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Historias de un matrimonio cornudo. Liberación (II)
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Siento mucho la tardanza, pero el trabajo ha estado muy pesado; lo bueno es que tengo relatos para 3 semanas.

Al siguiente día de coger con dos de sus compañeros, se quedó de ver con Armando y le dijo que efectivamente estaba interesada en hacer el trío con su amigo y quedaron para dentro de dos semanas, en lo que organizaba todo, naturalmente ese día le dio su buena cogida por el culo a mi esposa que me contaba que ya lo aguantaba muy bien por el trasero, y que lo disfrutaba mucho por ahí a pesar del gran tamaño que tenía su excompañero, cuando estuvimos solos después de ir por ella al hotel ya en casa y mientras le aliviaba el ano con mi lengua ella me decía que se sentía muy poderosa y sexy por haberse acostado con 3 personas en menos de 24 horas y tener a su maridito cornudo aliviándole la colita de lo que le hizo su último amante, a ella le gustaba mucho preguntarme que si aun así de puta la amaba, yo le contestaba (aún con la leche de Armando en mi rostro) que la amaba más que nunca, que entre más puta fuera, más la amaría.

Durante la semana mi esposa se notaba cada vez más segura y asertiva, se pintó el cabello de azul, se lo arregló y me hizo que le comprara mucha ropa muy sexy, desde tangas de hilo dental (solo quería usar de esas porque decía que las normales la lastimaban, pero que las de hilo sentía como si no tuviera nada puesto), pantalones a la cadera super pegados, putifaldas, putivestidos y mucha ropa semitransparente, la verdad es que se veía muy bien. También me contó que en su trabajo cada vez era más segura, natural y muy coqueta, solo que sus amantes habituales (Marcos, Luis y Ernesto) hasta se intimidaban con su actitud, que ella era la que les repegaba el culo o les cerraba el ojo o hacía indirectas sobre sus relaciones y ellos solo se quedaban callados, que hasta los demás profes y autoridades se burlaban de los comentarios picantes de mi esposa. Me contó que estaba mucho más divertida en su trabajo, que cada vez se sentía más plena como mujer, le encantaba este estilo de vida y me agradecía completamente el habérselo enseñado.

Claro que el viernes se fue de nuevo con sus compañeros a tomar en la cantina, solo que ahora sí me preocupó, porque no regresó hasta las 4 de la mañana, yo estaba ya dormido y ella al regresar bastante tomada me despertó de manera muy agresiva dándome mis cachetadas, diciéndome que qué tipo de cornudo era que no la estaba esperando, que debía hacerlo porque traía sus agujeritos muy irritados, prácticamente me tomó del cabello y me bajó a hacerle mi tradicional trabajo oral después de que llegara bien cogida, solo que esta vez apestaba muchísimo a alcohol, sexo y semen, se ve que se divirtió muchísimo, sobre todo cuando me acerqué a sus agujeritos noté que su panochita venía muy abierta y con los labios de fuera, y su culito estaba completamente enrojecido (se veía cerradito, pero a lo largo de estos primeros meses de cuernos me había dado cuenta de que el culito de mi esposa tenía la característica de ser muy muy elástico, supongo que cuando al fin la viera bien ensartada por el ano, por fin vería ese orificio totalmente dilatado, pero siempre se le cerraba cuando ya estaba en casa).

Y ambos orificios estaban totalmente repletos de leche, pero es que era demasiada, sobre todo del culito, en cuanto se lo abrí empezó a brotar leche de macho como nunca había visto, seguramente y por la hora, había cogido más de una vez, pero no me esperaba lo que me empezó a contar, porque en cuanto lo vi empecé a lamerlo como un becerro, se ve que ella al ver esto se calentó muchísimo, empezó a decirme que si me gustaba toda la leche que traía, que parecía un puto becerrito, que era un marica, un putito traga leche y cosas así, ya que se tranquilizó un poco empezó a decirme que si disfrutaba tragar la leche de más de un macho.

Yo estaba en el cielo, y en cuanto llegó a su orgasmo empezó a contarme que se fueron a la cantina y empezaron a bailar y a manosearla entre los 3 de manera muy descarada y ella empezó a calentarse fuerte, se acordó del trío que iba a hacer con Armando y cuando ya estaban cerrando, Luis la quería llevar a su departamento, pero ella les dijo que por qué no se iban los cuatro a seguir tomando al departamento de su compañero, entre ellos se quedaron viendo y al final aceptaron, que en el coche ni siquiera la tocaron porque estaban super nerviosos, que ella los vio tan presionados que se le ocurrió que pasaran a comprar otra botella de tequila, así se podrían relajar.

