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Una sencilla sesión de fotos al atardecer
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Cometo el error de disfrutar tanto mi trabajo, cuando compro equipo nuevo, siempre quiero probarlo rápido, así que llego al punto de regalar sesiones de fotos cuando alguien me cae bien… y en este caso, Laura me caía genial…

Los fotógrafos tenemos la suerte de tener ojos muy entrenados para reconocer lugares bonitos, gente bonita, si además esa gente te cae bien y sabes que puedes conseguir cosas espectaculares con ellos, pues los animas a que quieran hacerse fotos contigo. Laura era este caso, morena, pelo corto, no era muy alta, pero estaba muy bien proporcionada, además tenía mucho estilo vistiéndose y se sacaba mucho partido, tenía bastantes tatuajes visibles, cosa que me encanta, era muy risueña, sus ojos que expresaban mucho, sabías si algo le gustaba o no antes de que abriera la boca, era mamá de dos niños pequeños, con apenas 30 años, un poco saturada por haber pasado de ser mujer a madre sin casi darse cuenta, la conocía desde hacía un tiempo, y desde siempre me había caído muy bien. Un día hablando con ella surgió la idea de una sesión de fotos, yo quería probar un equipo nuevo y necesitaba a alguien y conseguí animarla.

No era la primera vez que le hacía fotos, pero por temas familiares y otros, no habían sido las fotos que ninguno de los dos esperábamos… fotos bonitas, si… pero ya está, yo veía una luz en ella que no conseguía sacar, quería hacerle unas fotos especiales, conseguir subirle un poco la autoestima ya que veía que la tenía un poco por los suelos. Poco a poco fuimos dándole forma a la sesión, cada vez la veía más ilusionada, buscaríamos un sitio bonito… una máquina del tren abandonada en una vía muerta orientada a la puesta de sol sería el lugar elegido… quedamos en vernos en el lugar a una hora determinada y a esperar que llegara el día.

Tanto habíamos hablado preparando la sesión, ropa, maquillaje, que poco a poco había surgido una confianza muy potente… una complicidad muy bonita… no sé cómo explicarlo, pero me sentía muy cómodo hablando con ella y notaba que ella también conmigo… Mi primera sorpresa fue ver que había venido sola, siempre iba con su marido y con los niños, pero esta vez no… Mejor, así estaría más centrada en la cámara, pensé. Me niego a que mis sesiones de fotos sean solo ponerte delante de la cámara y recoger los resultados… procuro que todo sea una experiencia, risas, diversión y al final las fotos tienen más sentido.

Dejo su coche aparcado y se acercó con unas bolsas al mío, la ayude a meterlo en el maletero y los dos besos de rigor… un perfume delicioso inundo mi olfato… qué bien olía Laura… Nos montamos en mi coche y nos pusimos en marcha para llegar a la ubicación que había decidido… unas ruinas al lado de una vía muerta.

-¿Traes muchos modelos?- le dije para saber cuántos cambios de ropa quería hacer -Pues en principio dos, este Levi’s azul con la camisa blanca y un vestido amarillo.- dijo

me encanta entrar en su terreno para romper el hielo, para que no piensen en la cámara y piensen en otra cosa

No me había fijado, la camisa blanca era preciosa, tenía la parte central semitransparente y con algunos botones desabrochados, el pantalón era muy ceñido, perfilando sus piernas muy bien, con unos zapatos de tacón muy elegantes. Me puse

manos a la obra y comencé a preparar los Flashes en sus respectivos pies, los reflectores, etc… Todo estaba listo. La sesión iba avanzando, como siempre pasa, las

 

primeras fotos son muy tensas, pero tengo el don de distraer y hacer que mis modelos bajen la guardia, pudiendo romper el hielo y consiguiendo resultados muy buenos… cada vez salían fotos más bonitas… me acercaba con la cámara para que pudiera ver las fotos que estaba tomando y su aroma me embriagaba… cada vez su mirada era más profunda… cada vez sus ojos eran más provocadores… ¡estaba seduciendo a la cámara!

-Mira esta foto Laura – dije enseñándole la última toma- ponle defectos… dime que es photoshop

-Esa soy yo? -Dijo Laura- en serio soy esa?

