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Nuestros inicios en el nudismo
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Os voy a contar la historia de como comenzamos en el mundo del nudismo y las experiencias tan bonitas y excitantes que nos regalaron. Y uso el plural porque esta no es solo mi historia sino la historia de como una madre y una hija se inician en el apasionante mundo del nudismo y el placer.

Mi nombre es Sonia, tengo 23 años, mido 1.60, clarita de piel, complexión media y con una 95c de pecho, mi madre Luisa tiene 51 años. En muchos aspectos nos parecemos solo que ella mide algo menos 1.52, tiene una 105c de pecho algo caído por la edad y unos kilitos de más. Vivimos solas, no conocí a mi padre, pero por lo que mi madre cuenta mejor así ya que era una bala perdida, en un pisito de las afueras de la ciudad, 3 dormitorios con un solo baño que usábamos las dos.

Desde siempre he tenido con mi madre gran complicidad, creo que el hecho de ser dos mujeres solas en el mundo nos unió y teníamos una relación muy buena.

Bien ahora comenzamos nuestra historia y tenemos que remontarnos a los inicios de la pandemia, concretamente el verano de 2020, mi madre debido al confinamiento forzoso se encontró en medio de un ERTE que mermó los ingresos del hogar, nos daba para pagar el alquiler, comida y gastos indispensables, pero sin ningún lujo, tampoco es que hubiera mucho que hacer aparte de estar en casa. Pero en la primera ola de calor nuestro vetusto aire acondicionado dijo basta, el seguro nos dijo que no estaba cubierto y la sustitución del equipamiento e instalación eran un gasto que ahora no podíamos asumir.

Nos resignamos y empezamos a darnos varias duchas al día y poner ventiladores, comenzamos a vestir con menos ropa apenas un pantaloncito y una camiseta ancha, pero seguíamos sudando y la verdad es que los días se hacían interminables y lo peor eran las noches donde la temperatura apenas bajaba de 30 grados.

El calor seguía siendo insoportable de noche yo empecé a dormir solo en tanga y mi madre en braguitas y camiseta, pero se levantaba por la mañana empapada en sudor y teníamos que hacer una colada solo de ropa para dormir y cada 3 días de la ropa de cama empapada.

Una mañana tras levantarme fui a coger una camiseta, pero vi que no tenía ninguna limpia y pregunté a mi madre que me dijo que las puso a lavar anoche que había esperado para poner una lavadora con bastante ropa porque la luz de este mes había llegado un pelín alta. Pues nada me quedo en tetas hasta que la colada se seque.

La verdad es que la sensación de andar por casa en tanga era super excitante y liberadora, me sentía bien y no había problemas con mi madre, cuando la ropa se hubo secado le pregunte a mi madre si le importaba que me quedara así, yo estaba más cómoda y así ahorrábamos en ropa sucia.

Mi madre le dijo que no le importaba que total estábamos solas y no vendría nadie de visita que, si no se quedaría todo el día mirándome, yo no le di más importancia al comentario más que un piropo de una madre a su hija.

Note que mi madre me miraba más de lo normal, pero lo vi como algo natural, por la noche en la cena, mientras tomaba vino, hablo conmigo y me dijo que estaba poniéndome muy bonita pero que tuviera cuidado con los chicos que se intentarían aprovechar de mí y luego no se hacen cargo, le dije que tranquila que tenía muy claro lo que quería en mi vida y lo que no y no iba a cometer errores.

Mi madre me corto diciéndome que tenerme no fue un error, sino que fue el acierto más grande de su vida, el error fue elegir el aporte genético restante, no le gustaba llamarle padre ya que no había ejercido como tal.

-Veras hija, me recuerdas mucho a ti con tu edad, joven, bella y con un cuerpo de infarto, por eso debes tener más cuidado que nadie, no descuides tus estudios como hice yo, fórmate y elige bien.

Le dije que ella seguía siendo joven y guapa y que seguro que algún día encontraría pareja estable.

Pero ella me dijo que no fuera tan mentirosa y que ya de los hombres lo único que esperaba es que hicieran bien su trabajo, casi me atraganto cuando la escucho, a lo que mi madre dándose cuenta de lo que había dicho me dijo perdón que lo dijo sin pensar.

Le dije que no se preocupara que estaba bien que fuera tan abierta conmigo que no estábamos en el siglo pasado donde una madre soltera no podía hacer su vida.

Me respondió que ojalá hiciera su vida que aparte de 3 o 4 tristes polvos al año poco se comía y hacia casi seis meses que no tenía nada y con el confinamiento se ve que iba a durar bastante más. Se notaba que con el vino se había vuelto más desinhibida, pero la notaba acalorada.