Entonces al llegar empezaron a tomar y poner música, así que ella aunque no le guste mucho bailar los empezó a sacar para que se fueran relajando, cosa que empezó a suceder, por lo que ella empezó a ponerlos aún mas cachondos porque puso reggaetón y de plano les empezó a perrear intensamente, tanto que a los pocos minutos traía la minifalda de cinturón y ella no se la bajaba, por lo que empezaron a acercarse y tocarla, ya prendidos ella se puso de rodillas y se puso a chuparles la verga a los 3, a pesar de la excitación y todo mi esposa me dijo que estaban muy serios, pero aun así, Luis se puso detrás de ella, ella de inmediato entendió y paró las nalgas, sin más mediación y mientras ella chupaba las vergas de Marcos y Ernesto, Luis la penetró.

Ella no pudo ni gemir ni nada, pues tenía la boca llena, me contaba que se sentía plena, a pesar de que ellos estaban muy serios (supusimos que no estaban acostumbrados a ver a otros hombres desnudos y menos en el momento del sexo), que se turnaron varias veces, solo que uno la penetraba por atrás (ya sea por la panochita o el culito) y otros dos por la boca, y así estuvieron hasta que se vinieron los 3, todos terminaron en su culito, después de este primer round, siguieron tomando, platicando y bromeando ya con el ambiente mucho más distendido; pero lo verdaderamente interesante y cachondo, es que cada que alguno de ellos se calentaba, sin mediar muchas palabras, se acercaban a mi esposa y ahí sí la tomaban, se turnaron por horas, perdió la cuenta de cuantos orgasmos tuvo, la poseyeron de muchas y muy diversas formas y posturas, le dieron por todos sus agujeros, aunque eso sí, solo de uno en uno, ella pidió expresamente que terminaran siempre dentro de ella, al final a mi esposa le ardía la panochita y el culito debido al tremendo uso que le dieron.

Al final de lo que me contó yo estaba demasiado excitado, por lo que sin remedio acabé prácticamente sin tocarme; por lo que mi esposa se burló de eso diciéndome que era un pendejo cornudo, que la dejara dormir porque estaba molida; durante esa semana fue increíble, ella me bajó prácticamente a diario y el lunes dejó que la penetrara, aunque siempre mientras lo hacía, ella me decía que era un pito chico cornudo y cuando terminé me hizo bajar a limpiarle toda la leche que le dejé adentro.

El viernes se zafó de sus compañeros diciéndoles que tenía un compromiso familiar, pero en realidad quería llegar completamente fresca y hambrienta de verga a su encuentro con Armando, sobre todo con la expectativa de hacer el trío; por cierto, este trío lo haría con el mejor amigo de Armando, llamado Alejandro, mi esposa también lo conocía porque había tomado algunas clases con él, me comentó que no era muy guapo, pero sí bastante listo, y que desde la escuela eran los mejores amigos, completamente inseparables; y muchos de los rumores que hicieron que mi esposa nunca le aflojara a Armando en la uni tenían que ver precisamente de sexo grupal en donde siempre estaban estos dos amigos, y parecía que a ellos no les molestaba esa fama pues nunca se encargaban de disipar dichos rumores.

Ese sábado mi esposa estaba nerviosa pero muy contenta, me pidió consejo de cómo irse vestida, le pregunté si quería ir discreta o completamente atrevida, y ella me dijo que ya todos sabían a qué iba, por lo que quería perder el menor tiempo posible, así que le elegí una juego de ropa interior con tanguita de hilo roja y bra casi de media copa; un putivestido negro semitransparente de arriba y cuando se iba a poner un top, le dije que no, que se lo dejara así, que se vería muy sexy el contraste entre el bra rojo y el vestido negro, le puse unas medias negras muy finas, también me animé a preguntarle que si quería que la depilara, ella empezó a reírse y dijo que nunca lo había hecho o intentado, pero que era una muestra de lo buen cornudo que era, porque quería entregarla a su primer trío de verdad bien arreglada, así que me dejó.

En realidad no era muy hábil haciéndolo, por lo que después de un rato bastante largo, sobre todo por el miedo a lastimarla la dejé no completamente depilada, sino con un sexy triangulito encima de su monte de Venus, se veía muy sexy y ella quedó encantada solo quedando la parte del maquillaje pendiente; al final también se llevó un saco aterciopelado negro y tacones muy altos; se veía simplemente espectacular, porque se maquilló de manera muy discreta, esa vez me dijo, que si ya se vestía puta, quería ir discreta con el maquillaje; antes de irse, me dijo que no me masturbara, que quería que cuando llegara yo le agregara mi lechita a la de sus machos para limpiar todo, claro que le dije que sí.