-hoy quiero que te olvides de complejos, que te olvides de lo que hayas oído decir de ti… mira mis fotos… esta eres tú… tal cual, sin filtros, sin edición… lo que captura mi cámara…

-Gracias por sacarme así… ¡es que no me reconozco! – lanzo un pequeño grito de alegría- hazme más!

Llegó el momento del cambio de modelo, mientras Laura fue al coche a cambiarse, fui cambiando la disposición de los flashes, al girarme y verla con aquel vestido color amarillo mostaza me quedé embobado, tenía un precioso escote que realzaba aún más su pecho, y no era muy largo, con lo que hacía muy largas sus piernas… y creo que ella lo noto, algo cambio en su rostro, como si le hubiera dado más confianza…

Poco a poco iba soltándose, se movía tanto que tenía casi que decirle que eran fotos y no video. Cada vez que miraba a través de mi cámara, sus ojos se clavaban en los míos a través del objetivo, parecía que querían provocarme.

-Wow… mira que cara … ¿y esta? mira – siempre intento mandar mensajes positivos en mis comentarios para hacer que mis modelos se vengan arriba

-Madre mía, que maravilla… hazme otra de primer plano, espera que me subo a este escalón, así, apoyada en la barandilla…

-Vale, pero tenemos que darnos prisa, que se está acabando la luz … – coloque los flashes rápido viendo que ya cada vez la iba quedando menos luz del sol

Encuadre de primer plano y comencé a disparar mientras ella iba moviéndose poco a poco, junto sus brazos para marcar más el canalillo y tiró de la tela hacía abajo para hacer más pronunciado el escote… me atrevería a decir que, con sensualidad, una vez acabada la secuencia, repasé las fotos y vi sus ojos… no me provocaban, coqueteaban conmigo… incluso se mordía el labio… intentaba concentrarme…

-¿No me enseñas esas? ¿tan mal he salido? – dijo clavando sus ojos en los míos…

Me acerqué y me puse de espaldas a ella, como estaba más alta que yo, dejo caer su pecho sobre mí, me rodeo el cuello con sus brazos y puso su cara muy cerca de la mía… mi corazón iba a mil por hora… olía tan bien…

-¡Qué maravilla! ¡eres increíble! que fotos más bonitas! ¡No me lo puedo creer! -su cara rozaba la mía… Mi corazón quería salirse de mi pecho… poco a poco fue separándose de mi – No me creo lo que has hecho conmigo… ¡Esa soy yo!

Asentí con la, cabeza aún sobresaltado, y comencé a recoger el equipo, Laura se acercó a ayudarme y empezamos a llevar las cosas para el coche. Ya con todo recogido y empaquetado en el maletero, al cerrar el maletero me dio un abrazo.

-Gracias! qué maravilla -dijo.

Sin saber porque, mis labios se posaron en su hombro y lo bese, no sé porque lo hice, fue como un instinto… Laura se separó de mí y se quedó quieta, miro mis labios, miro mis ojos… eso me intimidó baje la mirada a sus labios… Laura se mordía el labio, no

pude evitarlo, mis manos fueron a su cuello y tiré para mí de su cabeza para besarla, sus dedos se entrelazaban con los míos, nuestras lenguas jugaban entre sí.

-Perdona Laura… -dije pensando en lo que estábamos haciendo, retrocediendo por unos segundos – lo siento no sé qué me ha pasado.

-Porque has tardado tanto? – dijo con la respiración entrecortada volviéndome a besar.

-Pero Laura, estamos casados, esto es una locura, tenemos nuestras familias… no quiero que tengas…

-Tranquilo – dijo poniendo su dedo en mis labios para que me callara- esto va a ser así, lo que pase en nuestras sesiones de fotos, se queda en nuestras sesiones de fotos.

Tal vez podía haber hablado con ella y la hubiera convencido… pero no quería convencerla, no quería separarme de ella, no quería parar de besarla… no sé cuánto rato estuvimos besándonos, como dos adolescentes nos íbamos a ir a nuestras casas con el calentón, era demasiado tarde y tendríamos que haber dado demasiadas explicaciones, sobre todo Laura.