-Mamá estas bien tienes la cara roja.

-si hija es que con el calor que hace y el vino se me están subiendo las calores.

Es cierto mi madre estaba sudando como un pollito y tenía la camiseta mojada, le dije que se quitara la camiseta que total estábamos solas y yo ya estaba en tetas.

-Hija, pero las mías no son tan bonitas como las tuyas, además están caídas.

Le dije que se olvidara de tonterías y se la quitara, cosa que hizo casi inmediatamente, es cierto que estaban algo más caídas pero la verdad es que tenía unos pechos preciosos, de aureolas algo más oscuras que las mías y con un pezón en forma de garbancito que note estaba algo duro. Se veía precioso.

Yo sin considerarme bisexual siempre había sentido atracción por la belleza de una mujer madura y la verdad es que mi madre estaba muy bien para la edad que tenía.

Tras terminar la cena nos fuimos al sofá a ver algo de tele y nos pusimos a ver First dates, la verdad es que nos reíamos mucho con las parejas, salió una mulata dominicana de 29 años que llevaba un vestido super escotado y ceñito, se ve que tenía el pecho operado porque era imposible que fuera tan redondo y duro. Le pusieron al típico chaval de gimnasio con tatús que sinceramente me ponían bastante.

En un momento de la cita los llevaron a la sala privada para los postres y en la bola de la dominicana salió dale un beso apasionado a tu pareja.

La chica se sentó a horcajadas sobre el chaval y comenzó a comerle la boca que parecía que se lo iba a follar allí mismo, sin darme cuenta la situación me había puesto caliente y con la mano derecha me acariciaba el coñito por encima del tanga.

En esas estaba cuando mi madre me dijo, “anda hija córtate un poco que esta tu madre al lado”.

-Uy lo siento que es que la escenita no veas.

-Ya hija si es normal a mí también me ha gustado, pero no es plan de ponernos aquí a tocarnos.

-Porque no si total, si no es ahora será luego en la cama cuando nos acostemos. Además, me habías dicho que era algo natural.

-Ya hija natural es, pero no es plan de mastúrbanos viendo la tele, que estas cosas se hacen en la intimidad.

-Ya y ahora me vas a decir que no folle hasta que me case.

-No hija eso no, pero entiende que no es plan.

-Pues no lo entiendo, pero si te molesta me voy al cuarto y termino allí.

-No hija tampoco es eso, ya me voy yo a la cama que además con el vino también tengo calor.

-A ver mama que a mí no me molesta si te quieres tocar, total ya te escucho por las noches cuando lo haces.

Mi madre se quedó super cortada, “¿me escuchas?”

-¿Si hija te pones a gemir y tienes la puerta abierta para que haya corriente te acuerdas?

-Jo hija lo siento que vergüenza.

-¿Vergüenza por qué?, no me has dicho que es algo natural, a ver que creo que con la edad se va la libido.

-Tienes razón hija, pero no creo que sea correcto.

Sin mediar palabra me quite el tanga y empecé a tocarme suavemente mientras miraba la tele, y le dije “pues yo creo que si tenemos confianza tampoco hay que ocultarse, es más a partir de mañana creo que me quedare desnuda en casa”.

Realmente miraba de reojo a mi madre y aparte de su cara enrojecida vi que los pezones la tenían a reventar síntoma de que la conversación le estaba poniendo, me masturbaba con los dedos acariciando mi clítoris y metiendo la punta de mi dedo en la cuevita del placer.

Aumentando el ritmo vi de reojo como mi madre se pellizcaba un pezón y se mordía el labio inferior, pero no se atrevía a masturbarse conmigo.

Empecé a correrme, pero de una forma que no había sentido antes, el placer de ser observada y encima por mi madre me había puesto más cachonda de lo normal y se notó. Cuando hube acabado mi madre me dijo:

-Hija que escandalosa eres, deberías ser más comedida con tu madre por delante.

Y le dije que estaba muy cachonda y sé que le había gustado verme.

-A ver hija, es normal ver una chica joven y bella en un momento tan lindo la verdad es que si, pero que no estaba bien.

-Anda mamá déjate de monsergas y no seas mojigata.

-Vale cariño mañana hablamos que es tarde y tengo sueño.

-Dirás más bien que tienes ganas de tocarte en la cama.

-Bueno eso también, mañana nos vemos y me dio un beso antes de irse a “dormir”.

¿Continuará?

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