me dejé crecer una tirita de pelos. Si le molesta nos olvidamos de todo lo hablado.

-¡Pelos! ¡Vámonos ya, me va a encantar!

-Es temprano, le avisaré al gerente que me voy, él sabrá por qué.

-Claro que lo sabe, él me habló de ti.

Avisé al gerente que me iba, y llamé a Tommy. Tommy encantado con mi alegría, dijo que nos esperaba.

A las 9 de la noche estábamos llegando a casa. En el trayecto nos conocimos más, pasamos a tratarnos de tu, nos contamos alguna cosa personal. Y le dije al Tiburón que le iba a dar una sorpresa.

Llegamos, presentación de Tiburón a Tommy, y los dejé conociéndose, aunque sea un poco. En el coche Tiburón me dijo que le había gustado, y al mismo tiempo llamado la atención, como Tommy me apoya y hasta me motiva.

Decidí que como Tiburón (Tib) no me había visto en plan sexy, le daría un adelanto, para hacerlo entrar en calor. Recurrí a un vestido mini negro, que ya he usado alguna vez. Es parecido al que llevé al cóctel, pero con un cuello romano (o cuello de pavo), dejando el nacimiento de mis tetas a la vista; y en la espalda nada, hasta que el arco del escote llegaba hasta la mitad del culo, dejando ver todo el nacimiento de la hendidura, y un poco más, hasta la mitad como les dije.

Volví con ellos, y le dije a Tib: “para que vayas viendo la propiedad que piensas comprar”. Le desfilé… ¡sí, me encanta desfilar! ¡Y le encantó ver mi culo!

Dejé que me lo acariciara y que viera que suave es mi piel.

No lo dudó, extrajo de un bolsillo mi pago, que evidentemente traía preparado, y me lo entregó delante de Tom.

-Creo que puedes merecer esto y más, dijo.

-¡Mmm gracias! ¡Haré todo por merecerlo! ¿Me lo guardas amor? Y se lo entregué a Tommy

Nuevamente me fui a cambiarme ya con idea de exhibirme y pasar a la acción.

Elegí una prenda que me hice confeccionar expresamente en un taller de costura conocido.

Copia casi fiel de una especie de enterito que vi usar a una estrella porno en un video. Una de las mujeres más espectaculares en el porno, sus iniciales artísticas A.D. originaria de Europa Central. Una belleza de mujer.

En realidad, yo lo hice confeccionar más arriesgado que el suyo, pues el mío es para intimidad y el de ella lo lucía en un viaje en moto por la ciudad con su hombre.

Para que lo visualicen. Partamos de una clásica malla de baño enteriza, esas de nuestras mamás o abuelas.

Ahora, le sacamos, de frente todo el costado derecho desde el escote hasta la cintura, dejando toda la teta derecha al aire.

Del lado izquierdo, le quitamos toda desde la cintura hacia abajo, solamente en la parte trasera, con lo cual, toda esa nalga izquierda queda al aire. Y todo eso hecho en seda negra, para que contrastara con mi piel bien blanca de invierno. La versión original, hecha para circular en moto por calle y autopista en el video, no dejaba todo al aire, sino que revelaba la mitad de cada lado. Si lo encuentran, vean el video, con A. Dark y Rocco S.

Complementado con inevitables stilettos negros.

-Amor, creo que deberías dejarnos solos… nuestro amigo seguramente lo desea y ha pagado por ello. Dije mientras me acercaba, contoneándome un poco de manera que mi teta libre se balanceara, y al llegar a ellos giré para que Tib pudiera ver mi medio culo al aire.

Instantáneamente se colocó a mi lado a manosearme (nada de delicadas caricias), y mientras comenzaba a besarme dijo: -Que se vaya o se quede, igual me encantaría cogerte delante de él.

-Los dejo solos, Tib se lo merece, ¡y tú lo disfrutarás amor!

Y se fue mirando como ya nos besábamos con desenfreno.

Las manos iban de mi culo a las tetas, y en pocos momentos ya mi vestimenta cayó al suelo. Mi siguiente recuerdo es desvestirlo, y al llegar a su paquete, descubrir una verga muy normal, y unos huevos hermosos, grandes y bien colgados.

Seguimos besándonos y estaba con ganas de ser chupada. Me doblé sobre el posa brazos del sofá en el cual estábamos, ofreciéndole culo y concha para que me chupara.