Estuve nervioso por casi 5 horas, cuando en eso, veo que un auto muy bonito negro y de lujo llega a la puerta de la casa, era la primera vez que Armando la traía a casa; mi esposa aún tardó en salir del coche como 20 o 25 minutos, estaba que me subía por las paredes de la excitación, pues con muchos trabajos había cumplido la promesa a mi esposa y ni siquiera me toqué en todo ese tiempo; estaba pensando en ello cuando veo entrar a mi esposa con el maquillaje completamente corrido, totalmente despeinada pero con una sonrisa enorme de oreja a oreja, me paro a recibirla con un beso muy apasionado, uf, apestaba a verga y leche y ella no decía nada, solo se dejó caer en el sillón y me indicó que le quitara las zapatillas, ya no traía medias.

Yo estaba muy excitado cuando ella empezó a decir que había sido una sesión increíble, que le había encantado y que como se notaba que ellos sí tenían experiencia en el sexo grupal, me preguntó si la había obedecido, le dije que por supuesto, ella sonrió y me dijo, así me gusta putito, me tomó del cabello y me bajó a comerle la panochita, otra vez la traía destrozada, igual que enrojecido su anito, y ambos agujeritos repletos de lechita; le dije que parecía que había disfrutado mucho, ella me dijo que sí, que por supuesto, que ellos eran verdaderos machos vergones, que no perdieron el tiempo, ella pensó que la iban a invitar a cenar, pero no, en cuanto llegó se subieron a la habitación que habían apartado, y que de plano en el elevador la venían sobando de lo lindo sin ningún tipo de pena, que es más, una señora ya entrada en años los vio bastante mal por su comportamiento, pero que a los tres les valió y siguieron jugando, besándose y tocándose.

En cuanto entraron al cuarto abrieron una botella de champán y brindaron, que el cabrón de Armando brindó por como la más apretada del salón ahora era toda una puta hecha y derecha y que los tres rieron como si hubiera sido un gran chiste, entonces Armando la besó profunda y lascivamente en la boca, mientras su amigo Alejandro le empezaba a tocar las piernas y las nalgas, en cuanto lo sintió ella abrió las piernas por lo que dijo, mira, si la tienes bien entrenada a la zorrita y todos rieron de nuevo, Armando la tomó de la cabeza y la empujó suavemente para que mi esposa se pusiera de rodillas, ella sacó las vergas de ambos y vio que aunque la de Alejandro no era tan descomunal como la de su amigo, sí era bastante respetable, sobre todo gruesa y venosa, por lo que pensó que se la pasaría muy bien con ellos, mientras ella mamaba ambas vergas turnándose de una a otra, ellos comentaban lo bien que se veía mi mujer y lo excelente de su trabajo.

Alejandro hacía notar que debía tener mucha experiencia para tragar semejante sable (se refería al de su amigo) sin rechistar, a lo que Armando encantado decía que al principio le costó acostumbrarse, pero que ahora era una experta mamadora; mi esposa me comentó que le gustó mucho que ellos hablaran así, como si ella no estuviera, que se sentía usada y como si fuera una prostituta cualquiera, que aunque al inicio no fueron tan agresivos esos detalles le encantaron.

Después de un buen rato mamando palo, levantaron a mi mujer, el más salvaje (Alejandro), le arrancó las medias sin ningún tipo de consideración y Armando le ordenó que se desnudara completamente comentando que se veía muy bien con ese pequeño triángulo, que parecía puta cara, a lo que mi esposa sin ningún tipo de vergüenza les comentó que había sido el cornudo de su marido el que le había propuesto y hecho el fino trabajo de depilación que veían, los dos cabrones se rieron muchísimo con eso, comentando que su marido debía ser un pendejo, que encima de ser un cornudo consentido, era el peluquero de la putita, total que ambos querían probar a mi esposa y ella les dijo directamente que no fueran maricones y que le habían prometido una doble penetración en toda regla, Armando le preguntó a Alejandro que a poco se imaginaba a la modocita de la uni pidiendo una verga por cada agujero, y Alejandro le contestó que no, pero que ahora se lo cumplían.

