Mi suegra me dio ánimos, y no me juzgo, eso era lo importante para mí, para mí era un accidente. Cuando estaba por retirarme de su casa, llegó Mara, me miró con desagrado, saludó a mi suegra y subió a su habitación. Yo después de lo hablado con mi suegra estaba más que convencido que ella estaba despierta y no dormida como decía. Pero eso no me ayudaría en mucho a mí. Desde que me conocí con mi cuñada mi relación fue más bien distante, y en alguna oportunidad, en un cumpleaños, escuché hablar con sus amigas y decir que era poca cosa. Yo volví a mi casa y le hice caso a mi suegra, no llame, ni busque a mi esposa, le di su espacio.
Estaba destrozado, en realidad amaba mucho a Vanina, y no sabía cómo enmendar las cosas. En mi un sentimiento de culpa, bronca, impotencia me carcomía. También una parte de mí que odiaba profundamente a la zorra de mi cuñada, en mi cabeza rondaba la idea que había caído en una trampa.
Pase dos semanas sumergido en la mierda, durmiendo poco, comiendo por inercia, las cosas estaban tan mal que estaba afectando mi trabajo, estaba punto de caer en depresión. No pude más y fui a buscar a mi esposa a su trabajo, la esperé a la salida. Cuando la vi salir, mi corazón se alegró, ella estaba tan demacrada como yo, ojerosa, con signos de poco sueño, un poco más flaca, la segunda es que apenas me vio su seño se frunció y hubo una mueca de bronca y enfado, intento irse en dirección contraria, pero la alcance, me miro con mucho enfado, le pedí que por favor habláramos. Accedió a regañadientes, y fuimos a un café cercano. Le expliqué lo mejor que pude mi situación, y ella me miraba con cara seria, con los ojos brillosos, pero queriendo matarme.
Vanina: A ver Carlos si te enteras, en este punto, da igual si sabía que era mi hermana. Lo que me duele es que te acostaste con mi hermana, no puedo mirarte igual, no podría estar contigo sabiendo esto. Eras el único hombre en el que podía confiar. Nosotros veníamos mal, eso es patente. Pero con esto, no puedo.
Carlos: Pero que puedo hacer yo para que me perdones o demostrarte que te amo.
Vanina: Eso lo sé yo.- una lagrima se escapó por su mejilla- no tengo dudas que me amas, y también estoy segura, que no sabias que era mi hermana, no hace falta que me lo jures o que me lo diga mamá. Pero no puedo verte igual, tengo un lio en la cabeza, tengo todo muy a flor de piel, necesito más tiempo, porque si me apuras yo hoy no quiero verte, ni estar más contigo.
Se paro llorando, y me dejo, con el corazón en un puño, quería llorar, gritar y golpear a alguien. El dolor no cavia en mi cuerpo. Por la noche cuando llegué a mi casa, me senté en el sofá, a oscuras, llorando, veía como mi vida, que para mí era feliz, se me escapaba, pensaba en lo que había dicho, y me hacía ruido en que para ella estábamos mal antes, y si era verdad, discutíamos más, compartíamos menos, hablábamos menos, y sexo como dije. Pero para mí era algo de momento, tal vez por la convivencia, mucho trabajo o no se. En eso me llama mi suegra y me invita a almorzar para el día siguiente, me dijo que había hablado con Vanina, porque su tono fue muy maternal.
Al otro día me recibió como siempre, con mucho cariño. Mi cuñada no nos quiso acompañar a almorzar. Hablamos de banalidades en la comida. Después de la misma hizo un café y nos sentamos en el living. Ahí me comento que Vanina había estado el día anterior después de estar conmigo. Que había estado llorando y descargándose todo lo posible, que estaba viviendo con una amiga, porque no quería compartir techo con su hermana. Ahí yo le plante mi punto de vista, y mis dudas, sobre todo esto que estábamos mal antes del incidente, y que me preocupo mucho el no querer verme más.
Mara: En verdad eres más estúpido de lo que creía. Mi hermana está poniendo la excusa de lo nuestro para tapar su muerto en el closet. Tú no piensas.
Susana: Mara cállate.
Mara: Es un imbécil, ella ya tiene a otro, y lo tenía antes de que esto pasara. -Mi suegra se paró y le dio una bofetada que sonó en toda la casa.
