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Como empecé a ver a mi madre como a una mujer
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¡Hola a todos! Permítanme presentarme: me llamo Alex, actualmente tengo 42 años, soy de la CDMX, estoy casado con una gran y hermosa mujer, tenemos una gran relación y en lo sexual nos va muy bien. Soy una persona común y corriente, pero que tiene algunos secretitos sobre cómo fue su despertar sexual y el papel que jugó mi hermosa madre en todo esto.

Ahora les presentare a mi madre: ella tiene 64 años, mide 1.65, de piel blanca, cabello corto, de piernas delgadas, caderona, culoncita la mujer, es bonita, tiene ojos lindos negros pero su mayor atractivo sin duda y por lo que siempre ha llamado la atención es porque tiene unas grandes tetas blancas, con unas aureolas muy grandes rosaditas como del tamaño de una galleta! y sus pezones son 2 botoncitos gorditos.

¡Como verán es una mujer muy atractiva! los hechos con los que comenzaré son cuando ella andaba en sus 42 y yo acababa de cumplir 18, al salir de clases me quedaba solo en casa ya sin saber en qué entretenerme.

Mi mamá trabajaba de secretaria en una dependencia del gobierno como secretaria, durante muchos años trabajó cubriendo solo los fines de semana y días festivos haciendo la famosa “guardia” junto a médicos, agentes judiciales puros hombres a excepción de otra secretaria. Trabajaba todo el día y ya en la noche iba a recogerla con mi papá o la llevaban a casa más tarde o (como era la costumbre, de ahí se armaba la fiesta en casa de alguien) y terminaba uno dormido en el carro je,je.

Les cuento este antecedente que en esa época no le preste mucha importancia, pero creo después fui relacionando varias cosas que me hicieron empezar a verla no como mi mamá solamente sino como lo que era: una mujer normal, en plena forma, en su mejor momento, que, aunque cuidaba hijos, una casa y un marido, no deja de ser una mujer con deseos y necesidades sexuales.

Bueno pues regresemos a ese momento en que andaba por la casa solo y aburrido, empecé a recorrer toda la casa buscando algo en que entretenerme y ahí empezó todo, en la recamara de mis papás. No me pregunten porqué, pero levante el colchón y ahí apareció el primer premio: ¡una revista porno! yo estaba en shock, obvio sabía que era, ¡pero no pensaba que mi papá tuviera una! Recuerdo traía una sesión con una modelo estilo francesa con peluca blanca y vestido largo, medias blancas que poco a poco fue quedando sin ropa jeje, me fascinó.

La vi y obvio me puse super caliente y la volví a dejar en su misma posición para no dejar rastro de mi intromisión, ese descubrimiento me hizo pensar que podía haber más cosas de ese tipo. Al otro día esperé a quedarme solo y seguí con la búsqueda, revisando los cajones de mi papá, en su closet, en sus cosas y nada… que decepción. Luego me pregunté ¿busco en los de mi mamá?… ¡No! ¿cómo crees? ¡ella no va a tener nada así! ¡¡¡es mi mamá!!! ¿o si sería capaz?

¡Ahí se me prendió como un switch! ella es una mamá, las mamás no hacen esas cosas, ellas cuidan a sus hijos, arreglan la casa, ¡¡¡no hacen esas cosas!!!  y después empezó el “diablito” a meterme ideas je,je.

– ¡tu mamá es una mujer! ¿Todas las mujeres hacen “eso” si no como naciste tú? no se si no te has dado cuenta, ¿si has visto bien el cuerpo de tu mamá?, ¡no le pide nada a la de la revista que vimos ayer!, ¡¡¡vamos a verla de nuevo y la comparamos!!!

Saque la revista y ahí estaba la “María Antonieta francesa” y le mire sus enormes y blancos senos, me dio pena admitirlo, ¡¡¡pero mi madre tenía igual o un poco más grandes las tetas!!!  y más adelante descubriría que también tenía sus aureolas grandes y sus pezones chiquitos como aquella modelo.

Pues ya muy caliente y nervioso comenzó la búsqueda, metí las manos en los cajones y nada hasta que llegue al cajón de su ropa interior! empezaron a salir sus calzoncitos, normales, de tipo bikini, pantimedias negras, color carne y al fondo estaba lo bueno! un par de ligueros que ahora nos parecerían muy grandes je,je pero era los que se usaban en esa época, había uno blanco y uno negro, de encaje y junto sus medias para colocarlas en las ligas, tenía unas blancas, negras, de red, y otras color carne.