Se arrodilló y me chupó y lamió todo con ganas mientras me masajeaba las nalgas. ¡Me puso a mil! Y creo que se dio cuenta. Evidentemente él también estaba que volaba.

Obviamente, su amigo, mi Gerente le había dicho como era todo. Ni preguntó por forro, yo confío en él y tampoco lo quería, y en esa pose, me presentó la cabeza de la pija en la concha. Estaba “on fire”, desde que me dio el dinero en la mano, me puso como loca. Le dije “metémela por favor”. Y no se hizo de rogar. Adentro con todo. Yo de cabeza clavada en el asiento del sofá y con el cuerpo doblado en el posa brazos, apenas respiraba, y no podía moverme.

¡Pero por algo él era exitoso en todo! Me dio a mas no poder, los huevos pegaban contra mi cuerpo. Entraba y salía con todo.

“Haceme mete saca” le dije, con mi poca respiración. ¡Y vaya si me lo hizo! Se movía como máquina hasta que se frenó y entrando y saliendo lentamente comenzó a acabar. ¡Que sensación! Los chorros de leche se sentían claramente, y los huevos pegaban en mi cuerpo. Creo que nunca había sentido algo así.

Me agarró las tetas y las amasaba, me refregaba la pija entre las nalgas, los fluidos chorrearon de mi concha al muslo y al piso.

Pasados un par de minutos, nos pusimos en posición de hacerle oral, él sentado y yo arrodillada en el piso chupándole todo y lamiéndole el culo.

-Quiero hacer algo! Dijo

-Que?

-Quiero llevarte a mi hotel y nos metemos a la piscina!

-Estás loco? Ningún hotel habilita piscina a medianoche!

-Te aseguro que sí.

Buscó el teléfono, llamó, supongo que al conserje o a alguien de recepción, y le dijo que quería ir a la piscina con una amiga, si se la habilitaban, aunque fuera con poca iluminación.

Parece ser que la respuesta fue: “para usted lo que sea”… ventajas de dejar propinas desmesuradas ja ja.

Hablé con Tommy, le conté y dijo que fuéramos, que él me esperaba en casa, y que si quería le enviara alguna foto. Así lo hicimos.

Debía vestirme de fiesta. ¡Y elegí otro vestido negro! Ja ja. Me lavé y me vestí

Largo al piso, bastante translúcido, sin nada debajo y por las dudas puse en mi bolso la “malla de baño” más escandalosa que encontré, y un par de conjuntos de lencería.

Cuando Tib me vio, dijo que mejor me pusiera el vestido negro que muestra el culo… “quiero lucirte” dijo. -¿Y si me reconocen? -¿A esta hora? Nadie nos va a ver. Y quiero que vean el culo que me voy a comer después de la piscina.

Será el poder de convicción, o el empuje o no sé qué, ¡pero accedí!

Y así nos fuimos, conmigo de medio culo al aire, las tetas sacudiéndose debajo del vestido, y, la verdad, ¡deseando más pija! En el camino, me contó como lo tratan en el hotel, siempre viene al mismo. Las propinas son generalizadas y muy muy importantes, con cargo a sus gastos de viaje, y no le niegan nada.

Rápidamente llegamos, le di las llaves de mi coche al botones del valet parking subimos la escalera a la entrada. A esa hora, había un portero de guardia, que me radiografió con la mirada, y ya adentro de inmediato vino el encargado de recepción, que dijo que nos guiaba directo a la piscina. Así lo hizo.

Camino al ascensor, atravesamos el bar, con tres o cuatro noctámbulos tomando tragos, que me miraron con sorpresa, obvio. Al llegar al ascensor, entramos y el empleado se iba a ir al ascensor del personal, pero Tib insistió, para que me mirara mejor, en que nos acompañara. Así lo hizo y no perdía detalle.

Nos guio a la piscina, iluminada al 50 %, y nos aseguró que no vendrían otros huéspedes. Pero, seguramente se corrió la voz, y de inmediato apareció alguien del bar a ver si deseábamos un trago, aceptamos para que volviera.

Vino el desafío… ”¿Te animas?” Y yo: “¿desnuda o vestida?” “Como quieras” dijo Tib.

Y yo velocísima, me puse mi “malla”. Un bikini verde limón, fluo, abajo tanga hilo con un triángulo delantero tan pequeño que se veía la totalidad de mis pelitos recortados en landing strip, y arriba, una simple cinta elastizada de unos cinco o seis centímetros de ancho, que a duras penas cubrían los pezones. Me zambullí rápidamente, antes de que volvieran con las bebidas.