Susana: Cállate y deja de meterte en la vida de tu hermana, demasiado mal has hecho ya. Y si no te gusta, ya te puedes marchar de mi casa.
Yo estaba con la boca abierta, era cornudo. Mi cuñada se sobaba su mejilla, no se animó a decirle nada a mi suegra, nunca la había visto así.
Susana: Tranquilízate Carlos, y deja que te explique. Vanina hace meses viene soportado un coqueteo, del normal que recibimos las mujeres, sin embargo, últimamente ella, no era tan inmune, digamos que ya le gustaba, shhh déjame terminar- justo cuando iba a interrumpir- ella no hizo nada, y tenía un cargo de conciencia enorme por ello, digamos que estaban alejados entre ustedes y alguien le endulzaba la oreja, no paso más de eso.
Carlos: Ella tiene razón soy un imbécil- Mi suegra tomo mi mano, mientras yo me paraba para irme.
Susana: Ven no te vayas así- me levante y me fui
Mara: Mi hermana no es tan santa como todos creen.- Alcance a escuchar.
Todo esto hizo que me derrumbara más todavía, era un ingenuo, un imbécil. Y no lo veía, tal vez ya me había sido infiel y sino fue antes del incidente lo estaba siendo en este momento, pero ella si lo hacía conscientemente no como yo, la verdad que la ira y todos los sentimientos encontrados no fueron buenos consejeros, un sentimiento de odio se apoderó de mí.
Pedía vacaciones en mi trabajo y me encerré en mi casa, bebí alcohol hasta quedar inconsciente o pasar semanas sin bañarme. Vanina me escribió una vez para ir a buscar sus cosas, que por favor no este para evitar problemas, que cinismo tienen algunas mujeres, y yo que poco amor propio, le pedí hablar, quería explicaciones, pero no me contesto, salí de casa cuando fue.
Un mes y medio después de todo este trágico incidente, llamaron a mi puerta, yo seguía sin ir a trabajar, en realidad habían intentado comunicarse conmigo varias veces, mi cuñada y mi suegra, tenía infinidad de mensajes que no abrí. Yo por casualidad me había bañado ese día, el primero en tres semanas, porque había ido a almorzar a casa de mis padres y no quería que me vieran tan mal, estaba oscureciendo.
Al abrir estaba mi cuñada, vi en su mirada algo de dulzura, que se le paso al segundo al verme a la cara. Me apartó con la mano y paso directamente al living, observo el desastre y la poca luz que había. Se sentó y vio la botella de licor que había sobre la mesa. Dejo su abrigo al costado del sofá. Yo ya no quería saber más nada de esa bruja, y bueno de mi mujer, tenía la esperanza de que fuera todo mentira o no se la verdad, también sentía mucho resentimiento hacia ella. Tenía muchísimos sentimientos encontrados.
Mara: Veo que estas muy mal.
Carlos: Que quieres, y apúrate no es agradable estar en tu presencia.- Ella revoleo los ojos.
Mara: No creas que quiero estar aquí, y menos contigo. Pero tenemos un problema. Cuando abusaste de mi.- la cara se me transformo de ira.- Tuvo consecuencias, estoy embarazada.- Un problema más, ni reaccione.
Carlos: jajaja y me lo quieres encajar a mi.- la verdad ya no me importaba nada.- ha de ser de unos de tus “amigos”.
Mara: Que dices idiota.- y seguía riéndome, cosa que la enfureció.
Carlos: Que has andado de buscona, si lo has hecho conmigo, quien sabe la cantidad de idiotas que han caído.- Lo dije con una sonrisa.
Se lanzo hacia mí con sus uñas apuntando hacia mi cara, cosa que fue mi fácil de sujetar, pero intento golpear mis bolas con un rodillazo, gire mi cadera y golpeo mis muslos, la empuje un poco, y se lanzó de nuevo hacia mí, con los ojos inyectados en sangre, le di una cachetada con la mano bien abierta, impacto en su mejilla, y la tire contra el sofá, ella se repuso y no tuvo suficiente, tomo el florero de la mesa y me lo arrojo impactando en mi cabeza, lo que me hizo retroceder un poco, al tocarme la misma tenía un poco de sangre, al levantar la vista la tenía encima mío, con una ristra de golpes.
La empuje tome del cuello y presione contra la pared. Su mirada de odio seguía, pero se puso violeta fácilmente por la falta de aire.