Fue algo impactante ver eso y pensar que tu mamá se ponía esa ropa que solo había visto en las revistas y en las películas de ficheras tan de moda en esos tiempos. ¡Comencé a imaginarla usando esa ropa! era muy raro y caliente a la vez, empecé a frotarme esa ropa sobre mi pene que se iba poniendo duro, me pasaba su ropa por la cara y la olía, pero que iba a oler si estaba limpia…

Algo me vino a la mente y corrí al baño donde acostumbrábamos dejar la ropa usada para meternos a bañar, empecé a buscar en el bote ¡¡¡y aparecieron los calzoncitos que mi mami se había quitado!!! ¡los revise y los olí! uff tenía un olorcito un poco fuerte que me encantó, un poco manchado de blanco justo en la parte de en medio, ¡yo estaba irreconocible! tome su calzoncito, lo olí y luego empecé a lamer esa parte sucia, sabia agrio, ¡¡¡pero yo seguía y seguía todo muy rico!!!

Volví a guardar al fondo su calzoncito, pero de ahí ya empecé a ver a mi mamá diferente, ya no era solo mi mamá ya también era Rosa María la mujer, la secretaria… ¿secretaria? uff empezó a volar mi imaginación, en las novelas las secretarias siempre eran las traviesas, las que se metían con todos, la amante del jefe, en pocas palabras era casi sinónimo de ser una mujer muy sexual, que solo buscaba placer en su trabajo y que le dieran regalos a cambio de sus favores sexuales.

Dejé para el día siguiente la exploración, esa vez fue en su closet, había zapatos normales de piso, tenis y al fondo la artillería pesada: unas botitas a la rodilla, picudas, de tacón delgado, con su cierre al lado muy sexys, y unos que me encantaron altos de tacón de aguja, se amarraban al tobillo con una pulserita muy coqueta (ya encontré a la culpable de mi fetiche por los tacones sexys y botas).

De ropa tenía varios vestidos normales, trajes sastre que usaban las secretarias, su falda y su saquito y varias faldas largas pero muy entalladitas, de tubo, nada fuera de lo normal, as que fui por una escalera para ver la parte donde estaban algunas cobijas y cajas, las empecé a mover y al fondo de todo había una bolsa de mano, grande, la baje para abrirla y bingo! el premio mayor estaba ahí!!

Había un estuchito con maquillaje, un labial muy rojo que me gustaba como se le veía, sombras, rímel, etc. ¡otra bolsita que guardaba lencería! era un bra y un calzoncito rojo con holanes, medio transparente, tenía unas aberturas al frente para poder sacar los pezones por ahí, el calzoncito igual tenía una abertura en medio para dejar libre el acceso a la vagina, había un liguerito este delgadito, negro de encaje, tenía un corazoncito rosa bordado al frente.

¡No saben como me puse al imaginarme a Rosa María usándolo! y si no dije a mi mamá en ese momento ¡era Rosa María la mujer! la imaginé con sus grandes tetotas, ¡con sus pezones de fuera ofreciéndolos para que se los mamaran! me puse caliente y celoso, esas tetotas fueron mías, ¡yo se las mamaba de bebé y ahora ella se las ofrecía para ser mamadas por otros!

Luego imagine su culote con ese calzón transparente, por detrás se le verían sus nalgotas, su raya y al frente listo para ser cogida su panochota peluda como se usaba entonces y en su cintura ese liguerito muy coqueto, Rosa María seguro se veía impresionante cuando lo usaba.

Y al final y no menos importante un casette VHS sin etiquetas, ¡de que era?, prendí la videocasetera y muy emocionado y excitado esperé que empezara.

¡Van saliendo un grupo de porristas que necesitaban dinero para que una de ellas fuera a una prueba en el equipo de porristas de las Vaqueritas de Dallas!, mientras ideaban como ganar más dinero, todo el equipo de futbol se las cogían, se dejaban coger por los jefes de sus trabajos para ganar más y cerraba con una épica escena de la actriz principal vestida con el uniforme de las Vaqueritas y cogiendo con su jefe en una tienda de deportes.

¿Qué hacía Rosa María con esa película, quién se la dio, era de ella o de mi papá? ¿de los dos? ¿la veían juntos para que se calentara? vinieron miles de dudas: ¿mi papá sabrá de esta bolsa secreta? ¿es cómplice de mi mamá? ¿o Rosa María andaba de traviesa por otro lado cuando salía con esa bolsa, con algún amigo en algún hotel, en las fiestas donde iba los fines de semana y nos dejaban en el auto o en las sillas dormidos? ¿la usaba en su trabajo durante todas las horas que debía estar esperando junto a sus compañeros la mayoría hombres? ¿qué pasaba realmente ahí?