Cuando las trajeron, yo estaba parada, conversando con Tib, con ese bikini de escándalo y con los pelitos brillando por el agua que los empapaba.

Por supuesto, envié foto a mi querido marido quien respondió con aplausos.

El barman me miró detenidamente, recibió la propina (otra más) de Tib, quien le pidió si podía acercarnos una toalla. La toalla la trajo el recepcionista, que se ve que quiso continuar sus previas observaciones.

Me sequé, y nos fuimos en el ascensor a la suite de Tibu.

Nos desnudamos, y le dije:

-Quiero chupártela y exprimir esos huevos, me encantan.

-No te limites!

Y comencé, la más larga y gozosa chupada. Le hice todo el repertorio mientras él me satisfacía masturbándome, y de a ratos interrumpía el oral para besarnos y acariciarnos.

Y me saqué el gusto, lo deseaba, lo hice acabarme en la boca. Le mostré la leche en mi boca, saqué un poco con un dedo y me la llevé a la concha. Repetí a mi culo y a mis tetas, y luego tragué lo que quedaba. Esas acciones lo enloquecieron, y se puso a besarme y a chuparme las tetas con frenesí.

Mientras recuperaba la erección, conversamos, ¡me dijo que seguramente se haría cliente de la asesoría en la cual trabajo, que le gustó mucho, y que tengo la mezcla justa de putez y señorío! ¡Ja ja! ¡Me sentí honrada!

Pero no quedó ahí, me informó (no es que me preguntara, lo dio por hecho) que si se daba la situación, me recomendará a amigos del mismo super nivel, y yo encantada acepté, pero no políticos ni ambiente de fútbol, le dije.

Su comportamiento es más bien de comunicar decisiones que de consultar, típico, me dijo que me pusiera algo de lencería, pues iba a pedir tragos y quería que los recibiera yo, para que me luciera aún más. Llamó a recepción, volvió a hablar con su amigo y le contestó que él mismo traería el pedido para que no nos molestara otra persona.

Me puse un soutien media copa, ajustadísimo, y abajo, algo muy especial de sex shop. Básicamente un hilo actúa de cinturón. Por delante, cae un simple rectángulo angosto de gasa turquesa, sumamente transparente. Y por detrás, otro rectángulo más o menos del mismo ancho que “cubre” ja ja la raya del trasero. ¡Es como estar desnuda pero vestida!

-¿Estoy bien así? -¡Perfecta! Quiero que te vea bien, es de mi total confianza y dale tu tarjeta por si algún día te necesita para alguien del hotel. Subile el precio.

Preparé mi tarjeta de visita de “asesora privada”, y esperamos mientras me chupaba la cola. Sonó el timbre. Y acudí a la puerta. Estaba el recepcionista con el barman, pues éste dijo que era su deber entregar los tragos.

Quedaron encandilados al verme de frente, los hice pasar, me di vuelta y les dije que dejaran la bandeja sobre una mesita. Decidí darle la tarjeta al irme, ya que en ese momento también estaba el barman. Tiburón se acercó, a conversar un momento para darles más tiempo de verme.

-Caballeros, tengo cosas importantes que hacer, aquí tienen su propina, les dijo mientras me atrajo a besarme y yo quedaba de espaldas a ellos. Por supuesto, me levantó la parte trasera de lo que me cubría, y los dejó disfrutar.

Ellos comprendieron que los invitaba a irse, demoraron dos o tres segundos y se retiraron. Pero antes Tibu preguntó a su conocido si podría pedir que me trajeran el coche al frente del hotel a eso de las seis de la mañana.

-A esa hora termino mi turno, será un placer acompañar a la dama hasta el coche.

Se fueron, y yo imaginé lo que pasaría, sabía que me iba a empalar. Es una característica de mi trasero, casi todos me lo hacen, salvo papá, que se dedica a mi concha.

Me sacó el soutien… admira y ama mis tetas, cónicas y duras, los pezones saltados y duros, más aún por haberme exhibido a los del hotel.

Me fui a la cama y me tiré boca abajo. La invitación estaba hecha. ¡Casi muero de placer porque se dedicó a lamerme y morderme la nuca… ufff! Bajó por toda mi espalda, se detuvo a lamer el comienzo de la zanja. Y llegó al esfínter.