Carlos: No me costaría nada, tú puta de mierda, arruinaste mi vida, así que no me importa ya matarte, o si sales de aquí y abortas. No es problema mío. Aparte no te creo que sea hijo mío.- Su mirada ya era de súplica, estaba presionando mucho su cuello.
Mara: Por favorrr.- afloje un poco, lo suficiente para que respire.- El niño no tiene la culpa, a parte mi madre me prohibió que lo hiciera. Con el único que he estado ha sido contigo y mi ex, un mes antes que nos separáramos no teníamos relaciones.
Carlos: Así que tendrás que criar un niño tu sola, por puta.
Diciendo esto empecé a notar varias cosas, una es nuestra cercanía, dos es que estaba teniendo una erección, y no puedo explicar por qué.
Mara: Hijo de puta, maldito, se te ha parado- sonreí.- No lo voy a criar sola, tú te tendrás que hacer cargo.- empecé a apretar su pecho con mi mano.- Que haces cerdo.
Carlos: Me voy a hacer cargo del niño y de la madre.
Acto seguido empecé a besarla, ella no colaboro, y termine mordiendo su boca.
Mara: Que haces marica, me vas a violar de nuevo.
Carlos: Noo, simplemente voy a tomar posesión de mi puta, si tu quieres llámalo violación.
La presioné más contra la pared y repetí besarla, hasta que conseguí meter mi lengua en su boca, y con mi mano presionaba su pecho y pellizcaba su pezón. Ella no estaba todavía por la labor.
Carlos: Creo que no le llegas ni a los talones a tu hermana, ella es mucha hembra comparada contigo, tú eres solamente una calienta pollas, que no consigue hombres y tiene que tirarse a los de su hermana.- El odio se inyecto en sus ojos.
Mara: Que dices maricón, soy demasiada hembra para ti, mi hermana era mucho para ti, por eso busco afuera lo que no le dabas.
La presiones más contra la pared y busque sus labios de nuevo, pero ella colaboro, es más mordió hasta hacerme sangre en el labio, cosa que hice lo mismo yo, sus pezones en mis manos crecían notablemente, baje mi mano y la metí corriendo su falda, aparte su diminuto tanga, y con mis dedos note que empezaba a lubricar, la volví a besar y nos enredamos casi hasta quedar sin aire, terminando moviéndonos ambos, yo la masturbaba con ganas y notaba cada vez más sus jugos en mis dedos, masajeaba todo lo que podía sus labios terminando en su clítoris.
Mara: eres tan poco hombre que no puedes tener a una mujer si no es por la fuerza.- me aparte un poco y saque mi mano y le mostré mis dedos bañados por sus flujos y los chupe.
Carlos: humm sabe a puta barata, eres tan puta que te encanta que te violen, o fijarte que le gusta a tu hermana.
Acto seguido me cruzo la cara de una cachetada, cosa que le devolví con fuerza. Nos encontramos cara a cara para terminar besándonos como locos, queriendo poseer el uno al otro, ella evidentemente se quería imponer a mí, y no le importaba como. Tome su cabello por la cola, y de ahí la arrastre hacia la habitación.
Carlos: Ven que te tengo que domar, puta.- Ella se quejaba y me insultaba en todos los idiomas que conocía.
Llegamos a la habitación, la atraje hacia mí y volvimos a comernos la boca, ella la colaboraba completamente, la empuje y callo en la cama, arranque su falda y su tanga. Retrocedí un poco y me despoje de mi pantalón y demás ropa como un rayo, cuando miro estaba desnuda mirándome desafiante, sus pechos que los veía por primera vez era la obra de arte de un cirujano, poso su mirada en mi polla.
Mara: A ver si sabes satisfacer a una mujer de verdad.
No la deje continuar, me abalance sobre ella, abrí bien sus pierna y me sumergí en su sexo, me pegué como una lapa a su vagina, comiéndomela como mejor sabia.
Mara: Que haces maricón, yo quiero que me cojas, no que, haaa.- Metí dos dedos en su vagina mientras succionaba su clítoris, su entrepierna era un manantial, no paraba de brotar flujos.
