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Hotwife. La propuesta
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Llegamos a la empresa donde visitaríamos a un amigo para platicar sobre un requerimiento de trabajo que nos pidió, ya que era necesario hacer una visita física, para poder ofrecerle una solución a su problema. El área donde se debía hacer el recorrido era un segundo piso, que está en remodelación, en la planta baja está el estacionamiento de empleados y el taller mecánico, así que siempre hay gente trabajando en el área.

Después de platicar sobre el proyecto nos dispusimos a hacer un recorrido por el área en remo-delación para verificar algunos aspectos de espacios para lo que se requería cotizar. Subimos al segundo piso, pasando a un lado de algunos trabajadores que arreglaban las escaleras, luego recorrimos varios espacios y al llegar al fondo, mi esposa se había manchado el pantalón con un poco de cemento al recargarse en un lugar donde estaba fresco y muy atento, mi amigo le propuso “¿te manchaste?, ¿te sacudo?” y pícaramente le contestó “sí , gracias, solo que aquí nos ven, ¿no?”.

Al acercarme, ella me dijo que me quería sacudir porque me había ensuciado, pero le contesté “nos ven, ¿no?”, señalándome una ventana que da al taller, lo que asentí y le dije “espérame, déjame dar un recorrido”. Ella se quedó con nuestro amigo y seguí recorriendo el sitio buscando un lugar lejos de la vista de los demás hasta que encontré un cuarto al fondo, que estaba privado, ya que no tenía más que un solo acceso y estaba fuera del alcance de las demás ventanas, enseguida les llamé, indicándoles que podían venir a ese lugar.

Ellos llegaron y salí a ver hacia el otro lado, que no viniera alguien y cuando regresé, la encontré con el pantalón en las rodillas y restregándole las nalgas en la verga a nuestro amigo y él tomándola de las caderas y pegándosele mientras recorría sus tetas con sus manos y la besaba desde atrás; por su parte, ella se recargaba en un muro mientras él seguía restregándosela rico, entonces me saqué mi verga y se la acerqué, para recibir un muy rico oral suyo. Nuevamente salí para validar que nadie se acercara, pero ahora, con la imagen de cómo la había dejado gozando rico y cuando regresé, ya estaba con esa verga adentro y moviéndose delicioso; al instante, le pregunté “¿ya te la metió?”, me contestó “sí, me la está metiendo rico”.

Mi amigo la tenía por las caderas y le estaba dando a un ritmo muy rico, incluso el golpeteo contra sus nalgas se escuchaba delicioso y la cara de placer de ella era una escena muy erótica para mí, además tenía mi verga de fuera y me tocaba viéndolos, luego se la acercaba a ella, para recibir sus caricias con los labios y en la lengua, al tiempo que seguía recibiendo una muy rica cogida. Pasados unos minutos, nuevamente salí para estar atento a no ser sorprendidos y al regresar, la escena seguía, le estaban dando muy rico y muy duro, “rapidito”, como dice ella.

Luego, salí una tercera vez y al regresar, mi amigo le decía “me vengo”, enseguida ella se apartó y él empezaba a venirse cuando por detrás, le agarro la verga y lo ayudó a terminar, brotándole mucha leche y hubo que contener los gemidos de placer, entonces le sugerí “límpiasela con la boca”, entonces se bajó más y se la metió en la boca, lamiéndosela y quitándole lo que le quedaba de lechita. A continuación, me le acerqué por atrás e intenté penetrarla, pero estaba demasiado excitado y sólo con entrar, sentí que me vendría, así que le dije “mejor sácamela, mamita”, enseguida se puso atrás de mí y empezó a jalármela muy rico, con ese ritmo que sólo ella sabe.

Ella seguía con su pantalón abajo, sólo con su tanga, pues mi amigo sólo se la había hecho a un lado para cogérsela rico, así que le tocaba su puchita muy mojada, sintiendo su prenda empapada. De esa manera, me hizo venirme con la masturbada y también me sacó mucha más leche e hizo el mismo procedimiento de limpiármela con la boca, ahora tenía dos lechitas diferentes en sus labios; mientras tanto, a mi amigo le tocó vigilar y al regresar, ella se empezó a tocar su ya muy mojada puchita muy rico, frente a nosotros y no tardó mucho en venirse, conteniendo el grito y el gemido, regalándonos una escena muy sensual.

Al final, se subió su pantalón y nos arreglamos para salir de ahí, bajando nuevamente a donde estaban todos, ahora esperamos la nueva oportunidad para entregarle la propuesta a nuestro amigo.

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