Ese día fue una locura! entre la excitación de la película, sus “cositas” secretas de mi mami, el imaginarla viendo la película mientras mi papá se la cogía en su cuarto, o habrá sido en el trabajo, mientras todos los hombres o algunos de los más aventados la habrán llevado a la sala de juntas, poner la proyección y ella irse al baño y regresar vestida con esa lencería roja transparente, con sus aperturas, su liguero, sus medias color carne y sus tacones de aguja y su pulserita al tobillo, pasando por cada uno, besándolos, ellos mamando sus tetotas, acariciándoles sus nalgas y luego ella masturbándolos ¡¡¡y chupando sus vergas para dejarlas listas para que se las metieran todos!!!

Con mucho cuidado volví a dejar todo en su lugar para n ser descubierto y sacarlas todos los días de ahora en adelante je,je seguir oliendo y chupando sus calzoncitos sucios y después empecé a tratar de espiarla al cambiarse o al dormir, su cuarto quedaba frente al mío y no acostumbrábamos cerrarlas.

Solo un par de veces pude escuchar a mi mamá tener relaciones con mi papá las 2 por la noche de madrugada, en una ocasión desperté y escuchaba gemidos muy rico! me acerqué lo más que puede a mi puerta pegado a la pared para escucharla mejor, se oían sus gemidos y algunas sombras porque tenían su tele prendida y yo super caliente acariciándome el pene.

La segunda fue uno de esos viernes ya de madrugada, mi padre no aparecía, mi mamá lo esperaba, escuché la puerta, el subió y seguro venía con sus tragos porque discutieron un momento, luego escuchaba a mi papá pedirle el ano a mi mamá, él le decía ¡ándale solo la puntita! jeje eso me dio risa jeje imaginando a mi mami en 4 patas en la cama y el cabrón de mi papá queriendo disfrutar esa donita de postre.

Fuera de eso solo pude espiarla mientras dormía, ella acostumbraba usar camisones, su calzoncito abajo y sin bra para liberar esas tremendas mamilas que se cargaba, amanecía destapada, acostadita de lado, su camisón a veces levantado ¡¡¡y se veían sus ricas piernas, su culito apretado por su calzoncito y sus chichotas colgándole muy ricas!!! La veía desde la puerta de mi cuarto, luego iba acercándome despacio sin hacer ruido.

Eso lo hice varias veces y cada vez fui acercándome más, a veces jalaba despacito la cobija para admirarla mejor, y en las veces más osadas levantaba despacio su camisón un poco para verle, aunque fuera una sola de sus chichotas de fuera, ahí descubrí que tenía esas aureolas que me vuelven loco, grandes, oscuras y esos pezoncitos gorditos. Alguna vez si se movió y yo muerto del susto volteaba hacia un entrepaño con toallas que había junto a su cama y me hacia el que buscaba una toalla.

No sé si alguna vez me descubrió, si se dio cuenta de lo que hacía y era cuando se movía y yo brincaba del susto jeje, nunca sabré si lo hacía para que me alejara de su cuarto o si lo hacía para demostrarme que le gustaba, nunca tuve valor en ese momento para hacer más y me conformé con admirar a mi mami, a mi más grande deseo, a mi Rosa María.

Me hubiera encantado que uno de esos días mientras bajaba su cobija, poder haberla visto usando esa lencería roja transparente, como diciéndome: ¡se lo que haces hijo y me gusta! ¡ven y mira a mami vestida como putita! ¡ven y mírala como se viste cuando se lo piden sus machos del trabajo! ¡y ahora estoy aquí vestida para ti hijo! ¡ven y disfrútame!

Platicando entre amigos a veces salían las bromas para las mamás de algunos sobre todo había una que era maestra y siempre se vestía muy sexy, de minifaldas y medias sexys, yo me quedaba callado, pero con ganas de contarles de mi mamá, de lo que sentía por ella, yo veía que él no se enojaba y nos decía: “si mi mamá esta más buena que las suyas y es muy guapa”, no sé si lo decía para ya callarnos y cortar la conversación o lo pensaba en serio.

Aproveché eso y ya solos una vez le pregunté que sentía sobre lo que le decían de su mamá, él me dijo que ya estaba acostumbrado, además en la calle siempre se le quedaban mirando a su mamá y a ella no le molestaba, era coqueta y guapa y pues que era lo más normal para el verla siempre arreglada, me preguntó si a mí también me gustaba su mamá y pensando que eso podía ser el inicio de la charla y generar confianza entre los dos le dije que sí y le pregunté si la mía le gustaba.

