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Mi primer incesto con mamá (2)
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Me fui a dormir medio embriagado por el placer que había obtenido al follarme a mi madre y enviar al fondo de mi escrúpulo el incesto pecaminoso cometido, pero que tanto placer me producía. Mi madre demostró ser una mujer única, seductora, sensual, una mujer cachonda que me dio el mejor sexo que he tenido en mi vida tan joven.

Claro que me molestaba que me había follado a mi madre, la esposa de mi padre, y que otros hombres ya habían tenido el privilegio de comerse a esa mujer hambrienta de sexo y necesitada porque su marido siempre estaba ausente.

Mejor que sea conmigo… Ahora le voy a comer el culo que me prometió que me daría.

Dormíamos en camas separadas y, por la mañana, cuando me despertaba, me duchaba, el olor a café recién hecho me atraía hacia la cocina. Ahí es donde encuentro a mamá, vestida solo con un baby-doll que apenas cubría su ropa interior enterrada en el pliegue de su culo, con las pulpas como invitando a la caricia de mis manos.

Le dije buenos días, abrazándola por detrás, contra el fregadero donde se servía el café, frotando su trasero, llevando mi mano a su pecho y acariciándolo, y con la otra tirando de ella contra mi polla. Besé su nuca, su cuello, y ella sonriendo me dijo:

– Monstruo, ¿te mueres por volver a follarme? ¿Me vas a follar el culo? ¿Entrar en mi culo? ¡Oh! Me va a encantar sentir tu polla toda dentro de mi culo, sentir como me la metes, copulando, follándome y exhibiendo mi culo sobre tu polla para que te corras más rápido y me llenes el culo de semen. Me encanta sentir el chorro de semen caliente en mi culo.

Puedes pensar que soy una depravada, pero soy muy apasionada y me encanta tener sexo. ¡Ahora también soy la hembra de mi hijo!

Vamos, hijo mío, vamos a mi habitación, vamos a follar muy bien y luego puedes ir conmigo a visitar a algunos clientes.

Entramos a su habitación y me pidió que me sentara en el borde de la cama, yo solo estaba en shorts y ropa interior, ella vino y se arrodilló entre mis piernas y me quitó los shorts y la ropa interior mientras acariciaba mi polla, dura con tanto mucha lujuria y lo tomó en su mano, y comenzó con movimientos de arriba abajo, y luego se corrió con su boca, escupió en la cabeza de mi polla y se la llevó a los labios, rascó la cabeza con los dientes, suavemente, y estaba chupando dentro de su boca, llevó una mano a mi pezón y apretó y me estaba tocando, con la otra mano pasó sus dedos por el pliegue de mi culo, y me metió el culo con su dedo sin dejar de chuparme la polla. Me metió el culo, apretó mi pezón y me chupó la polla, chupó, me pasó la lengua y gemí de tanta cachonda.

Le pedí que parara, porque no podría aguantar la corrida, porque quería comerle el culo que me había prometido. Se desnudó, quitándose lentamente la muñequita y las bragas, quedando completamente desnuda para el deleite de mis ojos. Ella se acostó en la cama y la besé, chupé sus labios, tomé su lengua, acaricié sus senos, moví mi boca entre sus piernas y le chupé el coño, tomé su pequeña escotilla entre mis labios y ella se retorció y gimió y clavó sus uñas en mi hombro.

– Ah, mi erección, joder mamá muy sabrosa, así, ¡jódeme!

-Enciéndete el estómago mamá, quiero comerte el culo, quiero disfrutar dentro de él. Así es, qué culo tan cachondo que tienes, como me pajeaba pensando en él y pensando que nunca me lo follaría. Ahora mamá, abre tu culito, quiero lamer tu pequeño recto, así.

Y lamí y unté la hendidura de su culo, tocándole el culo con la punta de la lengua, sintiendo su culo, estremecerse y relampaguear de tanta lujuria, metí la lengua, chupé, mordisqueé, unté mi polla en el jugo de su coño y lo coloqué en la entrada de su culo. Empecé a insertarlo lentamente y no sentí ninguna resistencia… ella estaba acostumbrada a dar su culo y comenzó a empujar su culo hacia atrás facilitando la penetración. Qué rico, no podía creer que le estaba comiendo el culo a mi madre que tanto codiciaba. Y pensé: cuanta polla se ha llevado este culito…

Y empujé, lo metí, ella gimió, y me dijo que la follara duro, sí, duro, joder, métemelo en el culo, córrete dentro, y su culo brilló, apretando mi polla, hasta que no pude más y me vine y le llené el culo maldito. Y ella con la cara hacia un lado sonrió satisfecha y yo busqué sus labios y la besé agradecido.

Le pregunté: ¿viniste sabroso mami? Y ella me respondió: si hijo cachondo, me vine muy rico, me encanta dar por el culo, ahora lo vas a follar todo el tiempo.

– Mamá, ¿a papá le gusta comerte el culo?

– Sí, hijo mío, pero también le gusta ver a otro hombre follándome el culo. Ahora te verá follándome.

Pronto tendremos la 3ª parte.

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