Yo seguí con mi estrategia, era domarla a base de orgasmos, y no iba a parar hasta conseguirlo. Seguí chupando su clítoris y un fuerte mete y saca con mis dedos. En pocos segundos ella tuvo un orgasmo arrollador y quiso presionar mi cabeza con sus manos y tiro de mi pelo fuertemente. Cuando no podía más con el placer cerro sus piernas cosa que yo no deje, largando flujos y orina en su orgasmo. Me enderecé y estaba jadeante la tome de la mandíbula y empecé un beso posesivo, quería que ella probara su propios jugos, al principio se negó pero no le di mucha opciones, termino colaborando, me separe de ella y empecé a refregar mi polla en su chocho, estaba empapadísimo.
Mara: espera un poco que me recupere.
No le hice caso y seguí por unos segundos, cuando me canse lleve sus piernas a mis hombros y la penetre de uno solo golpe, se quedó con la boca en forma de O.
Carlos: a las putas se las coge así.
Mis embestidas eran profundas, la sacaba solamente dejando mi cabeza adentro y volvía a meterla, una y otra vez, incrementando el ritmo. Quería cogerla salvajemente, dejarla destruida, fueron varios minutos de salvajes embestidas hasta que acabo fuertemente, no la deje descansar, como me pidió.
La gire y la puse boca abajo, abrí su pierna izquierda y me senté un poco antes de sus nalgas, con mis pierna a caballo de su pierna derecha, la penetre en esas posición de nuevo hasta los huevos ella se contrajo mucho, en esa posición era en la que mejor le podía hacer sentir la curva de mi pene, en esa posición mi pene frotaba directamente en su punto G, ella empezó a gritar como si la estuviera matando y segundo después empezó a acabar fuertemente yo no pare ahí estaba en una posición muy cómoda y seguí con mis dedos embadurnados con sus jugos penetre su ano, primero un dedo, después dos, una y otra vez, y note otro orgasmo muy fuerte y note mis bolas mojadas por sus jugos, llegue a meter tres dedos en su culo.
Hasta que no pude más y acabé fuertemente en su vagina, seguí hasta que mi pene no pudo más.
Un par de minutos que me recupere, y me levante, mi orgasmo había sido devastador, pero no podía demostrar debilidad.
Carlos: Vamos puta, eso es todo lo que tienes, yo todavía no estoy ni cerca de estar satisfecho-
Ella me miro de mal, la arrastre hacia el borde de la cama, tome su mentón y lleve mi polla a su boca, estaba muy morcillona. La obligue que me hiciera una mamada, me empezó a hacer una señora mamada, muy profunda y sabrosa, mucho mejor que las que hacia su hermana. Tomé mis dedos, abrí sus piernas y empecé a penetrar su vagina y ano.
Carlos: no está mal, nada mal, pero prefiero las de tu hermana, se esfuerza más.
Creo que me arrepentí a los dos segundos, se esforzó al máximo, me hicieron temblar las piernas, y temí no aguantar mucho más. Tenía que recuperar el control, se la saque, y la empuje en al cama quedo dándome la espalda.
Carlos: A ver, ahora si voy a gozar.
Me situé tras ella, en la posición de cucharita. Tomé mi pene y lo puse en la entrada de su ano, ella quiso evitarlo, pero un golpe fuerte y seco en su nalga lo evito. La penetre de una, sin contemplación, hasta que los huevos hicieron tope, ella grito muy fuertemente, mi mano, que estaba apretando sus pechos divinos, recibió el castigo en forma de mordisco.
La empotre una y otra vez yo estaba destrozando su ano, hasta que por mi bien saque mi mano de su alcance y lleve su pierna sobre mi muslo abriéndolas un poco y dejándome acceso franco a toda su entre pierna, empecé a masturbarla furiosamente al ritmo de mis penetraciones, ella empezó un orgasmo larguísimo, que termino en un squirting fenomenal, esto me dejo al borde del orgasmo a mí, pero quería humillarla más.
La agarre y traje al borde la cama, ella estaba medio ida, la agarre y metí mi miembro en su boca, la tome del cuello y cuando abrió su boca para respirar empecé a penetrarla como si de su vagina se tratara, no dure nada, el morbo era grande, todo mi semen fue a dentro de ella.
Escuchamos como que nos querían tirar la puerta abajo, al grito de policía. Cuando abrí, desnudo, había dos oficiales, junto con mi vecina, me estaba explicando lo que estaban haciendo ahí, cuando apareció Mara desnuda.
Mara: Que pasa uno no puede tener sexo con su hombre, sin que molesten.