Se me quedo viendo y me dijo que estaba rica y que le gustaban mucho sus chichotas, que eran como de actriz, y yo muy orgulloso diciéndole que, si las tenía grandes y que usaba unos brassieres enormes, se interesó y empezamos a platicar a que se dedicaba y ahí salió lo de que las secretarias eran bien putas y ahí empezamos a inventar historias sobre lo que hacía en el trabajo.

La imagino preparándose para salir al trabajo poniéndose sus medias color natural, seguro trae su liguero grande negro, su calzoncito corto y su bra negro, una de esas faldas largas pero bien entalladas, que marcan su culote, una blusa blanca que esconde sus enormes tetas, se pone sus tacones de aguja y se inclina para amarrar la pulserita al tobillo que me parece un detalle tan sexy y antes de salir toma su bolsa grande, la de los “secretos”, se despide con un beso y sube al auto con mi padre.

No sé si mi padre sospeche algo, es cómplice de ella o ni se da por enterado jeje ahora con mi edad y mi experiencia sé que esas ocasiones pueden ser aprovechadas para hacer muchas cosas menos trabajar jeje. Al llegar saluda a todos y va a su escritorio, revisa los pendientes y se pone a hacerlos, más tarde irán llegando sus compañeros los agentes de la policía judicial que pues no se caracterizan por ser unas nobles palomitas.

Ella era amiga de todos y llegué a conocer a algunos de ellos en esas reuniones que hacían saliendo y se iban rolando de casa en casa, ella siempre hablaba mucho de un comandante que la “cuidaba” de los demás, decía que, de las bromas, de los albures o de las “películas calientes” que veían sus agentes y obtenían de los decomisos de fayuca en ese tiempo.

Otro de sus consentidos era el médico legista, jefe del servicio médico, era un médico militar que muchas veces nos fue a ver a casa cuando estábamos enfermos y el último, pero no más importante era el jefe encargado de su esa área, mi mamá era su secretaria y siempre estaba atenta a lo que necesitara.

Alguna vez tuvimos que ir a su oficina en fin de semana, recuerdo que había una sala de juntas con una mesa muy larga, con unos ventanales grandes con gran vista al centro de la ciudad, estábamos en un piso 15, y se ubicaba hasta el fondo de la oficina lejos del paso de los demás.

Con las evidencias de las cosas que escondía y que mi madre era una mujer atractiva, caliente, capaz de hacer locuras, de ser traviesa y muy discreta para que nadie pensara mal de esa mujer, yo estoy seguro que fue la mujer de cada uno de esos personajes, tal vez en diferentes momentos, tal vez al mismo tiempo, quizás hasta la compartían y disfrutaban los tres jefes juntos de esa tremenda hembra y se la cogían al mismo tiempo sobre esa gran mesa de la sala de juntas.

La mandaría llamar su jefe y le diría: Rosa María venga a la sala de juntas, avísele al doctor y al comandante que vengan y venga “preparada para tomarnos dictado”, ella entendería a que se refería y diría: claro señor como ordene, ahorita les aviso al doctor y al comandante que los necesita y con mucho gusto voy en un momento a atenderlos.

Ella tomaría su bolsa y se iría al baño del privado de la sala a prepararse se quitaría su falda, su calzoncito, su liguero, su blusa y su bra, quedándose solo con las medias y sus tacones, sacaría de su bolsa su lencería roja, se pondría el liguero chiquito del corazoncito, acomodara sus enormes tetas de manera que se vean de fuera sus lindos pezones y abriría la puerta de la sala anunciándose mientras camina muy coqueta con su libreta y su pluma en la mano hacia la salita donde su jefe la espera sentado en un sillón, en el otro sofá están el doctor y el comandante sentados en cada orilla dejando libre el centro: “ya estoy aquí señor lista para lo que usted y los señores necesiten y manden”.

Llega frente al jefe y se inclina para darle un beso en la boca mientras le agarra las tetas, al inclinarse les muestra su culo empinado a sus otros dos amigos, el jefe se saca su verga y mi madre ya sabe que tiene que hacer, se hinca entre las piernas de su jefe y se mete su verga a la boca mientras el doctor y el comandante se empiezan a desnudar y masturbarse mientras disfrutan del show, saben que pronto llegará su turno.

Mi madre pone su verga entre sus grandes tetas y la aprieta mientras sigue chupando la punta, su jefe se retuerce de placer disfrutando y le dice: Rosita eres la mejor, nadie la chupa como tú! y ella levanta su carita, saca le verga de su boca sin dejar de acariciarla y dice: gracias señor, que bueno que le gusta, a mí me encanta chupársela, ¡es la mejor verga que he probado! y voltea coqueta y veo a los otros dos y dice: bueno ¡la suya y la del doctor y la del comandante son las vergas más grandes y ricas que me como! y les manda un beso a los dos.

