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La contadora madura (7): Trío local con el gerente nuevo
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Miércoles.

Había pasado la fiesta loca de fin de año y la oficina había quedado un tanto calmada digamos.

Transcurría enero y el calor pegaba. Una tarde llego el gerente con un encargado nuevo de local.

-Raúl, te presento a Esteban, es el nuevo gerente de servicio, va a venir unos días a que le des una mano con el tema de los costos puede ser

-Si claro Fernando, no hay problema, algunas cosas las veras conmigo otras con Susana, en una semana lo tenemos listo.

Susana me miró desde su escritorio y noté que mordía la lapicera, lascivamente. Esteban era alto, casi como yo, 30 y pico, camisa entallada, pantalón también ajustado al cuerpo, mucho gimnasio parecía, intercambio unas miradas con Susana también, y alguna sonrisa cómplice.

-Susana, él es Esteban, le das un paneo del tema costos en general, del sistema que yo estoy con el IVA, mañana nos juntamos los tres puede ser

-Encantada Raúl, hola Esteban, soy Susana la contadora

Y atrevida le encajó un beso cuando el muchacho le extendió la mano en la comisura. Cuando se fue se me acerco al escritorio.

-Uy contador, que rico está el nuevo, porque no organiza algo así hacemos un trío en casa, este viernes estoy sola, ya después vuelven los chicos, que le parece note que había alguna conexión.

-Ja, es verdad te relojeó las piernas mal, mañana te lo tiro que labure con vos, venite perra como sabes a ver si lo preparamos y el viernes lo llevamos, te parece

-Yo me encargo Edu – me dijo y me dio un apretón en el paquete.

Hoy había venido con un pantalón ajustadito marcándole la cola con una tanga que comía los cachetes, hay que ver que preparaba para mañana la contadora.

Jueves.

Llegue temprano, me prepare el mate como siempre cuando la vi entrar a Susana. Que decirles, una pollera hiper ajustada blanca a la rodilla, pero que intuía al primer movimiento se iba a subir, una camisa negra que intuía por el bamboleo no traía corpiño con una remerita abajo, sandalias taco alto.

-Y contador, como estoy. Cogoteé que no había nadie y tomándola de la mano le hice una vueltita

-Despampanante Susana, me dan ganas de…

-Chchch… tranquilo, guarde para mañana cree que con esto picará el nuevo

-Picar, yo creo que se te va a tirar de cabeza en el escote, uhh.. se cayó de la cama ahí viene

Esteban entro y la miro de arriba abajo a Susana, yo me hice el tonto y me fui al baño. Susana le volvió a dar un beso en la comisura y note que el muchacho le apoyaba una mano en la cintura, Beatriz me guiño un ojo y también le paso la mano por el pecho. Vi que hablaban animadamente y salí al pasillo. Por la aplicación de las cámaras que tengo en el celu vi que se rozaban y reían nerviosamente. Susana no paraba de pasarle la mano por el torso, hasta bajaba un poco a su cintura.

De pronto Esteban miro para todos lados y no viéndome ni a las otras chicas le encajo un beso de lengua a Susana mal, rozándole la cola con la mano. Mirando la cámara, la contadora sabía dónde estaban, le manoteo el paquete, cuando sentí el ascensor, venían las demás chicas. Se acomodaron la ropa e iniciaron la jornada como si nada.

Cuando se fue Susana al mediodía, Esteban antes de irse al local se acercó curioso

-Qué onda Raúl, Susana, esta mañana me atraco cuando saliste, esta tremenda, a mí me encantan las veteranas así

-Mira esta buenísima, vos dale para adelante, escuche que estaba organizando algo para mañana a la noche, en su casa vos estas ocupado

-Mañana termino en el local a las 19:00 o 20:00

-Bueno prepárate entonces

Viernes.

Me demoré un toquecito por el tráfico, cuando llegué Esteban ya estaba sentado al lado de Susana. Hoy se había traído un pantalón blanco hiper ajustado que traslucía una tanga negra debajo, remera escotada azul oscuro otra vez sin corpiño, la mirada del muchacho deschavaba que algo había habido antes que llegara.

Termino con ella a las 11 y hasta las 12 nos reunimos en mi escritorio para evaluar un poco lo que había aprendido Esteban. La mano de Susana se deslizaba casualmente por la pierna del muchacho y sonreían cómplices.

-Bueno Esteban con esto podés sacar bien los costos, acá la contadora te instruyo bien, cualquier duda nos consultas

-Gracias Eduardo, Susana, me sirve un montón, no sé cómo agradecerles.

-Mira yo estaba organizando una reunión para hoy, le dije a Raúl, te sumas

-Uhh… si si gracias Susana, decime la hora y donde y ahí estaré.

Le paso los datos, Esteban agendo en su celu, le temblaban las manos

-Te gusta eh

-Si Raúl, me re-calienta, qué onda hoy sabes

-La verdad que no, nunca fui a la casa, me mando la ubicación, la cargo en el GPS y listo. Querés que te pasé a buscar –mentí piadosamente para generar más expectativa.

-Dale, vine sin auto Raúl, gracias.

Estiré un poco la jornada y 18:30 salí para pasar a levantar a Esteban. Susana me mando un par de mensajes hot, que estaba lista para recibirnos.

Al llegar al local, tipo 19, Esteban estaba paradito en la puerta, ansioso, nervioso, caliente bah.

Le mande un WhatsApp a Susana, me dijo que toquemos y subamos que nos estaba esperando ansiosa. Estacione y caminamos con Esteban que se frotaba las manos nervioso.