Armando hizo valer el mayor tiempo de conocer a mi esposa, por lo que le dijo a su amigo que se recostara boca arriba que él primero iba a darle por el culo a la zorra, a lo que en cuanto lo hizo, su amigo llevó a mi esposa de la mano a que se sentara en la verga de Alejandro, ya que había entrado Armando con un poco de trabajo la empezó a penetrar por el culo, mi esposa me contó completamente excitada que era una de las mejores sensaciones que podía sentirse, que era un completo chute de placer, que casi se desmaya, se sentía completamente llena y con la libertad de gritar y gemir tan fuerte como quisiera, me contó que los provocaba con todos los insultos que se le ocurrían, les decía que eran unos impotentes, que le dieran más duro, que era su zorra, su puta, su piruja, que le reventaran sus dos agujeros, que eran suyos para que los usaran como les plazca, ellos estaban muy bien coordinados, que se notaba que habían hecho eso muchas veces, porque prácticamente sin decir palabra mientras la verga de Alejandro iba hacia afuera, la de Armando la penetraba y viceversa, ella estaba encantada, y que tanto los provocó que Armando la tomó del cabello y le decía que era una puta barata, que iba a ser su depósito de semen, que la mandarían muy madreada a su casa, que no podría ni sentarse de lo adolorida que la dejarían, que no sentiría al pito chico del cornudo de su marido de la tremenda cogida que le darían.

Mi mujer me contó que no supo ni cuanto tiempo estuvieron así ni cuantos orgasmos tuvo, solo que había sido la experiencia más erótica y sexual que había tenido en su vida, que casi al mismo tiempo sus dos excompañeros se vaciaron por primera vez en sus agujeros, y ella gritó y gritó y gritó hasta casi desmayarse.

Después de esa primera ronda, estuvieron charlando ya más calmados sobre todo terminándose la botella de champán, Alejandro hacía preguntas muy interesantes sobre la relación que tenía con su marido, que cómo se había dado, que quién había propuesto el arreglo, que cómo obtenía placer su marido, que si ella era dominante conmigo, a lo que mi esposa contestó lo mejor y más honestamente que pudo, Alejandro le mencionó que qué suerte teníamos de habernos encontrado, que seguramente con ningún hombre mi esposa hubiera sacado a la fiera que tenía dentro y con toda la seguridad que le daba un matrimonio y una familia feliz, y que su marido jamás podría haberle dado rienda suelta a sus fantasías de ser dominado y humillado sin sentirse menos hombre y encima de todo ella podía disfrutar de todo el sexo que quisiera.

Total que Armando, como siempre, no ponía demasiada atención a la charla, pero que entre trago y charla, empezó a excitarse de nuevo por lo que les dijo que quería probar otra posición, que Alejandro se tumbara boca arriba, él le replicó que ahora le tocaba el culo de la zorra, y el otro reviró diciéndole que no se preocupara, que lo tendría, cuando Alejandro se tumbó, Armando puso a mi esposa a clavarse por el culo la verga de Alejandro, boca arriba, me contó que casi se cae, que no tenía suficiente equilibrio para mantenerse así, entonces sintió las fuertes manos de Alejandro deteniéndola por las nalgas, mientras ella abría las piernas lo más que podía para recibir por su maltrecha panochita la monstruosa verga de Armando, y otra vez, la cadencia, el ritmo y coordinación de sus dos amantes fue espectacular.

Ella terminó aullando de placer y dolor, sobre todo porque después de unos insultos Armando empezó a darle de cachetadas pero sin medir sus fuerzas, Alejandro le gritaba que se calmara, y Armando contestaba, su marido es tan maricón que nos va a agradecer madrearnos a la puta de su mujer y mi esposa en lugar de quejarse gemía y aullaba pidiendo más, hasta que de nuevo terminaron de manera espectacular, otra vez mi mujer sin enterarse la cantidad de orgasmos que tuvo, al terminar de inmediato se quedaron dormidos por alrededor de una hora, al despertar pidieron servicio a la habitación pues naturalmente estaban muy hambrientos.

Ella estaba muy feliz y cariñosa con ambos, y contrario a lo que esperaba, los dos también se comportaron igual, dándose abrazos y besos furtivos o acariciándose de una manera bastante natural; en cuanto terminaron de comer se vistieron y Armando le dijo que si quería la llevaba a su casa, ella estaba muy contenta, ya que siempre se había tornado distante después del sexo y entre los dos la trajeron a casa, le pregunté si les había dado una mamada de despedida y ella me cerró un ojo de manera cómplice y me dijo con una gran sonrisa que sí, que a los dos, pero que Armando se había emocionado e hizo que ella se tragara toda la verga entera hasta los huevos, que por eso llegaba toda desarreglada, pero que ella lo hizo con mucha alegría por tantísimo placer que le habían proporcionado; al final quedaron en seguir en contacto para repetir esta fantástica experiencia.

Por mi parte, logré con mi lengua que llegara al orgasmo mientras me masturbaba frenéticamente, ella me ordenó que me viniera en sus tetas para que las limpiara de mi lechita, después de todo este ajetreo y ya con las primeras luces del alba mi esposa quedándose dormida me dijo simplemente “gracias”.

Continuará.

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