Sigue chupándosela a su jefe y cuando siente que se va a venir se detiene para que no explote aún, se levanta y va a sentarse en las piernas del doctor y lo besa apasionadamente mientras él le acaricia las piernas y sus nalgas, luego se voltea y así dándole las nalgas al doctor le dice al comandante: ¡no creas que me olvidado de ti papi! (él es su consentido, tiene un físico más atlético, es más viril, por su trabajo es más osado, peligroso, aventado, más cabrón en pocas palabras) y toma su verga y la mete en su boca mientras el doctor empieza a “revisarla” y mete sus dedos en la vagina.

Mi hermosa mami se sienta en medio de ellos, abre sus piernas y mira traviesa al comandante que reconoce esa mirada perversa y se emociona más que hasta su miembro se le hincha más y le dice: ¡¡¡si gustas papi hazlo!!! al mismo tiempo que con sus manos separa sus labios vaginales para mostrar ese rico agujero peludo, el comandante se levanta, toma algo de la mesa y se vuelve a sentar.

Mi mami traviesa lo mira y le dice: ¡adelante papi, es tuya! mientras se abre su panocha, ¡el comandante toma lo que trae en la mano y lo introduce en ese agujero! ¡mi madre gime y brinca un poco por el frio del acero! ¡¡¡y lentamente el comandante empieza a penetrar el coño de mi madre con su pistola!!! eso es algo que les excita a ambos desde aquella reunión donde mi madre cogió por primera vez con él, ambos con su mirada cómplice sabían que estaban recordando ese momento en su imaginación.

En esa ocasión mi madre estaba cachondeando con dos agentes en una patrulla cuando él llegó y le llamó la atención esa gran hembra tetona que se dejaba manosear por ellos, llegó y les llamó la atención y se pararon de inmediato y se retiraron, esa fuerza y hombría impresionó a mi madre, él le dijo que no podía estar en esa área comportándose como putita caliente, mi madre le reviró: ¿ah sí? ¿y entonces dónde puedo?, él la jaló hacia a él y le dijo: puedes portarte como putita en mi oficina y la llevó para allá.

Cerró la puerta y le dijo: para que andas de perrita con ellos si mejor puedes ser la perra del comandante, la forma fuerte en la que le hablaba la puso más caliente, le dijo: ¡desnúdate y ven para acá! Mi madre obedeció y al quedar desnuda el comandante tuvo una erección muy evidente y ella jugando le dijo: ¡Ay comandante pero que pistola tan grande! ¡al mismo tiempo que se hincaba frente a él! El acostumbrado a los juegos y tartos rudos le dijo ¿cuál? esta mientras se agarraba con la mano izquierda su gran paquete o esta mientras con su mano derecha apuntaba su pistola justo al rostro de mi madre para asustarla.

Ella muy fuerte y controladora le dijo: ¡esta! y lejos de asustarse ¡se metió a la boca la pistola que le apuntaba! y comenzó a chuparla como si fuera una verga y eso prendió al comandante y sacó su lado perverso y le dijo ven perrita, la levantó y la sentó en un sillón y le abrió las piernas miró su pistola toda húmeda y escurriendo de la saliva de mi mamá y le dijo: ¡mira ya la dejaste lista, dura y mojadita! los dos se miraron como probando fuerzas pero ninguno se intimidó, ¡entonces el tomo la pistola y se la fue metiendo en la vagina!

Ella sintió un poco de dolor, pero se fue acostumbrando al entrar y salir de ese objeto y el comandante muy excitado por ver que mi mami le seguía el juego, sacó su arma bien bañadita por los jugos de mi mami y la chupó diciendo: ¡mmhh que rico sabe tu colita, la dejaste bien mojada! Y ella le dijo: ¡ahora trae tu otra pistola y métemela!…

Continuará.

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3 COMENTARIOS

  1. Gracias Mikel! Fue muy excitante y liberador poder contar mi experiencia, estuve leyendo buenos relatos aquí y eso me animó a contar lo que viví con ella. Fue muy rico cómo empezó todo, ojalá hubiera tenido amigos que entendieran ese deseo para compartirles sus calzoncitos y olerlos y lamerlos juntos! Espera los próximos relatos y si gustas escríbeme al correo. Saludos!

  2. Que buen relato , más cuando en ese tiempo te empezabas a calentar oliendo sus calzones, medias , liguero y después una CHAQUETA a salud de tu mamá.

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