-Tú te crees…- dijo llevando mi mano dentro de sus bragas para que notara que estaba empapada y totalmente rasurada, mi corazón iba a explotar- ¿Crees que me puedes mandar así a mi casa? o irte tu así -agarrándome la entrepierna que quería romper el pantalón- esto no es justo…

Y de repente sonó su teléfono, contestó sin soltarme el bulto de la entrepierna, como pajeándome desde fuera del pantalón, a la vez que mis dedos se iban moviendo despacito por dentro de sus bragas, como si estuviera escaneando toda su entrepierna y por las caras que estaba poniendo, la estaba volviendo loca.

-Si, estamos acabando, después recogeremos… en un rato saldremos… sí, no creo que tardemos mucho… ajam… sí…-metió la mano en su bolso y saco algo- claro… prepárales la cena… -me puso en mi mano lo que había cogido, era un condón, lo abrí y dejé libre mi polla para ponérmelo, al verla libre Laura se mordió el labio- ¡un besito!

Tan solo le quite las bragas, sin quitarnos más ropa nos montamos en la parte de atrás de mi coche, aprovechando la intimidad de los cristales tintados yo me senté debajo y Laura sobre mi… su boca no se despegaba de la mía, Laura dejó su cuerpo en el aire para que yo tuviera espacio para poder metérsela, jugué con mi miembro erecto, pasándole la punta por sus labios vaginales sin llegar a entrar, rozando su clítoris, incluso por la entrada de su ano, jugaba con ella… pero no podíamos más, apoye la punta en la entrada de su sexo y Laura dejo caer su cuerpo para ensartarse sola, estaba dentro de ella, estaba tan mojada que no costó ningún trabajo entrar… se la clavo hasta el fondo soltando un gemido en mi oído, y empezó a follarme poco a poco, notaba como su humedad me empapaba, que delicia como me follaba, subía y bajaba, cada vez más excitada, cada vez más rápido, me estaba volviendo loco.

-Me encanta tu polla… la quiero dentro siempre… quiero tenerte dentro de mí para siempre…-decía poseída por la lujuria, mi cabeza volaba, me excitaba mucho verla así

-Vas a ser mía… -dije perdiendo un poco el control- vas a ser mi sumisa

-¡Si!- exclamo como si eso la hubiera puesto aún más caliente- soy tu esclava… hazme lo que quieras… soy tuya cuando quieras…

Tanto poder me volvió loco con mis manos inmovilicé sus caderas dejando el culo a media altura y comencé a bombear con todas mis fuerzas y más rápido mientras Laura gritaba y se retorcía.

-Pero que haces? -gritaba- pero que me estás haciendo?… me voy a correr… me estoy corriendo… me corro!!!!!!

Y yo tampoco pude aguantar mucho más, saber que había conseguido lo que pretendía me hizo descargarme como un animal, quedando inmóviles los dos, aún dentro de Laura. Recuperamos un poco la compostura, nos limpiamos y arreglamos un poco. Y emprendimos la marcha para llegar a su coche. Nos bajamos y nos abrazamos, pero esta vez nuestras bocas se fusionaron directamente. Nos despedimos y nos fuimos cada uno por nuestro lado… No tarde ni un minuto en llamarla.

-Laura, ya te estoy echando de menos – le dije – estoy pensando en una sesión de fotos en un paraje abandonado muy inaccesible… crees que…

-Cuenta conmigo! no sé cómo, pero me organizo… -no me dejo ni terminar- ¿Sabes una cosa?

-¿Qué? -contesté al otro lado del teléfono

-Cuando me pases las fotos y cada vez que las vea… me voy a mojar – escuche con atención

-Pues entonces no te las paso, vienes a mi estudio y te las enseño … eso tengo que verlo con mis propios ojos…

Y entre risas flojas nos despedimos deseando que llegara el día de entregarle las fotos… pero eso ya son otras historias…

Como os digo siempre, estos relatos se alargarán en el tiempo en función de vuestros comentarios y valoraciones, cuantos más comentarios por la web o por email, más durará. Disfrutadlo.

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