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Trabajo y placer (2)
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Bigboy puso a Lola encima de la cama, le abrió las piernas, ella le dirigió una mirada con cara de preocupación, él entendió la mirada.

– ¡No te preocupes! – la tranquilizo – ¡No hare nada que no quieras que te haga!

Lola le hizo un gesto con la cabeza, dándose cómo enterada y abrió las piernas y se abrió los labios del coño con los dedos.

– ¡Métemela y fóllame! – le susurró ella.

Bigboy la penetró con vigor en varios empujones la tenía dentro y empezó a meter y sacar y bombear, Lola hizo una expresión dolorosa pero rápidamente lo miro y acepto que la siguiera bombeando, sus ojos se volvieron hacia atrás, experimentaba una sensación nueva y placentera, su útero era taladrado por primera vez tan profundamente, sentía como aquella polla le llegaba al fondo de sus entrañas.

– ¡Me vas a volver loca! – expreso ella.

Los gemidos de Lola expresaban el placer que sentía al recibir semejante follada y notaba cómo se encharcaba su ansioso coño.

– ¡tienes un coño muy estrecho! – le hizo saber Bigboy – ¡Y tan calentito!

Sin sacársela él giro a Lola y la puso de lado posando el pie de ella en su hombro, esa era una postura poco practicada por ella y la hizo soltar un gritito de sorpresa.

– ¡Voy a follarte como no lo ha hecho nadie! – le murmullo él que parecía que se adelantase en sus pensamientos.

Bigboy empezó a bombear y entrar y salir del coño de Lola fluidamente, ella se entregaba abiertamente a su escort.

– ¡Me gusta follarme mujeres como tú! – le susurraba él.

– ¡No te pares! – suplico Lola – ¡Sigue follándome así!

– ¿Quieres que te dé a cuatro? – le sugirió él.

Ella hizo un gesto afirmativo y él la giro y la puso a cuatro patas y la penetró con profundidad y empezó a meterla y sacarla frenéticamente, Lola empezó a chillar placenteramente.

– ¡Chilla lo que quieras! – le hizo saber Bigboy – esta habitación esta insonorizada.

– ¡Fóllame así! – vociferaba Lola – ¡me voy a correr!

Bigboy siguió follándola frenéticamente, su mano busco el botón y un dedo le froto el clítoris masajeándolo mientras bombeaba, Lola llegó al éxtasis y sus pupilas desaparecieron detrás de sus parpados y le llego un orgasmo profundo y placentero, Bigboy la giró y se puso los pies de ella en sus hombros y la volvió a penetrar con fuerza.

– ¡Mírame mientras te follo! – le dijo Bigboy – ¡Voy a hacer que te corras más veces!

La agarró por los pies y empezó a meter y sacar frenéticamente mientras le chupaba las plantas de los pies lo que hizo que Lola se abandonara a aquella follada tan placentera.

-¡Tanto tiempo sin follar! – exclamó ella – ¡Me vas a volver loca!

El coño de Lola se volvía a encharcar por momentos y los golpes de las caderas de Bigboy con sus nalgas y el chapoteo de su coño se mezclaban con los gritos de Lola y inundaban toda la habitación.

– ¡Quiero tu polla para siempre! – se le escapaba a ella entre los gemidos.

– ¡Vas a hacer que me corra! – le anunció él -¡este coño tan calentito me pone cachondo!

Los gemidos de Lola se hicieron continuos, el placer que sentía cada vez que la polla le llegaba al fondo del coño, su cuerpo sufría unas descargas de placer que le recorrían desde los pies hasta la cabeza.

– ¡Voy a perder el sentido! – balbuceaba ella.

Lola ya no controlaba sus movimientos y su mente solo estaba centrada en recibir esas oleadas de placer que la llenaban de gusto nunca antes experimentado.

– ¡Me voy a correr! – le anuncio él

Lola vio como sacaba su polla se sacaba el condón y descargaba toda su corrida encima de su estómago y notó como el caliente semen se derramaba encima de ella y eso la llevo a tener un orgasmo insólito, su coño se abría y cerraba con el orgasmo tan salvaje y dejo empapadas las sabanas

– ¡Me encanta como te entregas cuando te follo! – le reconoció él.

Lola le dedico una sonrisa, no solo la follaba bien, sino que la adulaba mejor y se quedó estremeciéndose y recuperando la respiración y él la miraba morbosamente.

– ¡Chúpamela y pónmela dura! – le sugirió él al oído.

Lola le dedico una sonrisa se puso delante de rodillas delante de él, bajo la cabeza y se llevó aquel pollón a la boca y empezó a chupársela y hacerle una paja al mismo tiempo, Bigboy le acariciaba las nalgas y le paso un dedo por el culo y la penetró suavemente.

– ¡Eres malo! – le dijo ella levantando la cabeza y haciéndole un gesto al sentir que la penetraba con el dedo por el culo.