Toqué y subimos, toque timbre nos recibió Susana, un pullover largo hasta los pies, apenas entreabierto apenas dejaba entrever unas sandalias de esas de tiras que envuelven la pierna.

-Pasen chicos, pasen

Entramos, una música suave, sahumerios, luces tenues, una mesa con bebidas, sushi. Me miro cómplice, no quería asustar a Esteban parece.

-Pónganse cómodos por favor, nos sacamos ambos el saco quedamos en camisa, cuando Susana desabrocho el saco y lo quito quedamos boquiabiertos.

Un corsé negro, con portaligas también negro, botas mitad de pierna.

-Bueno muchachos, lamentablemente somos nosotros solos así que si gustan ponerse cómodos los espero en mi habitación con un champagne.

Giró sobre si misma exhibiéndonos su culo en todo su esplendor con la tirita que casi desaparecía entre sus cachetes. Esteban me miro y empezó desesperado a sacarse la ropa hasta quedar en bóxer. Yo conocedor ya de la situación lo dejé avanzar y tomando una botella de champagne fui hacia el dormitorio. Cuando entre Susana se abalanzo sobre Esteban que lucía un miembro más grande que el mío. Mientras lo hundía en su boca me hacía señas para que me acercara y le quitara la tanga invisible.

Al hacerlo su apetecible culo lucía hoy una especie de aceite que lo hacía más brilloso, me abalance con mi lengua en punto para chupar su conchita y su culo al mismo tiempo en un ida y vuelta frenético. Gemía con la pija de Esteban rebosando sus labios, pero no paraba de comerla, me asombraba como desaparecía entre sus labios hasta el tope de los depilados huevos de mi amigo.

Mi pija pugnaba por salir dentro de mi bóxer así voló y pele, le hice una seña a Esteban que ya estaba en éxtasis embaladísimo para que viniera y se hiciera cargo de la conchita de Susana. Ni lerdo ni perezoso giro y la ensarto de una, la veterana emitió un atisbo de grito que sofoque metiendo toda mi pija en su boca tomándola de los pelos. Así comenzamos un traqueteo sincronizado cogiéndole sexo y boca. Susana se retorcía en cuatro, por momentos se le ponían los ojos en blanco en éxtasis, pero no paraba de chupar ni de cogerle la pija a Esteban.

Tomo el control y levantándola de la cintura la puso boca arriba, se colgó sus piernas de sus hombros y ahora si la ensarto a pleno sintiendo el traqueteo de su pelvis contra el clítoris inundado de jugos de Susana, mientras yo le tiraba la cabeza para que colgara de la cama y poder cogerle la boca como una conchita jugosa. Por momentos la ahogaba y retenía dentro, sintiendo como mojaba mis huevos, pero todo adentro sin quejarse, realmente la madura era una experta. Esteban levantaba sus ojos hacia el cielorraso en éxtasis mientras bombeaba con su aparato enorme dentro de Susana.

Una aceleración rápida, nos miramos y al sentir que los músculos se le tensaban a la MILF decidimos acabar los tres juntos, nos chocamos las palmas con mi amigo y fuimos los dos a fondo al mismo tiempo y segundos después lanzamos varios lechazos dentro de ella. En mi caso por momento rebasaba su boca, pero iba acomodando con sus dedos y lengua para no dejar caer una sola gota. Esteban mando fondo y se estremeció, pero se dejó gozar.

Una vez terminados los tres, Susana se levantó, se quitó las botas que aún conservaba y mirándonos nos dijo

-Bueno chicos y ahora me van a hacer realidad mi mejor fantasía, que les parece.

Caminó hacia un mueble y retiro de un cajón un pote de crema con la que nos empezó a embadurnar las pijas que con sus sabios movimientos más alguna ayuda de su lengua ávida hizo que nos pusiéramos nuevamente al palo.

-Vengan babys -Empujo a Esteban en la cama y se empezó a acomodar su pija en su concha.

Todavía no sabía cómo lo lograba, pero enseguida estaba totalmente chorreando jugos. Me miro por arriba del hombro y me hizo un gesto hacia el pote. Embadurné más pija y le fui untando su ano mientras jugaba con mis dedos y lengua. Tenía un gusto rico, como frutal, muy afrodisiaco, cuando ya todo estaba preparado Esteban la levanto un poco con sus piernas dejándome todo el culo a mi merced.

Ahí me acerqué y la empecé a penetrar despacio, hasta que calzo y ahí la metí de una. Pego un grito mezcla de dolor y placer, pero no articulo movimiento así que comenzamos un traqueteo cada vez más rápido, en un espejo ubicado sobre la cama veíamos el rostro desencajado de Susana, por momentos Esteban presionaba más y ahogaba sus gritos con su lengua en su boca. Así seguimos por un rato cada vez más fuerte, increíble, sincronizando los movimientos dentro de la perra.

-Ayyy… chicos me voy, me voy acabo, vamos los tres juntos, ¡todo adentro please aaah!

Otra vez en un sincro perfecto terminamos los tres al mismo tiempo, yo descargue tres lechazos más y sentía la pija de Esteban todavía dura hasta que descargo también en su concha. Caímos los tres sobre la cama boca arriba, Esteban se levantó tomo una botella de champagne y la baño a Susana y mi. La perra empezó a lamer mi cuerpo mientras yo chupaba sus tetas con el gusto del licor.

Susana se levantó como pudo y nos invitó a relajarnos a la ducha.

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