¡Vaya si llegó!

Lengua y dedo primero, dos dedos después, en cuatro, y con la otra mano acariciaba mis tetas, y a veces yo se la lamía.

-¡Date vuelta! Me dijo.

Lo hice, extrañada, pues pensé que me iba a penetrar en cuatro, pero quería misionero con mis piernas en sus hombros (y almohada bajo mi cintura). Obviamente, mi culo quedaba regalado, más que disponible. Se salivó la mano, pasó la mano por la cabeza de la pija, la enfrentó a mi querido agujerito de placer y empujó. Media pija adentro y la sacó. Dejó caer saliva a mi culo, pasó saliva en su pija y la centró en el blanco (el blanco es rosadito ja ja).

Por lo que fuera, yo estaba excitada hasta la desesperación, le pedía más y más. Por suerte era la tercera vez, una en casa y una acabada cuando se la chupé, y demoró bastante en acabar, después de hacerme, a mi pedido, el mete saca que tanto me calienta. Ni se me ocurrió decirle que no me acabara en el recto, lo dejé a su gusto. Sentí los chorritos y se dejó caer encima de mí a chuparme las tetas y besarme.

Me sorprendió cuando yo de boca abierta, me dejó caer saliva en la boca. La recibí, tragué y lo seguí besando. Terminamos refregando nuestros cuerpos, más besos y manoseos mutuos.

Charlamos, me chupó la concha. Le dije que al irme le daría mi tarjeta al recepcionista conocido. Me reiteró que él hablaría con el recepcionista, para que solamente me llamara si tenía a alguien impecable y dispuesto a 3k o más. Se lo agradecí, pesimista de que ocurriera.

Pero lo más importante fue preguntarle si estaba conforme conmigo.

-Más que conforme! Dijo, y me pasó mil más “como agradecimiento”. Yo volaba entre nubes.

-Te has portado en forma incomparable. Nunca pensé que te animaras en la piscina, ni a mostrarte a ellos.

Como agradecimiento, me volví a refregar sobre su cuerpo; y le propuse mostrar mis tetas a su conocido. ¡Le encantó la idea!

A las 5 am ya estaba yo lista para irme llamó a su conocido para que pidiera mi coche y viniera a la habitación para acompañarme en mi salida del hotel.

Así fue. Yo de soutien y tanga.

Llegó y llamó a la puerta. Lo recibió Tibu y lo hizo entrar. Aparecí vestida como dije, y Tib dijo: -Amigo, te falta ver algo. Y me desprendió y sacó el soutien, al tiempo que le daba la tarjeta mí, “por si surge algo a 3000”.

-Muchísimas gracias señor sabe bien como apreciamos sus gentilezas…

Y nos fuimos, yo me puse el vestido del comienzo, no había traído otro.

En el ascensor el diálogo fue breve:

-Gracias señora solamente la llamaré si se da algo muy muy importante (mientras miraba mi culo en el espejo del ascensor).

-Han sido muy gentiles. Puede que no le conteste en mi horario de trabajo, esto es absolutamente separado de mi trabajo. ¿Quiere tocar? Le propuse.

Me acarició el culo un momento, “¡que suavidad y que duro!”

Salimos del ascensor, fuimos al coche, yo siempre adelante ja ja. Y terminó la jornada.

A la mañana, me caía de sueño, pero me preparaba para ir al trabajo a las 11, como siempre.

Llamada en el celular del trabajo, muy extraño, finalmente tomé la llamada.

Era nuestro Gerente General, sí, el que me entregó a Tiburón.

-¡Hola! ¡Felicitaciones! ¡Tiburón ha decidido comenzar a invertir personalmente con nosotros! Irá haciendo transferencias escalonadas en el tiempo. ¡Y te quiere como su asesora! ¡Obvio que se lo confirmé!

-¡Qué bueno! No me dijo nada.

-No quiso hablarte de trabajo, estaba fascinado con todos tus encantos y con tu forma de ser y con tu cuerpo. Me agradeció por sugerirle que te contratara.

Por favor tomate el día libre, descansá, yo atenderé a las dos personas que tenés en agenda hoy.

Despedida y emocionalmente descontrolada, dormí, soñé, me desperté cuando llegó Tommy y compartimos todas estas emociones.

¡Hasta la próxima! ¡Cuando les cuente la seducción a mi suegro, relato que me quedó atrasado en el tiempo!

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