Bigboy lejos de amilanarse la siguió penetrando por el culo y ya le tenía medio dedo en su interior, tal vez a otra persona Lola le hubiese ya dicho algo altisonante, pero hizo todo lo contrario se abrió de piernas para facilitar la penetración, aquel movimiento provoco la pregunta de Bigboy.

– ¿Quieres que te folle por el culo?

– ¡Mi marido me hacía daño! – contestó Lola levantando la cabeza y sin dejar de hacerle una paja.

– ¡Tengo lubricante, soy un experto! – le susurró él – ¡Y tú marcas el ritmo!

– ¡Quieres follarme por el culo! – le balbuceo ella morbosamente.

Bigboy se levantó de la cama y fue a su pantalón y saco un sobre de gel lubricante, volvió a subirse a la cama y le hizo un gesto con la mano a Lola para que siguiese chupándosela, ella le siguió haciendo una mamada mientras escuchaba como rompía el sobre y su dedo le volvió a penetrar por el ano, notó como algo viscoso y frio se introducía dentro de su culo y cómo el dedo esta vez entraba entero y se movía por su interior, lanzo un grito de dolor.

– ¡Te estoy lubricando! – le murmullo – ¡Y te dilató el esfínter!

Bigboy le levanto la cabeza a Lola, su polla estaba dura y erecta otra vez y le dio el preservativo para que ella se lo pusiese y entre los dos le pusieron el condón a aquella estaca, Bigboy se puso lo que quedaba de lubricante en el tronco de la polla y lo esparció con la mano por toda su polla y especialmente en la punta, hizo girarse a Lola y la puso a cuatro patas, le abrió las piernas y le puso la almohada debajo de la cara.

– ¡Te lo suplico ten cuidado! – le rogó ella

Bigboy llevo el glande de su polla hasta el culo de Lola y la penetró suavemente, ella soltó un grito de dolor, pero enseguida notó que no era tan brusco ni tan doloroso cómo lo hacia su marido, la experiencia era un factor muy importante.

– ¡Me duele! – dijo ella resignada.

Él adelanto su cadera y la penetró más profundamente, ella chillo dolorosamente, pero aguantó el dolor quejándose y respirando con profundidad, Bigboy la penetró una última vez y Lola soltó un grito desgarrador.

-¡Ya ésta, ya te la he metido! – le hizo saber él dejando la polla quieta en su interior.

– ¿Me la has metido entera? – preguntó Lola sollozando

– ¡Casi entera, eres una buena chica!

Bigboy la agarró fuerte por las caderas y empezó a sacar la polla y volverla a meter con suavidad, Lola se quejaba sollozando, pero él le empezó a follar su apretado culo cada vez con más fluidez, notó cómo el esfínter de Lola se abría y cerraba apretando su polla, el dolor inicial de Lola iba desapareciendo y la penetración era ya placentera y sus gemidos así lo demostraban.

-¡Me éstas rompiendo el culo! – vocifero ella satisfecha.

Bigboy busco con su mano el coño de Lola y notó el clítoris inflamado y empezó a frotarlo frenéticamente con un dedo, Lola empezó a chillar y le sobrevino un orgasmo largo y profundo mientras él seguía follándola por detrás, estuvo un buen rato fornicándola y le volvió a acariciar el coño, Lola se volvió a correr soltando una gran cantidad de fluidos encima de las sábanas y se echó hacía adelante sacándose la polla del culo y dirigiéndose a la ducha.

– ¡No puedo correrme más! – se excusó ella satisfecha.

Lola estaba en la ducha y el agua le caía por encima, Bigboy entró en el baño y soltó el condón en la papelera y entró en la ducha que era amplia y cabían los dos perfectamente, Lola lo recibió con una caricia y él la obligo a agacharse y el metió la polla en la boca y empezó a hacer un movimiento de mete saca mientras Lola recibía aquella polla sentada en el suelo de la ducha.

– ¡Abre la boca y saca la lengua! – le ordeno él.

Lola obedeció y saco la lengua y él empezó a pajearse delante de su boca y empezó a descargar su semen en la boca y la lengua de Lola que lo recibió caliente y se lo trago entero.

– ¡Esto es de propina por ser el primer día! – le exclamó él pícaramente.

Bigboy salió de la ducha y Lola se quedó sentada con la boca llena de semen y con el agua caliente cayéndole encima, estuvo unos minutos y se levantó y salió secándose con una toalla, Bigboy estaba ya vestido y el paso un número de cuenta y ella le hizo un Bizum.

– ¡La próxima vez te hago descuento! – le dijo él a modo de despedida.

Lola puso unas toallas encima de las sábanas encharcadas de sus corridas y se quedó profundamente dormida. Al día siguiente recogió sus cosas y un taxi la llevo a las oficinas donde firmo los contratos, una de las cláusulas le hizo esbozar una sonrisa, cada dos meses tendría que venir a una reunión y exponer sus líneas de trabajo… Y de paso!

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